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REVISTA GALEGO-PORTUGUESA DE
PSICOLOXÍA E EDUCACIÓN

Vol. 15, 2, Ano 11º-2007 ISSN: 1138-1663

EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA DE CALIDAD DE VIDA (ENCV)


EN PACIENTES CON ENFERMEDAD VASCULAR CEREBRAL (EVC)

Luis A. C. R. MAIA * 1
António Pedro COSTA**
*Universidade da Beira Interior Data de recepción: 11/05/2007
**Universidad de Salamanca Data de aceptación: 21/11/2007

RESUMEN: PALABRAS CLAVE: EVC, neuropsico-


logia; actividades de vida diaria
En este artículo procuramos hacer una
reflexión profundizada relativa a las temáticas
de la Calidad de Vida (CV) en Pacientes con SUMMARY:
Enfermedad Vascular Cerebral (EVC).
In this article we tried to make a deepened
La EVC se refiere a cualquier disfunción reflection relative to the thematic of Life
cerebral, producto de un proceso patológico Quality Activities in Patients who suffered a
que envuelva los vasos sanguíneos, e es pre- stroke.
sentada como una de las principales causas de
muerte o incapacidad pos-accidente. A stroke is related with any cerebral dys-
function, product of a pathological process
La necesidad de una adecuada evaluación that surrounds the blood vessels, and is pre-
de aspectos como la Calidad de Vida es fun- sented / displayed like one of the main causes
damental para un plano de rehabilitación of death or post-accident incapacity.
adaptado a cada enfermo.
The necessity of a suitable evaluation of
En este artículo presentamos algunas de Quality of Life is fundamental for an adapted
las propuestas más utilizadas en nuestros rehabilitation plane to each patient.
tiempos para la evaluación de la Calidad de
Vida en Pacientes con Enfermedad Vascular In this article we presented some of the
Cerebral (EVC). most used proposals in our times for the eva-

1
La correspondencia relativa a este artículo debe ser enviada para Luis Maia, Universidade da Beira Interior,
Departamento de Psicologia e Educação, 6200- Covilhã – Portugal. lmaia@ubi.pt, lmaia.gabinete@gmail.com

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luation of Quality of Life in Patients who suf- guínea, toxinas exógenas y enfermedad inmu-
fered a stroke. nitaria (Brust, 2000).

KEY WORDS: EVC, Neuropsychology; Por diversos motivos la EVC puede oca-
Daily-life activities sionar demencia (Bogousslavsky, 2002;
Brust, 2000; Victor et al., 2000). Uno de ellos
podría relacionarse con lesiones en la conve-
INTRODUCCIÓN xidad hemisférica (área irrigada por la arteria
cerebral media), que pueden provocar trastor-
La EVC se refiere a cualquier disfunción nos cognitivos o del comportamiento. Un
cerebral, producto de un proceso patológico infarto en la área del tálamo o en la área tem-
que envuelva los vasos sanguíneos (Brust, poral inferomedial puede producir amnesia y
2000; Victor, Ropper, & Adams, 2000). Los las lesiones en la área irrigada por la arteria
ictus podemos clasificarlos en hemorrágicos cerebral anterior suelen originar trastornos de
(hemorragia) o oclusivos (taponamiento de un memoria y abulia (Brust, 2000; Victor et al.,
vaso sanguíneo). La hemorragia puede ser 2000). Por otro lado, cierto tipo de patologías
intraparenquimatosa o subaracnoidea mien- en los vasos más pequeños que afectan la sus-
tras que las oclusiones pueden ser trombóticas tancia blanca, provocan alteraciones del com-
o embólicas (Bogousslavsky & Hommel, portamiento y de la marcha, incontinencia uri-
1993; Kase, 1993). naria, parálisis pseudobulbar y signos pirami-
dales. Se constata que los infartos múltiples
El ictus hemorrágico puede producirse de pueden originar efectos aditivos que podrán
una hemorragia extraparenquimatosa (por ej. desencadenar procesos demenciales (Brust,
debido a rotura de aneurismas en el polígono 2000; Lezak, 1995).
de Willis dando lugar a hemorragias subarac-
noideas) o por una hemorragia intraparenqui- Las EVC constituyen la causa más impor-
matosa (por ej. secundaria a rotura de vasos tante de incapacidad funcional crónica ocu-
afectados por una hipertensión prolongada) pando el tercer lugar en causas de muerte de
(Brust, 2000). La misma hemorragia, debido la población adulta de los Estados Unidos
al efecto de masa producido por el hematoma (MacKenzie & Chang, 2002). Se estima que
intracerebral en la irrigación del tejido cere- aproximadamente dos millones de personas
bral adyacente, puede causar isquemia o en están incapacitadas debido a secuelas neuro-
casos más graves infarto (Bogousslavsky & lógicas producidas por EVC (Brust, 2000).
Hommel, 1993).
En Inglaterra, el ictus es la causa principal
Si la insuficiencia del riego sanguíneo de incapacitación de personas adultas. En
(isquemia) es transitoria, la situación clínica Hong Kong se estima que, al menos, 12000
puede resolverse sin que se produzcan signos personas por año sufren un ictus y que dentro
anatomopatológicos de lesión (Brust, 2000). del grupo de supervivientes, 55 a 70% necesi-
Cuando la situación de isquemia es grave y se tan de programas de rehabilitación
desarrolla durante mucho tiempo, se produce (MacKenzie & Chang, 2002).
muerte neuronal (infarto) (Brust, 2000; Victor
et al., 2000). Este tipo de patología causa más muertes e
incapacitaciones que cualquier otra enferme-
Ambos tipos de ictus pueden desarrollarse dad (con la excepción de las enfermedades car-
a cualquier edad y por diversos motivos tales diacas y del cáncer) (Lezak, 1995). A pesar de
como traumatismos, infección, malformación las estadísticas en relación al número de perso-
vascular, cardiopatía, neoplasia, discrasia san- nas incapacitadas, hoy en día, está aumentando

