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Abikú 1

Escrito por iyamioya 05-11-2010 en General. Comentarios (0)

ABIKU

Del mismo gran maestro Pierre Verger quien nos saca de la ignorancia en este tema, con su
investigación y valor, cuyo legado será eterno.

Si una mujer, del país yoruba da a la luz una serie de niños que nacen muertos o que mueren a
corta edad, reza la tradición que no es la venida al mundo de varios diversos niños, sino de
diferentes apariciones del mismo ser (para ellos malefico), llamados àbíkú (el que nace para morir)
quien se cree que va a venir al mundo por un breve momento para volverse al país de los difuntos,
órun (el cielo), varias veces.

Pasa así su tiempo, yendo y viniendo del cielo hacia el mundo sin permanecer aquí por mucho
tiempo, para el gran desespero de sus padres, deseosos tener niños vivos.

Esta creencia se encuentra en los akan - odduns, donde una madre llamada awomawu (él cargador
de niños en el mundo para la muerte). El ibo llama el ogbanje del abikú, el Hauças del danwabi y
del fanti, kossamah.

Encontramos la información con respecto a abikú en ocho itans-odduns (historias) del ifá, sistema
de adivinación yorubá, clasificado en el odu 256 (señales del ifá).

Estas historias demuestran que el órun del abikú forma una sociedad en el egbá (cielo), presidido
por Iyàjansà (madre-si-palpita-y-se va) para los varones y el Olókó (jefe de la reunión) para las
niñas, pero es Aláwaiyé (rey de Awaiyé) quien es llevado al mundo por primera vez en su ciudad de
Awayié. Allí es donde está el bosque sagrado del abikú, donde los padres del abikú van a llevar
ofrendas de modo que estén en el mundo.

Cuando vienen del cielo para la tierra, el abikú pasa los límites del cielo delante del protector de la
puerta, órun del oníbodé, sus compañeros abikus van con él hasta este lugar en donde se dicen
hasta pronto. Los que parten declaran el tiempo que van a estar en el mundo y qué harán.

Le prometen a sus amigos que no estarán mucho tiempo ausentes, éstos niños a pesar de todos los
esfuerzos de sus padres, volverán, para encontrar a sus amigos en el cielo . Los Abikú pueden estar
en el mundo por períodos más o menos largos.

Una abikú femenina llamada “A-morte-os-puniu”(muerte-que-castiga) declara delante de órun del


oníbodé que nada que sus padres hagan será capaz de retenerla en el mundo, ni regalos, ni dinero,
ni ropas, ni las ropas que les ofrezca, ni todos las cosas que quieran hacer por ella, atraeran sus
miradas ni le satisfarán.

Un abikú varón, llamado ilere, dice que rechazará el alimento y todas las cosas que desean darle en
el mundo. Aceptará todo esto en el cielo.

Cuando Aláwaiyé llevó doscientos ochenta Abikú al mundo por primera vez, cada uno de ellos
había declarado, al pasar la barrera del cielo, el tiempo que iría a estar en el mundo:

· Uno de ellos propuso volver al cielo el día que viera a su madre.

· Otro, iría a esperar hasta el día que sus padres decidieran casarse.

· Otro, que volvería al cielo, cuando sus padres concibieran a nuevo hijo.

· Otro, que regresaría, el día que comenzara a caminar.

· Otros prometen a iyàjanjasà, quien dirige su sociedad en el cielo, respectivamente, regresar en


siete días, o cuando comience a caminar, o cuando comiencen a arrastrarte por el suelo, o cuando
comiencen a tener dientes o a estar en pie.

Nuestras historias del ifá nos dicen que ciertas ofrendas hechas con conocimiento de la causa son
capaces retener en el mundo este àbíkú y de hacerles olvidarse de sus promesas de ir de vuelta,
rompiendo así el ciclo de sus constantes idas y vueltas entre la tierra y el cielo, porque, una vez el
tiempo marcado para volver haya pasado, sus compañeros se arriesgan a perder poder sobre ellos.

