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CLASIFICACIÓN DE LAS TIERRAS POR SU CAPACIDAD DE

USO

Una buena parte de la economía del departamento del Huila se sustenta en el recurso tierra,
principalmente a través de las explotaciones agrícola y ganadera. Para ello el departamento
cuenta con una amplia gama de climas, relieves y suelos.

Mediante el siguiente sistema de clasificación de tierra se agrupan en los suelos con base en
su capacidad para producir plantas cultivadas (cultivos, pastos y bosques comerciales), por
largas períodos de tiempo sin que se presente deterioro del recurso; además, se pueden
hacer generalizaciones basadas en la potencialidad de los suelos y en las limitaciones en
cuanto a su uso y manejo.

La interpretación de los estudios de suelos constituye la principal forma de comunicación


entre los reconocedores y los usuarios.

Se tomó como base el sistema de clasificación utilizado por el departamento de Agricultura


de los Estados Unidos (USDA 1985) ya que este sistema de clasificación permite interpretar
las condiciones agrícolas del suelo como medio para determinar el capacidad productiva de
las tierras. Los suelos son agrupados de acuerdo a sus limitaciones, riesgos de daño y
formas como responden al manejo.

Estos criterios constituyen los elementos básicos para establecer las clases de capacidad
definidas en el manual No. 210 del servicio de conservación de suelos de los Estados
Unidos y adaptado a nuestro medio por la Subdirección Agrológica del Instituto Geográfico
"Agustín Codazzi".

Las clases por capacidad son ocho y se designan con números romanos de I a VIII
representa y/o agrupa unidades cartográficas de suelos que presentan el mismo grado
relativo de limitaciones o riesgos, aumentando estos de la clase I a la VIII, de manera que a
medida que nos alejamos de la clase I, disminuye el número de cultivos que se pueda
producir, al mismo tiempo que aumentan las prácticas de conservación que deben realizarse
para proteger el recurso suelo. Por lo tanto el grado de capacidad va disminuyendo de la
clase I a la clase VIII en cuanto más drásticos y más numerosos sean los factores limitantes.

La subclase agrupa dentro de las clases a las tierras que tienen factores similares de
limitaciones y los mismos riesgos de deterioro para ser utilizados, se designan con las letras
minúsculas, e, h, s, c, así:

e = limitación por erosión o susceptibilidad a ella.


h = limitación por exceso de humedad edáfica.
s = limitación de la zona radicular.
c = limitación por clima.
En el departamento se establecieron las siguientes clases y subclases diferenciadas en
algunos casos con números arábigos para indicar su posición en diferentes climas: ver mapa
de clasificación de las tierras por su capacidad de uso escala 1:200.000.
De las ocho clases de capacidad, las cuatro primeras (I a IV) se considerarán adecuadas
para cultivos normales, si se emplean prácticas especificas de manejo de suelos, como
rotación de cultivos, uso de variedades adecuadas, encalamiento y fertilización adecuada;
prácticas culturales como arada, desyerbadas, fumigadas, etc, y obras de adecuación como
riego, drenaje y nivelación, entre otras. Las clase V a VII son apropiadas para cultivos
permanentes con sombrío. La clase VIII corresponde a tierras no aptas para actividades
agropecuarias.

A continuación se describen las características de la clase y subclases encontradas en el


estudio y que agrupan diferentes unidades cartográficas.

TIERRAS DE LA CLASE II

Los suelos de estas clases ofrecen pocas limitaciones y requieren prácticas fáciles de
conservación para prevenir la erosión por el agua o por el viento.

Subclase IIs

Esta subclase agrupa los suelos localizados en el piso térmico frío y húmedo de relieve
plano a ligeramente inclinado, con pendientes entre 1-3-7%, bien drenados, profundos y
poco susceptibles a la erosión; de textura franco arcillosa a franco arenosa. El uso de estas
tierras presentan ligeras limitaciones referidas a fertilidad y a la posibilidad de heladas
esporádicas que determinan la implementación de algunas prácticas de manejo para los
cultivos comerciales, requiriendo además de fertilización y de prácticas moderadas de
conservación, como cultivos en fajas en contorno.

