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República Bolivariana de Venezuela ministerio del poder popular para la

educación.

Universidad José Antonio Páez

Sección: 103d2

Derecho civil.

Integrantes: Jennifer Garcia.

Beatrix López.

Felipe Ollalba.

Diana gil.

Fulvio Mastrelia.
Sentencia de Fecha 30/09/2003

Expediente: 01-677

Numero: RC.00623

Sala: Sala de Casación Civil

Ponente: Antonio Ramírez Jiménez

Partes: Isabel Pulido Benítez de Orozco contra José Rogelio Orozco Grisales y
Otros

Procedimiento: Recurso de Casación

Decisión: sin lugar

La acción oblicua es también denominada acción subrogatoria por cuanto el


acreedor se subroga la posición de su deudor. A través del ejercicio de esta
acción, el acreedor no sustituye al deudor, sino que el acreedor solamente está
ejerciendo el derecho de su deudor. Esta Acción Oblicua está consagrada en el
Artículo 1278 del C.C.V. expresa: Los acreedores pueden ejercer, para el cobro
de lo que se les deba, los derechos y las acciones del deudor, excepto los
derechos que son exclusivamente inherentes a la persona del deudor. Los
acreedores solo están facultados a dirigirse contra un tercero ejerciendo bajo la
forma de acción un derecho perteneciente al deudor. Se supone entonces, que
el deudor tiene una acción por ejercer (como cobrar un crédito, reivindicar un
bien, etc.).

Según Montero Piña es el poder que el ordenamiento jurídico atribuye a los


acreedores para ejercitar los derechos y acciones que corresponden a su
deudor con el fin de cobrar de esta manera lo que se debe. Una de la principal
finalidad de esta acción es ejercitar los derechos que tiene el deudor,
dirigiéndose contra el sujeto pasivo de esos derechos. Si bien es cierto la regla
general de estas mismas nos señalan que los acreedores pueden ejercitar
todos los derechos y acciones por parte del deudor, pero existe también una
excepción la cual consiste principalmente en que no pueden ejercitarse todos
aquellos que sean inherentes a su persona.

El acreedor no necesita justificar plenamente esta acción ya que le basta


demostrar que ha iniciado un procedimiento de ejecución y que no se han
encontrado los suficientes créditos para cubrir el crédito correspondiente. Cabe
destacar que el patrimonio del deudor es la principal garantía para el acreedor.

En la sentencia donde se demanda a JOSÉ ROGELIO OROZCO GRISALES,


ROGER LEONARDO OROZCO ALIENDRES y UVER FREDDY OROZCO
GALVIS, por parte de la demandante ISABEL PULIDO BENÍTEZ DE OROZCO
conyugue del primero que se nombra se basa en proteger sus bienes
patrimoniales obtenidos en matrimonio ya que las demás partes realizaron
unas compras de unas acciones en sociedad con el dinero(en cuotas) de su
conyugue.

Ella alega que estos realizaron las compras no para ellos sino para jose
Orozco quien supuestamente suministro el dinero a tales fines. Ante esto el
Tribunal comparte la tesis del doctor Melich en el sentido de que la actora no
tiene en este caso acción de simulación sino la posibilidad legal de pelear
contra los compradores aparentes exigiéndoles el cumplimiento de los términos
del mandato indirecto otorgados por su marido, al estar en juego bienes de la
comunidad conyugal, como ella lo afirma, a los fines de hacer entrar en el
patrimonio conyugal las cuotas objeto de la negociación (acción oblicua).

Ya que si se compraron con el dinero de su conyugue de forma directa o a


través de ROGER LEONARDO OROZCO ALIENDRES y UVER FREDDY
OROZCO GALVIS debería cumplirse una acción oblicua volviéndose ellos los
deudores y la demandante se convertiría en la acreedora donde pasaría la
decisión tomada por su conyugue al cobrarle la deuda de las cuotas de forma
directa a ellos acción ésta que prevé el artículo 1278 del Código Civil y cuyo
objeto es ejercer, para el cobro de lo que un deudor deba, los derechos y
acciones de éste.

La demanda fue declarada sin lugar ya que las bases utilizadas como prueba
no fueron suficientes para el juez, fue dada como incoherente ya que se ve
dada de forma clara la relación existente entre el conyugue de dicha actora
JOSE ROGELIO y los compradores de las cuotas, conforme que estos no
adquirieron para sí sino para aquel, también se ve que esta fue otorgada por
una relación de mandato ya que este era padre y hermano de los compradores
y no una interposición simulada de persona, el dinero no fue dispuesto de
manera obligatoria sino de mutuo acuerdo.

