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Reflexiones sobre el Tabernáculo

1. Introducción
2. Desarrollo
3. Plano y Medidas del Tabernáculo
4. Los detalles del Tabernáculo

El Tabernáculo era la morada de Dios. Era uno de los métodos que Dios uso para enseñar a su
pueblo en la antigüedad. En Ex. 25.8 Dios nos dice que el Tabernáculo será su morada. Cuando
éste no estuvo más, Jehová habitó en el Templo de Salomón (2Cro.6.3-6). El Tabernáculo es la
revelación de Cristo en todas sus partes desde el ingreso hasta la manifestación de Dios en el
Lugar Santísimo. Jesús es el camino a la salvación y este camino se encuentra revelado en el
Tabernáculo.

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El Tabernáculo

Figura # 1

Introducción
Luego que el pueblo de Israel salió de Egipto, donde estuvo 430 años (Ex.12.40), de los cuales la mayor
parte fue esclavo. Su destino era adorar a Dios en un lugar específico en el monte del desierto de Sinaí
en donde Moisés es llamado por Dios para hablar con él (Ex.19.1-6). Sabemos que Dios les condujo a la
tierra prometida, en la cual no quisieron entrar, aun cuando Dios les hace promesas que sería difícil de
dejar pasar (Ex.23.20-33). Dios quiere estar en medio de su pueblo. Quiere enseñarles que a él sólo
deben ofrecer sacrificios y a él servirle. No olvidemos que en el transcurso de los años en que el pueblo
habitó en la tierra de los egipcios, se contaminó con la idolatría. Entonces vemos una vez más al pueblo
siendo enseñado por Dios para adorarle sólo a él.

Él es el gran “Yo Soy” declarado a Moisés, en la zarza ardiente (Ex. 3.14). Él ha escogido a este pueblo
para que le alabe y le adore, para que el pacto hecho con Abraham se cumpla (Ex. 2.24). Moisés recibe
instrucciones de construir un lugar, “El tabernáculo”, para que sea el lugar en dónde el pueblo pueda darse
cuenta de la presencia de Dios (Ex.25.1 a 27.21)

“y harán un santuario para mi, y habitare en medio de ellos”. Ex.25.8

Esta Palabra fue dada antes de la apostasía de Israel con el becerro, durante la
primera ausencia de 40 días de Moisés. Definitivamente el pueblo no entendía que
estaba pasando. Era un pueblo contaminado con las cosas de Egipto. Con una vida
llena de ídolos y de abominaciones. El hecho de haber sido rescatados de la tiranía
no fue suficiente para que ellos en agradecimiento tomaran una nueva actitud, una
nueva forma de vida.

Vemos al pueblo que en la primera oportunidad que se dieron cuenta de su libertad,

sumada a la tardanza de Moisés de hablar con Dios, no encontraron nada mejor que
fabricar un becerro de oro, y en ello involucrar a Aarón, hermano de Moisés (Ex. 32.1-
8).
El diablo se las ingenia siempre para que nos veamos envuelto en situaciones que
parecieran inocente, pero que traen nefastas consecuencias.

A primera vista el fabricar un becerro, era probablemente lo que se acostumbraba

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hacer en Egipto para agradecer algo. Y ellos lo hicieron de esa manera. En nuestra
vida hemos sido rescatados luego de años de esclavitud del pecado, pero nos
seguimos comportando como éramos. No tenemos conciencia de haber sido
rescatados de algo malo, de la muerte.

Es este pueblo uno que es porfiado, de “dura cerviz” y que finalmente Dios quiere
hacerlo desparecer. Dejar caer su ira sobre ellos. Pero al igual que con este pueblo,
en nuestras vidas siempre hay alguien que interviene, o intercede por nosotros,
Moisés intercede por el pueblo hasta lograr que Dios cambie de opinión (Ex. 32. 9-
14)
En nuestro estudio no nos abocaremos a hablar del comportamiento del pueblo sino
lo que Dios nos está revelando a través de las especificaciones y construcción del
Tabernáculo.
El Tabernáculo, no solo es una tienda de campaña totalmente portátil, como lo
veremos, sino que es Cristo manifestado. En otras palabras es la revelación del “YO
SOY” para nuestras vidas hoy.
En el libro de Hebreos, se nos indica que el Tabernáculo que Dios mando a Moisés
edificar, fue hecho conforme al modelo del tabernáculo en el cielo.
“Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como
se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: mira, haz
todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.” (Heb.
8.5)
Es importante que comprendamos entonces que el Tabernáculo es una “sombra de
lo que hay en el cielo”. Si examinamos Apocalipsis 21.1-3 podremos comprender aun
mas que el tabernáculo se edifico según el diseño del cielo. Las instrucciones que
Dios le dio a Moisés fueron muy minuciosas, tanto de los planos como de las
instrucciones acerca de cada elemento.
“Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño
de todos sus utensilios, así lo haréis”. (Ex. 25.9)
Podemos descubrir siguiendo el plan de Dios para la construcción del Tabernáculo,
que las instrucciones eran de adentro hacia fuera. En otras palabras desde la
Presencia de Dios hacia el exterior, tal cual él hace en nuestras propias vidas.

Primero él nos trata desde nuestro interior y por consecuencia se ve afectado nuestro
exterior.

Desarrollo
Para que tengamos un mejor entendimiento y nos resulte más sencillo, estudiaremos
el Tabernáculo de afuera hacia adentro.
Descubriremos cosas maravillosas, de quien es Jesús para nosotros. Es muy bueno
prepararnos con el mejor de los ánimos y la mejor disposición para aprender lo que
se nos revela a través de este estudio.

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1.- Los Preparativos

En la construcción del Tabernáculo se emplearon seis meses, comenzando el primero
de Abib (Ex.13.4), esto es marzo abril. Se estaban cumpliendo ya dos años de la
salida de Egipto, es cuando el tabernáculo es “erigido” (Ex.40.17)

Al igual que el tabernáculo tubo un tiempo de construcción, cada uno de nosotros

Dios ha establecido un tiempo, desconocido para usted y para mí, en el cual trata
nuestro carácter, de tal manera que vayamos cambiando hasta ser conformados al
de Cristo. Él no se detendrá por nada, para lograr lo que en su propósito ha
dispuesto. Al igual que la torpeza del habla de Moisés, no detuvo a Dios para usarle
con Faraón. (Ex.4.10-11).

Usted y yo hemos sido reconocidos como “tabernáculos” por Dios. Sabemos que la
palabra de Dios nos revela que aunque nuestro cuerpo (tabernáculo) falle, tenemos
de Dios un edificio.

“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se

deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna,
en los cielos. Y por eso también gemimos, deseando ser revestidos de aquella
nuestra habitación celestial.” 2Cor. 5:1-2

Debemos cuidar nuestros cuerpos, al igual como lo hizo el pueblo de Israel. El

profanar el tabernáculo la consecuencia era la muerte. Nosotros también debemos
cuidarlos para santidad y perfección, a lo cual cada uno está llamado. (Leer 1Cor.
3:16- 17 y 6:18-20)

2.- La ofrenda para el Tabernáculo

Ex.25.1-2 “Jehová habló a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel que tomen
para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón
tomaréis mi ofrenda”.

