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TEMA.
Los rasgos trágicos del estilo de Rubén Darío en los poemas “Canto de esperanza”, “SPES”
y “Melancolía” que se encuentran en su obra Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros
poemas.
El problema reside en el hecho de que los rasgos trágicos del estilo de Darío implican una
visión del mundo que nos incita a reflexionar acerca del vacío espiritual que hace sufrir al
OBJETIVO.
Analizar el estilo de Darío a través de dichos poemas con el propósito de revelar la visión
del mundo que nos ofrecen y las implicaciones de sus rasgos trágicos.
JUSTIFICACIÓN.
A pesar de que los rasgos trágicos de la poesía de Darío han sido objeto de algunos
acercamientos críticos dentro del campo de estudio de su obra, me parece que es necesario
abordarlos desde un enfoque estilístico con el propósito de desentrañar una visión del
mundo que nos permita reflexionar sobre el vacío espiritual del ser humano que está
presente en su poesía, lo cual es posible apreciar con claridad en los poemas elegidos para
el estudio que nos ocupa y además forma parte de la actualidad del estilo y de la obra del
poeta.
HIPÓTESIS. Los rasgos trágicos del estilo de Darío nos muestran una concepción del
mundo en la que el ser humano experimenta un dolor provocado por un vacío espiritual que
¿Qué implican los rasgos trágicos del estilo de Darío en “Canto de esperanza”?
ÍNDICE.
- Agradecimientos.
- Introducción.
- Estado de la cuestión.
- Marco teórico.
- Capítulo I.
-Capítulo II.
- Capítulo III.
- Conclusiones.
- Fuentes consultadas.
ESTADO DE LA CUESTIÓN
pero por suerte tenemos ejemplos suficientes para ilustrar con claridad la problemática que
existe en torno a ello. Considero que este aspecto forma parte de la trascendencia de sus
poemas, cosa que podremos apreciar en los estudios que enseguida examinaremos.
Quisiera comenzar por un estudio de Roberto Armijo que lleva por título “Rubén Darío y
su intuición del mundo”.Aquí Armijo nos habla sobre la actitud de Darío ante la época que
le tocó vivir y cómo la experiencia de su propia sensibilidad con el mundo que lo rodeaba
tuvo repercusiones en sus versos. En cuanto a esto nos dice que “entre avatares, alzas y
En estas palabras podemos advertir que la poesía de Darío surgió bajo un contexto histórico
que se hallaba envuelto en una crisis. Ahora bien, toda crisis anuncia un cambio, pero no
podemos negar que a su vez implica situaciones adversas que naturalmente pueden
provocar dolor, así que el hecho de que Darío escribiera dentro de una atmósfera de crisis
abrió las posibilidades de que su obra lírica estuviera en cierto modo impregnada de dolor.
Después de esto, el propio Armijo afirma que“Darío se apega al designio providencial que
ha hecho del poeta, el oído y portavoz del dolor del hombre”. (583). Esto reafirma mis
palabras y además nos revela un atisbo de los elementos trágicos que podemos encontrar en
inestabilidad del hombre”. (570). Es preciso resaltar esto, ya que de esa conciencia nacieron
varias de las reflexiones que vemos en su poesía en relación con la condición del hombre de
su época, esta es una consideración que puede explicar por qué encontramos en sus poemas
A grandes rasgos Armijo en este estudio nos habla detenidamente acerca de la manera en
que Darío concebía el mundo, pues no ignoró aquellos aspectos de la cultura occidental que
en ese momento se encontraban inmersos en una crisis, por lo que los cuestionamientos del
poeta fueron inevitables y vigorosos ante diversos paradigmas que se habían establecido de
forma prestigiosa desde tiempo atrás y que ahora comenzaban a cimbrarse fuertemente.