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el número de personas que sobrevive a un ictus lares (Patten, 1996). Una de las manifestacio-
y que consigue rehacer su vida a pesar de las nes más frecuentes de este tipo de enfermedad
secuelas (Tengs, Yu & Luistro, 2001). es la hemiplejia. Sin embargo, esta manifesta-
ción clínica también puede tener su causa en
En relación al grado de discapacidad provo- otras patologías, como por ejemplo, abscesos,
cado por un ictus, estudios de Clark & Opit tumores o enfermedades desmielinizantes
(1994), muestran que con el aumento de la edad (Patten, 1996).
el nivel de dependencia del paciente aumenta
considerablemente. Un tercio de la muestra de El interés actual por los aspectos psicoso-
los pacientes entre 65 y 74 años y prácticamen- ciales del concepto de salud ya apuntados en
te la mitad de los mayores de 75 años se queda- la definición de la OMS en 1948 como “un
rá dependiente, con un grado severo de incapa- estado de bienestar físico, psíquico y social y
cidad, necesitando ayuda frecuente de otra per- no solamente la mera ausencia de enferme-
sona en actividades de vida diaria. dad”, hace obligatorio hablar de la de vida
como un incremento de la calidad con o sin
En España, el ictus tiene una prevalecía enfermedad (Fernández López & Hernández
que se sitúa alrededor de 200/100.000 habitan- Mejía, 1993). Siguiendo la idea desarrollada
tes año, constituyendo la segunda causa de por Carod Artal (1999) podremos definir
mortalidad (siendo la primera causa de muerte Calidad de Vida relacionada con Salud
en la mujer) y es la patología neurológica (CVRS) como: “el valor que se asigna a la
invalidante más prevalente en la populación duración de la vida que se modifica por la
adulta (Gállego, Martínez-Vila, Zubiri, incapacidad, el estado funcional, la percep-
Irigoyen, & Villanueva, 2000). Dentro de la ción y las consecuencias sociales debidas a
incidencia de pacientes afectados por un ictus, una enfermedad, un accidente o a una deci-
15% son de tipo hemorrágico, la proporción sión política, social o sanitaria”.
en sujetos jóvenes de este tipo de ictus alcan-
za 40-50% (Bevan, Sharma, & Bradley, 1990). Actualmente, debido a la considerable
variedad de enfermedades que afectan la cir-
A pesar de una mejor prevención en la culación cerebral, la neuropsicología desem-
adquisición de los factores de riesgo vascular peña un papel fundamental en la formulación
por parte de la populación, existe en los últi- del diagnóstico y de toda una línea de inter-
mos años, como consecuencia de un envejeci- vención terapéutica específica para cada sub-
miento progresivo de la populación, un incre- tipo de estas manifestaciones clínicas.
mento de la prevalencia y incidencia del ictus
(Gállego et al., 2000). Este problema sanitario
puede controlarse de una forma más efectiva, ESPECIFICIDAD DE LA EVALUACIÓN
si por todos los medios sociales se informara NEUROPSICOLÓGICA DE LA CALIDAD
que el ictus es una emergencia médica tratable DE VIDA
(Gállego et al., 2000).
Dentro de las diversas aplicaciones de la
El perfil temporal es una de las caracterís- neuropsicología en este ámbito, destacando el
ticas clínicas más importantes de las enferme- proceso de evaluación neuropsicológica (EN),
dades cerebro vasculares. Gracias a su carac- se puede definir por ser un procedimiento
terística típica de evolución aguda (debido a objetivo donde a través de instrumentos
la agudeza con la que inicia y su rápida evo- estandardizados el neuropsicólogo intenta
lución hasta llegar al punto máximo de daño), explorar características de las funciones cog-
se derivó el nombre de “accidente” para nitivas superiores (memoria, lenguaje, con-
hablar clínicamente de estos trastornos vascu- centración, etc.) y características comporta-

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mentales del paciente (Lezak, 1995; Tranel, Una medida de CVRS para ser integral
1993). Los datos de la EN son bastante útiles debe tener en cuenta la percepción del pacien-
a la hora de valorar los puntos débiles y fuer- te de su estado de salud y de qué forma ese
tes de las capacidades cognitivas y comporta- estado se relaciona con el desarrollo de las acti-
mentales de los pacientes, ya que es muy vidades de su vida diaria (Tennant et al., 1997).
importante la exploración de la relación entre
el daño cerebral y el comportamiento del indi- En seguida se presenta un breve resumen
viduo (Pliskin & Sworowski, 2003). Si se de los diversos trabajos hechos relacionados
logra obtener datos relevantes de esta rela- con la calidad de vida e ictus (Cadro 1).
ción, estos serán facilitadores del diagnóstico
y ayudarán a aclarar qué tipo de proceso tera- Un estudio longitudinal de 1 año, hecho
péutico y rehabilitación se podrá desarrollar por Li, Young, & Hu, (2001) tuvo como obje-
con cada paciente especifico (Lezak, 1995; tivo comparar la calidad de vida de un grupo
Tranel, 1993). de sujetos normativos (grupo control) con un
grupo de supervivientes de ictus.
Hablando de los particulares de la
Evaluación Neuropsicológica de la Calidad de En la primera evaluación los resultados
Vida (ENCV) en patología vascular cerebral, obtenidos actuaron como los valores de base
cuando ocurre un ictus, como consecuencia de para toda la investigación comparativa. Los
las alteraciones neurológicas generadas, el pacientes expresaron menos problemas a
individuo se ve afectado (de forma temporal o nivel familiar o a nivel de matrimonio, tenien-
permanente) en las capacidades para desarro- do la percepción de que recibían más apoyo
llar sus actividades en el entorno social y fami- social en comparación con el grupo control.
liar (Astroem & Asplund, 2002). Así, podre- Sin embargo, 1 año después, los pacientes que
mos considerar como 4 grandes ámbitos funcionalmente se presentaban más deteriora-
importantes a ser explorados dentro de la dos expresaron deficits acentuados en las
ENCV: funcional (la capacidad de atenderse dimensiones de apoyo social y relacional con
por sí mismo, la capacidad para llevar a cabo la familia y con su pareja (Li et al, 2001). Este
las tareas diarias habituales, su grado de acti- cambio pasado 1 año podrá justificarse por el
vidad física, etc.), físico (síntomas físicos fenómeno de “burnout” de los cuidadores
resultantes de la enfermedad o por su trata- (casi siempre familiares) de estos pacientes.
miento), psicológico (funcionamiento cogniti- Este mismo fenómeno, muy desequilibrador
vo, estado anímico, nivel de satisfacción vital, desde el punto de vista psicológico, obtiene
autoestima, etc.) y social (interacción con su repercusiones en la cohesión familiar (Draper,
entorno y grado de aislamiento social) (Carod Poulos, Poulos, & Ehrlich, 1996; Li et al.,
Artal, 2003; Visser, Koudstaal, Erdman, 2001; Tyerman, Hobbs, & Measures, 1994).
Deckers, et al., 1995; Linda S. Williams,
Weingerger, Harris, & Biller, 1999). Por otro lado, la severidad del ictus provo-
ca un deterioro en la autoestima del paciente
La inclusión de elementos psicosociales que, por su parte, se repercute en una subesti-
en la ENCV es importante para que el cuadro mada percepción del apoyo social y familiar
de déficits e incapacidades experimentadas realmente recibido (Li et al., 2001; Sisson,
pos-ictus sea más completo y realista. Estos 1992). Los autores también concluyeron que
pacientes expresan una serie de consecuen- los niveles de exigencia de las necesidades en
cias sociales negativas, tales como incremen- la vida eran bastante inferiores en el grupo de
to del aislamiento social y pérdida de autoes- pacientes en relación al grupo control. Tal
tima (Tennant, Geddes, Fear, Hillman, & resultado se debe a un proceso consciente de
Chamberlain, 1997). adaptación a los niveles de stress después de

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un ictus por parte de los supervivientes (Li et percepción de vida y del concepto de salud
al., 2001), produciéndose de este modo una muy distinto del grupo control.