Los suelos son aptos para cultivos de papa, cereales, maíz, fríjol, hortalizas (cebolla junca,
repollo, zanahoria, lechuga) habichuelas, arvejas, frutales (mora, curuba, ciruela, etc) y
ganadería intensiva con potreros mejorados en pasto kikuyo, poa, alfalfa, festuca, raygrass,
etc.

Hace parte de esta subclase los suelos del paisaje de montaña correspondientes a la unidad
cartográfica LLF; en sus fases a y b respectivamente.

TIERRAS DE LA CLASE III.

Los suelos de esta clase tienen limitaciones que reducen el número de cultivos agronómicos
propios de la región; requieren de prácticas moderadas de conservación y necesitan
sistemas especiales de manejo.

Subclase IIIs-1

La integran los suelos de la unidad cartográfica LLF, fases c y c1 y los de la unidad MLAc,
presentando por lo tanto las mismas características internas (físico-químicas) de las
anteriores pero en relieves más inclinados y un grado de erosión ligero, lo que determina
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que los suelos de este grupo de manejo requieren de prácticas más intensas de
conservación y manejo, a fin de mantener la productividad del suelo.

Son suelos aptos al igual que el grupo anterior a cultivos de clima frío como la papa, el maíz,
los cereales y las hortalizas, respondiendo bien a prácticas moderadas de conservación
(cultivos en curvas de nivel, barreras vivas, terracetas, etc). Se adaptan también a la
ganadería semiintensiva, tipo levante, con potreros mejorados (pastos seleccionados) y uso
de fertilizantes.

Subclase IIIs-2

Comprende áreas de relieve plano a ondulado, con pendientes de 0-3-7% y 7-12%, ubicados
en el piso térmico medio y húmedo.

Por tratarse de unidades cartográficas compuestas contienen suelos con algunas


características un tanto disímiles, así por ejemplo, los suelos localizados en el paisaje de
montaña y tipo de relieve de colinas y lomas son profundos a moderadamente profundos,
mientras los suelos de las unidades restantes son superficiales a moderadamente profundos
siendo los limitantes de la profundidad o bien el nivel freático o la presencia de un horizonte
argílico compacto.

Por estar en clima medio y húmedo, son aptos para cultivos como el café con o sin sombrío,
cítricos, frutales, tomate, hortalizas, pepino, arracacha, yuca, caña de azúcar y ganadería
semi intensiva, con pastos mejorados como elefante, imperial, kudzú, y leguminosas como
guandul, ramio etc. con rotación de potreros.

Hacen parte de esta subclase los suelos de las unidades cartográficas, de las siguientes
geoformas con sus correspondientes fases: en el paisaje de montaña se encuentran las
fases MQMa, MQMap, MQMb, MQMc; en el paisaje de piedemonte las fases PQAa, PQAb,
PQAc y en el paisaje de altillanura disectada las fases AQCb, AQCc, AQCc1; AQBb, AQBc;
AQDb, AQDc, AQDc1.

Subclase IIIsec

Las tierras que conforman esta subclase presentan un relieve plano a inclinado, con
pendientes 0-3-7% y hasta 12% de texturas moderadamente finas a finas, moderadamente
profundos, limitados en su profundidad, por la presencia de cascajo y pedregones; así como
por las condiciones climáticas, tales como la alta evapotranspiración y lluvias no suficientes
durante un semestre, para el normal desarrollo de los cultivos.

Esta compuesta esta subclase por los suelos pertenecientes a las siguientes unidades:

PRAc, PRAd; PXAa, PXAal, PXAb, PXAbl, PXAbp, PXAc; PXGa, PXGb, PXGb2, PXGcl,
PXGc2; PXBa; PXCa, PXCb; PXLa, PXLb, PXLb2; localizadas en el paisaje de piedemonte
de clima medio a seco y cálido seco.

La mayor parte de estos suelos están ubicados en el piso térmico cálido, donde cultivos
como la caña de azúcar, maíz, sorgo, tabaco, soya, ajonjolí, plátano y arroz dan buenos
resultados, si cuentan con riego. También son aptos para cacao en sectores seleccionados y
ganadería extensiva (levante y ceba), mejorando los potreros con pastos resistentes a la
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sequía como puntero, trenza, angleton, guineo, pará y leguminosas. Los principales
limitantes del uso son los factores climáticos la susceptibilidad a la erosión y la profundidad
efectiva del suelo.