Es así que en estas cuatro historias que encontramos, las ofrendas que componen de un tronco del
árbol de plátano y de otras cosas. Uno solamente de los casos dichos, el tercero, explica la razón de
estas ofrendas:

Un cazador que estaba en el momento de la travesía de unos àbíkú, escuchó cuáles eran las
promesas hechas por 3 àbíkú que marcarían su tiempo de regresar al cielo.

· Uno de ellos promete regresar de la tierra cuando el fuego que su madre use para preparar sus
papillas, se acabe por falta de combustible.

· Otro prometió que regresaría cuando el paño que su madre use para cargarlo se le rompa.

· El tercero dijo esperar para morir el día donde sus padres le digan que han decidido vivir juntos.

El cazador va a visitar a las tres madres en el momento donde están dando a la luz sus niños àbíkú
y las aconseja así:

· A la primera, que no permita que se queme enteramente la leña debajo de la olla donde cocina
las papillas para su hijo;
· A la segunda, que no permita que se le rasgue el paño que use para cargar a su hijo, que use un
paño de diversa calidad, bueno.

· A la tercera le recomienda no especificar ni anunciar cuando será el día donde su hijo tendrá que
ir a vivir para la casa de su marido.

Las tres madres van entonces a consultar la suerte con ifá, y les recomienda a ellas que hagan
ebbo, respectivamente con ofrendas de un tronco del árbol de plátano, piel de una cabra y de un
gallo, obstaculizando así la manera que los 3 Abíkú habían marcado el tiempo de volver al cielo.

Porque, si la primera instala un tronco del árbol de plátano en el fuego, destinado para cocinar al
papilla de su hijo, antes que él se apague, el tronco del árbol de plátano, lleno de una savia
esponjosa, no podrá quemarse del todo, y el abikú, viendo que no encuentra la leña consumida
por el fuego, dice que el momento de su salida todavía no ha llegado.

La piel de la cabra se ofreció para que le sirviera a la segunda madre de paño fuerte que al usarlo
para tomar a su hijo, nunca se rompa y así al abikú del niño no encontrar que este paño se rasgó
no va a poder guardar su promesa.

No se sabe exactamente el ofrecimiento del gallo, pero la historia cuenta que cuando llegó la hora
de decir al hijo que tendría que ir a vivir a casa de su marido, los padres no le dijeron nada al niño y
bruscamente le enviaron.

Estos 3 abikú no pudieron mantener la promesa que habían hecho, porque no se habían sucedido
las circunstancias que debían anunciar su salida de la tierra tal como lo habían declarado delante
del órun del oníbodé. El abikú de estos tres niños no va a morir más. Habían seguido entonces otro
camino.

Comentamos esta historia con algunos detalles porque ella ilustra el mecanismo de ofrendas y de
su función bien. No es su lado anecdótico (de la leyenda) el que interesa aquí, sino la tentativa de
la demostración de los yorubás que la suerte (destinación) se puede modificar, en cierta medida,
cuando se saben ciertos secretos.

Entre las ofrendas que las llevan a cabo aquí en la tierra, aparecen, en el primer plano las plantas
litúrgicas. Cinco de ellas se citan en estas historias:

· Abíríkolo (el lachnophera crotalaria, los papilolionacaae).

· Agídímagbayin (no identificado).

· Ídí (ivorensis, combretacae del terminalia).

· Àgborin de Ijá (no identificado).

· Crisálidas de Lara (ricinus communis - rojo del mamona).


Todavía más dos plantas se utilizan con frecuencia para sostener al abikú y eso no aparecen en
estas historias:

· Olobutoje (curcas, euphorbiaceae del jatropha).

· Eméré de Òpá ( americano, los sterculiaceae del waltheria).

Se ofrecen estas hojas que constituye una especie del mensaje, seguida por encantamientos. En el
país yorubá, los padres para proteger su abikú de los niños e intentar retenerlos en el mundo
pueden dedicar ciertas prácticas, por ejemplo, hacen incisiones pequeñas en las juntas del niño y
se frota atin allí (se hace polvo negro con ossum, las habas litúrgicas y las hojas en este extremo);
tambien hacen para atar a la cintura del ondè del niño un talismán hecho de este polvo
exactamente negro, contenido en una bolsita de cuero. La acción protectora buscada en las hierbas
expresada con fórmulas de encantamiento, se introduce en el cuerpo del niño por las incisiones y
fricción, así la parte del polvo negro, contenida en la bolsita de ondé, representa un mensaje no
verbal, una especie del material y la ayuda permanente del mensaje dirigido para los elementos
protectores contra los elementos hostiles, siendo esta forma de expresión menos efímera de la de
la palabra.

