Sei sulla pagina 1di 8

¿Qué es una política pública?

Las Políticas Públicas son las acciones de gobierno, es la acción emitida por
éste, que busca cómo dar respuestas a las diversas demandas de la sociedad,
como señala Chandler y Plano, se pueden entender como uso estratégico de
recursos para aliviar los problemas nacionales.

¿Cuáles son las políticas públicas en Colombia?


Las políticas públicas se han consolidado como una herramienta esencial en el
ejercicio académico y práctico de la gestión pública.
En la actualidad este tipo de políticas son la plataforma:
 Planes,
 Programas y
 Proyectos dirigidos: A RESOLVER PARTE DE LOS CONFLICTOS
SOCIALES EXISTENTES

¿Qué es una política de Estado?

Se entiende por política de estado, aquellas políticas que forman parte de las
estrategias centrales de un país.
Son políticas que no varían a pesar del color político-ideológico de cada
gobierno. Encontrar consenso para el establecimiento de políticas de largo
plazo no es tarea fácil.

Los tres componentes principales de cualquier política son: los principios


que la orientan
(la ideología o argumentos que la sustentan); los instrumentos mediante
los cuales se ejecuta (incluyendo aspectos de regulación, de
financiamiento, y de mecanismos de prestación de las políticas) y los
servicios o acciones principales que se llevan o deberían llevarse a cabo
de acuerdo a los principios propuestos.

La Corte Constitucional y las


políticas públicas
(Tiempo estimado: 5 - 10 minutos)
Protectora indiscutida de los derechos de la
ciudadanía, no siempre sin embargo nuestra Corte ha salido en
defensa de los más débiles y no siempre ha respetado el diseño
institucional de un Estado democrático.
César Augusto Valderrama*

Una Corte influyente


Si pensamos en las cortes constitucionales no solo como instancias
judiciales sino como actores políticos, bien cabría preguntarnos:

 ¿cuáles son los mecanismos que pueden usar una corte para
intervenir en los problemas públicos?
 ¿cuál es el impacto de sus decisiones?
 ¿qué tan legítima es esta participación?

Estas cuestiones sin duda son muy controversiales dentro de un régimen


democrático, donde se supone (1) que quienes deciden sobre los asuntos
públicos deben ser los representantes de las mayorías ciudadanas y (2) que
las instituciones políticas deben adoptar estrategias o programas que estén
en sintonía con las preferencias de esta mayoría.
Sin embargo, los jueces constitucionales generalmente no son lo primero y
en algunos casos no hacen lo segundo.
Aunque la intervención de los jueces en decisiones de política pública no es
exclusiva del sistema político colombiano, nuestra Corte Constitucional es
un buen ejemplo de este tipo de fenómenos.
La intervención de los jueces en decisiones de política pública no es
exclusiva del sistema político colombiano.
En Colombia, la Corte ha intervenido en un gran número de políticas
públicas para ampliar los derechos y beneficios de estas o para restringirlos.
También ha modificado varias políticas públicas en cada una de sus etapas:
definición del problema, diseño de la estrategia, adopción de los
mecanismos, ejecución de los programas o acciones respectivas.
La intervención de la Corte Constitucional en distintos asuntos económicos,
sociales y políticos ha producido cambios importantes en Colombia- no
apenas en el plano institucional sino en la vida de muchos ciudadanos,
especialmente de las minorías y grupos sociales tradicionalmente excluidos-
.

Intervención desigual

Sala de audiencias de la Corte Constitucional.


Foto: Facebook Corte Constitucional de Colombia
No todas las intervenciones de la Corte en políticas públicas han sido de
igual intensidad ni han tenido el mismo éxito.
La política de seguridad social en salud y la política sobre los derechos de
minorías sexuales son un claro ejemplo del comportamiento diferenciado de
la Corte. Esto no se ve solo en el número de decisiones tomadas en estos
temas (ver Gráfica a continuación) sino - lo que es más importante- en el
desarrollo que se le ha dado a estas decisiones.
Número de sentencias de la Corte Constitucional sobre dos políticas
públicas, 1992-2013

Fuente: elaboración propia con información tomada de la Corte


Constitucional.
Una sencilla comparación entre las medidas tomadas sobre estos dos
temas deja ver notables diferencias. Por ejemplo:
-Mientras que desde 1998 la Corte había promovido algunas reglas para
que la tutela ayudara a garantizar los medicamentos, tratamientos y
aparatos médicos que estaban excluidos del plan de beneficios de los
afiliados al sistema de salud, en 2000 aceptó que se prohibiera (durante
seis años más) la afiliación al sistema de salud de la pareja homosexual de
un afiliado.
-La Corte comenzó a ampliar los derechos de las minorías sexuales en el
año 2007, y para ese momento ya estaban consolidadas las líneas
jurisprudenciales que garantizaban casi todos los aspectos del derecho a la
salud (población que debía ser cubierta, plan de beneficios, reformas
“estructurales” para corregir las deficiencias…).
Sin desconocer los avances recientes y destacados de la Corte en materia
de protección de los derechos de las minorías sexuales - como el
matrimonio igualitario o el aval a la adopción por parte de parejas del mismo
sexo- hay que decir que el desarrollo jurisprudencial de esta política tuvo un
lento avance si se compara con otras políticas-.
De esta rápida mirada comparativa pueden extraerse dos conclusiones:

1. La intervención judicial de la Corte tiene la capacidad de modificar


sustancialmente una política pública.
2. Las intervenciones no siempre están dirigidas a garantizar los
derechos de las minorías, pues en algunos casos incluso ha
restringido el desarrollo de derechos que benefician a grupos en
desventaja, como ocurrió con los derechos de las minorías sexuales
hasta 2006.