La acción oblicua no se cumple fue utilizado el artículo 1278 del C.C.V como
fundamento para la demanda creando una contradicción ya que es muy
distinto a una simulación a través de persona interpuesta (presta nombre o
testaferro), que es una variable o variante de la simulación clásica. Es cierto
que el juez conoce el derecho pero esto no puede llegar al extremo de
desconocer la acción ha sido ejercida y sostener que sería otra, pues hacerlo
significa no atenerse a lo alegado y decidir con desarreglo a la pretensión
deducida.
Acción Pauliana

Es un mecanismo de defensa de los acreedores, dentro del derecho de


obligaciones, mediante el cual éstos pueden solicitar la revocación
de actos realizados por el deudor en su perjuicio.
Para poder ejercer la acción pauliana, el deudor tiene que estar en estado
de insolvencia, pues de lo contrario, este puede disponer de sus bienes a su
antojo, siempre que conserve la capacidad de honrar las obligaciones que ha
contraído.
Se basa en la venta o enajenación fraudulenta que el deudor haga de sus
bienes que perjudica en forma aun más notoria al acreedor, quien se
encontraría con un insolvente en la oportunidad de querer hacer efectivo su
derecho de crédito.
Mediante la acción pauliana el acreedor puede hacer inoponibles los actos
fraudulentos celebrados por el deudor con terceros con el objeto de
desprenderse de su patrimonio, convertido en bienes fáciles de ocultar (dinero
en efectivo) o disminuirlo en tal grado que quede burlado el crédito aquel.

Para ejercer la acción pauliana, es necesario que:

 Que el deudor lleve a cabo una enajenación o renuncia de derechos.


 Que se reúnan dos condiciones, una, que el acto perjudique la solvencia del
deudor de manera significativa y por ello perjudique al acreedor, y por otra
parte, que exista consilium fraudis o el acto sea a título gratuito.
Resumen de la Sentencia