Cadro 1. Revisión bibliográfica del tema calidad de vida y ictus

AUTORES PROPRIEDADES DEL TRABAJO


Lawrence Hizo un estudio con 45 supervivientes y sus cuidadores tres años después del ictus, describiendo la s prin cipales
(1979) secuelas observadas en esto s casos
Robi nson y cols. Desarrollo del Examen de la Función So cial proporcionando una medida cuantitativa del funcionamiento social
(1985) premórbido de los pacientes con ictus
Niemi y cols. Estudio de la calidad de vid a en 46 supervivientes de un ictu s cuatro años después de la ocurrencia de este
(1988)
V iitanen y col s. Estudio comparativo entre 60 suje tos sanos con 62 superviviente s de un ictus durant e un periodo de 4 a 6 años
(1988)
Soelberg Sorensen y Estudio prospectivo durante 5 añ os de 201 pacientes menores de 75 a ños ingresados por acc idente isquémico
cols. transitorio (AIT) o ictus menor
(1989)
Friedl and Utiliza ndo el Cuestionari o de A poyo Social para supervivie ntes de Ictus e xaminó la relació n exi stente entre
(1987) apoyo social utilizado y disfunción psicosoc ial
Glass y cols. Estudio prospectivo en 46 pacientes de un pri mer ic tus observando que el nivel de apoyo social percibido por el
(1993) paciente predecía el cambio en su estado funcional
Gr eveson y cols. Mediante el Perfil de Sa lud de Nottingham, el Índi ce de Actividades de Frenchay y e l Índice de Barthel (IB),
(1991) evaluaron la calidad de vida en 82 supervivientes y 44 cuidadores
N ydevik y col s. Aplicación del SIP en S uecia en 57 supervivi entes con edad medi a avanza da para determinar el grado de
(1991) disfunción subjetiva, seis a nueve meses después de un ictus
Visser y cols. Comparación de varias medidas de calidad de vida en sujetos t ras un ictus o infarto de miocardio con cont roles
(1995)
Hochstenbach Administración del S IP en 165 superviviente s y sus cuidadores a los 5 años de un ictus
(1996)
Hayashi y cols. Estudio prospectivo de la calidad de vida de 1015 pacientes en Japón tr as un ictus
(1995)
Astrom y cols. Evaluación a los tres años de un ictus de 50 supervivientes (Suecia) y una muestra de 294 sujetos de la populación
(1992) general de igual edad
de Hann y cols. Aplicación del SIP en 441 super vivientes de ictus a los seis meses observando un deterioro más acent uado del
(1995) dominio físic o que del psicosoc ial
King y col s. Realizac ión de un corte transversal en 86 supervivientes, entre un periodo de 1 a 3 años tras un ictus, estimando
(1996) que las variables que predecían la calidad de vid a post-ictus eran la depresión, el estado func iona l y el apoyo
social percibido
Duncan y cols. Mediante el MOS-36, hicieron un estudio comparativo de la salud de 304 pacientes afectados por un ictus menor
(1997) y 184 AITs con 654 personas sin historia pasada de ictus
Dorman y cols. Aplicación del cuestionario EUROQol en 130 pacientes y s us cuid adores habi éndose observado un grado de
(1997) concordancia entre ambos grupos mayor para las tareas del cui dado personal y m ovilidad y peor para la
evaluación del estrés psic ológi co
Willer y cols. Exploración del grado de bienestar subjetiv o e n 1417 pac ientes con ictus y u na mue stra de 1439 sujetos sanos
(1998) (estudio transversal Noruego)
Kwa y cols. El estudio de la influencia del deterioro c ognitivo en la ca lidad de vida tras u n ictus isquémico (estu dio realizado
(1996) con 129 sujetos mediante una esca la de análogos visuales)
Benit Ahlsio y cols. Exploración clínica durante un periodo de 2 años (Suecia) de 96 pacientes afectados p or un ictus con edad media
(1984) de 71 años
Carod Artal y cols. Realizac ión de un corte transversal en 116 supervivientes. Fue observado, a l año del ictu s, un deterioro en l a
(2000) calidad de vida relacionada principalmente con el grado de incapacid ad y la prese ncia de depresió n post-ictus
Hackett y cols. Evaluación de la calidad de vida en 639 supervivientes de un ic tus (utilizando un grupo control de 310 personas)
(1991-1992) a los seis años de este a través del cuestionario de Salud SF-36
Estudi o Canadiense Con la medida RyFF de bienestar psicológico se estudió 5395 ancianos mayores de 65 años, ent re ellos, 330
de Salu d y supervivientes de ictus. Las personas con ictus demostraban un sentimiento de bienestar inferior al de la
Envejecimient o popul ación anciana
(2002)

Basado en: Carod Artal, 2003

Estudios como los de Mackenzie e Chang física es el predictor más fuerte de la calidad de
(2002), utilizando el Perfil de las vida de los pacientes. Quedó demostrado que
Consecuencias de la Enfermedad (SIP) como los predictores sociales, a pesar de no haber
instrumento de medida, relatan que pasados sido trabajados de la misma forma exhaustiva,
tres meses de un ictus, la capacidad funcional tienen importancia para que la rehabilitación

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funcional de los pacientes se desarrolle de apoyo social y la situación funcional posterio-


forma más rápida y eficiente. En este mismo res a dicho acontecimiento, son de hecho una
estudio, pasado el periodo de un año, fueron excepción. Este estudio prospectivo incluyó
diagnosticados algunos casos de depresión. pacientes de cualquier edad e sexo con el
diagnóstico de EVC aguda (34 pacientes con
Como predictor de CVRS, la satisfacción edad media de 71,7, de los cuales 19 varones
con el apoyo social está relacionada con el y 15 mujeres), entre los periodos de enero de
estado funcional del sujeto, así como con sus 1995 hasta febrero de 1995 y enero de 1996
necesidades personales, siendo este último hasta octubre de 1996.
punto una dimensión que es siempre subjeti-
va. Comprobándose de esta forma la gran Como metodología utilizada se ejecutó dos
importancia que tiene el evaluar la percepción valoraciones, la primera a través de una entre-
que tiene el superviviente del ictus del apoyo vista personal durante las primeras 36 horas
social que está recibiendo más que el valorar tras el ictus y la segunda algunos meses des-
el número de personas que forman ese grupo pués del alta hospitalaria por, entrevista telefó-
de soporte social (Change & Mackenzie, nica. Los datos recogidos en la primera valo-
1998; Jaracz & Kozubski, 2003; Kelly Hayes ración relatan la situación del paciente en los
& Paige, 1995; King, 1996). meses previos al ictus: filiación, situación
laboral, nivel de escolarización, valoración de
La mayoría de las investigaciones en este la calidad de vida (Perfil de Salud de
ámbito, han explorado los pacientes única- Nottingham - PSN), antecedentes personales,
mente en una fase posterior al ictus, olvidan- estilo de vida, apoyo social percibido, aconte-
do la relación de la situación previa (estilo de cimientos vitales (inventario de Holmes &
vida y acontecimientos vitales) con la situa- Rake) y situación funcional (escala de Rankin)
ción consecutiva al ictus (Martín González, (Martín González et al., 2000). En la segunda
Ortiz de Salazar, Peris Martí, Valiente Ibiza, entrevista, se intentó explorar los cambios en
& Sala Corbí, 2000). la situación personal, familiar y social, apli-
cando nuevamente el PSN, la escala de Rankin
Trabajos como el de Martín González e y la escala de apoyo social. En las puntuacio-
colaboradores (2000), en que el objetivo plan- nes obtenidas por los pacientes en las dimen-
teado fue valorar la relación entre la percep- siones del PSN, se constata que la dimensión
ción del apoyo social, la percepción de la cali- mejor puntuada en la primera evaluación ha
dad de vida y la presencia de acontecimientos sido el aislamiento social, observándose que el
vitales estresantes previos al ictus, con la per- mismo se deteriora significativamente en un
cepción de la calidad de vida, percepción del segundo momento tras el ictus (cadro 2).