Asimismo, nos refiere que Darío infundió a su poesía una voz en busca de respuestas ante
la trágica condición del hombre moderno. Sin embargo, hay algo en el título de este estudio
que habíamos dejado de lado. Armijo nos habla de intuición y no de intelecto, puesto que
para una época predominantemente científica, la visión de Darío resultaba irracional porque
El siguiente es un estudio de Francisco Javier Díez de Revenga que tiene por título “Los
naturaleza filosófica que intentan comprender las causas de la miseria humana, sobre todo
en un sentido espiritual.
Díez de Revenga considera que existen ciertos poemas de Darío cuyo contenido es
notablemente filosófico, ya que guardan un estrecho contacto con las experiencias vitales
del poeta dentro de un contexto en plena crisis. Por lo tanto, nos dice que Darío es “un
poeta cuya obra y cuya propia existencia están atravesadas por la espada de la tragedia, la
Darío si se ignoran enteramente los acontecimientos que marcaron su época, como hemos
visto, así que para profundizar un poco en esta cuestión el propio Díez de Revenga nos
señala que “hay que tener en cuenta que el modernismo está presidido por una actitud de
Me parece que esto es algo en lo que hay que enfatizar, puesto que Darío no sólo representó
en sus versos de forma descriptiva las transformaciones que ocurrieron en todos los
etcétera. Es pertinente destacar que lo que muestra la poesía de Darío es un reflejo de las
consecuencias que suscitó ese proceso de modernización que prometía progreso, y que de
manera contradictoria, propiciaba una angustia en el hombre, fruto de ese vacío espiritual.
Vemos entonces que a pesar de que Díez de Revenga no se refiere a estos rasgos que tienen
algunos poemas de Darío como elementos propiamente trágicos, no podemos ignorar que
existen bastantes posibilidades de que puedan ser denominados de esta manera y a su vez
que tienen implicaciones filosóficas y que éstas se relacionan con el contexto histórico,
puesto que, y así lo da a entender, surgen de la propia experiencia del poeta con un mundo
Finalmente veremos otro trabajo del mismo Díez de Revenga en que sintetiza lo dicho por
Alberto Acereda en su libro Rubén Darío, poeta trágico. Una nueva visión.Lo interesante
aquí es que se retoma las implicaciones referidas anteriormente, aunque se hace énfasis en
Por tal motivo el mismo Díez de Revenga, refiriéndose a la investigación realizada por
Acereda, nos dice que éste señala “la gran tragedia que fue Rubén Darío y sobre este sólido
poética por los distintos espacios y matices de esa tragedia: vital, existencial, religiosa…”.
aquí también se hace énfasis en la experiencia de Darío con la crisis de su tiempo, así como
De este modo, Díez de Revenga, otra vez haciendo alusión a la investigación de Acereda,
nos dice que Darío “no es un poeta superficial, de brillantes efectos musicales y cromáticos
cabo en torno a lo trágico en la obra lírica de Darío, puesto que las implicaciones que
conlleva está cuestión resultan profundas y abundantes, a pesar de que las investigaciones
que se han realizado hasta ahora sean relativamente pocas, al menos en cuanto a lo que yo
he podido encontrar.
En definitiva, podemos apreciar claramente que ya antes se han señalado y se han analizado
algunos de los rasgos trágicos que tienen algunos poemas de Darío, estos estudios lo
ilustran de una forma plausible. Hemos sido testigos de que lo trágico en este caso, según
los estudios anteriores, surge del contacto directo entre la sensibilidad del poeta y un
mundo que fue sacudido fuertemente por una crisis que de algún modo tocó todos los
modernización de las ciudades y por consecuencia para la transformación del estilo de vida
Los rasgos trágicos de la poesía de Darío están relacionados, pues, con la condición
humana, con la crisis que experimentaba su contexto histórico y sobre todo, con la forma en
que a través de su propia sensibilidad representó estas circunstancias en sus versos. Sólo me
queda decir que alrededor de este asunto existen implicaciones que ya se han desarrollado,
como lo hemos podido ver, pero hay otras que aún esperan un análisis y una interpretación.