A cada uno de los varones se le da la oportunidad de dar para esta gran obra. La
Palabra nos dice que al recibir el mensaje de los labios de Moisés, todos comenzaron
a dar voluntariamente y a quienes el Espíritu estimulaba (Ex.35.20-29) 1 Tan tocado
estaba este pueblo que las ofrendas sobrepasaron todas las expectativas y hubo que
suspenderla ya que era más de lo que era necesario (Ex.36.2-7)

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Podemos darnos cuenta que la Palabra nos revela algo que es importante para tomar
en cuenta: Por un lado los varones fueron motivados por Moisés a dar, y por otro
lado estaba el toque del Espíritu que les impulsaba a ser generosos con la obra. En
ambos casos la respuesta es voluntaria, de ninguna manera fueron obligados a dar.
(Leer: Hch.2.44-46; 2Cor.9.6)

Tal como lo hemos expresado anteriormente que el Tabernáculo es un descubrir a

Jesús en él, al igual que los cuatro evangelios, veremos a continuación de las
ofrendas entregadas y su significado, para tenerlas presentes en el desarrollo de
nuestro estudio.

1 Estas ofrendas fueron obtenidas de su salida de Egipto. (Ex.11.2) y también de la

guerra contra los Amalecitas (Ex. 17.8-13)

Nota: cuatro colores, cuatro evangelios y cuatro características de Jesús.

* Madera: Carne corruptible

3.- El llamamiento de Bezaleel y de Aholiab (Ex.

31.1-6)
Al igual que hay un llamado a todos a ofrendar, también vemos a Dios apartando a
personas con capacidades especiales, dadas por él, para efectuar la tarea que
cumpla el propósito, el plan de Dios. Estos hombres fueron apartados y capacitados
para la tarea. Al igual que usted y yo, Dios nos ha dado capacidades extraordinarias,
que deben ser puestas a Su servicio, para el cumplimiento de Su plan.
Bezaleel pertenecía a la tribu de Judá, que es la primera tribu en marcha. Luego está

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Aholiab que pertenecía a la tribu de Dan, la última tribu del campo. Nos debe quedar
más que claro que Dios escoge de donde él quiere. No importa de dónde sea nuestra
procedencia, él le ha escogido para ser parte de su proyecto, de su plan. Sólo nos
resta ponernos a Su servicio, y a ejecutar la tarea con la mejor de la disposición, con
diligencia. (Jos.23.11-13).

Plano y Medidas del Tabernáculo

Figura Nº 3

El tamaño del Tabernáculo era de 45.72 metros de largo por 22.86 metro de ancho.
Se componía de:
➢ La puerta
➢ El atrio
➢ El lugar Santo
➢ El lugar Santísimo
El Lugar Santo medía 9.14 metros de largo por 4.57 metros de ancho
El Lugar Santísimo medía 4.57 metros de largo por 4.57 metros de ancho
Como vemos en la figura Nº3, el Tabernáculo estaba dividido en tres secciones
principales. Estas eran: El Atrio, El Lugar Santo y El Lugar Santísimo.
Tal vez a la luz de lo que hemos leído en la Palabra, que el Tabernáculo es una
imagen, una sombra del cielo, podríamos decir que esta configuración tipifica a tres
grupos de creyentes:
 Aquellos creyentes que son para estar en el atrio
 Creyentes que van a ingresar al lugar Santo, y
 Creyentes del lugar Santísimo
También podemos visualizar nuestro cuerpo como la división representada en el
Tabernáculo:
✓ El Atrio = Nuestro cuerpo

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✓ El Lugar Santo = Nuestra Alma

✓ El Lugar Santísimo = Nuestro
Espíritu

Los detalles del Tabernáculo

1.- La puerta del Atrio:

Texto: Ex. 27.16 “Y para la puerta del atrio

habrá una cortina de veinte codos, de azul, púrpura y
carmesí, y lino torcido, de obra de recamador; sus columnas cuatro, con sus
”
cuatro basas.
La puerta era una cortina que estaba sostenida por cuatro pilares. La puerta de
entrada estaba ubicada hacia el oriente (este), en donde se encontraba el
campamento de Moisés, Aarón y Leví.
La puerta de entrada o también llamada “El Camino”. Vemos mencionado en los
Evangelios como Jesús mismo se auto nombra “el Camino”. “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mi” (Jn.14.6). También Jesús se
identifica como la puerta de acceso a Dios:
“Yo soy la puerta; el que por mi entrare, será salvo, y entrará, y saldrá, y
hallará pastos.” (Jn.10.9).
“De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las
ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Mas el que entra
por la puerta, el pastor de las ovejas es.” (Jn.10.1-2).
“Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de
8
las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores;
9
pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta.” (Jn.10.7-8).
El acceso a cada lugar del Tabernáculo es un simbolismo de Jesucristo:
▪ Definitivamente la puerta de acceso, el camino hacia el interior del
tabernáculo, hacia Dios, es Jesucristo. Si no es a través de él estamos saltando el
muro y ese es un usurpador un ladrón.
▪ La puerta de acceso al lugar Santo es también figura de Jesús como “la
Verdad”
▪ El acceso o la puerta que da al lugar Santísimo es figura de Jesús como
“la Vida”
Lo podemos leer en el libro de Apocalipsis 3.20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta
y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él
conmigo.” No sólo Jesús es la puerta sino que también él quiere entrar a la puerta
de nuestras vidas, para estar con nosotros. Nos da todas las
FpigousriabNiliºd4ades con tal de que accedamos al Padre, y tengamos vida en
abundancia.
Como mencionamos en cuanto a los colores que ya están definidos y su significado,
pero de igual manera para que lo recordemos, y descubramos juntos que en la puerta
ya está definido los cuatro evangelios, al igual que la figura de Jesús, en todo:

✓ Juan el “Hijo de Dios”

A
✓ Mateo “Jesús el Rey”
P
✓ Lucas “Jesús el Salvador”
C

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✓ = Marcos “Jesús el hombre

perfecto
✓

2.- Los Pilares (Postes)

Éxodo 38:10 “Sus columnas eran veinte, con sus veinte basas de bronce; los
capiteles de las columnas y sus molduras, de plata. (Ex. 27:10)

El Tabernáculo estaba rodeado por 60 postes, con los cuales se le daba forma al
perímetro.

El número 6 en la Biblia nos habla del hombre, la imperfección, la debilidad humana.

El número 10 siempre nos habla de responsabilidad.
El hombre no es perfecto y además se suma su irresponsabilidad. La responsabilidad
del hombre era obedecer a Dios. Definitivamente esto el hombre no lo pudo cumplir y
es Jesús quien viene a tomar nuestro lugar. El Hijo de Dios hecho hombre (Fil.2.6-8),
toma nuestras imperfecciones, nuestros pecados y él cumple nuestra
responsabilidad, él se hace obediente por nosotros. Jesús mismo se mostró por
nosotros ante Dios, hablando de nosotros.
Estos postes tienen la mayor revelación: El Evangelio. Cada poste contiene la historia
del Evangelio. He aquí como:
1. Madera de Acacia: La carne corruptible, Cristo
Jesús bajo a la tierra.
2. Plata: Jesús es mi Redentor
3. Base de Bronce: Tuvo que sufrir para mi
redención
4. Pelo de Cabra: El Profeta que se hizo pecado por mi
5. Estaca de Bronce enterrada hasta la mitad: Jesús se parte de la humanidad, al
hacerse hombre, sufriendo y muriendo, pero la otra mitad de la estaca queda afuera y
es señal de que Cristo a los 3 días resucitará.