En otra historia, se hace alusion a los xaorôs, anillos proporcionados con guizos, usados en los
tobillos de los niños abikú, para que a su movimiento ausenten los amigos que intentan venir a
buscarlos en el mundo y recordarles sus promesas a ellos.

De hecho sus amigos no aceptan así tan fácilmente la carencia de la palabra del abikú, refrenada
en el mundo por las ofrendas, los encantamentos y los talismanes preparados por los padres, de
acuerdo con el consejo de los babalawos.

Ni siempre estas precauciones y ofrendas son suficientes para sostener a los niños abikú en la
tierra. Iyàjanjasà es muchas veces más fuerte. Ella no deja que funcione lo que las personas hacen
para retener los niños.

Contra abikú no hay remedios. Yiájanjàsá los atraerá a la fuerza para el cielo. Los cuerpos del abikú
que mueren así, a la fuerza, se mutilan con frecuencia. De modo que, dicen, pierdan sus atractivos
y sus amigos en el cielo no desean jugar con ellos, sobre todo para que este espíritu abikú
maltratado de esta manera, no desee más venir al mundo.

Este abikú del niño recibe en su nacimiento, nombres particulares. Algunos de estos nombres
provienen de saludos tradicionales.

Pueden ser clasificados:

Nombres que establecen su condición del abikú;

Nombres que les aconsejan a ellos que permanezcan en el mundo y les indican que las condiciones
para que el abikú regrese no sean favorables.
Nombres con promesas de buen trato en caso que se queden en el mundo.

Con frecuencia se encuentran en el país yorubá, estos nombres en adultos o los velhinhos que
gocen de buena salud, muestra de que muchos abikú están con favor en el mundo, quizás a causa
de las almas piadosas, o de todas esas precauciones, hacer caso a Orunmila y a la intervención de
los Babalawos.

ALGUNOS NOMBRES DADOS AL ABIKÚ:

· Aiyédùn - la vida es caramelo.

· Aiyélagbe - estamos en el mundo.

· Akúji - cuál es difunto, se despierta.

· Bánjókó - uno se sienta abajo con mí.

· Dúrójaiyé - debe gozar de la vida.

· Dúróoríìke - sea, usted que usted será mimada.

· Èbèlokú - él peticiones de modo que sea.

· Ilètán - la tierra acabada (no tiene más tierra para la encaja).

· Kòjékú - no consiente en morir.

· Kòkúmó - no muere más.

· Kúmápáyìí - la muerte no toma este daqui.

· Omotúndé - el niño se volvió.

· Tìjúikú - avergonzado de la muerte (la muerte no se va para matarle)

Estos itens completos se describen en una edición del compartimiento de Afro-Asia, en 14 - 1983,
bajo título. * La SOCIEDAD EGBÉ ÒRUN del ÀBÍKÚ, Los NIÑOS NACEN PARA MORIR VARIAS VECES *

Las ceremonias para el abikú pequeño parecen ser poco frecuentes entre los yorubás, la única que
atendió Pierre Verger, las ceremonias fueron hechas por el tanyinnon encargado del culto a los
dioses protectores de una familia tradicional del barrio de Houéta.

En un canto de la parte principal, ocho estatuas de madera con 20 centímetros de altura y fueron
colocadas sobre un asiento de barro. Todos los vestidos con telas igualeas, demostrando por la
uniformidad de sus ropas, pertenecer a una misma sociedad (egbé). Seises de estos estatuas
representa ábíkús y los otros dos, los ibeji.
Las ofrendas consistidas en:

oká (carpeta del inhame).

Obèlá (especie del caruru).

Èkuru (usado fuera de habas y del guisado en leves).

Dindi de Eran, dindin del eja (carne y fritos de los pescados).