En general los problemas de manejo que presentan los suelos de esta tierra son:

a. Baja fertilidad y problemas de asimilación de nutrientes (suelos ácidos).


b. Pendientes moderadas (no mayores del 12%).
c. Susceptibilidad ligera y moderada
d. Profundidad efectiva de los suelos.

Las prácticas de manejo recomendables entre otras son:

a. Aplicación de fertilizantes completos (NPK) y encalamiento periódico.


b. Cultivos en curva de nivel, barreras vivas y fajas de contorno.
c. División de potreros y rotación del ganado para evitar el sobrepastoreo.
d. Selección e implantación de gramíneas y leguminosas así como pastos de corte
para suministro del ganado y/o para henificación o ensilaje.

TIERRAS DE LA CLASE IV.

Las tierras de estas clases tienen serias limitaciones que restringen la actividad
agropecuaria entre las cuales se encuentran las pendientes moderadas, la erosión ligera, los
bajos a medios niveles de fertilidad; que determinan un manejo cuidadoso en la
implementación de cultivos.

Subclase Ivs

Los suelos que hacen parte de esta subclase presentan texturas que van desde
moderadamente gruesas, hasta moderadamente finas; son superficiales a moderadamente
profundos, limitados por roca, piedras y cascajos, bien drenados, de relieve fuertemente
ondulado y pendientes dominantes 12 - 25%.

Los suelos de este grupo de manejo están ubicados en el clima frío, siendo aptos para
cultivos transitorios y perennes como papa, maíz, hortalizas y frutales. Se debe implementar
buenas prácticas de conservación y manejo, que incluya la rotación de cultivos, la
fertilización, los cultivos en curvas de nivel, y la siembra de barreras vivas, etc.

Agrupa esta subclase a los suelos de las unidades MLAd; MLBd; LLFd; localizadas en los
paisajes de montaña y lomerío de clima frío y húmedo.

Subclase Ivse

Los suelos de esta unidad son de relieve plano, ligeramente inclinado hasta fuertemente
ondulado, con pendientes entre 0-3-7-% y 12-25%, presentando en algunos sectores
erosión de ligera a moderada, las texturas varían de moderadamente gruesas a
moderadamente finas, la profundidad efectiva oscila entre superficial, moderadamente
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profunda hasta profunda en algunos suelos. La actividad agropecuaria en estos suelos está
limitada debido a las pendientes moderadas, a la susceptibilidad ligera a moderada a la
erosión, así como a las limitaciones en la profundidad.

Los suelos presentes en clima medio y húmedo, son aptos para el café con sombrío,
frutales. cítricos hortalizas y ganadería extensiva con potreros en pastos mejorados,
evitando el sobrepastoreo. Es recomendable la fertilización y rotación de cultivos. En clima
medio seco, cultivos limpios con riego adicional son muy promisorios en estas tierras, así
como pasto de corte o pastorero, con prácticas rigurosas de manejo y conservación, que
incluyan el riego.

Comprende los suelos presentes en las unidades:

MQAd1; MQEd1; MQId1; MQGd, MQGd1; MQHd; MRAd y MRAdp, localizadas en el paisaje
de montaña; las unidades PQAd1; PQBb, PQBb1, PQBb2, PQBc, PQBc1; PQEb, PQEd;
PQFb, PQFbp, PQFc, PQFc1, PQFd presentes en el paisaje de piedemonte de clima medio
húmedo y las unidades LQAd; AQAa, AQAb, AQAc, AQAc1; AQCd, AQCd1; AQDd, de la
altiplanicie disectada, así como las unidades VQAa, VQAb, de los valles de clima medio
húmedo.

Subclase IVsec-l

Los suelos de esta subclase son de relieve plano a ligera y fuertemente ondulado, con
pendientes entre 0-3-7% y 12-25%, y de texturas moderadamente gruesas hasta finas,
superficiales hasta moderadamente profundos; la actividad agropecuaria está limitada
debido a las deficientes precipitaciones; la presencia de piedra, cascajo y material geológico
cercano a la superficie, así como a la presencia de sales, la susceptibilidad a la erosión y la
fertilidad media a baja.

