La Comunidad Juvenil
Es la experiencia central de la propuesta
evangelizadora de la Pastoral Juvenil
“En los encuentros semanales, me
encuentro con mis amigos y compañeros
para compartir”
¿Qué hacemos en una CJ?
En la CJ nos conocemos, nos unimos,
nos cuestionamos, nos despertamos,
nos ponemos metas, nos comunicamos,
crecemos juntos.
Un lugar donde…
Creamos Lazos: la fraternidad nos
ayuda a ver al compañero como igual, lo
reconozco, lo respeto, lo veo como una
persona y le doy valor a su persona.
Compartimos criterios, puntos de
vista, visiones, valores: Damos a
conocer lo que pensamos, nuestras
opiniones sobre diferentes temas y
aspectos, esto lleva a crear tanto
diversidad en el pasamiento como a
descubrir que podremos encontrar
iguales como diferentes, un lugar “donde
me dan la posibilidad de hablar”.
Nos ayudan a enfrentar los diferentes
desafíos en esta etapa tan decisiva para
nuestra maduración en la fe como la
integración social.
Compartimos los valores de la vida en
comunidad. “Común – Unidad”
Nos permiten encontrarnos con Jesús a
través de la lectura de su Palabra, la
oración en común, caminar una vida en
Cristo.
Impulsan a renovar nuestro compromiso
de servicio y aporte a la Iglesia y a la
sociedad, buscando la construcción de
un futuro digno para todos.
Nos ayudan a tener una proyección
misionera, donde a través de nuestro
testimonio otros encuentren al Señor.
Nuestra Comunidad:
La Comunidad Juvenil es un espacio
para que todos compartamos y
busquemos que se comparta. Es
necesario trabajar las diferencias,
potenciar las virtudes y que la misma
tenga en su centro a Cristo.
El compañero es un miembro, debe
hablar, debe ser escuchado, es bueno
conocer la realidad de cada uno, y saber
hacer las correcciones de manera
fraternal.
El Coordinador requiere de todos y cada
uno de los miembros como estos
requieren del mismo. Se debe demandar
que el mismo represente en los
estatutos correspondientes y que sea la
voz de los demás ante los demás grupos
y movimientos.
Los miembros deben ser autosuficientes
y no dependientes, esto último lleva a un
estancamiento, no ayuda a nadie a
desarrollarse, no expresa sus cualidades
y capacidades, no se da un proceso de
recambio de líderes.
Un Grupo Juvenil Cristiano no un grupo
de jóvenes que se reúne en la capilla; el
grupo debe tomar la actitud de este
primero, ya que son muchos los grupos
que solo se convocan y realizan
actividades. Ello no es una CJ sino un
grupo de actividades.
Busquemos siempre que en el círculo no
falte la Palabra que ilumina, que nos da
vida, que nos ayuda a conocer a Jesús.
La Palabra presente siempre y
recurramos a ella ante la duda, cuando
anhelemos respuestas y fortaleza.
Oración que lleva a la acción y así a
través de Cristo ayudar construir con
obras no solo palabras un mundo mejor.
1ºTaller FAM- PJVRR
“Hagan lio, pero organícenlo bien”
“Un lio que nos dé un corazón libre, que nos de
esperanza; un lio que nazca de haber conocido a
Jesús”
Papa Francisco- costanera de Asunción 2015