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3.- El Altar de Sacrificio (Holocausto)

Figura Nº 5

En el altar de bronce, tanto los sacerdotes como el pueblo quedaban libres del
castigo divino por su pecado, (ver) Heb. 7:27; 10:14-22.

Textos: Éxodo 27.1-8; 38.1-7. “Harás también un altar de madera de acacia de

cinco codos de longitud, y de cinco codos de anchura; será cuadrado el altar,
2
y su altura de tres codos. Y le harás cuernos en sus cuatro esquinas; los
cuernos serán parte del mismo; y lo cubrirás de bronce.”(Ex.27.1-2)
“Igualmente hizo de madera de acacia el altar del holocausto; su longitud de
cinco codos, y su anchura de otros cinco codos, cuadrado, y de tres codos de
2
altura. E hizo sus cuernos a sus cuatro esquinas, los cuales eran de la misma
pieza, y lo cubrió de bronce.” (Ex.38.1-2)
Al ingresar a los atrios, luego de pasar la puerta o el camino, nos encontramos con
“el Altar de los holocaustos”. El pecador se encuentra frente al altar, lugar donde se
degüella y ofrece su víctima; la sangre derramada hacía la expiación por sus
pecados, porque “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Ex.27.1-2;
Lv.4.4-12; Heb.9.22).
Es importante decir en este punto que, la sangre de un animal no borra realmente el
pecado. El único sacrificio eficaz es el del Hijo de Dios, es el de JESÚS (Heb. 10.1-4,
11-14). En otras palabras no hay acceso a Dios sino por medio de un sacrificio, con
derramamiento de sangre, de una víctima perfecta. (Jn. 14.6)

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Figura Nº 6

Este dibujo nos muestra la posición del altar dentro del tabernáculo y también vemos
que en el atrio se encontraba la fuente de bronce o el lavacro, dentro del atrio como
vemos podían estar las tribus ofreciendo sacrificio, pero no así en el lugar santo y
santísimo.

Es bueno saber que la palabra “altar” significa “un lugar levantado”. En este
lugar se derrama la sangre de los sacrificios.
En el altar podemos visualizar la bondad y la severidad de Dios. Bondad hacia
nosotros pecadores y severidad hacia la victima que es ofrecida y que lleva los
pecados: amor e ira, justicia y paz.

El altar era portátil, como todo objeto del Tabernáculo, hecho de madera de Sitim
(acacia), cubierto de bronce (por el sufrimiento de los corderos). Recordemos que el
bronce es señal de sufrimiento
Las dimensiones del altar era de: 2.20mts de ancho por 2.20mts de largo por 1.30mts
de alto. Tenía varas para trasladarlo. El tamaño del altar permitía que todos los
demás muebles del tabernáculo cupieran dentro de este. También en el altar había un
enrejado de bronce donde se ponía el sacrificio.
Al pensar que los utensilios que se guardaban dentro de este altar, para su traslado.
En otras palabras dentro de este altar estaba contenidas todas las bendiciones
representadas en los utensilios consagrados a Dios. Todas las bendiciones que como
creyentes tenemos están incluidas en la muerte de Cristo y su sangre derramada.
Este es el altar que nos muestra la cruz del calvario, es donde el “cordero de Dios,
que quita el pecado” es presentado para el sacrificio. De la misma manera Cristo es
presentado ante Dios, para el perdón de nuestros pecados. (Heb.9.12- 14; 9.25-28;
10.10-14; 13.10; 1Juan 1.7; 2.2)
La sangre derramada en el altar nos revela tres virtudes:
1. Nos da perdón, Ef.1:7. “en quien tenemos redención por su sangre, el
perdón de pecados.”
2. Nos limpia, 1°Juan 1:7. “... y la sangre de Jesucristo su hijo nos limpia
de todo pecado.”
3. Nos justifica, Rom.5:9. “... estando ya justificados en su sangre...”

Por la sangre de Jesús derramada en la cruz del calvario (altar de sacrificio), ya no

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necesitamos más sacrificios, ni tampoco derramamiento de sangre. Tal como lo

declara el libro de hebreos (cap.9-10), Cristo se ofreció en sacrificio, una vez y para
siempre, de tal modo que ya no es necesario hacer nada más.
El altar construido con cuernos (Fig.5) que nos muestran o simbolizan fuerza y poder
(Ex.27.2; Ap.17.12; Sal.18.2). El sacerdote tenía que poner sangre del sacrificio en
los cuernos (Ex.29.12). Estos cuernos eran el lugar de refugio para el pecador
(1Re.2.28).
Las instrucciones para la construcción y ubicación del altar, una de ellas era que no
tuviera gradas (Ex.20.26), tenía una razón práctica, y que Dios la hace
notar, pero también para nosotros nos enseña que el hombre no puede subir a Dios
con su esfuerzo, sin exponerse al juicio de Dios, ni menos con su justicia. Dios es el
que desciende con su bondad y sale al encuentro del hombre (Tit.3.4-7)
En este altar tanto de mañana y de tarde, todos los días, era ofrecido el cordero, de
manera que a toda hora del día se encontraba el sacrificio quemándose y la puerta
siempre abierta. (Ex.29:38,39; Ex. 29:11-14; Lev. 4:4-12, Lev. 1:14)
Animales que se entregaban en

Becerro: toro de menos de un año

Cordero: hijo de oveja de menos de un año Oveja: madre del cordero,
hembra del carnero Carnero: macho de la oveja
Tórtolas: del mismo género de las palomas pero más pequeñas
Palominos: pollo de paloma.
Cabra: mamífero rumiante

Se hacían ofrendas por diferentes motivos como por ejemplo:

1. Ofrendas para expiación o culpa Lev. 5:14

2. Ofrendas de paz. Lev. 3
3. Ofrendas por el pecado. Lev. 4 al 5:13
4. Ofrendas de comida u oblación (vianda)

(El Holocausto también se llamaba “ofrenda ascendente” “holah”

significa “lo que asciende”)

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Figura Nº 7 Cuadro de ofrendas y sacrificios

LA SANGRE DEL SACRIFICIO

Es rociada:

1. Enfrente del velo en el lugar santo.

2. Sobre el propiciatorio en el lugar santísimo. Lev. 16:14,15
3. En el altar de incienso en el lugar santo. Lev. 16:10
4. Sobre Aarón y sus hijos, los sacerdotes. Lev. 8:30
5. Sobre los cuernos del altar Lev. 4:17
6. El resto fue derramado cerca del altar de bronce Lev. 4:7,8
Cuando la sangre es derramada en la tierra nos habla de la redención de ella (Rom.
8:20-22). El poder de la sangre es suficiente para todo el universo. Es por esto que la
Sangre de Jesucristo es suficiente para: cubrir, lavar, proteger, a todo creyente y para
apaciguar la ira de Dios, y toda la creación, que fue afectada por el pecado.
(Rom.8.19-23).