MARCO TEÓRICO
Hay dos aspectos que es necesario definir para llevar a cabo de una forma clara esta
investigación. Hablo sobre la perspectiva teórica de que me serviré para analizar el poema
comenzar por establecer el enfoque teórico que en este caso será la estilística.
Para ello he recurrido a Amado Alonso, uno de los fundadores de esta teoría, quien hace
una precisa distinciónentre las dos corrientes que existen dentro de la estilística, pues se
primera nos dice que “la estilística de la lengua comprende el estudio de lo que en los
elementos del idioma hay de emoción, de fantasía, de poder activo, de valoración; en fin, de
Acerca de la otra corriente que se centra en lo literario el mismo Amado Alonso afirma que
es aquella que “estudia la obra literaria como una construcción poética, y esto en sus dos
aspectos esenciales: cómo está construida, formada, hecha, tanto en su conjunto como en
De este modo, podemos indicar que este trabajo estará encaminado hacia la estilística
literaria, ya que lo que se busca desentrañar es un poema y no una expresión extraída del
lenguaje cotidiano, pues eso sería menester de la estilística lingüística. Sin embargo, una
vez esclarecida esta cuestión me parece que todavía es necesario detallar más ampliamente
estilo se suele entender el uso especial del idioma que el autor hace, su maestría o
virtuosismo idiomático, como una parte más en la construcción literaria”. (89). Así que la
estilística en estos términos se concentra en la elección particular de las palabras que hace
el poeta para expresar lo que quiere decir, así como la manera en que las combina y a su
No obstante, posteriormente Amado Alonso realiza algunas precisiones que vale la pena
tener en cuenta a fin de que logremos entender mejor el propósito y las particularidades que
Así pues, ahora que la perspectiva teórica está bien definida podemos advertir que resulta
adecuada para analizar los rasgos trágicos que guarda este poema de Darío, lo que servirá
para hacer una descripción minuciosa de los elementos y con ello podrán crecer las
sentido más profundo y más interesante dentro de la interpretación que se llevará a cabo en
sentido son trágicos los elementos que forman este poema de Darío, pero primero hay que
decir que resulta imposible conformar un concepto de lo trágico que sintetice todos los
rasgos que ha tenido en la literatura a lo largo de los siglos. Desde la Antigüedad hasta
según la época y la concepción de cada autor. Por lo tanto, lo más preciso en este caso sería
hablar sobre lo trágico en los términos en que aparece dentro del poema de Rubén Darío
este asunto desde la perspectiva de la literatura y de la filosofía, por lo que las opiniones
que enseguida veremos provienen de autores que se han dedicado a la filosofía y a la crítica
Sin embargo, antes de eso me parece propicio evocar el pensamiento de los griegos, ya que
ahí está el origen de lo trágico que podemos advertir en la literatura posterior. Ismene Ithaí
Bras nos dice que la tragedia griega “se centra en torno al héroe que estando…en lo más
alto de la gloria, cae en desgracia, en una oscuridad que le tiene en los márgenes de la vida
sentimiento, y aunque escribió literatura, esta vez se dirige a nosotros como filósofo y nos
dice que “este sentimiento -obsérvese bien, porque en esto estriba todo lo trágico de él y el
Dios”. (131).
Podemos observar entonces en estas palabras una primera característica de lo trágico que
corresponde a la lejanía que puede existir en un momento dado entre el hombre y lo más
esencial de la vida, lo que satisface sus necesidades espirituales que son las más profundas,
por lo que lo trágico en este sentido reside en la distancia que impide la unión de lo humano
con lo divino, y cuanto más abismal sea esta distancia, más trágica será todavía.
Por otra parte, Georg Lukács (1885-1971). Quien a pesar de que también fue filósofo, esta
vez nos habla como crítico literario y afirma que “como la naturaleza y el destino no
carecieron nunca tan espantosamente de alma como hoy día, como jamás las almas de los
hombres pisaron tan solas sus abandonados caminos, por eso podemos volver a esperar una
tragedia”. (246).