Consideraciones prácticas
Además de los efectos generales que la intervención judicial puede tener
sobre las políticas públicas, existen algunos inconvenientes prácticos que
importa tener en cuenta:

 La intervención crea una dualidad de beneficios y procedimientos


dentro de la política respectiva. Por un lado están los que establece la
legislación, que se aplican a todos los beneficiarios, pero por otro
están los beneficios señalados por el fallo de la Corte que se
garantizan solo a quienes interpusieron la acción de tutela, lo cual
implica la que podría llamarse una “política a petición de parte”.
 Las sentencias de tutela no alteran las leyes existentes, lo cual
aumenta la dificultad de establecer el diseño jurídico de la política en
cuestión (ya que no bastaría con conocer las leyes y decretos que la
regulan, sino también los pronunciamientos judiciales que la han
modificado).
 La permanente intervención de la Corte en las políticas públicas la ha
llevado a usar de forma novedosa y recursiva los mecanismos legales
a su disposición. Tal es el caso de los “autos” (decisiones procesales
dentro de un proceso judicial o que deciden sobre elementos
puntuales del mismo). Con este tipo de decisiones, la Corte mantiene
su competencia para conocer sobre los aspectos de la política que
considera necesarios, sin tener que esperar la petición ciudadana
mediante demandas. Esto le ha permitido obrar de oficio, ya sea para
solicitar informes a las autoridades responsables del tema, para vigilar
el cumplimiento de sus sentencias o para dar órdenes concretas en
desarrollo de las medidas que fueran ordenadas en la sentencia
previa.

Las buenas intervenciones

Marcha LGBTI en Bogotá.


Foto: Diego Cambiaso

Pero más allá del grado de injerencia de las Cortes en política y de sus
implicaciones prácticas, la literatura sobre el tema ha establecido algunas
reglas para las “buenas intervenciones judiciales”. Entre estas reglas se
cuentan las de:
Las intervenciones no siempre están dirigidas a garantizar los derechos
de las minorías.

 Definir aspectos generales,


 Posponer o prolongar (“modular”) el efecto temporal de sus
decisiones, para que las instituciones pertinentes puedan adoptar los
correctivos necesarios,
 Establecer mínimos de beneficios o de condiciones para que las
políticas puedan desarrollarse,
 Servir como canal de comunicación de sectores sociales excluidos.

Las críticas de fondo


Con todo y eso existen serias críticas o advertencias acerca de las
limitaciones que tienen las corporaciones judiciales para intervenir en
políticas públicas. Por ejemplo, Victor Abramovich y Christian
Courtisconsideran que

 “el poder judicial es el menos adecuado para realizar planificación de


política pública;
 el marco de un caso judicial es poco apropiado para discutir medidas
de alcance general;
 la discusión procesal genera problemas dado que otras personas
afectadas por el mismo incumplimiento no participan en el juicio;
 el poder judicial carece de medios compulsivos para la ejecución
forzada de una sentencia que condene al Estado a cumplir con la
prestación omitida para todos los casos involucrados, o bien para
dictar la reglamentación omitida etcétera”.

Detrás de estas críticas al papel de las Cortes en política pública, hay un


argumento de fondo que pone en tela de juicio la legitimidad de las cortes
constitucionales en una democracia. Sebastián Linares se pregunta: “¿Qué
razones tenemos para pensar que los desacuerdos en la interpretación del
texto constitucional deban ser resueltos con carácter final por un grupo de
jueces que no representan a nadie? ¿Por qué no aceptar que nuestros
desacuerdos sobre el significado de una constitución rígida deben ser
zanjados por la mayoría de nuestros representantes?”.
Las respuestas a estas preguntas las dan los integrantes de tres grupos
distintos:

1. Quienes defienden el papel político de las cortes constitucionales en


la medida en que ayuda a prevenir una eventual “tiranía de las
mayorías” cuando se trate de derechos de los individuos o de las
minorías.
2. Quienes se oponen a esas intervenciones por considerar las
instituciones representativas de las mayorías son -y deben ser- las
encargadas de decidir sobre los desacuerdos que se presenten en
una democracia.
3. Quienes razonan que una intervención de la Corte puede ser o no ser
conveniente según el tema o el propósito que persiga en cada caso;
por ejemplo que es muy bueno que intervenga para fortalecer o para
mejorar la calidad de la representación política.

En todo caso – y más allá de las controversias sobre legitimidad o


ilegitimidad de las cortes constitucionales, sobre la pertinencia de sus
intervenciones en políticas o sobre las buenas formas de hacerlo- es un
hecho cada menos discutible la Corte es un actor político de mucha
relevancia y que no debe ser olvidado a la hora de analizar o entender una
política pública.
Desconocer la actuación de la Corte Constitucional en Colombia implicaría
ignorar las más de 23 mil sentencias que ha proferido desde su creación, -
que de muchos modos han incidido sobre una gran variedad de asuntos y
de políticas públicas-.

* Coordinador Académico de la Maestría en Políticas Públicas de la


Universidad de Antioquia.

Potrebbero piacerti anche