Todo lo que es el altar, y todo lo que acontece allí nos habla de Cristo: Los sacrificios
nos hablan de Cristo, el sacerdote nos habla de Cristo. Todo esto, de lo que ocurre en
el altar del holocausto es el preámbulo de Cristo en la cruz.
Hay verdades fundamentales que se desprenden del altar de bronce y de los
sacrificios que eran ofrecidos en él.

✓ La necesidad de la sangre para quitar el pecado. Esta verdad es puesta en

evidencia desde Génesis hasta Apocalipsis: “La paga del pecado es muerte”
(Rom.6.23); la sangre derramada nos habla de la muerte del culpable o de una
víctima ofrecida en su lugar. No hay otro medio para quitar el pecado de delante de
Dios.
✓ La doctrina esencial de la sustitución: según la disposición de Dios, una
víctima sin defecto puede ser ofrecida en lugar del culpable, como es el caso del
carnero ofrecido en lugar de Isaac. (Gen.22), o el cordero de la Pascua que murió en
lugar del primogénito (Ex.12). Es por esto entonces que es vital para cada uno de
nosotros, el que Cristo haya derramado su sangre por cada uno: “Cristo padeció
una sola vez por los pecados, el justo por los injustos” (1Pe.3.18); “al que no
conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado” (2Cor.5.21)

La rejilla de bronce del altar, la que soportaba el fuego del juicio, en donde
descansaba el sacrificio, nos recuerda también a Cristo quién pasó a través del
fuego del juicio de Dios. Fue sondeado en todo su ser, para ver la posibilidad de
pecado y no manifestó más que sus
propias perfecciones.

4.- La Fuente de Bronce o el Lavacro

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Texto Éxodo 30.17-21 “Harás también una fuente de bronce, con su base de
bronce, para lavar; y la colocaras entre el tabernáculo de reunión y el altar, y
pondrás en ella agua.”(v.18)

La fuente era completa hecha de bronce incluyendo su base. Fue diseñada para que
los sacerdotes se lavaran los pies y las manos. No se nos dice las dimensiones de
esta fuente, pero se ubicaba entre el altar de bronce, o altar del holocausto y el lugar
Santo. Obviamente en esta fuente no se ofrecían sacrificios, sino como ya lo hemos
dicho, era para lavarse. Lo que Aarón y sus hijos debían hacer cada vez que
entraban al altar para ofrecer un sacrificio.
Así como este lavacro era importante para los sacerdotes, en cuanto a la limpieza, a
la purificación, para luego ofrecer el sacrificio. Lo que resalta es que esta fuente
representa el lugar de la purificación, la santificación. Hoy nosotros no contamos con
este “lavacro”, pero con una fuente importante y esta es la Palabra de Dios que nos
purifica y santifica. (Ef. 5.26-27; Jn.15.3).

El altar se sacrificio es para pecadores, el lavacro era para los sacerdotes y tenía
que ver con su separación para entrar en el santuario con el fin de adorar (Ex.30.18).
Nosotros hemos sido constituidos sacerdotes (1Pe.2.9; Ap. 1.5-6), es por eso que
debemos ser purificados por la Palabra de Dios antes de acercarnos al santuario
para adorar.

El lavacro en su interior tenía espejos, confeccionados de los espejos de las mujeres

(Ex.38.8), esto era porque el espejo refleja la figura de la persona, muestra sus
bellezas o deformidades; así es la Palabra de Dios, nos revela lo que somos. Nos
confronta Heb. 4.12 nos dice:

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de
dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”

Figura Nº8

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La fuente de bronce o el lavacro era utilizado por los sacerdotes para lavarse
antes de entrar al lugar santo para adorar.

Cuando fue la consagración de los sacerdotes (Ex. 29:4), Moisés tuvo que lavar por
primera y única vez a los sacerdotes todo el cuerpo. La palabra “lavarás” significa
“lavar todo”.

Para los sacerdotes lavarse era un requisito indispensable. Tenían que hacerlo
obligatoriamente antes y después de entrar al lugar Santo, si no lo hacían, morían
(Ex.30.20)
En Juan 13 el Señor Jesús mismo nos muestra la significación de la Fuente de
Bronce. Al celebrar la última cena con sus discípulos, Él se levanta de la mesa y se
pone a lavar los pies de ellos. Pedro no quería que lo hiciese con él, pero Jesús le
dice: “El que esta lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues todo está
limpio” (v.10). Para todos aquellos que tenemos el cuerpo lavado, es decir, que
hemos pasado por el nuevo nacimiento no es necesario repetirlo. En nuestro andar
diario, nuestros “pies” se ensucian, se manchan, por esto es necesario que sean
lavados nuevamente, y esto lo hacemos con la Palabra de Dios. El Señor muestra
por medio de la Palabra en que hemos fallado. Luego de esto es preciso confesar y
arrepentirnos delante de Dios (1Jn.1.9). Es preciso recordar que Cristo murió por este
pecado, o por otro que hayamos cometido. Una vez realizado esto entonces tenemos
parte con Dios nuevamente y tenemos comunión con Él.
Es muy importante entonces que nuestra actitud sea siempre la de purificarnos, por
ejemplo antes de comenzar el culto, antes de tomar la Santa Cena (1Cor.11.26-32).
Es la palabra de Dios la que nos revela nuestra condición y las consecuencias de
realizar nuestra participación de una manera indigna, especialmente en la cena del
Señor. Debemos obligarnos a pasar por la fuente del lavado, por la fuente de bronce,
teniendo un profundo sentimiento de lo que es la gracia que a causa de la obra de
Cristo, nos permite acercarnos a Dios, sin problemas.

5.- La Tienda: Sus tablas, basas, barras, cortinas y cubiertas

Las Tablas:
Leemos que el Tabernáculo era un rectángulo aproximado de 13.60mts. X 4.60mts.
Fue hecho de 48 tablas, cubiertas de oro, verticales y sujetadas en basas de plata.
Las tablas fueron unidas por cinco barras que se extendían a lo largo del
tabernáculo; cuatro de las barras pasaban por los anillos afuera de las tablas, y la
quinta pasaba por medio de las tablas de un extremo al otro y no podía verse.
(Ex.26.15-29).

Veinte tablas estaban sobre el lado norte, veinte sobre el lado sur y ocho a lo largo
del extremo occidental (oeste). La longitud de las tablas era de 10 codos y de codo y
medio la anchura (4.50mts x 0.675mts) Ex.36.21

Estas tablas eran de madera de acacia, un hermoso árbol, plantados en la tierra,

pero vino el día en que Dios les necesitó y fueron cortados, ya la tierra no los
alimentaba más. Luego de ser aserrados, para darles la forma de tablas, fueron
recubiertos de oro puro y llegaron a ser la morada de Dios. Las tablas debían ser
derechas sin defectos, esto es figura de la rectitud y santidad de Cristo.

Esto es lo que Dios quiere de nosotros, quiere que seamos cortados de toda
conexión con la tierra, de su alimento, que nos contamina, y que pasemos a ser
morada de Él. (1Cor.3.9)

La palabra nos enseña y nos manda: “…despojaos del viejo hombre y vestíos del
nuevo hombre” (Ef.4.22-24)

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Las Basas
Ex.36.24. A diferencia de las bases del atrio que eran de bronce estas eran de plata y
estaban ubicadas dos por cada una de las tablas, esto es 96 bases. Todas juntas
pesaban más o menos cuatro toneladas de plata. Consideremos que la plata era el
dinero de expiación (Ex.30.12-15), tanto los ricos como los pobres tenían que poner
la misma cantidad de plata. Esto nos enseña que Jesús pago un precio igual para
todos. Este fundamento de plata es símbolo de la expiación y redención de Cristo
que es la base para edificar y mantener su cuerpo (1Cor.3.11), Él es nuestro redentor
y nuestra base o cimiento.