Cadro 2. Puntuaciones obtenidas por los pacientes en las dimensiones del PSN

Domínio 1 ª evaluación 2ª evaluación P


Mo vilidad 37 ± 2 8,3 36,5 ± 34 NS
Sueño 31,18 ± 31 28,2 ± 34 NS
Dolor 26,18 ± 29 27,5 ± 34 NS
Energia 36,2 ± 39 41,1± 43 NS
Aislamiento social 9,4 ± 20 21,1 ± 30 0,037

Estado emocional 28,7 ± 21 24,4±27 NS


NS: no significativa

Fuente: Martín González et al, 2000

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No se obtuvo relación entre la puntuación Si la depresión en personas mayores podrá


de esta dimensión en el segundo momento de tener su origen o sus síntomas exacerbados
evaluación y ninguna de las variables estudia- debido a una EVC, eso nos explicaría la exis-
das en la evaluación inicial, los autores esta- tencia de una relación entre depresión e ictus,
ban en situación de concluir que el ictus es el ya que las dos enfermedades se desarrollarían
responsable de la situación de aislamiento debido a que comparten un origen vascular
social y consecuente pérdida de apoyo social cerebral (Alexopoulos et al., 1997). A pesar
de los pacientes y no de las características de de que la mayoría de los síndromes relaciona-
vida de su situación previa (Martín González dos con el “sufrimiento psicológico” ya han
et al., 2000). Otro hallazgo interesante de este sido estudiados como potenciales factores de
estudio, fue que no se ha encontrado ninguna riesgo para el desarrollo de enfermedades car-
relación entre el estrés psicosocial derivado diovasculares o vasculares cerebrales, la
de acontecimientos vitales previos al ictus con depresión es, sin duda, el tema sobre el cual se
la situación funcional, calidad de vida o el han realizado más investigaciones (Carney &
apoyo social posteriores al mismo. Única- Freedland, 2002).
mente se han encontrado datos que relacionan
la presencia de trastornos de sueño previos al
acontecimiento del ictus con una peor calidad DEPRESIÓN POS ICTUS
de vida posterior.
La depresión pos ictus es aquella que de
No obstante, existen autores que defien- forma independiente más afecta la calidad de
den el llamado estado de sufrimiento psicoló- vida del paciente y suele desarrollarse más
gico como predictor de un posible ictus isqué- comúnmente en los casos de mayor severidad
mico fatal para la vida de una persona de ictus (Chemerinski, Robinson, Arndt, &
(Carney & Freedland, 2002). El sufrimiento Kosier, 2001; Grigsby, Kaye, Kowalsky, &
psicológico es un término muy subjetivo y de Kramer, 2002; Morris & Robinson, 1993).
amplio abarcamiento clínico (frustración, tris-
teza, ansiedad, etc.), pudiendo referirse tanto Este trastorno da lugar a una serie de adver-
a respuestas emocionales esperadas frente a sidades en los supervivientes de ictus, que se
situaciones desfavorables como a trastornos demuestran en el deterioro de diversas dimen-
psiquiátricos. Estos mismos autores, Carney e siones de calidad de vida. La área esencialmen-
Freedland (2002) comentan un estudio hecho te más afectada es la social, donde se menosca-
por May e colaboradores (2002), donde a tra- ba el desenvolvimiento del paciente en activi-
vés del acompañamiento durante 14 años de dades sociales (King, 1996; Parikh et al., 1990).
2201 sujetos varones, habiendo evaluado a los
mismos en distintos momentos, con el instru- Consecutivamente al ictus, relatos produci-
mento General Health Questionnaire (GHQ- dos en entrevistas a los supervivientes expre-
30) (para clasificarlos como poseedores o no san, en la mayoría de los casos, que los valores
poseedores de “sufrimiento psicológico”). de autoestima funcionan como un fuerte pre-
Concluyeron que el “sufrimiento psicológico” dictor de los futuros déficits funcionales
sería un factor de riesgo independiente para (Change & Mackenzie, 1998; Hosking, Marsh,
un ictus isquémico fatal. Este factor estaría & Friedman, 2000; Morris & Robinson, 1993).
relacionado con la exposición a un momento
de mayor sufrimiento comprendido temporal-
mente en el intervalo de seguimiento entre METODOLOGÍA EN ENCV
una evaluación y la siguiente o por un nivel de
sufrimiento muy intenso justo antes de suce- A la hora de escoger los instrumentos para
der el ictus fatal (Carney & Freedland, 2002). evaluar la calidad de vida después de un ictus

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nos encontramos con algunos problemas trumentos genéricos, como el caso del Perfil
metodológicos, como por ejemplo: la utiliza- de Salud SF-36 o el Perfil de las
ción de indicadores objetivos versus indica- Consecuencias de la Enfermedad (SIP)
dores subjetivos; puntaciones agregadas ver- (Carod Artal, 1999).
sus perfiles; indicadores de calidad de vida
genéricos frente a instrumentos específicos de En seguida presentaremos algunos ejem-
enfermedad, entre otros (Carod Artal, 1999, plos de instrumentos utilizados en metodolo-
2003). gías de investigación para evaluar CVRS.