En iniciación de la sentencia, se presenta la problemática de unos


honorarios que les corresponden a la abogado defensora del caso presentado
a ella, que es la defensa judicial del condenado EDUARDO JOSE GEMZA
RAMÍREZ contra JOSÉ MUJICA, donde por parte de decisión del tribunal le
correspondía el pago de Bs 100.000.000, provenientes de sus honorarios.
Luego al ver la situación de irresponsabilidad de la parte demandada
EDUARDO JOSE GEMZA RAMÍREZ de no cancelar los honorarios, la abogado
se ve forzada a solicitar ante el tribunal el amparo de una acción pauliana, por
fraude pauliano, que presentada la demanda ante el tribunal tiene el estatus de
acreedora de el ciudadano demandado.
Cuando se inicia la investigación del caso, es porque la abogada
acreedora se da cuenta de los actos de simulación fraudulentos de el
ciudadano demandado, actos que iniciaron con la partición de ganancias
provenientes de su divorcio con la ciudadana MARGARITA DE JESÚS
RAMÍREZ MORA donde le adjudica la totalidad de las ganancias efectuadas de
la enajenación de los bienes dejando obvio que el beneficio solo lo obtenía una
persona, siendo eso causal de un acto fraudulento de insolvencia del deudor
hacia su acreedora, para no poder ejercer el derecho de crédito.
La enajenación de estos bienes fueron de los bienes inmuebles de:
casa-quinta ubicada en la urbanización Nueva Segovia, Calle 6 entre Carrera 2
y 3 de esta ciudad Barquisimeto, Municipio Catedral, Distrito Iribarren, Estado
Lara y el terreno propio sobre esta construida con una superficie de 545,60
Mts2, valorado en Bs. 2.400.000; un lote de terreno constante de 35 metros de
frente por 160 metros de largo, con una superficie de 5.600 metros, ubicado en
El Espinal, Distrito Díaz del Estado Nueva Esparta, valorado en Bs. 1.000.000;
unas bienhechurías que consiste en deforestación y mecanización de una finca
fomentada y fundada en un terreno nacional, ubicado en el Caserío Lagunitas,
Municipio Freitez, Distrito Crespo, Estado Lara, constante de 35 hectáreas
aproximadamente, valorado en Bs. 500.000. donde recibe la totalidad de las
ganancias su ex esposa, dejando en evidencia que numerosos son los hechos
de los cuales surgen las presunciones de simulación: El vinculo de parentesco
entre el ciudadano EDUARDO JOSÉ GENZA RAMÍREZ y se exconyuge
MARGARITA DE JESÚS RAMÍREZ MORA. El precio de la partición según los
montos, la fecha de realización de la partición, y más aun que luego de
trascurrido el plazo de 5 años se haga una liquidación de bienes en su favor
que representaría un acto totalmente gratuito en su beneficio.
Que con ello se tipifica el fraude pauliano, establecido en el artículo
1279, 1280 y 1281 del Código Civil. Que es por lo que demanda se declara en
“fraude pauliano” de la partición efectuada por el fraude de sus derechos como
acreedor del codemandado EDUARDO JOSÉ GEMZA RAMÍREZ.
A lo que es obvio que las partes demandadas, declaran que es
totalmente falso que esa enajenación, liquidación o regalo de bienes en
beneficio de la otra persona no fue de manera dolosa y en complicidad que
lograran hacer ver la insolvencia del ciudadano codemandado. Por supuesto
para poder ratificar la credibilidad de sus acciones fue alegado que ciertamente
ellos fueron cónyuges y que la partición de esos bienes se hizo de manera
voluntaria a beneficio de una de las partes. Este proceso lo realizaron en 2
documentos el primero en la cual se le da de manera exclusiva la cuota parte
que le correspondía al ciudadano EDUARDO GEMZA, que por tanto
subsistieron un cuerpo de bienes que no fueron objeto de la partición parcial
voluntaria y por tanto se otorgaron en un segundo documento adjudica de
manera exclusiva a la ciudadana MARGARITA RAMÍREZ la cuota parte de los
bienes de la comunidad de gananciales que le correspondía. Que siempre
hubo un bien inmueble que hacía parte de la comunidad que no formó parte de
ninguno de los dos documentos contentivos de la partición, que el mismo
continuó siendo un bien común, y que dejaba sin efecto la acción presentada
por la abogado de fraude pauliano, que no tenía fundamento ya que uno de los
requisitos para que se cumpla es la insolvencia del deudor y no fue así sino
que en vez de solicitar Bs100.000.000, estaba sobrepasando lo estimado de su
pago con Bs 300.000.000.
Luego se demuestra que ciertamente el recibió la cuota exclusiva de su
parte y no pudo quedar en insolvencia lo cual dejaría sin efecto lo interpuesto
por la abogado que buscaría más bien embargar un bien para su favor, que
ellos realizaron ese acto o los hechos no de manera dolosa ni planificada y
para la acción pauliana necesita indudablemente estos requisitos, y más aun
que afecte directamente el derecho de crédito de su acreedor y que los actos
realizados por ellos fueron con anterioridad y estaban cumpliendo solamente
con procedimientos legales.
Luego en la parte probatoria cada un se encargo de realizar los trámites
adecuados de demostrar y desvirtuar a su contra parte a lo que el tribunal
decidió con lugar la acción realizada por la abogado a favor de su derecho de
crédito y de revocar la acción fraudulenta de los ciudadanos demandados de la
liquidación de su partición, que efectivamente fue así tomada la decisión.
La acción de simulación se constituye en perseguir la declaración por parte
de autoridad judicial competente de la inexistencia de un acto o negocio
jurídico, el cual efectiva y realmente no fue realizado o ejecutado pero que a
fines prácticos se tiene como que si aquel fuera real, por lo que simplemente se
busca el ocultamiento del verdadero negocio jurídico, lo cual en muchos casos
puede ser empleado con fines fraudulentos o de perjuicio y lesión de los
derechos de uno o varios acreedores. Como ejemplo podemos traer a colación
por ejemplo el caso en el que un padre traspasa a su hijo la propiedad de un
inmueble que es susceptible de una acción de embargo, pero en el plano
practico, real, quien actúa con el carácter de dueño-propietario sigue siendo el
padre, esto con el único fin de hacer ver que jurídicamente no posee el bien, es
decir, no forma parte de su patrimonio.

Es por ello que la parte accionante en la acción de simulación busca que por
vía jurisdiccional se declare la revocatoria de la venta o traspaso de un derecho
de propiedad el cual fue efectuado única y exclusivamente con el fin de simular
o aparentar que el mismo pertenece a un tercero aun cuando quien vende
sigue actuando con carácter de propietario de la cosa. El efecto de dicha
acción apremia que el bien sea reincorporado al patrimonio del propietario que
en componenda o no con un tercero (ya que este puede actuar de buena fe, es
decir con desconocimiento de la intención de simular) realizó un negocio, en
ocultamiento del verdadero, como ya explicamos con el ejemplo ut supra
señalado.