Las Barras
Ex.26.26 Las barras eran de madera de acacia recubiertas de oro. Eran cinco barras
por cada lado del tabernáculo. Cuatro de ellas estaban ubicadas por fuera pasando
por los anillos que tenían las tablas y la quinta barra ubicada en el centro pasaba por
entremedio de todas las tablas (Ex.26.28)

Cada pared quedaba montada mediante cinco barras transversales, sostenidas por
anillos de oro; solo la central iba de un lado al otro. Debajo de cada plancha había
dos espigas que se acoplaban a una basa de plata. El lado oriental entero servía de
entrada. Las tres paredes y las cinco columnas de la entrada (v.37) sostenían las
cuatro cubiertas del Tabernáculo

Figura Nº 9 Barras

En estas cinco barras podemos ver los dones ministeriales (Ef.4.8-13), Apóstoles,
Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros. Los Ministerios dados por Jesús nos
ayudan a fortalecer Su cuerpo, la Iglesia. En ellos vemos a Cristo representado, ya
que en él podemos encontrar estos ministerios, en una manera plena. Los Apóstoles
y los profetas son también el fundamento donde nosotros somos edificados por sus
enseñanzas. (Ef.2.20). La barra del medio que no se podía ver es figura del Espíritu
Santo que mora en cada creyente y que está para sostenernos. Nos enseña también
que une todas las tablas a través de las barras como el cuerpo de Cristo, la iglesia
unida.

Cortinas y Cubiertas
Ex. 36. 8-19. Esta era la construcción más bella, “primorosa”, todo debía ser hecho
con especial dedicación. Fijémonos que debía ser confeccionado por “sabios de
corazón”, de entre todos los que confeccionaban la obra. Estamos hablando ya del
Lugar Santo y del Lugar Santísimo. Lo mejor para Dios, debe ser hecho con
delicadeza y hermosura. Todo lo que nosotros hagamos debe ser realizado con
delicadeza y hermosura, para agradar a Dios en todo.

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Figura Nº 10 Cubierta, Cortinas

Esta cubierta estaba compuesta de diez piezas, midiendo cada una de ellas 28 por 4
codos. Estas piezas estaban cocidas cinco y cinco, y después cuidadosamente
montadas. De estos dos conjuntos, uno de ellos constituía el cielo raso y los tres
lados del lugar Santísimo, y el otro formaba el cielo raso y dos lados del lugar Santo
(Ex.26.1-6). Una segunda cubierta, de pelo de cabras, recubría la primera; se
componían de once piezas, cada una de las cuales medía 30 por 4 codos, dos codos
más, que la primera cubierta interior (v.13). Esta segunda cubierta se componía de un
conjunto de cinco bandas que recubría la parte superior y los tres lados del Lugar
Santísimo, y un conjunto de seis bandas para la parte superior y los lados del lugar
Santo. Esta parte más grande tenía un codo de más, que colgaba por encima de la
entrada del Tabernáculo (vv.7-13). A continuación venía una cubierta de pieles de
carneros teñidas den rojo y finalmente una cubierta de pieles de tejones que protegía
las otras tres cubiertas (v.14)

Esta parte estaba dividida en dos: del lado oriental, el Lugar Santo formaba un
rectángulo de 20 codos de largo por 10 de ancho y 10 de alto (Ex. 26.16, 18, 22-24).
Los sacerdotes entraban en este lugar cada día (Heb.9.6). El lugar santísimo, más
allá del velo, tenía forma cúbica, de 10 codos de lado. Sólo entraba allí el sumo
sacerdote una vez al año (Heb.9.7).

No debiera resultarnos difícil ver la correspondencia que hay entre este santuario con
la casa espiritual de la que formamos parte todos los creyentes: fundamentados
sobre Cristo, el redentor.

Comenzaremos a realizar nuestro detalle de la obra desde el exterior hacia el interior:

1- Cubierta de cueros de tejones: esta era la cubierta de más afuera y visible,
protegía los rayos de sol y era impermeable, (los tejones abundaban a orillas del mar
rojo). Esta piel no tenía hermosura ni belleza, de esta manera nos habla el profeta
Isaías al referirse a Jesús y su humillación (Is. 53.2). Está cubierta nos enseña
también de la separación de las cosas del mundo con lo santo. El cuero de tejón
también se utilizó en las sandalias (Ez. 16:10) mostrando así la separación con el

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suelo de esta tierra, lo que nos mantiene aislados, aún estando en el mundo.

2- La cubierta de cueros de carneros teñidos de rojo: esta era la próxima

cubierta, que seguía a la de los cueros de tejones. Esta cubierta nos recuerda la
historia da Abraham e Isaac cuando Dios le proveyó de un carnero (Gen.22:19) para
sacrificio en lugar de su hijo Isaac. El profeta Isaías predice este sacrificio en la
persona de nuestro Señor. (Isaías 53:5)

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molidos por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por sus llagas fuimos nosotros curados.”

3- Las cortinas de pelo de cabra: esta era la segunda gran cortina que la
formaban once lienzos de 30 codos de largo por cuatro de ancho estas cortinas
fueron unidas entre sí para formar una gran cortina de 30 x 44 codos (Ex 26:7- 13).
Esta cortina tenía un tramo más que la anterior y caía sobre la puerta del tabernáculo
recordando así cada vez que el sacerdote entraba el sacrificio de Cristo que iba a
venir. Simboliza el sacrificio de Cristo por el pecado (Rom.5:9).

4- Las cortinas de lino torcido: estas cortinas son las que se veían desde
adentro del tabernáculo y solamente las podían ver los sacerdotes. Estas eran dos
grupos de cinco cortinas de 28 x 4 codos, lo que sumaban entre sí una superficie de
28 x 40 codos, unidas entre sí por unos corchetes de oro, a lo largo de los 28 codos.
Dios ordenó que se pusieran cincuenta lazadas. Estas lazadas deberían hacerse de
cárdeno. Esta hermosa cortina fue hecha de lino fino torcido, adornado con colores,
cárdeno (azul), púrpura y carmesí, y con figuras celestiales, querubines de obra
delicada. Estas cortinas simbolizaban a Cristo glorificado. (Ap. 22:16)

“Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la

mañana”

La puerta al Lugar Santo

Ex. 36:37-38 “Hizo también el velo para la puerta de tabernáculo, de azul,
púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador; y sus cinco columnas con
sus capiteles; y cubrió de oro los capiteles y las molduras, e hizo de bronce
sus cinco basas.”

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Figura Nº 11 Vista del Lugar Santo y Santísimo

Esta fue hecha de cinco columnas de madera de acacia recubierta en oro con sus
basas de bronce. De estas columnas colgaba el velo o la cortina de azul, púrpura,
carmesí y lino torcido. La cortina a la entrada del Lugar santo, estaba hecha del
mismo tejido que la puerta y el velo (Ex.26.36-37).