No obstante estos suelos pueden ser aptos para ganadería extensiva (tipo engorde -
levante), cultivos limpios con riego supletorio como algodón, maíz, maracuyá, tabaco, badea,
ajonjolí, tomate y de cobertura como caña, sorgo, soya y pasto de corte y cultivos de arroz
por inundación en las partes planas y ligeramente onduladas.

Es importante en estas unidades implementar prácticas de conservación de suelos como:


siembras en curvas de nivel, barreras vivas, rotación de potreros etc. Todas ellas con miras
a evitar una mayor degradación de los suelos.

Agrupa esta subclase a los suelos presentes en las unidades:

MXAd; MXDc, MXDd; PXAd; PXDa, PXDb, PXDb1, PXDc1; PXFa, PXFb, PXFc, PXFd1;
VXFa, VXFb1; VXHa; VXGa, VXGa1, VXGb; localizadas en diferentes paisajes en clima
cálido seco.

Grupo de manejo IVsec-2

Los suelos tienen características topográficas y físico-químicas similares a la unidad de


manejo IVsec-1, pero han sufrido procesos de erosión hídrica más marcada, ya sea por
fenómenos de erosión geológica o por mal uso de la tierra, su aptitud se limita por lo tanto a
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favorecer el desarrollo de la vegetación natural y/o recuperación de especies nativas,
mediante la implantación de programas agroforestales de las áreas afectadas. En las áreas
planas y ligeramente onduladas se pueden sembrar cultivos como sorgo, ajonjolí, así como
pastos de corte con prácticas muy cuidadosas de manejo y conservación.

Integran este grupo las asociaciones:

MXAd2, MXAd2p; MXDd2; PXAa2, PXAb2, PXAb2p, PXAc2, PXAd2; PXDb2, PXDc2,
PXDd2; PXEd2; PXFb2; PXKb2; PXCb2, PXCc2; VXFa2; VXGa2, VXGc2; PXLc2.

Subclase IVsh-1

La unidad está en relieve plano a ligeramente plano, con pendientes 0-3-7%, de texturas
finas a medias, ricos en materia orgánica, imperfecta o pobremente drenados, limitados por
las fluctuaciones del nivel freático y los encharcamientos frecuentes y que restringen su uso.

En las circunstancias actuales solo son aptos para ganadería extensiva, tipo lechero con
rotación de potreros y cultivos de hortalizas, asociados con maíz, papa, fríjol, y frutales como
la mora. Mediante el drenaje de las áreas con problema y practicas adecuadas de manejo.

Integran esta subclase los suelos de la unidad MLEb localizada en los vallecitos
intermontanos de clima frío.

Subclase IVsh-2

Son suelos en relieve plano a ligeramente inclinado, con pendientes entre 0-3-7%, de
texturas finas a medias, con algunos suelos de texturas gruesas; superficiales a
moderadamente profundos, limitados por horizontes argílicos o material heterométrico; así
como por drenajes imperfectos a pobres.

La mayor parte de estos suelos están en ganadería extensiva. No obstante con obras de
drenaje son recomendables para cultivos de café, plátano, caña, maíz, fríjol y frutales. La
ganadería semi intensiva puede dar buenos resultados si se observan buenas prácticas de
manejo que incluya el drenaje.

En general los suelos de estos grupos de manejo presentan limitaciones severas para el uso
de cultivos comerciales debido a la profundidad efectiva y drenaje impedido de los suelos.

Integran esta subclase los suelos de las unidades:

VQBa, VQBb; VQEa, VQEb y VQFa, localizados en los paisajes de piedemonte y valles de
clima medio y húmedo.

Los problemas de manejo general que se presentan en estos grupos son:

- Poca profundidad efectiva de los suelos.


- Condiciones de drenaje impedido en algunos sectores planos.