En el contexto de la legislación Venezolana vigente, los artículos 1.279, 1.280 y


1.281 de nuestro código civil contienen las acciones que el acreedor podría
intentar contra su deudor cuando estuviera en presencia de alguna acción
fraudulenta en perjuicio de su derecho, así como también abre la posibilidad de
la declaración de la simulación como método de fraude, aunque no siempre la
simulación revista carácter fraudulento, ya que no en todos los casos la
simulación busca afectar deliberadamente los derechos de una de las partes,
cabe la posibilidad que simplemente se produzca la simulación con otros fines,
inclusive benéficos, y no con fines dañinos a uno o varias partes.

Resumen de la sentencia
La sentencia objeto de estudio consiste en un recurso de casación intentado
por el ciudadano Ernesto Otto Gerlach contra las sociedades Mercantiles
CONSTRUCTORA M ENTRE, C.A., CONSTRUCTORA GAFAR, C.A.,
CONSTRUCCIONES LOPRIFE, C.A., y las asociaciones civiles OM EGA 96 y
BELVEDERE en relación a el juicio por acción pauliana y acción de simulación,
intentado ante el Juzgado Octavo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
La sentencia, recurrida por ante el Juzgado Superior Sexto en lo Civil, Mercantil
y del Tránsito de la misma Circunscripción Judicial, dicto sentencia en fecha 28
de abril de 2008, mediante la cual declaró: 1) Sin lugar el recurso de apelación
interpuesto por el demandante; 2) La nulidad del fallo dictado por el juzgado de
la cognición en fecha 11 de julio de 2007; 3) Inadmisible la demanda incoada
por el accionante por acción pauliana y acción de simulación, interpuestas en
forma conjunta contra las demandadas, de conformidad con lo establecido en
el artículo 78 del Código de Procedimiento Civil.

Es por ello que la parte actora ocurrio ante la Sala de Casacion Civil del
Tribunal Supremo de Justicia para la revisión de la sentencia emanada del ad
quem que declaro inadmisible la demanda por calificar que la acción pauliana y
la acción de simulación son excluyentes entre sí, lo cual fue negado y
sustanciado por quien recurre ante los Magistrados de la Sala.

En un principio la parte actora alega en autos que ambas acciones se pueden


intentar ya según la misma no incurren en ninguno de los supuestos
establecidos en el Artículo 78.- del Código de Procedimiento Civil que reza lo
siguiente:

“No podrán acumularse en el mismo libelo pretensiones que se excluyan


mutuamente o que sean contrarias entre sí; ni las que por razón de la materia
no correspondan al conocimiento del mismo Tribunal (sic); ni aquellas cuyos
procedimientos sean incompatibles entre sí.”

Sin embargo considero la juzgadora de alzada que tanto la acción pauliana


como la de simulación se excluyen entre si, ya que mientras la primera busca
determinar la declaración existencia de un acto, la segunda busca todo lo
contrario, es decir la inexistencia del acto en cuestión. Aunado a lo solicitado en
el escrito libelar por la parte demandante, el tribunal determinó por motu propio
que la parte actora lo que buscaba era una nulidad de venta del inmuble objeto
de la causa, aunque esto no fuera solicitado por el accionante; muy a pesar de
ser este un exceso denunciado por la parte actora de conformidad con lo
establecido en el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, tipificada la
infracción del ordinal 5° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con la violación del artículo 12 ejusdem, referidos a la obligación
del juez de dictar una decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la
pretensión deducida, esto es, al establecimiento de los hechos, así como de
atenerse a lo alegado en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera
de éstos ni suplir argumentos de hecho no alegado

Muy a pesar de que la Sala de Casación Civil del TSJ reconoce la presente
infracción por el Ad Quem, la misma determina que el vicio no incide en el
dispositivo de la sentencia y por ende en el fondo de la decisión, y pasa a
analizar y decidir sobre la cabida en un mismo libelo de demanda de la acción
pauliana y de simulación, llegando a la conclusión que ambos son excluyentes
entre sí por el fin que persiguen y que por ende constituyen una acumulación
inepta, razón esta por lo que la mayoría de la sala pasa a decidir que el
Recurso de Casación incoado ante la mencionada Sala no procede con
respecto a la decisión recurrida ante el Juzgado Superior Sexto en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, de seguida pasa a determinar que debido a que la causa fue
retrocedida al momento de admisión de la misma y siendo esta declarada
inadmisible, la parte actora fue derrotada totalmente, por lo que es condenada
al pago de las costas procesales causada a la parte demandada y así lo
declara.

Finalmente el Magistrado Luís Antonio Ortíz Hernández salva su voto motivado


a que la Sala, en poco o en nada tomo en cuenta la infracción denunciada por
el accionante referida al exceso incurrido al incluir la Nulidad de Venta como
petición en la demanda, considerando este que el vicio es motivo suficiente
para retroceder la causa al estado de sentencia, más no al de admisión y
menos aun declarando la demanda inadmisible, por lo cual decide no
acompañar al resto de la Sala en la decisión tomada.