Figura Nº 12 Vista del Lugar Santo

De hecho, Cristo no es sólo la puerta, sino el camino

entero que lleva a Dios; nos abre el acceso al santuario, por el camino nuevo y
vivo que Él ha abierto para nosotros (Jn.14.6; Heb.10.19-20). Sus basas nos
habla de sufrimiento y juicio, Cristo llevó el juicio del pecado por nosotros y
ahora podemos entrar a su presencia.

Las cinco columnas representan a los cinco escritores de las epístolas, Pedro, Pablo,
Santiago, Judas y Juan; también representan los cinco Ministerios que nos relata Ef.
4:11 Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros.

La puerta al lugar santo a diferencia de la del atrio era angosta, esto es porque
entraban solamente los sacerdotes, de esto se desprende que el atrio es para
muchos, pero las bendiciones de una comunión intima con Dios es solo para aquellos
consagrados para Él.

El Lugar Santo
Este representa los lugares celestiales, donde el creyente está sentado por la fe con
Cristo. Era el lugar donde el sacerdote ministraba. Nuestro privilegio ahora según
1Pedro 2.5 es entrar a la presencia de Dios y ofrecer sacrificios espirituales. Dios no
solamente salva a los pecadores sino también hace de ellos adoradores.

En el lugar santo encontramos la mesa de los panes, el candelero de oro, y el altar

de incienso.
La mesa de los panes:
Ex.25:23 “Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de
dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio.”

Esta fue hecha de madera de acacia recubierta en oro tenía 0,90mts de largo x
0,45mts de ancho, x 0,68mts de altura. Tenía también una cornisa de oro alrededor y
cuatro anillos por donde pasaban las barras para su traslado. Se encontraba al lado
norte del Lugar Santo.

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Figura Nº 13 Mesa de los panes

Sobre esta mesa se colocaban doce panes de flor de harina puestos en dos hileras
como figura en el dibujo (figura también de las doce tribus de Israel) sobre estos
panes se colocaba incienso puro. Estos panes eran cambiados cada sábado por el
sacerdote (Lev.24:5-9) los cuales se comían el pan viejo y el incienso era quemado
en el altar de incienso.

Además del pan también había bandejas y vasijas donde se colocaba vino, y los
sacerdotes cada sábado bebían de ese vino.

Dijo Jesús en Juan 6:55-56 “Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre

es verdadera bebida. El que come de mi carne y bebe mi sangre, en mí
permanece y yo en él.”
Este elemento dentro del lugar Santo representa a Jesús como el pan de vida del
cual todo hombre debería alimentarse. (Juan 6:58) “Este es el pan que descendió
del cielo....el que come de este pan vivirá eternamente.” Cristo es el pan vivo que
bajó del cielo, viene a ser el alimento de nuestras almas, y nos comunica la vida
eterna (Jn.6.51)

La moldura o corona del ancho de una mano alrededor de la mesa, servía para que
los panes no se cayeran (Ex.37:12), esto nos habla de la seguridad de todos los que
confían en Cristo (Jn. 10.27-29; Rom.5.10 Judas 24), también significaba la
exaltación de Jesús como Rey de Reyes y Señor de Señores.

Sobre esta mesa fue colocado el pan de la preposición, o de la

“presencia”, llamado así porque estaba delante de él (Ex. 25:30).

Cuando Jesús nos habló en Juan 12:24 sobre el grano de trigo que no muere no lleva
fruto; evidentemente nos estaba hablando de su propia persona que iba a morir y
luego llevar mucho fruto. Es por todos conocidos que el grano de trigo debe ser
molido para producir la harina, harina de la cual se hace el pan, que es presentado
delante de Dios. Sin duda este “morir del grano” significó mucho dolor, por eso Isaías
53:5 nos describe los sufrimientos de Cristo a causa de nuestros pecados.

El incienso puro que se colocaba sobre los panes significaban la devoción de Jesús a

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su Padre, y que había aceptado satisfactoriamente su sacrificio en la cruz, “como

ofrenda encendida a Jehová” (Lev.24:7)

El candelabro

Ex. 25:31 “Harás también un candelero de oro puro; labrado a martillo se hará
el candelero; su pie, su caña, sus copas, sus manzanas y sus flores, serán de
lo mismo.”
El combustible para el alumbrado era de aceite puro de oliva (Ex.27:20-21; Lev.24:1-
4).
Notemos que en cuatro ocasiones Dios le dice a moisés, “mira..., haz todo
conforme al modelo que te fue mostrado en el monte”. Cada detalle significaba
mucho para Dios porque aquello fue el tipo fiel de “aquel verdadero tabernáculo,
que levantó el Señor y no el hombre” (Heb. 8:2)

Figura Nº14

Fue hecho de una sola pieza y tallado a mano, el peso aproximado fue de 34 kg. (Éx
37:24) un talento. No sabemos la medida que tenia este elemento, pero por el peso
podemos estimarlo. Consistía en un pie y su caña, y de sus lados salían seis brazos
tres para cada lado, en cada brazo había tres copas en forma de flor de almendro,
una manzana y una flor. En la caña central del candelabro cuatro copas en forma de
flor de almendro sus manzanas y sus flores. En el extremo de cada uno de los siete
brazos tenía copas que contenían el aceite de oliva donde iba colocado unas
despabiladeras (mecha) que luego se encendían.

Este candelero de oro estaba situado al lado sur del Lugar Santo. Las siete lámparas
ardían continuamente; ellas daban la única iluminación que tenía el santuario
(Ex.25.31-40; 26.35; 27.20-21; Lv.24.1-4).

Tal como se explicó la única luz era de este candelero, no había luz natural, esto es
figura de la luz de Dios. Y de la misma forma que no conocemos las dimensiones del
candelero, esto nos indica también de que la luz de Dios es sin límites. El candelero
es tipo del Señor Jesucristo, veamos a Jesús en el evangelio de Juan.

Él es la luz: (Juan 1:7-9)

Él es la luz de los hombres: (Juan 1:4)
Él es la luz del mundo: (Juan 8:12)

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Cristo definitivamente es la luz del mundo. La plenitud de sus perfecciones ilumina a

la iglesia, conduciéndola en su caminar. En cuanto a la Nueva Jerusalén, “La Gloria
de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera” (Ap. 21.22-23).

Notemos que la luz fue lo primero que creo Dios, la luz es una fuente necesaria para
la vida de todas las cosas, de toda la creación. Jesús dice en tres evangelios que
nosotros somos la luz del mundo, la luz de Jesús que brilla a través de los suyos es
aquella que brilla para alumbrar al mundo. Dice que cada lámpara estaba llena de
aceite esto es figura de la unción del Espíritu Santo en nosotros que estamos llenos
de Él. El creyente que esté lleno del Espíritu Santo pondrá su vista solamente en
Jesús, cuando Moisés bajo del monte dice que su rostro resplandecía a causa de la
gloria y de la unción del Espíritu Santo. Pero el candelabro estaba puesto en la tierra
para alumbrar en la oscuridad.