Lukács nos habla de tragedia en el sentido literario, pero no podemos ignorar la estrecha
relación que siempre existe entre una obra literaria y su contexto histórico, cosa que él
mismo da a entender. A partir de estas palabras podemos inferir que la tragedia se posibilita
a causa de un vacío que el hombre moderno lleva en su interior, por tal motivoel propio
Lukácsexpresa otra idea al manifestarnos que “Dios tiene que abandonar la escena, pero
tiene que seguir siendo espectador, ésta es la posibilidad histórica de la era trágica”. (246).
Vemos entonces que el conflicto no radica en la inexistencia de Dios, sino más bien en su
ausencia en el andar del hombre sobre la tierra y no deja de ser interesante que lo que nos
dice Lukács desde la crítica literaria concuerda con lo que nos había referido Unamuno
Por último Ismene Ithaí, quien ahora nos habla en particular sobre lo trágico en la
modernidad nos introduce a esta cuestión afirmando que “una característica de lo trágico
sensibilidad del poeta que se hace posible a través de ese proceso en que el conflicto se
internaliza y se individualiza.
Por otra parte, Ismene nos dice que “pensarse como sujeto trágico es pensarse
históricamente, es preguntarse no sólo una situación como lo harían los griegos, sino
fundamentalmente por una condición, lo humano”. (5). Esta idea es fundamental para
nuestro concepto, puesto que existen ciertos rasgos de la condición humana que conllevan
Finalmente, Ismene afirma que “la muerte no significa nada al lado de estar fuera de la
hombre lejos de Dios, fuera de esa gracia propia de lo divino, idea que aquí se declara
como aquello que define a grandes rasgos lo trágico moderno. Incluso, esto resulta más
trágico que la misma muerte, por lo que no debemos desviar nuestra atención de esta
la ausencia de Dios en la vida del hombre moderno, es decir, por la carestía de aquello que
le es esencial para vivir plenamente. Ante esta situación adversa surge en su interior un
Una vez que hemos determinado nuestro concepto, lo que sigue es mostrar un panorama del
contexto histórico que tuvo influencia en la composición de este poema, sobre todo en
cuanto a los acontecimientos más relevantes de Europa y América Latina que a partir de la
experiencia vital de Darío podemos percibir en la concepción de la vida que nos ofrece a
cualquier observación, es preciso dejar en claro que lo que buscamos en este análisis es
determinar el sistema expresivo del poema, así como advertir el sentido profundo que la
intuición del poeta ha logrado darle a los elementos que constituyen las imágenes poéticas,
lo cual forma parte del acto de poetizar. Veamos cómo estos conceptos de la estilística nos
(Darío 107).
En el primer verso nos encontramos con una parvada de cuervos que al volar en lo alto son
como una mancha en el cielo. Estos elementos adquieren un sentido profundo por la
intuición del poeta. De este modo el color del firmamento representa el aspecto espiritual
del hombre que está siendo manchado por la oscuridad de los cuervos.
El color azul nos indica que se habla del cielo durante el día, entonces nos hallamos ante un
cielo despejado y luminoso. Por lo tanto, se hace una asociación de la vida espiritual del ser
humano con la claridad y la paz del firmamento. De este modo, los cuervos por su color
sombrío y su relación con la fatalidad aparecen como una amenaza, ya que acechan con
en palabras pronunciadas a través del aliento de un hombre, palabras que fueron dichas
hace miles de años y afirman que ha de llegar el día en que la peste caerá sobre la
La peste al ser una enfermedad mortal causa graves estragos en el cuerpo, presagia el
término de la existencia, pero aquí además representa una señal del fin de los tiempos. El
último verso lo confirma, puesto que en él aparecen los hombres asesinándose unos a otros,
(Darío 107).
