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SINCRONICIDAD

Cuando hablamos de sincronicidad, irremediablemente viene a nuestra mente el Dr. Jung.

Carls Gustav Jung acuñó el término sincronicidad como “la simultaneidad de dos sucesos
vinculados por el sentido pero de manera no causal”.

¿Alguna vez te ha pasado que leyendo un libro o abriéndolo por una página te ha dado la
respuesta a esa duda que continuamente te estabas planteando, que ibas a llamar por
teléfono a una persona y en ese mismo instante, es ella la que te llama, que has tenido un
encuentro inesperado en un lugar inesperado o que has encontrado a la persona exacta
cuando la necesitabas apareciendo de la nada?…

Yo, personalmente me hago esta pregunta: ¿cuántas posibilidades hay de que esto suceda de
esta forma en este preciso momento? Luego también me pregunto: ¿dónde está la cámara
oculta? Jajaja. ;P

Lo que más destaco del significado de sincronicidad de Jung es la palabra sentido y es que, si
nos damos cuenta, la sincronicidad por lo general aparece cuando estamos sintiendo, cuando
estamos “conectadxs”. Cuando nuestro devenir está unido a lo que realmente creemos,
sentimos, y pensamos. Cuando todo nuestro ser se une en uno. Cuando nos dejamos fluir y no
forzamos los acontecimientos a nuestra voluntad, con una actitud abierta, receptiva, intuitiva.
Cuando estamos presentes, atentxs a nosotrxs mismxs y a nuestro entorno al mismo tiempo.
La unión de los acontecimientos interiores y exteriores de un modo que no se puede explicar
pero que tiene cierto sentido, por lo menos para quien lo observa, para quien lo está viviendo.

La sincronía en sí, es la solución o la idea que ya se encuentra en nuestra mente, de la cual no


somos conscientes y que, como si de un reflejo se tratase, se materializa de dentro afuera
(algo inexplicable aún por la ciencia, pero que ahí está, se siente). A partir de esta
materialización podremos interpretar la sincronía de una forma u otra y actuar de una forma u
otra, tanto como no hacerlo, ahí cada unx.

Si aprendemos a escuchar, la sincronicidad puede convertirse en buen indicador del camino a


seguir en nuestras vidas, en una guía, en una linterna que alumbra el siguiente paso.

Amelie Súñer

P.D. Me siento feliz ya que en cierto modo a través de este escrito estoy ahí, presente, junto a
vosotras. Un gran abrazo a todas.

¡A FLUIR Y A DISFRUTAAAAAR!

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