Las prácticas de control recomendables son:

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- Cultivos en curvas de nivel, barreras vivas y fajas en contorno.
- Fertilización y encalamiento.
- Rotación de cultivos.
- División de potreros y rotación del ganado para evitar el sobrepastoreo.
- Uso de variedades mejoradas de pastos.
- Adecuación de terrenos mal drenados mediante el uso de zanjas sencillas de
drenaje.

TIERRAS DE LA CLASE V.

Las tierras de la clase V tienen limitaciones que son susceptibles de ser corregidas,
principalmente las relacionadas con el mal drenaje, las sales, altos contenidos de aluminio y
baja a moderada fertilidad.

Subclase Vsh

Los suelos de esta subclase se caracterizan por su drenaje natural pobre a imperfecto,
siendo éste su mayor limitante, se presentan suelos de profundidad efectiva superficial y
algunos moderadamente profundos, limitados por horizontes arcillosos compactos y con
presencia de sales en algunos de ellos; las texturas son franco arcillosas o arcillosas.
El relieve de estas unidades es plano y plano cóncavo, con pendientes menores del 7%, en
sectores hay encharcamientos prolongados.

Los suelos presentes en clima cálido son aptos para cultivos de arroz, con buen manejo del
agua para riego (sistema de fangueo), ganadería extensiva, con mejoramiento y rotación de
potreros. El sorgo y el ajonjolí como cultivos de rotación responden bien implementando
prácticas de drenaje.

Comprende esta subclase las unidades:

LXDa; PXHb; VXKa; VXKa1; VXKb; VXAa, VXAb1; VXBa; VXCa; MQKa; VQDa; VXDa;
VQDb; VXDb.

TIERRAS DE LA CLASE VI

Estas tierras presentan limitaciones severas que las hacen ligeramente inadecuadas para un
gran número de cultivos; el uso debe orientarse hacia la elección de cultivos semiperennes
y/o perennes o bajo cobertura arborea, pastos mejorados y bosque protector productor. De
acuerdo con la intensidad y clase de limitaciones dentro de la clase VI se delimitaron las
siguientes subclases:

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Grupo de manejo VIs-1

Los suelos de esta subclase se presentan en áreas de relieve fuertemente quebrado con
pendientes de 25-50%; son suelos de texturas franco arenosa, francas a franco arcillosas,
superficiales a profundos, ricos en materia orgánica especialmente los derivados de cenizas
volcánicas con algunos suelos muy superficiales y erosión ligera. Los factores limitantes en estos
suelos son la pendiente, la susceptibilidad a la erosión y la profundidad efectiva.

La unidad agrupa parte de los suelos de clima frío que con algunas prácticas de manejo y
conservación tales como fertilización, encalamiento, rotación de potreros, control de malezas y
fitosanitarias pueden ser aptos para cultivos transitorios como papa, cereales; frutales como
curuba, mora, tomate de árbol, de pancoger como hortalizas, pastos y plantaciones forestales, para
ello deben implementarse medidas conservacionistas intensivas. Responden bien a la ganadería
semi intensiva de tipo lechero, con pastos de corte.

Integran este grupo las unidades:

MLAe; MLBe; LLFe y MLGe, localizadas en el paisaje de montaña de clima frío.

Grupo de manejo VIs-2

Esta subclase agrupa unidades que se presentan en clima medio húmedo y seco y se caracterizan
por un relieve fuertemente quebrado, con pendientes de 25-50% y sectores con procesos erosivos
ligeros. Las texturas varían de franco, franco arenoso a arcillosas. Son superficiales a
moderadamente profundos, poseen buen drenaje. Están limitados por el material parental cercano
a la superficie, las fuertes pendientes, la susceptibilidad a la erosión y los niveles bajos de
fertilidad. Las unidades MRA del clima seco presenta además limitación por déficit de agua.

Estas tierras con algunas prácticas de conservación tales como siembras en curva de nivel,
rotación de potreros e implantación de cultivos multiestrata, pueden ser aptos para café con
sombrío, frutales, plátano, pasto de corte, caña de azúcar y ganadería extensiva; en sectores
susceptibles a la erosión, requiere de bosque proteccionista. Las áreas con escasa precipitación
se recomiendan para ganadería extensiva con selección de pastos resistentes a la sequía como el
puntero, ángleton, guinea y cultivos de pancoger; además deben implementarse prácticas de
conservación y regeneración de la vegetación natural.
Integran este grupo las unidades:

MQAe, MQAe1; MQBe; MQCe, MQCe1; MQDe; MQEe; MQFe; MQIe; MQGe; MQHe; LQAe;
AQCe; MRAe.

