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EPIDEMIOLOGÍA
Los TCE que es atendido con mayor frecuencia es el de menores de dos años. En
la pubertad existe otro pico de gran incidencia por la participación de los jóvenes
en actividades de riesgo. Los TCE son más frecuentes en varones en todos los
grupos de edad, siendo más marcadas las diferencias a partir de los 4 años. Las
causas de los traumatismos están ligadas a la edad de los sujetos que los sufren.
Las caídas constituyen el mecanismo etiológico más frecuente. Los accidentes de
tráfico son la segunda causa en frecuencia, pero ocupan el primer lugar en
lesiones graves y fallecimientos. El maltrato es una causa de TCE potencialmente
grave, que afecta con mayor frecuencia a los menores de dos años. Aunque su
incidencia es incierta, se ha estimado que la mitad de los TCE que producen la
muerte o secuelas irreversibles en lactantes son secundarios a daño intencional.
FISIOPATOLOGÍA
Comparativamente con el resto de la población, los pacientes pediátricos
presentan con mayor frecuencia lesión intracraneal, en especial cuanto menor es
la edad del paciente. Esta mayor susceptibilidad de los niños ante los TCE se
debe a una superficie craneal proporcionalmente mayor, una musculatura cervical
relativamente débil, un plano óseo más fino y deformable, y un mayor contenido
de agua y menor de mielina, lo que origina daño axonal difuso en los accidentes
de aceleración y desaceleración.
Calcio y glutamato
Una característica del daño focal en el trauma de cráneo severo al momento del
impacto es que la energía secuencial se transmite al tejido cerebral, ocasionando
despolarización de las células nerviosas lo que ocasiona una liberación excesiva e
incontrolada de neurotransmisores excitatorios. El neurotransmisor excitatorio más
importante involucrado es el glutamato. Éste se libera de las vesículas
presinápticas después de la despolarización así como también de las membranas
de las células dañadas; se ha encontrado hasta 50 veces más por arriba del valor
normal en contusiones cerebrales. Con el exceso de glutamato extracelular inicia
un flujo masivo de calcio y sodio al interior de las neuronas y células gliales. El
glutamato se liga a los receptores N-metil-Daspartato y ácido alfa-amino-3-hidroxi-
5-metil-4- isoxazolepropiónico (AMPA), y se produce una sobre activación de los
canales iónicos responsables del influjo de sodio y calcio. El movimiento pasivo de
agua como consecuencia del influjo de Na/Ca produce edema en la neurona. Por
otro lado las altas concentraciones citosólicas de calcio alteran la fosforilación de
la construcción de los microtúbulos de las proteínas y la formación de las
proteasas ocasionando pérdida en la función neuronal. Además las enzimas
dependientes de calcio son activadas especialmente calpaina-1 y calpaina-2 que
ocasionan destrucción de las proteínas y las enzimas. La generación de óxido
nítrico sintetasa (NOS) es parcialmente dependiente de calcio (isoformas:
neuronal NOS [nNOS] y endotelial NOS [nNOS]. El óxido nítrico además de tener
una función como molécula de señalización, puede actuar como radical libre
cuando reacciona con moléculas de oxígeno y formar peroxinitrito obteniéndose
una peroxidación, y como consecuencia lisis de las membranas y fragmentación
del DNA.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las manifestaciones clínicas del TCE pueden ir desde la ausencia de síntomas o
signos exploratorios, que es lo más frecuente, hasta la aparición de síntomas guía
que orientan hacia la posible existencia de lesión intracraneal.
Convulsiones
No es un síntoma infrecuente tras un TCE. Según el momento de aparición, se
clasifican en:
Vómitos
Es un síntoma bastante frecuente, ocurre hasta en un 11% de los TCE, sobre todo
formando parte de la reacción vagal que puede acontecer después de un TCE, sin
que esto suponga la presencia de lesión intracraneal. Sin embargo, los vómitos
pueden ser un síntoma guía de hipertensión intracraneal cuando son repetitivos,
no se preceden de náuseas, (vómitos en escopetazo) y/o si se acompañan de
síntomas neurológicos.
Cefalea
Es un síntoma difícil de valorar en niños y especialmente en los de corta edad. La
presencia de este síntoma de manera aislada no es indicativa de lesión
intracraneal, pero sí puede serlo si hay un empeoramiento progresivo y se
acompaña de otras alteraciones neurológicas.