Esta estrofa alude directamente al libro del “Apocalipsis” y con ello terminan por
confirmarse las referencias de los versos anteriores. Debo decir que si bien la influencia de
las ideas cristianas no constituye el objeto de este estudio, es necesario considerarlas porque
que aparecen en cada uno de ellos e incluso contribuyen al sentido profundo que busca la
intuición del poeta, además le dan coherencia a la interpretación que proponemos en este
trabajo.
En adelante haré constantes referencias al libro del “Apocalipsis” incluido en el Nuevo Testamento.
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Ahora bien, en el primer verso de esta estrofa aparece la figura del Anticristo, y si Cristo en
el imaginario cristiano es la luz que da claridad, lo contrario sería la oscuridad que causa
confusión. Por lo tanto, lo que tenemos hasta ahora es a un poeta que se encuentra inmerso
refiere detalladamente, sino que tan sólo los insinúa al hablar de los prodigios de que ha
sido testigo, así que los conflictos humanos adquieren por la intuición del poeta un sentido
el caos domina la vida humana, este hecho vaticina también el retorno de la armonía, así
tenemos un irremediable fin que trae consigo un nuevo principio, es decir, la esperanza de
(Darío 107).
En el primer verso de esta estrofa el poeta nos reitera que la tierra está llena de dolor, sólo
que esta vez lo hace mediante una asociación entre la tierra y el embarazo de una mujer,
pero mientras que la mujer lleva en su vientre a un ser humano, la tierra lleva en sí misma
de otros hombres que como él se sienten desdichados y no han logrado encontrar consuelo.
En el segundo verso de esta estrofa tenemos a un soñador que bien podemos identificar con
el propio poeta, ya que los sueños siempre van más allá de lo material y en ellos se busca lo
ideal y lo pleno. Desde luego, ante esto el poeta sufre porque sueña constantemente con una
vida mejor, lo hace bajo las circunstancias funestas que lo rodean, frente a la deplorable
condición del mundo en que se encuentra inmerso y que se opone a lo que anhela para él
Estas asociaciones entre la tierra y el embarazo, entre los ideales del poeta y los sueños,
adquieren un sentido profundo otra vez por medio de la intuición, y algo semejante ocurre
con el último verso de esta estrofa, ya que en “las angustias del corazón del mundo” se
podemos advertir una visión universal en que la angustia se muestra como un sentimiento
que experimentan todos los hombres, como si cada uno de ellos fuera una parte del cuerpo,
En el primer verso de esta estrofa el poeta nos hace saber que hay gente que es responsable
de la situación aciaga de la tierra. Esto tiene que ver con que los ideales siempre buscan
alternativas para remediar los conflictos y trascenderlos, pero suelen considerar el progreso
espiritual, así que esos verdugos tienen que ser hombres que sólo otorguen valor a lo
material y se lo nieguen a todo lo demás, y por este motivo se empeñen también en dar
muerte a las ideas que difieran con su pensamiento o lo pongan seriamente en duda.
En el segundo verso de la misma estrofa tenemos un pozo cuyo espacio estrecho impide ver
lo que hay más allá, así que lo que hace la intuición del poeta en este caso es darle al pozo
En el último verso de esta estrofa nos encontramos con una raza de perros conocidos como
molosos, los cuales proceden del Medio Oriente y fueron introducidos a Europa por una
región de la antigua Grecia llamada Molosia donde adquirieron ese nombre y también
donde eran empleados en los menesteres de la guerra. Este elemento lo toma el poeta para
darle en su intuición un sentido que logre expresar que así como lastiman las furiosas
mordidas de los perros también lo hacen los efectos del odio y de la guerra.
(Darío 107).
Como vemos, el poeta ruega a Jesucristo que tienda su mano hecha de luz que representa la
humanidad envuelta en la confusión y el caos. Además la luz es aquello que sirve para
iluminar, para poder ver en medio de las sombras, así que la intuición del poeta la convierte
en el alivio proveniente del cielo que requiere sobre todas las cosas el sufrimiento que
alusión al aspecto puramente instintivo del ser humano, ya que ese rasgo es el que permite
la asociación entre los impulsos salvajes de las fieras y la crueldad de las acciones de los
hombres en que esta parte instintiva prevalece y son quienes han provocado el dolor que
atormenta al mundo. Por otra parte, en el último verso de esta estrofa aparecen unas
banderas que representan el triunfo del Cristo sobre el Anticristo, lo cual conforma el
(Darío 107).