Subclase VIsc

Son suelos de relieve fuertemente quebrado. con pendientes de 25-50% y algunos sectores
quebrados de pendientes 12-25%, bien drenados, superficiales, limitados por el material parental,
de texturas arcillosas a franco arcillosas.

Pertenecen a las áreas de clima cálido, en donde la mala distribución de las lluvias, las pendientes
fuertes, la presencia de material parental cercano a la superficie y la susceptibilidad a la erosión no
permite hacer buena selección de cultivos. Aptos para ganadería extensiva, tipo levante, bien
controlada y puede ser implantando pastos de corte resistente a la sequía (puntero, guinea,
trenza,angleton). Para estos suelos se recomienda conservar e implantar toda clase de vegetación
natural, así como evitar las talas y las quemas.

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Comprende esta subclase las unidades:

MXCd1, MXDe.

Subclase VIse

Esta subclase corresponde a unidades con características similares en cuanto a: topografía y


suelos, a los descritos en la unidad de manejo VIs-2, pero con procesos erosivos más evidentes lo
cual determina prácticas más intensas de conservación.

Son tierras en general con problemas de erosión (laminar, surcos, cárcavas, pata de vaca), que se
deben reforestar y empradizar, y fomentar la conservación de la vegetación natural o explotar en
cultivos perennes y/o multiestrata como café con sombrío denso, frutales, caña de azúcar y
plátano.

Integran esta subclase las unidades:

MQAe2; MQDe2, MQDf, MQDf2; MQEe2; MQFe2,f; MQFf; MQId2; MQGd2, MQGe2, MQGf;
MQHd2, MQHe2; MRAe, MRAe2, MRAf;PRAe2, PRAd2, PQEd2; PQFd2.

Subclase VIsec

Los suelos de esta subclase son ligeramente ondulado, hasta fuertemente quebrado, y en algunos
sectores planos, pero con procesos erosivos moderados con pendientes entre 0-3-7-12% y 25-
50%, el drenaje es bueno a imperfecto, superficiales y algunos muy superficiales; limitados por
horizontes arcillosos compactados, así como por sales y carbonatos y por el material parental
cercano a la superficie.

Presenta limitaciones severas debido al déficit de lluvias, a las pendientes fuertes, a la profundidad
efectiva y erosión laminar o en cárcavas de grado moderado. Estos suelos solo se recomiendan
para pastos de corte resistente a la sequía con mejoramiento de las praderas; cultivos
agroindustriales como el sorgo, algodón etc., pero con riego supletorio en áreas planas. En las
áreas más quebradas se recomienda favorecer la regeneración de la vegetación natural y fomentar
la reforestación con especies nativas.

Componen esta subclases las unidades;

MXAe2; MXDe2; PXDe2; PXEb, PXEb2; PXEc2, PXEd; PXJc2; VXEa, VXEa2, VXEb2; VXDa2,
VXDb2; PXNe2; VXLd2.

Las limitaciones más frecuentes en los grupos de manejo de la clase VI son:

a. Relieves con pendientes fuertes (entre 25 y 50%)


b. Erosión y susceptibilidad a ella.
c. Suelos ácidos.
d. Limitaciones de la profundidad efectiva por presencia de roca, piedras u horizontes
arcillosos compactos.
e. Areas con escasa precipitación.
f. Fertilidad natural baja.

Debido a estas limitaciones las prácticas de control y manejo de los suelos deben incluir la
fertilización y el encalamiento periódicos, rotación de cultivos y de potreros.

TIERRAS DE LA CLASE VII

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Estas clases de tierras tienen limitaciones muy severas que las hacen impropias para uso
agropecuario. Solo se deben utilizar en actividades de reforestación con bosques protector-
productor, conservación y/o recuperación de cuencas hidrográficas y sostenimiento de la vida
silvestre.