El candelabro estaba hecho totalmente de oro. El oro es figura de la divinidad de

Dios. También tenía siete lámparas esto es figura de la perfección de Dios. Fue
labrado a martillo, esto nos habla de los sufrimientos de Jesús en la cruz a favor
nuestro. La copa de almendra que había en cada brazo nos recuerda la resurrección
de Jesús, el almendro es el primer árbol que florece luego de un duro invierno, así es
Jesús que florece, resucita en nosotros.
El Altar del incienso
Ex. 30. 1 “Harás asimismo un altar para quemar el incienso; de madera de
acacia lo harás. Su longitud será de un codo y su anchura de un codo; será
cuadrado, y su altura de dos codos; y sus cuernos serán parte del mismo. Y los
cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le
harás en derredor una cornisa de oro”

Figura Nº 15 Altar de incienso

El altar de incienso llamado también el altar de oro, a diferencia

del altar de holocausto que era de bronce. La construcción de este altar era sencilla,
medía 1 codo x 1 codo x dos codos de altura, tenía en la parte superior una corona
que evitaba que se cayera el incienso allí depositado, también tenía cuatro cuernos
uno en cada esquina, cuatro anillos de oro estaban debajo de la cornisa o corona que

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servían para meter dos varas de madera de acacia recubiertas de oro para poder
transportar el altar. El altar de incienso estaba ubicado frente a la puerta del lugar
santísimo (el velo), y el humo del incienso quemado llenaba los dos lugares. Se
quemaba sobre él incienso mañana y tarde, el perfume sagrado delante de Jehová
(Ex.30.1-8, 34-38)
El símbolo del humo del incienso subiendo al cielo es aplicado por Juan a la oración
de adoración y de intercesión (Ap.5.8; 8.3-4; Sal 141.2) Del mismo modo así es
Cristo presentado en Su ministerio de intercesión perpetua y todopoderosa, de
grato olor al Señor (Ro.8.34; Heb.7.25; 2Co.2.15). La vida de Jesús fue una vida de
oración permanente, el siempre se retiraba a solas para hablar con el Padre, y
ahora el está sentado a la diestra del Padre intercediendo por nosotros. Este altar es
un altar de adoración donde el sacerdote quemaba el incienso y este elevaba un
perfume grato delante de Jehová. Dios busca verdaderos adoradores (Jn. 4:23,24)
(salmos 5:7). Debemos entender también que nuestro altar de oro es el Señor
Jesucristo, es como el altar a través del cual nuestras ofrendas son presentadas y él
como abogado e intercesor aboga por nuestra causa. El es nuestro único
pontífice y sumo sacerdote (Heb. 9.11, 24).

Tenía una corona de oro; Esto nos simboliza a Jesús coronado en gloria y en honra,
(Heb. 2:9). En el altar de sacrificio no había corona esto es Jesús crucificado pero en
el altar del incienso nos muestra a Jesús resucitado.
Debemos también destacar que Aarón quemaba incienso aromático sobre el cada
mañana y no debía ofrecer sobre él, incienso extraño, (Ex. 30:7-10). El castigo era
terrible como lo vemos ejemplificado en los atrevidos hijos de Coré y todos sus
séquitos (Núm. 16.1-40) el fuego de Jehová los consumió y abrió la tierra y los tragó.
Otro ejemplo es el del rey Usías cuando su corazón se enalteció y se atrevió a entrar
en el templo para quemar incienso extraño en el altar de perfume, a causa de esto
vemos que le apareció al instante una terrible lepra (2Cr.26.16-23).
La puerta al lugar Santísimo o llamado también “el velo”.

Ex. 26:31-33 “También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido;
será hecho de obra primorosa, con querubines; y lo pondrás sobre cuatro
columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre
basas de plata”.

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Figura Nº 16 Puerta al Lugar Santísimo

El velo, es de igual tejido que las demás telas, con cuatro colores, sostenido por
cuatro columnas, separaba el Lugar santo del Santísimo

(Ex.26.31-33); a diferencia de la cortina, estaba bordado con querubines, símbolo de

la presencia inaccesible de Jehová, “dando el Espíritu Santo a entender con esto
que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo” (Heb.9.8).

El sacerdote entraba una sola vez al año y siempre llevaba en su mano la sangre de
la expiación, las cuatro columnas que sostenían el velo tenían sus capiteles de oro y
sus basas de plata; Las bases de plata le daban el derecho de pasar bajo la sombra
del velo por la seguridad obtenida en la redención por el cordero de Dios.

En Hebreos 10.20 es figura de la humanidad de Cristo (1Tim. 3.16; Jn. 1:14), de esto
entendemos que como el velo ocultó la presencia de Dios de los hombres, así el
cuerpo físico de Jesús oculto del ojo carnal la plena manifestación de Dios. A la hora
que Jesús muere en la cruz, el velo del templo se rasgo desde arriba hacia abajo
(Mt.27.45-52), esto es la imagen de la carne desgarrada del Señor Jesucristo, a
través de la cual tenemos desde entonces libre acceso al Lugar Santísimo, en la
presencia inmediata de Dios, tal como lo expresa el libro de Hebreos. (Heb.10.19 y
20; 4.16).

Este velo tenía querubines que guardaban los lugares inaccesibles como está escrito
en (Gn.3:24)
“Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto del Edén querubines,
y una espada encendida, que se revolvía por todos lados, para guardar el
camino del árbol de la vida”.
Ellos guardaban con celo la santidad de Dios que había sido ultrajada por el pecado.

El Lugar santísimo

Figura Nº 17 Lugar Santísimo

El único mueble en el lugar santísimo era el arca con su cubierta llamada el

propiciatorio que era una sola pieza con los querubines.

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(Ex.25.10) “Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de

dos codos y medios, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio.
Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una
cornisa de oro alrededor”. (Heb.9.4b) “En la que estaba una urna de
oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció y las tablas
del pacto.” (Heb.9.7) “En la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al
año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia
del pueblo.”

Este mueble nos representa la presencia de Dios manifestada. Sobre este mueble
estaba la columna de fuego de noche y la nube de día. Básicamente era una caja de
madera de acacia recubierta en oro, la cual tenía una tapa llamada propiciatorio. Dos
Querubines estaban sobre esta tapa. Cada Querubín miraba hacia abajo
significando la manera de acercarse a Dios. Al igual como ya lo hemos mencionado
que en el capítulo 3 de Génesis cuando Dios puso querubines para resguardar el
acceso al Árbol de la vida, es decir, para evitar la libre comunión con Dios. Ahora
sobre el arca estos querubines señalan el único acercamiento posible hacia Dios.