En el primer verso de esta estrofa el poeta le pide a Jesucristo que vierta “la esencia de la
vida” sobre las almas desdichadas. Aquí el poeta nos manifiesta que las penas que padece la
humanidad son tan desoladoras que de algún modo podría decirse que se encuentra
moribunda, puesto que sólo trata de soportar aquello que le oprime el alma y le impide
Por otra parte, en el último verso de la estrofa nos encontramos con una aurora, la cual
adquiere un sentido muy interesante por la intuición del poeta, ya que es la aurora de
Jesucristo que trae el amanecer a las almas que siguen inmersas en la oscuridad de la noche
y así procura el despertar de los hombres que aún están dormidos en lo espiritual y por
(Darío 107).
Lo más interesante de esta estrofa es que el poeta le suplica a Jesucristo que transforme al
mundo de una manera radical, puesto que ese “temblor de estrellas” y ese “horror de
cataclismo” harían que los males quedarán atrás, así el “amor y la paz” acabarían con ese
abismo que representa el vacío espiritual que aqueja a la humanidad. Por lo tanto, estamos
ante una especie de purificación en que sólo se agrava el dolor para desvanecer aquello que
(Darío 107).
En los primeros dos versos de esta última estrofa el poeta vuelve a referirse al libro del
“Apocalipsis”, en el cual se dice que Jesucristo regresará montado sobre un caballo blanco
y los ángeles tocarán los clarines que proclaman el fin de los tiempos. Otra vez por la
intuición los acontecimientos que contempla el poeta tienen un sentido apocalíptico, pero
esta vez inclinado hacia la esperanza, ya que se trata del retorno de Cristo que ha de liberar
a la tierra del caos que tuvo un principio y ahora tiene un final para recobrar así la armonía
corazón para calmar su propio sufrimiento, así que el incensario se convierte en el amor de
Jesucristo que representa el fuego que enciende los corazones en el sentido de que les
infunde calor, es decir, los hace sensibles. Es por eso que el poeta quiere entregar el suyo y
Ahora bien, resulta curioso que lo que ha revelado este análisis no concuerda con el sistema
expresivo que es más representativo de Darío, ya que las palabras, los temas y los
elementos que fueron más recurrentes en su poesía, sobre todo al principio, están ausentes
en este poema. Iván Schulman nos puede ayudar a entender este extraño fenómeno, puesto
que él afirma que “además del mundo poblado de cisnes, pavos reales, sátiros, ninfas; el
cristalería; los ambientes regios y exóticos, hay otro de angustia metafísica, de comprensión
Estamos entonces ante un poema singular dentro de la obra de Darío, en el cual los rasgos
trágicos se relacionan con una separación entre el hombre y Dios, es decir, hay una ruptura
vehemente entre el mundo material y el mundo espiritual en la vida humana, y este cisma
es la fuente de la que brota el sufrimiento, ya que como nos dice José Emilio Pacheco
acerca de la época de Darío, hablamos de la transición del siglo XIX al siglo XX. “Por
primera vez la sociedad humana vive sin la idea de Dios. Entonces se da a erigir sustitutos
de la historia”. (XXII).
