I.

EL DON DE DIVERSOS GÉNEROS O CLASES DE LENGUAS

Antes de estudiar el don, hagamos la diferencia entre el don de diversos
géneros
de lenguas, y las lenguas impartidas como de fuego para señal. Hay dos
maneras
de hablar en lenguas: La más conocida es la “señal” que se usa como lenguaje
personal y devocional, para edificación propia y que no necesita
interpretación; y
la otra, es el “don de lenguas” que está sujeto a interpretación.
Hay confusión entre la señal, y el don de lenguas.
La señal está en 1Co.14:5 y corresponde a la experiencia narrada en Hch. 2:3,
y
es para edificación del creyente, en oración y adoración privada.
El don está en 1Co.12:30 y es para el ministerio público, que no todos ofician.
Equivale al don de profecía
1Co.14:5 dice: quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas.
1Co.12:29,30 dice: ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos
maestros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas?
¿Interpretan todos? La respuesta que se espera para cada pregunta es “NO”.
Si usted observa, de pronto puede pensar que 1 Co. 14:5 se contradice o no
se
ajusta con 1 Co. 12:29-30.
La respuesta a esto es que 1Co.14:5 es la manifestación de lenguas, como
señal
del bautismo del Espíritu Santo y 1Co.12:30 es el don para edificación del
cuerpo,
o sea, para manifestarlo públicamente.
Todo cristiano bautizado en el Espíritu Santo, aunque hable en lenguas, no
necesariamente tiene el don de diversas clases de lenguas, no todos ofician
el
don.
Con ésta aclaración, acerca de lenguas como señal y el don de lenguas,
vamos a
definir entonces:
EL DON DE DIVERSOS GÉNEROS O CLASES DE LENGUAS
Definición: Es una declaración o mensaje dado por el Espíritu Santo, en
lenguas
jamás aprendidas por el que habla, y casi siempre no entendidas por el que
escucha.
No tiene nada que ver con la habilidad lingüística. Ni con el recurso de la
mente o
inteligencia del hombre, creando, inventando, imitando sonidos, sino que es
una
manifestación del Espíritu de Dios, a través de una persona (1 Co.14:2)
EL USO APROPIADO DEL DON
1. El que habla es responsable de su mensaje, en dos aspectos:
A. La actitud o espíritu que demuestra al transmitir el mensaje.
B. Del contenido (información dada.)
Podemos y debemos controlar el don de lenguas.
1Co.14:32 dice: “y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas.”
El comunicar mensajes de parte de Dios, debe estar bajo el control del que
los
comunica. La persona que hable de parte de Dios podrá decidir cuando
hablar y
cuando callar.
Los mensajeros de Dios, deben tener la fuerza de voluntad suficiente, para
dominarse y esperar su turno.
Los que comunican mensajes de Dios, deben dominar su espíritu.
2. El número de mensajes debe limitarse. Sea esto por dos o a lo más tres
(1Co. 14:27).
3. Y por turno, esto es, decentemente y en orden (1Co.14:27) permitan que
uno
interprete. A Dios no le gusta el desorden y el alboroto, sino la paz y el orden.
(1 Co.14:33).
4. El don no está permitido si no hay alguien presente con el don de la
interpretación. (1Co.14:27-28)
5. No se debe impedir que se hable en lenguas. (1Co.14:39)
6. La prueba irrevocable de que ha existido uso apropiado del don, es la
edificación. (1Co.14:26)
7. Las lenguas y la interpretación son equivalentes al don sencillo de la
profecía:
esto es, Edifica, exhorta, y consuela. (1Co.14:3-5)
Adorar en el Espíritu es adorar en un lenguaje desconocido, recibido del
Espíritu Santo en el momento de nuestro bautismo en el Espíritu. Cuando
oramos en el Espíritu, le hablamos sobrenaturalmente a Dios, y cuando
interpretamos, permitimos que Dios nos “conteste” sobrenaturalmente.
(1Co.14:2)