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coche?
Cuando existe un problema en las bujías del coche, lo más habitual (y
recomendable) es proceder a su sustitución, sobre todo para evitar males
mayores en el motor. Sin embargo, no siempre es necesario realizar el
cambio; en algunos casos puede bastar con limpiarlas correctamente.
Veamos algunas recomendaciones a la hora de limpiar bujías.
Bujías calientes: tienen la punta del aislador muy larga, por lo que el
recorrido del calor es más lento y así se mantienen a temperatura más
alta.
Bujías frías: la punta del aislador es más corta y, por tanto, el recorrido
que realiza el aire caliente es más corto, por lo que el recorrido es
también más rápido y las bujías se mantienen a temperatura más baja.
Estado normal: La bujía debe tener el pie del aislador de color blanco
grisáceo o gris amarillento.
Sucia: Sabemos que está sucia cuando está recubierta de depósitos de
polvo de hollín de color negro mate.
Carbonizada: Cuando existe un problema con la proporción de la mezcla
de combustible, en este caso más rica, la bujía tendrá carbón negro
incrustado.
Engrasada: Si hay alguna fuga de aceite en alguna junta puede provocar
que la bujía se encharque de aceite y no produzca la chispa suficiente.
Desgastada: El electrodo va desgastándose gradualmente hasta que ya
no genera chispa.
Con depósitos de plomo: La bujía se vitrifica dejando restos de un color
amarillento que puede llegar a tener una coloración verde.
Con ceniza: Presenta una capa gruesa de ceniza entre electrodos que
normalmente provienen de los diferentes aditivos del aceite y del
combustible.