Subclase VIIsc

Los suelos de esta subclase tienen muy severas limitaciones de tipo climático y edáfico que los
incapacita para cultivos y limitan su uso para bosque protector-productor y/o conservación de la
vegetación natural.

Esta subclase comprende suelos de relieve ligeramente ondulado a escarpado y pendientes


dominantes entre 3-7-12 y 50%; son suelos muy superficiales limitados por la presencia de roca,
ricos en materia orgánica y bien a excesivamente drenados.

Suelos de clima muy frío y frío, con vocación para el bosque proteccionista, conservación y
desarrollo de la vegetación natural. En las áreas de menor pendiente, presentes en clima frío,
pueden implementarse cultivos de papa, hortalizas y frutales ( curuba, manzana, fresa ) y
ganadería semiintensiva de tipo estabulado con potreros en pasto de corte y prácticas intensivas
de manejo y conservación.

Integran esta subclase las unidades:


MHCb, MHCc, MHCd; MHFb, MHFc, MHFd; MLAf y MLBf.

Subclase VIIs

Son suelos de clima medio, con sectores de baja precipitación, que corresponde a la zona
transicional húmeda a seca. Estas tierras están afectadas por procesos de erosión laminar,
desprendimientos y deslizamientos en grado moderado, sumándose ésto a las pendientes fuertes
que caracterizan dichas unidades.

Integran esta subclase las unidades:

LQAf; MQCf, MQCf2; MQEf, MQEf2; MQFf2, MQGf, MQGf1, MQGf2; MQHf; MQAf; MRAf2,

Subclase VIIsec

Agrupa esta subclase los suelos de clima cálido, localizados en diferentes paisajes y
caracterizados por presentar relieves que varían entre fuertemente quebrado a escarpado, con
áreas onduladas a fuertemente onduladas y pendientes mixtas de 25-50-75% y 7-12-25%, son
suelos superficiales y muy superficiales, limitados por el material geológico, con erosión en
cárcavas, desprendimientos y erosión laminar de moderada a severa, siendo éstos los mayores
limitantes para las unidades presentes en este clima.

Las unidades localizadas en el clima cálido y seco, presentan limitaciones severas debido a la baja
precipitación, las pendientes escarpadas y la erodabilidad de los suelos, siendo estos los factores
limitantes para el uso agropecuario. Por lo tanto estas unidades solo son aptos para el cultivo
multiestrata, agroforestería, así como para el mantenimiento de la vegetación natural, la
reforestación y refugio de la fauna.

Integran esta subclase las unidades:

MXAe3, MXAf2; MXCe2, MXCd3, MXCe3, MXCf2; MXFe2, MXFf2; PRAf, PRAf2; LXAc2, LXAd1,
LXAd2, LXAe2.

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TIERRAS DE LA CLASE VIII.

Por sus limitaciones permanentes de clima, suelo, relieve, erodabilidad, afloramiento de roca, los
suelos de roca, los suelos de este grupo de manejo no son aptos para ninguna actividad.

Componen esta subclase las unidades cartográficas siguientes:

LXAe3, LXAf2; LXCc3, LXCd3, LXCe2; ME; MEBe, MEBf, MEBg; MHAd, MHAe, MHAf, MHAf2,
MHAg, MHAg1; MHEe, MHEf, MHEg;, MLAg; MLBf2, MLBg; MLCe, MLCf, MLCg; MLGf, MLGf2,
MLGg, MLGg1, MLGg2; MQAf2, MQAg1, MQAg2; MQBg; MQEf3, MQEg2; MQFf2, MQFg, MQFg2,
MQFg3; MRAf3, MRAg2; MRAg3; MXAf3, MXAg2; MXBf2; MXCf3, MXCg2, MXCg3; MXEf2,
MXEf3, MXEg2, MXEg3; MXFg3; PXEc3, PXEd2, PXEd3, PXEe2, PXEe3, PXEf2; PXIc4, PXId3,
PXId4; PXJe3, PXJd2; PXId3; PXJf2; PXNe, PXNe2, PXNf3; VXLd2, VXLe, VXLe2, VXLe3, VXLg3.

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