El Arca

Figura Nº 18 Interior del arca

Es el principal objeto del Tabernáculo y el más completo tipo de Salvación. Era el

único objeto en el Lugar Santísimo, con la excepción de un incensario de oro (Heb.
9.4). Era un cofre de madera de acacia recubierto de oro, que medía 2,5 codos de
longitud, 1,5 de ancho y 1,5 de alto (Ex.25.10-15). Ya sabemos que contenía las dos
tablas de la Ley (v.16, Heb.9.4), que condenaban a muerte al pecador, sin excepción
alguna, y lo excluían de la presencia de Dios. Contenía además un vaso de maná y la
vara de Aarón que había florecido (Heb. 9.4; Ex. 16.33; Num.17.3). Nos manifiesta a
Cristo como “el pan de vida” (Jn.6.32- 33,51) y la vara con la resurrección, el que
tiene el poder de resucitar de entre los muertos (Rom.1.4)
Moisés era el único que podía entran libremente en el tabernáculo sin necesidad de
sacrificio cuantas veces quería, porque Dios allí hablaba con él y le daba
instrucciones para el pueblo (Ex.25.22), en Lev. 17.7-9 vemos que Moisés entró en
diferentes días dentro del tabernáculo, salvo cuando Dios erigió el tabernáculo
(Ex.40:34) Moisés no pudo entrar a causa de la gloria de Dios. En Moisés vemos a
un tipo de Cristo como mediador entre Dios y los hombres (1Tim. 2.5; Is. 61.1)

El propiciatorio

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La cubierta del arca de oro puro se llamaba “propiciatorio” (Ex. 25.17-22)

recordando así la Divinidad y Deidad de Dios, labrado a martillo recordándonos
los sufrimientos de Cristo en la cruz. El propiciatorio nos habla de la misericordia de
Dios manifestada hacia el hombre, en Cristo. La sangre rociada sobre el propiciatorio
nos recuerda que la misericordia está basada sobre la justicia y muerte de Jesús en
la cruz.

Figura Nº 19 Propiciatorio

El sumo sacerdote depositaba allí, una vez al año, la sangre de la expiación, ofrecida
por los pecados de todo el pueblo (Ex.25.17; Lev. 16.14-15). Así, esta sangre se
ponía por encima de la ley, como diciéndole a Dios: “Señor, tu ley santa ha sido
cumplida; una víctima a muerto en lugar de los pecadores. ¡Perdona ahora a causa
de esta sangre derramada!”.

Obviamente esto es cumplido por completo por Cristo, quien no ofreció sangre de un
animal sino su propia sangre, como sacrificio para el perdón de nuestros pecados.
Una vez que la obra de Cristo fue cumplida, los pecados son “quitados” (Heb.9.26;
10.4, 11-18). En ella vemos el “asiento de la gracia”, es la misericordia de Dios
derramada a la humanidad, a través del sacrificio redentor de Jesús su Hijo.

Los querubines:
Sobre el propiciatorio y en una sola pieza estaban hechos dos querubines de oro con
sus alas extendidas uno en frente de otro cubriendo todo el
propiciatorio. Dios moraba entre los querubines y
desde allí se comunicaba con los sacerdotes (Ex.25.22; Núm. 7.89; 1Sam.4.4;
2Rey. 19.15; Is. 37:16).
En el lugar santísimo no había luz, pero la gloria de Dios que moraba entre los
querubines llamada la Shekinah iluminaba todo el lugar.

Estos querubines no estaban allí para traspasar al pecador (Gen.3.24), estaban

desarmados, con el rostro vuelto hacia el propiciatorio, hacia la sangre (Ex.25.18-20).
Estos querubines estaban sobre Cristo, quien cumplió plenamente la voluntad de
Dios, cumpliendo la ley. En cuanto al Señor, Él mismo había declarado a Su pueblo:
“Allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio”. (v.22).
Definitivamente el único lugar de reencuentro entre Dios y el pecador es en la cruz,
dónde la sangre de Jesús expía los pecados, al haber sufrido en nuestro lugar todo
el rigor de la ley. Sabemos entonces que la sangre de la víctima era derramada sobre
el propiciatorio, de la misma forma la Sangre de Cristo es derramada sobre el
propiciatorio.

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Las tablas de la ley

(Deut. 10.1-5) Estas tablas fueron las segundas que Dios le mandó a Moisés
preparar. Las primeras tablas habían sido quebradas ante la idolatría del pueblo
(Ex.32.19). Estas tablas contenían la ley de Dios que ningún hombre pudo ni podrá
cumplir excepto nuestro Señor Jesús esto nos recuerda que nosotros no podemos
cumplir la ley, pero Jesús que la cumplió nos hizo justos a través de Él de esto nos
habla el libro de Romanos “la justificación por la fe”.

La vara de Aarón que reverdeció

(Num.17.7) La vara en la escritura es figura de fuerza y poder, esta vara que
reverdeció nos recuerda a la resurrección de Jesús, entonces podemos decir que por
el poder de Dios, Jesús resucitó de los muertos para salvarnos de nuestros pecados.

El testimonio, o el maná
(Ex.16.33-34).El testimonio era una urna de oro donde se puso el maná, esto nos
recuerda que Jesús es el pan de vida y el que come de este pan vivirá eternamente,
es símbolo del pan que descendió del cielo. También nos recuerda la provisión
milagrosa de Dios durante cuarenta años en el desierto. Nos muestra con creces la
fidelidad de Dios, que aún a pesar de nuestro comportamiento, como lo fue el del
pueblo, Dios sigue ocupado de satisfacer nuestras necesidades. Los israelitas debían
recoger cada día un “gomer” de maná. Tal debe ser nuestra parte, alimentarnos de
Cristo cada día.
(Un gomer es la décima parte de un efa).

En conjunto – el Arca, el Propiciatorio y los Querubines, vino a ser así no ya el trono

de Dios en juicio, sino el de gracia. Es Cristo coronado como Señor y Rey. Todo nos
habla de Jesús y de su obra redentora, vemos en ello, de una manera sorprendente y
profunda, como él respondió plenamente a la justicia y al amor de Dios (Sal.85.10), el
trono de la gracia está fundado sobre la obediencia de Cristo hasta la muerte.

V.- Conclusión
En conclusión podemos decir fehacientemente que todo lo que Dios le dio a Moisés
para construir y que fuera el “Tabernáculo”, el lugar de reunión del pueblo escogido,
dentro del cual Dios se manifestaría, es indiscutiblemente Jesús en toda su
magnificencia. En Cristo vemos a Dios manifestado, es la Plenitud de la divinidad en
él. Cada parte que Dios pidió construir, se debía hacer con dedicación,
con un corazón para Él. Nada de lo que se hizo, podía ser hecho o realizado sino se
tenía claro a quién se le estaba confeccionando. Esto es muy importante
especialmente porque en nuestro caso, todas las cosas deben ser realizadas con un

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corazón para Dios, para agradarle a Él, por sobre los hombres. Jesús al estar en
medio nuestro en su mortalidad como hombre, le vemos simbolizada esta mortalidad
en los materiales que son corruptibles, los cuales daban forma estructural del
tabernáculo. Estaba Su Divinidad, representada en aquellos metales preciosos que le
daban el toque perfecto y sublime de la construcción. En pocas palabras el
Tabernáculo es Cristo revelado en el Antiguo Testamento.
A continuación se encuentra un dibujo que resume lo que
es el tabernáculo, y la simbología de Cristo en esta construcción.
Es bueno que pudiéramos darnos el tiempo de descubrir los 7 (siete) “YO SOY” que
se encuentran en el tabernáculo. Definitivamente nos ayudarán a darnos cuenta con
mayor claridad que Jesús es el Mejor Tabernáculo, y al mismo tiempo el sacrificio
perfecto delante de Dios, y que nos revela el único camino y la verdad y la vida a la
cual cada uno puede aspirar, y anhelar con todo el corazón, con todas las fuerzas y
con todo nuestro ser. Cristo vino para enseñarnos a Amar a Dios por sobre todas las
cosas, tal como él lo hizo.

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Autor:
Pr. Guido Russ
guido.iseti.chile@gmail.com

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