Si bien en la sentencia in comento se evidencia que lo solicitado por el


demandante por razones y elementos ut supra señalados tanto en la sentencia,
como en el presente, no podían demandarse en un mismo libelo, a juicio
particular la sala obvió una falta ocasionada por el tribunal al proceso apelado,
lo cual lesiona de manera directa el debido proceso y requisitos sine qua non
que un juez debe emplear al momento de estudiar, fundamentar y decidir una
causa, los cuales no son cualquier cosa y representan precedentes que
pudieran muy bien alentar a otros juzgadores (as) a atribuirse estas ligerezas
que para nada ayudan al derecho y que contrarían el espíritu del legislador
plasmado en nuestro Código de Procedimiento Civil; por lo que debe garantizar
en la Justicia Venezolana no sólo el estado de Derecho y el imperio de la Ley,
sino de igual forma la salvaguarda de cada una de las etapas y requisitos o
elementos procesales establecidos en nuestro margo legal y lo cual garantiza
la legitimidad del proceso y la decisión que de él resulte.

Acción de nulidad: La acción de nulidad es aquel proceso en donde se busca


la invalidez de un acto jurídico, que provoca que una norma, un acto jurídico,
un acto administrativo o acto judicial deje de tener efectos jurídicos, es decir
que tenga nulidad al momento de su celebración. Para que dicha norma o acto
sean nulos se requiere de una declaración de nulidad, expresa y que el vicio
que lo afecta sea coexistente a la celebración del mismo.

Descripción del caso:

Por lo consiguiente se lleva a cabo un juicio por nulidad de acta de


asamblea donde una ciudadana, en su propio nombre y representación de sus
dos hijos menores de edad demanda en otra ciudadana en nombre propio y en
representación de su hija menor en el Juzgado Superior Primero en lo Civil,
Mercantil, del Tránsito, del Trabajo, de Protección del Niño y del Adolescente y
Amparo Constitucional

Donde se inicia una acción de nulidad de asamblea extraordinaria, invocada


por parte de la demandante por considerar que el mencionado acto está viciado
de nulidad, por cuanto en la celebración de dicha asamblea no se cumplieron
las formalidades que exige la ley como el nombramiento de un curador
especial a los menores de edad, así como la autorización del juez de
Protección del Niño y del Adolescente, para poder ejercer actos de comercio y
disponer de los bienes patrimoniales de la herencia de los referidos menores.
Mediante la cual declaró con lugar la caducidad de la acción propuesta por la
parte demandada y sin lugar la apelación interpuesta por la parte demandante,
confirmando así el fallo dictado por el Juzgado de Primera Instancia.

Dichas acciones de solicitud de nulidad de las asambleas se rigen por lo


establecido en el artículo 1.346 del Código Civil, el cual tiene una prescripción
de un Período de cinco años para las acciones de nulidad y no una caducidad,
mas aun en el presente caso, en donde la acción de nulidad es intentada a fin
de proteger los intereses de unos menores, por considerar el demandante, que
no se cumplieron las formalidades establecidas por ley y que debían obrar en
favor de los menores involucrados, en la asamblea cuya nulidad se solic

Fundamentos:
Dicho caso expuesto tiene sus fundamentos en el artículo 1.346 del Código
Civil que consagra que la acción para pedir la nulidad de una convención es de
cinco años, dejando de tener vigencia cuando exista una disposición especial
en relación al tiempo necesario para que se extinga el derecho, por lo que la
asamblea cuya nulidad se solicita no es procedente al operar la caducidad en
virtud de dicha Ley, al haber transcurrido más de un año desde la publicación
del acta de dicha asamblea.

El lapso previsto en el artículo 1.346 del Código Civil, es de prescripción y


no de caducidad, es irrevocable declarar que el Juez de la recurrida violó la
comentada disposición legal cuando falsamente consideró que los cinco (5)
años establecidos para intentar la nulidad de una convención era un plazo de
caducidad, con la salvedad de que ese principio deja de tener vigencia cuando
exista una disposición especial, por supuesto con relación al tiempo necesario
para la extinción del derecho a que se haga referencia en cada caso; lo cual
produjo, además, que se incurriera en la falsa aplicación del ordinal 10 del
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, y en consecuencia se declarara
la caducidad de la acción propuesta como cuestión previa

Por Autoridad de la Ley se declara con lugar la caducidad de la acción por la


parte demandada, y sin lugar la apelación interpuesta por la parte demandante.

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