Después de las plegarias del tanyionnon y de ofrecer parte de este alimento a las estatuas, el resto
fue distribuidos a la concurrencia.

Una sacerdotisa de Obatalá atendió la ceremonia, representando el enlace que existe entre el orixá
de la creación, la gente de los cuerpos mal formados, corcundas, descargados, albinos y aquellos
cuyo nacimiento fue anormal (àbíkú e ibeji).

ABIKÚ - CONSIDERACIONES DEL AUTOR EN LOS TIEMPOS DE HOY.

La herencia de los antiguos por sus creencias, historias y ritos de su práctica religiosa y cultural, si
adaptan y si se aplican en cualquier tiempo, con su sabiduría, con mucha propiedad.

En su tiempo, no se tienen referencias del aborto, sino en contraste, el esfuerzo por mantener la
vida, inclusive en cantidad. Para la práctica adivinatoria por medio del juego de Búzios,
identificamos hoy en día muchos de estos abikús, que percibimos en un segundo grado, muchos
que son "creados", comienzan a existir por ingerencia del ser humano por medio del aborto, es
algo simple de entender y ver por óptica y lógica astral/espiritual que no podemos simplemente
borrar de nuestra mente e inteligencia, o en el peor de las hipótesis, no podemos ingnorarla.

En instante donde está fecundado el óvulo al lado del espermatozoo, esta sustancia existente
nueva se le proporciona ya alma y el aspíritu, que los cristianos llaman el "ángel del protector" y
los yorubanos del "orixá" (Orixa de cabecera), este fenómeno consiste en la teología Yorubana, en
la leyenda de Ajálá, que será comentada.

Cuando la ejecución del aborto, propiamente dicho, el ser humano supuestamente ejerce su
derecho de eliminar eso que es; más solamente elimina la parte material, el cuerpo, que él creó
con el acto sexual de la procreación, el matar de la forma definitiva el embrión, el feto. Pero, ¿esta
materia ya está provista de alma y espíritu. Adónde se van? Ya que no fue creado, su alma y su
espíritu que se hacen? Para dónde se van? Este análisis no se hace generalmente y es de elevada
consideración, tendrá consecuencias? Claro, seriesísimas, que describimos aquí con mucha
certeza, basado en las constancias más diversas a través de los consultores, por más de dos
décadas, los síntomas del post-aborto, la presencia de esa "figura" que aparece de una forma
genética, derivada y oriunda de generaciones pasadas, o que son provocadas a volver en la misma
generación, y de las que se volverán en nuestros descendientes, y de la forma más inesperada
posible.

La gran mayoría de los seres que se tienen con deformidades, enfermedades serias, muertes
prematuras, tienen grandes posibilidades ser abikús fabricado por el hombre. Hoy en día, cuando
un nuevo niño muere, tiene mucha posibilidad de ser un abikú que se está volviendo al "cielo", así
como persiste la probabilidad a volverse en un hijo siguiente, aún en la misma generación o la
siguiente; cuando un niño es muy enfermo y corre riesgo de la vida, debe investigarse en la familia
si la madre ha tenido caso de aborto o muerte prematura, es muy posible.

Las reacciones (más de la madre que del padre, en caso del aborto, porque muchas veces el padre
no tiene conocimiento o no participa de la decisión) en su vida y en su día a día son sintomáticas:
en desequilibrio generalizado, en la vida personal, el trabajo, la casa, en los estudios, nada da
seguro, nada va bien, se apena, depresión, pesimismo, carencia del animo, aparentemente todo
tendría que estar bien, pero las cosas "no van". Es la influencia de "aquel ser", eso que contrario a
las leyes de la naturaleza, fue eliminado "físicamente", lo cual es un hecho grave para el otro plano,
próximo, de los padres, afectando sus vidas con estos síntomas.

Así mismo y por cuestión de justicia no podrá un abikú que "fue generado" por una familia,
aparecer en otra, que nada tiene que considerar con el acto irresponsable de otros, y percibe que
un niño que nace deforme de una cierta forma, o con una enfermedad seria de peligro de muerte,
donde quienes realmente sufren la plenitud por ellos, son sus padres (porque el dolor interno es
mayor que el dolor físico, y si el niño ya nace de esa forma, él no conocerá lo que es ser saludable,
no percibe y no se imagina como se debe sentir alguien normal, por lo tanto su dolor o problemas,
para sí mismo es normal).