Los instrumentos específicos tienen la


ventaja de lograr una mayor sensibilidad clí- ÍNDICE DE BARTHEL (IB)
nica sobre los problemas y cambios en la cali-
dad de vida de los sujetos con problemas Es un instrumento que valora la capacidad
específicos de salud, teniendo la desventaja del paciente para realizar actividades de vida
de no permitir comparaciones entre los datos diaria después de sufrir un ictus (cadro 3). Las
exploratorios de las distintas enfermedades actividades comprenden dimensiones perso-
(Haan, Aaronson, Limburg, Hewer, & Crevel, nales como el desplazamiento, alimentación,
1993; Haan, Horn, Limburg, Meulen, & vestimenta, el baño, manejo del sanitario,
Bossuyt, 1993). subir escaleras y control anal y vesical
(Mahoney & Barthel, 1965).
La elección de una medida de CVRS
genérica o específica tiene que ver con lo que Es utilizado para evaluar las secuelas
queremos explorar como clínicos (por ej., en motoras de supervivientes de ictus.
el primer caso, la comparación de pacientes Aplicando el instrumento en dos momentos
de ictus con pacientes de otro tipo de enfer- distintos (antes y después de la rehabilita-
medad Linda S. Williams et al., 1999). ción física) podemos valorar el nivel de recu-
peración de estos sujetos. Demuestra ser
La evaluación más subjetiva para valorar muy útil para la observación por parte del
la calidad de vida puede ser desarrollada a clínico del avance del paciente en cuanto al
partir de cuestionarios auto-administrados; desarrollo de habilidades funcionales en las
estos mismos cuestionarios pueden ser apli- distintas tareas a que se compromete en su
cados por un profesional de la salud o por un rutina diaria y, consecuentemente, para eva-
familiar del paciente. Como forma de cons- luar qué tipo de programa de rehabilitación
truir una metodología más objetiva se han es el más adecuado dependiendo del pacien-
desarrollado pruebas psicométricas que te (Rojas Huerto, 2000).
miden parámetros indicadores de calidad de
vida (entrevista estructurada y diversos cues-
tionarios escritos) (Mahoney & Barthel, GENERAL QUALITY OF LIFE
1965). De forma más especifica, la entrevista INVENTORY (GQOLI)
estructurada, al certificar todas las contesta-
ciones, tiene la ventaja de evitar la pérdida de Escala de 64 ítems con cinco posibilidades
información. Sin embargo, tiene la desventa- de valoración cada uno. Es un instrumento de
ja de consumir mucho tiempo y ser poco tipo genérico que evalúa aspectos de salud
reproducible. física, aspectos psicológicos, funciones socia-
les y dimensiones sobre las condiciones de
La mayoría de los estudios tradicionales vida del paciente. Las puntuaciones más ele-
sobre calidad de vida en el ictus han utilizado vadas describen una mejor calidad de vida (Li
una metodología de evaluación basada en ins- et al., 2001).

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Cadro 3. Indice de Barthel

ÍNDICE DE BARTH EL
Comida:
10 Independ iente. Capaz de co mer por sí s olo en un tiempo razonable. La comi da puede ser cocinada y
servida por otra persona
5 Necesita ayuda para cortar la carne, extender la mant equilla... pero es capaz de c omer sólo
0 Dependient e. Necesita ser alimentad o por otra persona
Lavado (baño)
5 Independ iente. Capaz de lavarse entero, de entrar y salir del bañ o si n ayuda y de hacerlo sin que una
persona supervise
0 Dependient e. Necesita algún tipo de ayuda o supervi si ón
Vestido
10 Independ iente. Capaz de ponerse y qui tarse l a ropa sin ayuda
5 Necesita ayuda. Real iza sin ayuda más de la mitad de es tas t areas en un tiempo razonable
0 Dependient e. Necesita ayuda para las m ismas
Arre glo
5 Independ iente. Realiza todas las actividades personales sin ayuda alg una, los complementos necesarios
pueden ser provistos por alguna pers ona
0 Dependient e. Necesita alguna ayuda
Deposición
10 Conti nente. No presenta episodios d e incontinencia
5 Accident e ocasional. Menos de una vez por semana o necesita ayuda para colocar enemas
o supositorios.
0 Incontinente. M ás de un episodio semanal
Micción
10 Conti nente. No presenta episodios . Capaz de utili zar cualquier di spositivo por si solo (botella, sonda,
orinal...).
5 Accident e ocasional. Presenta un máximo de un epis odio en 24 horas o requiere ayuda para la
manipulación de sond as o de ot ros dispositivos.
0 Incontinente. M ás de un episodio en 24 hora s
Ir al retrete
10 Independ iente. Entra y sal e solo y no necesita ayuda alguna por parte de otra pers on a
5 Necesita ayuda. Capaz de manej arse con una peq ueña ayuda; es capaz de usar el cuarto
de baño. Puede lim piarse sol o
0 Dependient e. Incapaz de acceder a él o de utilizarlo sin ayuda mayor
Transferencia (tras lado cama/sillón)
15 Independ iente. No requ iere ayuda para sentarse o levant arse de una sill a ni para ent rar o
salir de la cama.
10 Mínim a ayuda. Incluye una supervisió n o una pequeña ay ud a física.
5 Gran ayuda. Precisa ayuda de una persona fuerte o entrenada.
0 Dependient e. Necesita una grúa o el alzamiento por dos personas. Es incapaz de per manecer sentado
Dea mbulaci ón
15 Independ iente. Puede andar 50 metros o su eq uiv alente en casa si n ayuda o supervi sión. Puede utilizar
cualquier ayuda mecánica excepto un andad or. Si utiliza una prótesis, puede ponérsela y quitársela solo.
10 Necesita ayuda. Necesita supervi sión o una peq ueña ayuda física por parte de otra persona o utiliza
andador.
5 Independ iente en si lla de ruedas. No requier e ayuda ni supervisión
Subir y bajar escaleras
10 Independ iente. Capaz de subir y bajar un pi so s in ayuda ni supervisión de otra persona.
5 Necesita ayuda. Necesita ayuda o supervisión .
0 Dependient e. Es incapaz de salvar escalones
La incapacida d funcional se
valora como: * Moderada: 60 - 80 puntos. Puntuación Total:
* Severa: < 4 5 puntos .
* Ligera: 8 0 - 100 puntos.
* Grav e: 45 - 59 pu ntos.

Basado en: Mahoney & Barthel (1965)

ÍNDICE DE ACTIVIDADES INSTRU- como objetivo principal de su trabajo medir el


MENTALES DE LA VIDA DIARIA DE grado de incapacidad que afecta el estilo de
FRENCHAY (FAI) vida de supervivientes de un ictus pertene-
cientes a la clase media de la cultura occiden-
Los autores de esta escala de calidad de tal. Este instrumento fue desarrollado para ser
vida (Holbrook & Skilbeck, 1983) tenían administrado en pacientes ancianos y consta

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de quince ítems, valorados con puntuación de Cada ítem aporta una situación de males-
uno a cuatro en su forma original, midiendo tar que podrá ser relevante o no para el
dos conceptos (incapacidad instrumental den- paciente. La respuesta es dicotómica (si / no),
tro o fuera de casa y handicap social). Se pre- debiendo el sujeto contestar afirmativamente
gunta la frecuencia de cada tarea con relación cuando el contenido del ítem refleja su estado
a los últimos tres o seis meses. Esta escala de salud actual y contestar no en los casos
puede ser aplicada por el propio sujeto o por inversos (Hunt et al., 1981).
un profesional clínico; el tiempo estimado
para la administración es de 5 minutos.
ESCALA DE CALIDAD DE VIDA PARA
El orden de los ítems y puntuación origi- PACIENTES JÓVENES CON ICTUS
nal fueron modificados por Wade (Carod HEMORRÁGICO
Artal, 2003); en la actualidad los quince
ítems son valorados de cero a tres y, como Esta escala fue desarrollada con el objeti-
consecuencia, su rango de valores oscila de vo de evaluar específicamente la calidad de
cero a cuarenta y cinco. Más tarde fue modi- vida de estos pacientes afectados por ictus
ficado el punto de corte (Sharpe, Hawton, hemorrágicos (Hamedani et al., 2001). La
Seagroatt, Bamford, & et al., 1994), siendo versión más reciente contiene 54 ítems agru-
indicadora de alteración grave en las activi- pados en siete dominios: funcionamiento físi-
dades instrumentales la puntuación menor o co, funcionamiento cognitivo, aspecto gene-
igual a 25. ral, actividades sociales y de placer, relacio-
namientos y, por último, bienestar emocional.
Haciendo un estudio más pormenorizado Existe una pregunta al final de cada dominio
del contenido de los ítems, Bond e colabora- (sin puntuación) en la que el paciente contes-
dores (in Carod Artal, 2003) propusieran una ta de qué forma y en qué grado (ligeramente /
estructura factorial 2x2 (tareas domesticas/ enormemente), han influido en su calidad de
trabajo fuera de casa; pasatiempos domésti- vida, por ejemplo, los cambios en sus capaci-
cos/ actividades placenteras fuera de casa) dades físicas o funcionamiento social. La
basada en dos aspectos principales: activida- escala termina con una pregunta abierta, tam-
des dentro de la casa (como son por ejemplo, bién sin puntuación, donde el sujeto puede
lavar ropa, cocinar, lavar platos y limpiar el hablar de otros aspectos que considera afecta-
polvo) y actividades fuera de casa (manteni- dos tras el ictus (Carod Artal, 2003;
miento del coche, del jardín, paseos, salidas y Hamedani et al., 2001). La escala consta de
compras). buena fiabilidad y buena consistencia interna
(Carod Artal, 1999).