DIAGNOSTICO
Historia clínica
Exploración física
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
La realización de pruebas complementarias en pacientes con TCE tiene como
principal objetivo identificar, de forma rápida, lesiones que requieran una actuación
médica y/o quirúrgica urgente, que permita disminuir la morbimortalidad.
• Radiografía simple de cráneo: su utilidad está cada vez más cuestionada, ya que
solo permite detectar fracturas, pero no lesiones intracraneales. Además, la
ausencia de fracturas en la radiografía de cráneo no descarta la lesión
intracraneal, pero la presencia de fractura aumenta el riesgo relativo de
hemorragia intracraneal, siendo 6,13 veces más probable que en los casos en los
que no existe fractura. Por todo ello, sus indicaciones son controvertidas, parece
claro que en ningún caso debe considerarse una prueba rutinaria, y que
únicamente puede ser útil en niños menores de 1 año.
TRATAMIENTO
Medidas generales
TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO
EPIDEMIOLOGÍA
Se considera la segunda causa más frecuente de muerte accidental en niños,
después de los accidentes automovilísticos. Del 55 al 60 % de las muertes por
ahogamiento se presentan en los menores de veinte años, entre el 40 y el 50 % de
los casos ocurren en niños entre 0 y 4 años, siendo más frecuente en niños de 1 y
2 años de edad.
Casi el 50% de las muertes se produce en lagos, estanques y ríos aunque las
piscinas privadas contribuyen a la mayor parte de los accidentes de inmersión en
algunos lugares. Con menor frecuencia el ahogamiento tiene lugar en tinas de
baño, tanques y otros sitios. La mayor parte de los accidentes de ahogamiento
(60%) ocurren los fines de semana durante los meses de verano.
FACTORES DE RIESGO
Existen algunos factores que favorecen el ahogamiento:
FISIOPATOLOGIA
SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: (Lesión Anóxico-Isquémica). Las
manifestaciones neurológicas iniciales comprenden las convulsiones, en especial
durante los intentos de reanimación del estado mental que incluye la agitación,
obnubilación o el coma. Los pacientes pueden presentar alteraciones del lenguaje,
motoras, visuales o síndromes cerebrales orgánicos más difusos. Debido a que en
los ahogados el grado de hipoxia cerebral es la variable más importante en el
tratamiento y evolución del paciente, se ha sugerido una clasificación de los
pacientes según el nivel de conciencia. En esta clasificasificación se incluyen la
escala de coma de Glasgow como una valoración más, junto con otros signos y
síntomas. La clasificación neurológica postinmersión se realiza para la evaluación
del ahogado a su llegada a un centro sanitario. Se clasifican en tres categorias: A,
B y C. La categoría C, tiene tres subcategorias(C1-C2 y C3)
- Categoría A (del inglés «awake», despierto) incluye los pacientes que están
plenamente conscientes a su llegada al hospital y tienen un Glasgow de 15
puntos.
- Categoría C(del inglés «comatose» en coma), son pacientes que están en coma
a su llegada al hospital, no despiertan ante estímulos dolorosos, con respuesta
anormal a los mismos y con alteraciones de la ventilación. Presentan un Glasgow
inferior a 6 puntos. Dentro de esta categoría hay tres subcategorías:
- C1:Respuesta de decorticación
TRATAMIENTO
La parte más importante del tratamiento son las medidas tomadas en el sitio del
accidente, tendientes a restaurar de manera efectiva la ventilación y mantener la
circulación. A. En el lugar del accidente: Debe iniciarse, lo más rápidamente
posible, la reanimación cardiopulmonar del ahogado, para evitar la aparición de
secuelas neurológicas. La respiración boca a boca debería iniciarse, incluso
dentro del agua. Ante la ausencia de pulso, debe darse masaje cardiaco externo,
en cuanto sea posible. Se aconseja iniciar la reanimación, si la duración de la
inmersión ha sido inferior de una hora sobretodo si se trata de agua fría. La
proporción de sobrevivientes disminuye rápidamente en agua tibia, a menos que la
víctima se extraiga del agua en el plazo de 4 a 6 minutos. Se deben abandonar las
medidas de reanimación, si al cabo de 40 minutos, no se ha obtenido latido
cardiaco efectivo.
- Duración de la sumersión.