Esta situación puede y debe ser tratada no sólo en el campo espiritual, los antiguos nos han dejado
instrumentos dentro de la religión yorubá, para hacerlo con ebós y ofrendas específicas, de los
cuales se valen con el mismo principio que se aplicó en los países yorubanos, "para engañar"
abikús; Mucho si se puede mejorar y modificar, evidentemente que habrá algunos casos donde el
nacimiento es irreversible, pero si puedo ser detectado por el babalorixá o la yialorixá competente,
donde son avisados que la madre podría traer un hijo abikú, por medio de ebbos y ofrendas se
puede evitar que el niño venga deforme o con algún problema serio, que en la realidad, nada más
son un "regreso bajo forma de castigo" de nuestros actos o de las generaciones pasadas, de un
proceso que nunca fue tratado o interrumpido.

De esta forma una vez que el aborto es una situación que trasciende a la mediación de las
personas, es algo ligado directamente a la naturaleza, y por lo tanto a su creador, se modifica o se
escapa de la ley de los hombres, pero no de la divino. Esto es un hecho porque ninguna religión de
la tierra permite el aborto.
Abikú 2

Escrito por iyamioya 05-11-2010 en General. Comentarios (0)

Abiku, abi, “el que posee iku,” “muerte”; por lo tanto, “predestinado a la muerte” es una palabra
usada para significar los espiritus de los niños que mueren antes de pubertad , y también una clase
de espiritus malvados que hacen a niños morir; un niño que muere antes de doce años de la edad
que es llamado un Abiku, y el espiritu , que causaron la muerte también que es llamado Abiku.

Parece ser que las zonas deshabitadas del país abundan con números de espiritus malvados o los
demonios, que sufren de hambre, sed, y frío, puesto que nadie les ofrece sacrificio no tienen
ningún templo, y que se están esforzando constantemente para mejorar su condición inscribiendo
a los cuerpos de bebés recién nacidos. Solamente un Abiku puede entrar y detener la vida de un
niño , como hay gran competición entre los Abikus para tal posición.

Cuando un Abiku ha inscrito a un niño que él toma para su propio uso, y para el uso de sus
compañeros, la mayor parte de los alimento que el niño come, consumen ellos. Es las demandas
incesantes que son hechas por el Abikus hambriento afuera, y que el Abiku dejado en un órgano
del niño,tiene que satisfacer, que destruyen a el niño, porque el conjunto de su alimento es escaso
para sus requisitos. Cuando se cree que un abiku esta lastimando a un niño adueñandose de un
organo de este,acustumbran a darle el doble de comida, para todo hecho al niño es sentido por su
Abiku. El Abiku dejado en un órgano, en gran parte, se identifica así llevando al niño a la
muerte.Una madre que ve a su niño gradualmente el perder de peso sin u7na causa aparente
concluye que un Abiku lo ha incorporado, que ella ha dado a luz a un Abiku, y que está siendo
hambriento porque el Abiku está robando todo su alimento.

Ella superticiosamente une los anillos de hierro y las campanas pequeñas por los tobillos del niño,
y cuelga cadenas del hierro alrededor de su cuello. El cascabelear del hierro y el tintinear de las
campanas se supone que aleja al Abiku, por lo tanto son muchos los número de niños que deben
ser vistos con sus pies pesados abajo con los ornamentos del hierro.

El niño recupera a veces su salud, y entonces se cree que este procedimiento ha sido eficaz, y que
el Abikus se ha conducido lejos.Sin embargo, no ocurre ninguna mejoria, o el niño crece peor, los
esfuerzos de la madre para expulsar al Abiku haciendo incisiones pequeñas en el cuerpo del niño, y
poniendo en esto las pimientas o las especias verdes,creyendo que de esa manera causará dolor al
Abiku y hará que él salga. El niño pobre grita con dolor, pero la madre endurece su corazón en la
creencia que el Abiku está sufriendo igualmente

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