PERFIL DE SALUD DE NOTTINGHAM Esta escala fue desarrollada debido a la


(PSN) constatación de que los pacientes jóvenes
afectados por una hemorragia cerebral pre-
Este instrumento es un cuestionario cons- sentan características que los hacen distintos
tituido por 38 ítems que evalúa la calidad de de los pacientes afectados por un ictus isqué-
vida con relación a la salud, midiendo seis mico. En la mayoría de los casos tienen un
dimensiones: sueño, movilidad física, ener- índice de mortalidad más acentuado en la fase
gía, dolor, aislamiento social y reacciones aguda (30% a 60% de los casos), pero si
emocionales (Hunt, McEwen, & McEwen, sobreviven, el 70% demuestra resultados de
1981). El intervalo de puntuaciones varía de 0 adquisición de una mayor independencia en
a 100; cuanto mayor es la puntuación peor es las actividades de vida diaria (Douglas &
la salud y calidad de vida percibidas. Haerer, 1982; Kase, 1993).

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EL PERFIL DE LAS CONSECUENCIAS entre el 0 y 100 %, donde las más elevadas


DE LA ENFERMEDAD DE 30 ÍTEMS indican un estado de salud y calidad de vida
ADAPTADO PARA EL ICTUS (SA- SIP30) peores (Carod Artal, 2003).

Este instrumento, del cual es autor Estudios de exploración clínica con SA-
Marilyn Bergner (Beer, Bobbitt, Pollard, SIP30 han presentado que un valor mayor de
Martin, & Gilson, 1976; Vázquez Barquero et 40 en la dimensión física del SIP30 o una
al., 1991), fue desarrollado con el objetivo de puntuación global del SIP30 mayor de 33
analizar los cambios en el comportamiento de revelaba pacientes con una incapacidad seve-
un individuo tras una enfermedad y el grado ra, necesitados de ayuda para su movilidad y
de disfunción como consecuencia de la para los cuidados de higiene o alimentación
misma. Siendo un instrumento de uso genéri- (Carod Artal, 2003).
co, también ha sido utilizado en pacientes
supervivientes de ictus. Se basa en la percep-
ción y actitud desarrollada por el propio suje- LA ESCALA DE LAS CONSECUENCIAS
to en relación a los efectos que la enfermedad DEL ICTUS (ECI), VERSIÓN 2.0
ha producido sobre sus actividades de vida
diaria (MacKenzie & Chang, 2002). Este instrumento está constituido por 64
ítems, divididos en ocho dominios: fuerza,
La contribución de las dimensiones psico- función manual, movilidad, actividades bási-
lógicas del SIP podrá ser importante para cas de vida diaria, emoción, comunicación,
poder predecir la CVRS todavía en una fase memoria y participación social. Se puede aña-
precoz (identificación de los “handicaps” dir las puntuaciones de los cuatro dominios
psicosociales que tendrán que ser trabajados físicos, para crear una única puntuación
en rehabilitación) (MacKenzie & Chang, (Carod Artal, 2003). Esta escala fue desarro-
2002; Vázquez Barquero et al., 1991). Una de llada para evaluar las consecuencias del ictus
las limitaciones del SIP es su tiempo de apli- en pacientes que padecieron de un ictus leve o
cación (más de 30 minutos en un anciano con moderado, permitiendo evaluar los cambios
ictus). Debido a esto, se desarrolló la escala en la recuperación de los mismos. Las pun-
SA-SIP30, con treinta ítems divididos entre tuaciones obtenidas en cada dominio están
ocho subescalas, que se define como un ins- comprendidas entre 0 y 100; un valor más ele-
trumento adaptado a la población con ictus vado predice un estado de salud mejor. Al
(Carod Artal, 2003; MacKenzie & Chang, final del cuestionario, la ECI aporta una pre-
2002). Muchos autores consideran tanto al gunta que evalúa la percepción global del
SA-SIP30, como a la versión original más paciente sobre su estado de recuperación.
larga (SIP) como una escala más para medir Posee una buena validez discriminativa para
incapacidad que como un instrumento para sus dominios y el efecto techo no es tan visi-
medir calidad de vida. La justificación de ble como en el Índice de Barthel (Carod Artal,
estas opiniones podría ser el hecho de que el 1999, 2003).
SA-SIP30 explora la conducta observable en
lugar de la percepción subjetiva del concepto
de salud. En el SA-SIP30, las respuestas son ESCALA DE LAS CONSECUENCIAS
dicotómicas (si / no), estando los 30 ítems DEL ICTUS-16 (ECI-16)
introducidos en ocho subescalas: cuidado cor-
poral y movimiento, movilidad, deambula- Como ya fue dicho anteriormente, los 28
ción, interacción social, comportamiento ítems de los cuatro primeros dominios del
emocional, alerta, comunicación, y cuidados ECI pueden añadirse para que constituyan un
del hogar. Las puntuaciones puedan oscilar único dominio físico. Posteriormente, se

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desarrolló una versión reducida de este mismo dades de vida diaria, conteniendo ítems de
dominio físico llamada Escala de Las acciones físicas más complejas. Como la
Consecuencias del Ictus-16 (ECI-16) consti- escala ECI-16 fue diseñada específicamente
tuida por 16 ítems (Carod Artal, 1999, 2003). para evaluar los déficits físicos de pacientes
Si analizamos las propiedades del ECI-16 con ictus, es mucho más sensible a las limita-
(cadro 4) en comparación con el índice de ciones de grado leve que el IB (desarrollado
Barthel, la ECI-16 es un instrumento que ve para evaluar pacientes crónicos severamente
aumentada la medición del número de activi- incapacitados) (Carod Artal, 1999, 2003).