Puesto que nada surge de la nada, ningún poema sale a la luz absolutamente aislado de las
influencias de la época y la cultura en que vive el poeta. Por lo tanto, este poema responde a
las circunstancias de que Darío fue un consciente testigo, y ante esto Enrique Anderson
Imbert nos dice que “se ve que en su torre de marfil Darío no ignoraba lo que ocurría en las
calles, sino que, a su modo, quería defender el espíritu y aun la cultura hispánica,
Esta agresión materialista tiene que ver con el positivismo2 que había ganado bastante
terreno en aquellos años, el cual ante el escepticismo sobre lo que estuviera fuera de la
Así que lo divino, lo religioso, lo espiritual, lo mágico, lo misterioso, elementos con los que
se nutre el arte perdieron valor, por lo que este poema representa una protesta frente a esa
situación, ya que cuestiona la promesa positivista del progreso humano cuando el poeta ve
con sus propios ojos una realidad desgarradora. Iván Schulman nos ayuda a entender mejor
triunfo del positivismo y de la ciencia experimental, produce una literatura que cala hondo,
una literatura que, estudiada en sus aspectos ideológicos y metafísicos es más que una
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Quien esté interesado en profundizar sobre la actitud modernista ante el pensamiento positivista puede
consultar la “Introducción” de la Antología del modernismo.
En este sentido los rasgos trágicos que encontramos en este poema tienen que ver con un
mundo que prospera en los ámbitos científico, tecnológico e industrial, pero todo este
Por lo tanto, se produce un fuerte desequilibrio en la vida del ser humano porque se deja de
lado el aspecto espiritual, así que ante esto el poeta experimenta una profunda crisis y a su
vez percibe el sufrimiento de los demás, por eso cree advertir los indicios del fin de los
apreciar un matiz distinto de la visión trágica del mundo que nos había ofrecido el poema
anterior. Por lo tanto, es preciso ahora observar lo que la intuición del poeta puede
revelarnos mediante las imágenes poéticas que conforman esta expresión lírica en
particular.
(Darío 141-142).
Enrique Anderson Imbert nos dice que “el verso primero y el verso final del soneto parecen
dirigirse a Jesús”. (23). Tomando esto en cuenta podemos dar continuidad al diálogo entre
el poeta y Jesús, el cual se mantiene en todos los poemas que constituyen nuestro objeto de
Ahora bien, en el primer verso de esta estrofa el poeta se expresa a manera de súplica,
considera a Jesús, por decirlo así, un ser iluminado y por tal razón le pide que le diga dónde
puede encontrar la luz. La intuición nos indica que la luz en este caso representa la
sabiduría, puesto que ambas nos permiten ver con claridad, lo cual implica la posibilidad de
le ruega que le muestre el camino hacia su luz propia, es decir, el poeta no quiere solamente
contemplar la sabiduría de Jesús, antes bien quiere por encima de todo que le enseñe a
Pero esta petición no surge de un deseo sino de una necesidad, ya que el poeta no ve por
dónde camina ni sabe a dónde se dirige, sólo va soportando el azote de las adversidades de
la vida que están representadas por las tempestades y las tormentas, así que tanto en el
perdido.
Por lo tanto, en el último verso nos encontramos con varios elementos que hacen alusión a
una búsqueda de paz por parte del poeta, ya que tanto el ensueño como la armonía
representan un consuelo ante una realidad caótica y una existencia desdichada, el poeta está
ciego y loco por lo difícil que le resulta mirar y entender los conflictos del mundo que
De este modo la intuición nos permite imaginarlo gravemente confundido, lo cual está
representado por la ceguera y la locura que le impiden ver y hallar un rumbo certero, es por
ello que el poeta busca la sabiduría como alivio, puesto que precisamente lo que le causa
mayor angustia es estar inmerso en una vorágine de acontecimientos sin sentido, pero el
hecho de encontrar a lo que experimenta un claro sentido puede proporcionarle la paz que
necesita e implora a Jesús que en el imaginario cristiano aparece siempre como una figura
(Darío 141-142).
En el primer verso de esta estrofa el poeta declara que soñar es aquello que lo hace sufrir,
ya que la intuición nos hace ver que no se trata del sueño que viene mientras dormimos,
sino de un deseo que tiende hacia lo idílico. Por lo tanto, se desata una crisis interior en el
próspero.
