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INTRODUCCION
Con el fin de fortalecer nuestra fe, aumentar nuestro compromiso y fidelidad al señor,
estamos desarrollando una serie de mensajes sobre lo que el señor Jesucristo
estableció como costo que debemos pagar para ser su discípulo.
En el mensaje No. 1 vimos el que el primer requerimiento que el señor indica debemos
cumplir para ser su discípulo, es que debemos amarlo por encima de nuestra propia
familia, hoy estudiaremos el segundo de los requerimientos que el señor establece para
ser su discípulo, es que debemos amarlo mas que a nuestra propia vida.
Para estudiar este segundo requerimiento que hace el señor para ser su discípulo,
tomaremos como base la porción de Mateo 16:24-26, donde el señor abundo en este
requerimiento de una manera más amplia, “25Porque todo el que quiera salvar su vida,
la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26Porque ¿qué
aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué
recompensa dará el hombre por su alma?”
Lo que el señor Jesucristo presento aquí como requerimiento para ser su discípulo,
podemos expresarlo y resumirlo en las siguientes tres verdades espirituales:
I. SALVANDO PERDEREMOS
II. PERDIENDO ENCONTRAREMOS
III. MURIENDO VIVIREMOS
3. La idea que el señor transmite aquí, es que cuando una persona se aferra
a su vida material, pierde bendiciones espirituales.
II. PERDIENDO ENCONTRAREMOS, Mt. 16: 25b, “…y todo el que pierda
su vida por causa de mí, la hallará”
ii. Segundo, perdió su buena relación con los Fariseos para defender
a Jesus, Juan 7:45, “45Los alguaciles vinieron a los principales
sacerdotes y a los fariseos; y éstos les dijeron: ¿Por qué no le
habéis traído? 46Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre
alguno ha hablado como este hombre! 47Entonces los fariseos
les respondieron: ¿También vosotros habéis sido engañados?
48¿Acaso ha creído en él alguno de los gobernantes, o de los
fariseos? 49Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es. 50Les
dijo Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de
ellos: 51¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le
oye, y sabe lo que ha hecho?”.
III. MURIENDO VIVIREMOS, V. 25, “…y todo el que pierda su vida por
causa de mí, la hallará”
1. El texto implica que la persona debe morir a su hombre carnal, para que
prevalezca su hombre espiritual
1. Perder la vida terrenal para hallar la vida espiritual Significa que la persona
renuncia al derecho de ordenar su propia vida, permitiendo que Cristo la
controle
2. Como creyente, debo morir a la vida que me satisface a mí para vivir la vida
que satisface a Dios. Como creyente, debo dejar de vivir para mí y vivir para
Dios. Como creyente debo hacer morir mi propia voluntad, para hacer la
voluntad de Dios.
3. La persona no debe tratar de salvar la vida en esta tierra porque todo lo que
hay en esta tierra es corruptible, envejece, decae, se deteriora y muere.
E. ES POR UNA CAUSA QUE VALE LA PENA, Mt. 16:25,b “…y todo el que
pierda su vida por causa de mí, la hallará”
1. La razón por la cual debemos renunciar a esta vida terrenal es por causa
de Cristo, la causa más digna por la cual podemos morir a la carne y al
mundo es para entregar la vida a Cristo y su obra.
Iglesia de Convertidos a Cristo 7
Pastor Luis José Valdera Cáceres El costo de seguir a Cristo – II
CONCLUSION
Hermano dedicas ahora un momento para identificar las cosas de la vida terrenal en las
que estas enfocado salvando, Y que te quitan la oportunidad de encontrar más
bendiciones espirituales, que te quitan la oportunidad de encontrar lugar en el plan de
Dios.
Identificas ahora las cosas que debes dejar para poder ganar un mayor crecimiento en
tu vida espiritual.
Identificas ahora las cosas que debes dejar para poder dedicar más tiempo a tu familia,
y consolidar la buena relación con tu cónyuge e hijos.
Identificas ahora las cosas que debes dejar, para poder ganar una mejor posición en tu
relación con Dios.
Establece como meta para el 2016: Entregar el trono de tu vida a Cristo. Vivir para
agradar a Dios y no a ti mismo. Someter tu voluntad a la voluntad de Dios. Crucificar tu
hombre carnal para andar en vida espiritual.