Cadro 4. Escala ECI-16

En las ultimas dos semanas, cual fue el grado


de dificult ad para :
a Vestirse la parte superior de su cuerpo
b Ducharse solo
c Ir al a baño a tiempo
d Controlar su vejiga (sin tener un accidente)
e Controlar su intestino (sin tener un accidente)
f Permanecer de pie sin perder el equilibrio
g Ir de compras
h Hacer las faenas pesadas de la casa como barrer,
lavar, etc.
i Permanecer sentado sin perder el equilibrio
j Caminar sin perder el equilibrio
k Ir de la cama a la silla
l Caminar rápido
m Subir un par de escaleras
n Caminar una manzana
o Entrar o salir de un coch e
p Transportar objetos pesados, como la bolsa de la
compra, con su mano afectada

1. no pude hacerlo; 2. fue muy difícil; 3. fue difícil; 4. tuve una pequeña dificultad; 5. ninguna dificultad
Fuente: Carod Artal, 2003

ESCALA ESPECIFICA DE CALIDAD DE para evaluación de enfermedades especificas


VIDA PARA ICTUS (SS-QOL) como es el caso de EVC, se desarrolló el SS-
QOL (especifica para el ictus) (Linda
Debido a los problemas creados por los Williams et al., 1999). Este instrumento fue
instrumentos genéricos de medida de CVRS desarrollado a través de un estudio con

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pacientes tras sufrir un ictus isquémico. El desarrollan repercusiones desde el punto de


SS-QOL incluye 49 ítems divididos en doce vista económico, si no también desde el punto
dominios: movilidad, roles familiares, idio- de vista social, ya que los resultados hacen
ma, humor, energía, visión, pensamiento, cui- que la sociedad atribuya una importancia infe-
dados personales de higiene, roles sociales, rior a la que debería atribuir a los cuidados de
productividad en el trabajo, personalidad y salud y rehabilitación necesarios para una per-
funciones superiores. Además de los ítems sona tras sufrir un ictus (Tengs et al., 2001).
específicos de cada dominio, los pacientes
contestan también a una pregunta indepen- Los autores proponen que el grado de
diente correspondiente a cada uno, de modo severidad del ictus debería ser el factor más
que se evalúe su CVRS global actual en com- relevante que, de forma lógica, lograse dife-
paración su situación previa al ictus (encon- renciar los resultados de CVRS. Sin embargo,
trarse igual / un poco peor/ mucho peor) constataron que los resultados de CVRS en
(Linda S Williams et al., 1999). algunos estudios con supervivientes de ictus
leve tendrían similitudes con los resultados de
Una de las razones para un buen resultado estudios realizados con supervivientes que
de predicción de la CVRS global en supervi- poseían diversos grados de ictus. Lo mismo
vientes de un ictus, podría ser el hecho de que pasaba con varios estudios en que la muestra
este instrumento incorpora un largo espectro estaba constituida por supervivientes de ictus
de ítems, que miden no solo aptitudes físicas moderado en comparación con estudios de
si no también diversos tipos de perjuicios o CVRS de supervivientes con grado severo de
impedimentos (Linda S. Williams et al., ictus (Tengs et al., 2001).
1999). Esta escala reporta un mayor dominio
explicativo de la situación real del paciente en En un gran porcentaje de los trabajos que
comparación con otras escalas genéricas presentan resultados de calidad de vida, los
como es el caso de la SF-36 (Linda S. mismos están basados en valores de otros
Williams et al., 1999). autores, tal hecho (en la opinión de los auto-
res de esta investigación), es una buena forma
de perpetuar errores.
ALGUNAS LIMITACIONES DE LOS
MÉTODOS UTILIZADOS EN ENCV Otra de las limitaciones que se constata en
la presentación de los resultados de los estudios
El estudio de Tengs e colaboradores originales, es el hecho de que raramente los
(2001) representa una revisión critica sobre el autores caracterizan la muestra de sujetos (sexo,
rigor de los diversos métodos utilizados para edad, etc.). Además, muchos de los autores que
medir la CVRS de supervivientes de ictus. utilizan datos de investigaciones más antiguas
sobre ictus, raramente identifican en su trabajo
Uno de los aspectos que esta investigación el tiempo de antigüedad de esas evaluaciones
maneja es el hecho de que cuando los instru- donde fueron retirados los datos. Como conse-
mentos de medida sobrevaloran los niveles de cuencia, en muchos de los estudios “actuales”
calidad de vida, ese proceso desarrolla reper- que analizan la CVRS, se están utilizando resul-
cusiones a nivel del ingreso financiero enca- tados de características de ictus que se desarro-
minado para la prevención y tratamiento de llaron hace muchos años, produciéndose, como
ictus. Este ingreso se torna entonces deficita- resultado, análisis incoherentes de la CVRS de
rio a favor de otros aplicados a otras enferme- las personas (Tengs et al., 2001).
dades (Tengs et al., 2001). Ese tipo de meto-
dología, que sobrestima los niveles de calidad Una cuestión crítica que puede ser elevada
de vida de los supervivientes de ictus, no solo acerca de la validez de las medidas de CVRS

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genéricas para evaluar los pacientes tras un Lesiones, principalmente a nivel del lóbu-
ictus, son los aspectos que estos instrumentos lo frontal, se expresan en déficits de las fun-
evalúan, que de hecho, sean pertinentes para ciones ejecutivas (capacidad para juzgar, pla-
los propios pacientes. Por ejemplo, si una neamiento de acciones futuras, etc.). A titulo
escala genérica no evalúa la destreza de los particular, las lesiones en la corteza de la
movimientos o comunicación, entonces, región orbito-frontal acarrean consecuencias
¿cómo va a poder predecir los perjuicios de y características peculiares para el desarrollo
esas dimensiones en la rutina diaria y salud de de un plan de intervención o rehabilitación
los supervivientes de ictus? (Linda S. específicos (Pliskin & Sworowski, 2003).
Williams et al., 1999).
En EVC suelen desarrollarse distintos tras-
tornos del lenguaje. Las formas más frecuentes
DETERIORO COGNITIVO Y son afasias y aprosodia. También son corrien-
REHABILITACIÓN NP tes los deficits de percepción y atención como
es el caso de las afecciones de las vías visuales
De forma general, cuando existen lesiones con sus repercusiones NP (agnosia visual aper-
en el hemisferio cerebral izquierdo tras un ceptiva, negligencia, etc.) (Tranel, 1993).
ictus, es frecuente que se desarrollen síndro-
mes depresivos en los pacientes (cerca del Es a través de la reorganización de las fun-
50% de los supervivientes empiezan a desa- ciones cognitivas que se proporciona la recu-
rrollar trastornos graves de humor entre los 6 peración neuropsicológica, la cual se desarro-
meses a los 2 años después del ictus) lla a través del incremento de nuevas estrate-
(Robinson & Price, 1982). El tratamiento clí- gias para subsanar las alteraciones secunda-
nico de los casos de depresión ha demostrado rias al daño cerebral (Castillo, 2002).
lograr consecuencias positivas en la rehabili-
tación de funciones físicas, cognitivas, emo- Un dato importante en la rehabilitación,
cionales y sociales de supervivientes de ictus para que esta sea efectiva, es que no se limite
(Carney & Freedland, 2002). tan solo a recuperar la función perdida, por
ejemplo, el lenguaje, si no que también traba-
En relación con lesiones del hemisferio je las que están relacionadas con la misma
cerebral derecho, pueden surgir casos de ano- (esquema corporal, capacidad para verificar
sognosia, principalmente si la afección está errores, habilidades visuoespaciales, etc.)
localizada en la corteza parietal inferior dere- (Wade, 1993).
cha. Casos de infarto en el giro cingulado o en
el área motora secundaria causan un síndrome El campo de la rehabilitación neuropsico-
conocido como mutismo acinético, que se lógica, que es una disciplina bastante reciente
caracteriza por la inexpresividad facial, falta en el tratamiento de casos de accidentes vas-
de comunicación verbal y gestual y falta de culares cerebrales, se expande utilizando
movimientos (Pliskin & Sworowski, 2003; estrategias de la psicologia clínica, de la capa-
Tranel, 1993). cidad de medición objetiva y de la evaluación
neuropsicológica con el rigor científico de la
A través de afecciones de una de las vías neuropsicología experimental. Tiene como
sensoriales (agnosias) o por una afección de meta la obtención de técnicas de intervención
múltiplas vías (amnesia), dependiendo de la eficaces para mejorar la calidad de vida de los
área neuroanatómica afectada como conse- pacientes (Tranel, 1993; Wade, 1993).
cuencia de EVC, se evidencian otro tipo de
déficits importantes que son los de memoria Estudios como el de Tatemichi (in Castillo,
(Pliskin & Sworowski, 2003; Tranel, 1993). 2002) demuestran que algunos trastornos neu-