Enseguida, en el segundo verso y parte del tercero, tenemos elementos que reafirman la
“SPES” es el último poema que será objeto de nuestro análisis, en el cual podremos advertir
una forma de lo trágico que es distinta a la que revela el poema anterior, pero ambas
comparten un mismo origen. Veamos entonces lo que la intuición del poeta ha logrado
hacer con los elementos que constituyen las imágenes poéticas en este caso.
(Darío).
En el primer verso de esta estrofa podemos observar claramente que el poeta dirige sus
palabras a Jesús, quien representa la espiritualidad que ha perdido y por lo que ahora sufre,
por esa razón invoca a quien es capaz de perdonar agravios como ningún hombre en la
tierra, así que la intuición lo convierte en el consuelo y en el refugio que un poeta abrumado
En el segundo verso nos encontramos con una súplica en que el poeta ruega a Jesús que
escuche sus palabras, luego lo llama “sembrador de trigo” y aquí tenemos un elemento
con sus nutrientes, así el poeta por medio de la intuición hace una asociación entre lo
material y lo espiritual.
Por lo tanto, nos dice que Jesús es quien siembra el trigo en los hombres, es decir, es quien
deposita la semilla de la fortaleza que necesita su alma para vivir y es precisamente lo que
anhela el poeta. Enseguida tenemos una nueva súplica, pero esta vez lo que pide el poeta a
Jesús es “el tierno pan de sus hostias” y aquí nos percatamos de que se vuelve a solicitar un
alimento, el poeta tiene hambre, pero no es su cuerpo sino su alma de donde proviene esta
necesidad.
En este sentido la intuición nos permite entender que el poeta afligido busca ser confortado
a través de la ternura de Jesús, en su amor está el sustento del alma y las hostias representan
lo que santifica lo impuro, es decir, aquello que purifica los pecados, y por consecuencia, el
sufrimiento humano.
En los últimos dos versos el poeta vuelve a hacer un ruego, pero ahora ya no pide alimento
sino una gracia que tenga el poder de apartar de él toda ira y lujuria. Además el poeta
quiere también librarse del infierno, pero al parecer no se refiere a él como comúnmente
de su infierno interior, ya que si el infierno está lleno de dolor y llanto, esto representa la
amargura que el poeta lleva dentro, la cual está conformada sobre todo por los estragos de
la ira y la lujuria. De este modo, la súplica que se hace es de manera general de consuelo y
de purificación, y Jesús es el indicado para llevar a cabo sin duda esta acción compasiva,
Fuentes citadas.
Anderson Imbert, Enrique. La originalidad de Rubén Darío. Buenos Aires: Centro Editor de
Armijo, Roberto. “Rubén Darío y su intuición del mundo”. Estudios sobre Rubén Darío. México:
Bras Ruíz, Ismene Ithaí. “La construcción de lo trágico en la modernidad y la tragedia griega”.
Darío, Rubén. “Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas”. Rubén Darío. Del símbolo a
De Unamuno, Miguel. Del sentimiento trágico de la vida. México: Espasa - Calpe, 1993. Impreso.?
Díez de Revenga, Francisco Javier. “Los poemas filosóficos de Rubén Darío”. Monteagudo. 2007:
file:///C:/Users/juand/Downloads/Dialnet-LosPoemasFilosoficosDeRubenDario-
2898862%20(1).pdf
Díez de Revenga, Francisco Javier. “Reseña sobre Rubén Darío, poeta trágico. Una nueva visión”.
http://dadun.unav.edu/bitstream/10171/4438/1/1.%20RESE%C3%91AS.pdf
Lukács, Georg. “Metafísica de la tragedia”. El alma y las formas. Teoría de la novela. México:
Pacheco, José Emilio. Antología del modernismo. México: UNAM y Era, 1999. Impreso.
Pacheco, José Emilio. “1899: Rubén Darío vuelve a España”. Rubén Darío. Del símbolo a la
Schulman, Iván. Génesis del modernismo. México: Colegio de México, 1968. Impreso.