TUMORES CEREBRALES
Un tumor cerebral es una masa de células innecesarias que crecen en el cerebro
o en el conducto vertebral. Hay dos tipos básicos de tumores cerebrales: tumores
cerebrales primarios y tumores cerebrales metastásicos.
Los tumores cerebrales malignos que son cancerosos pueden propagarse dentro
del cerebro y la médula espinal. Rara vez se propagan a otras partes del
organismo. No presentan bordes definidos debido a su tendencia de enviar
“raíces” hacia el tejido normal circundante. También pueden esparcir células que
se trasladan a partes distantes del cerebro y la médula espinal a través del líquido
cefalorraquídeo. No obstante, algunos tumores malignos permanecen localizados
en una región del cerebro o la médula espinal.
Epidemiología
La incidencia anual de tumores del SNC en niños es de 2-5 casos por cada
100.000. Son ligeramente más frecuentes en varones, con una ratio varón/mujer
de 1,5.
FACTORES DE RIESGO
Cambios en los cromosomas: Cada célula del cuerpo humano tiene 23 pares de
cromosomas y se ha visto que algunos tipos de tumores cerebrales pueden perder
o ganar alguna pieza (brazo) de los mismos. Los cambios más conocidos y
frecuentes descritos en algunos tumores cerebrales como los denominados
oligodendrogliomas pueden ocurrir en los cromosomas 1 y 19 y los avances en el
conocimiento de dichas alteraciones están ayudando en gran manera al
tratamiento de los mismos.
Otros factores de riesgo: El sexo masculino (más frecuentes en los hombres que
en las mujeres), la raza (más frecuentes en la raza blanca) y la edad (más
frecuentes en los niños).
CLASIFICACIÓN
El sistema de clasificación de tumores del SNC más completo y actualizado es el de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual fue revisado y modificado en 2016. Este
sistema de clasificación divide los tumores del SNC de acuerdo no solamente con el tipo
histológico, sino que también utiliza marcadores moleculares de citodiferenciación.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los síntomas provocados por un tumor primario de sistema nervioso central se
dividen en dos grupos: síntomas focales y síntomas generalizados.
DIAGNÓSTICO
TRATAMIENTO
El tratamiento de tumores cerebrales y de la médula espinal en niños es diferente
al tratamiento en adultos. Los cerebros y cuerpos de los niños aún se están
desarrollando, por lo que hay que tener consideraciones y estándares de atención
diferentes. Para la mayoría de los niños, el tratamiento comienza con cirugía. Una
biopsia después de la cirugía ayudará a clasificar y graduar al tumor. Después de
la cirugía, es posible que se requiera tratamiento adicional. Las terapias posibles
incluyen:
• Quimioterapia
• Radioterapia convencional
• Intervenciones para tratar los efectos secundarios del tumor o del tratamiento
• Rehabilitación para recuperar la fortaleza y destrezas perdidas
Los primeros síntomas se presentan antes de los 3 años. Son los padres los
primeros en detectar que algo de su hijo no va bien, apreciando una postura
irregular o un retraso en las distintas etapas del desarrollo: el momento de rodar,
sentarse, gatear, sonreír, caminar... En otros casos, el bebé presenta un tono
muscular anormal. Si el tono muscular es bajo (hipotonía) el bebé está flácido,
relajado y puede parecer abatido. Si hay un incremento del tono muscular
(hipertonía), el bebé parece rígido y tieso. Algunos de estos bebés muestran un
período inicial de hipotonía y, a los dos o tres meses de vida, progresan hacia la
hipertonía. Cuando el padre o la madre observen alguna señal que les alarme
sobre el proceso de maduración del bebé, deberán comunicárselo al pediatra
quien le hará las exploraciones necesarias para determinar si se trata de
variaciones que ocurren normalmente entre los niños o de alteraciones del
desarrollo.
-Radiografías. ƒ
-Análisis de sangre. ƒ
-Evaluación de la marcha. ƒ
-Estudios genéticos.
Prevenir complicaciones
Reducir la morbilidad
Restablecer o preservar funciones neurológicas
Restablecer o preservar la capacidad funcional
Readaptación y reacondicionamiento de la autonomía
Paliativos: garantizar el confort, bienestar, mejorar la respiración
Controlar el dolor
BIBLIOGRAFIA
Manrique Martínez,I., Alcalá Minagorre,P.2003. Manejo del traumatismo craneal
pediátrico. Centro de Salud de Alfaz del Pí, Alicante.30 (2): 211-230.