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rológicos pueden beneficiarse sí se inserta al sufrir un ictus, demuestran ser útiles para la
paciente en rehabilitación cognitiva neuropsi- comprensión de las reacciones del paciente
cológica. Este autor observó las alteraciones ante la enfermedad y también son importantes
cognitivas de 227 pacientes después de haber para valorar la pertinencia de las intervencio-
sido acogidos en el hospital como consecuen- nes terapéuticas (Carod Artal, 1999).
cia de una isquemia. Dentro de esta muestra de Diversos estudios presentan el grado de seve-
pacientes encontró alteraciones en 35,2% de ridad del ictus como un factor predictor
ellos, de 4 o más de las 7 funciones evaluadas: importante de CVRS estando el mismo rela-
lenguaje, orientación, memoria, habilidades cionado con los niveles de deterioro valorados
visuoespaciales, habilidades verbales, razona- en las dimensiones físicas y psicológicas de
miento abstracto y tareas de atención. los pacientes (Astroem & Asplund, 2002;
King, 1996; Sisson, 1992; Sveen, Bautz
Las funciones en las que observó una Holter, Sodring, Wyller, & Laake, 1999).
mayor alteración fueron la orientación, memo-
ria, atención y lenguaje. Estos déficits se aso- La comparación entre las diferentes inves-
ciaron a síndromes corticales y a infartos en tigaciones sobre calidad de vida resulta com-
los territorios anterior y posterior de la arteria plicada de hacer debido a la variedad de ins-
cerebral media izquierda. Los pacientes con trumentos aplicados. Se instaura así la necesi-
más deterioro exhibían un alto nivel de depen- dad de desarrollar instrumentos específicos
dencia hacia sus familiares (Castillo, 2002). que evalúen calidad de vida en supervivientes
de un ictus, para poder, a continuación del tra-
En los infartos en la arteria cerebral poste- tamiento en fase aguda, comparar los resulta-
rior e infartos talámicos se expresan alteracio- dos obtenidos (Tengs et al., 2001).
nes de la memoria declarativa. En casi la
mitad de sus casos estuvo presente la deso- Numerosas investigaciones hechas con el
rientación; y la abulia estuvo asociada a lesio- IB han considerado los supervivientes de un
nes talámicas, caudadas y capsulares ictus con un resultado de IB ≥ 95 como recu-
(Castillo, 2002). perados, aunque cuando son evaluados con
escalas de calidad de vida especificas para el
Un proceso de rehabilitación debe tener ictus, siguen presentando incapacidades físi-
como uno de sus objetivos principales propor- cas residuales y cambios negativos en la cali-
cionar la integración del paciente a su ambien- dad de sus vidas (Carod Artal, 2003; Tengs et
te cotidiano y familiar. A través de la forma de al., 2001).
rehabilitación llamada “natural”, se intenta
abarcar los mismos procesos cognitivos afec- Debido a la importancia de los factores
tados que se trabajan en la tradicional (progra- psicosociales en la calidad de vida es de cru-
ma elaborado para la recuperación de las habi- cial importancia involucrar la familia del
lidades cognitivas en la clínica), basándose paciente en los programas de rehabilitación
esta en tareas especificas cotidianas como ir al desde una etapa temprana (MacKenzie &
supermercado, construyendo de este modo Chang, 2002). El apoyo social y soporte fami-
programas de compensación y restauración en liar son dos aspectos muy importantes para la
esa misma actividad (Castillo, 2002). promoción del ajuste comportamental y psi-
cológico de los supervivientes de ictus de
forma que los mismos logren “vivir” con la
CONCLUSIÓN enfermedad (King, 1996).

Los estudios científicos hechos en el La intervención clínica centrada en mini-


ámbito de la ENCV en pacientes después de mizar los efectos negativos consecuentes de

69
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los cambios producidos en las capacidades Profile: validation of a health status mea-
cognitivas y comportamentales del paciente sure. Med Care, 14, 57-67.
debe ser hecha de forma multidisciplinar (tra-
tamiento biomédico, rehabilitación neuropsi- Bevan, H., Sharma, K., & Bradley, W. (1990).
cológica e intervención Psicosocial). Stroke in young adults. Stroke, 21, 3820-
3826.
En relación a sus capacidades prémorbi-
das, el sujeto en la actualidad (pos tratamien- Bogousslavsky, J. (Ed.). (2002). Long-term
to de la fase aguda) necesita manejar de forma effects of stroke. New York, NY: Marcel
realista y consciente sus limitaciones, cami- Dekker, Inc.
nando de esa forma en busca del objetivo de
una mayor independencia y una mejor calidad Bogousslavsky, J., & Hommel, M. (1993).
de vida en su rutina diaria. Ischemic Stroke Syndromes: clinical fea-
tures, anatomy, vascular territories. In J.
Existiendo la posibilidad de que con el tra- Harold P Adams (Ed.), Handbook of
tamiento de la depresión se reduzca el riesgo Cerebrovascular Diseases (Vol. 17, pp.
de ictus fatales, es altamente recomendable 51-94). NY, USA: Marcel Dekker, Inc.
que siempre que la misma sea diagnosticada,
se dirijan los “esfuerzos” clínicos y el apoyo Brust, J. C. M. (2000). Circulación arterial del
social para el tratamiento efectivo de la cerebro. In E. R. Kandel, J. H. Schwartz &
misma (Carney & Freedland, 2002). T. M. Jessel (Eds.), Principios de
Neurociencia (4 ed., pp. 1303-1316).
Como objetivo más importante de la reha- Madrid: McGraw-Hill.Interamericana.
bilitación neuropsicológica beneficiamos del
desarrollo de terapias especificas para cada Carney, R. M., & Freedland, K. E. (2002).
una de las funciones cognitivas superiores, Psychological Distress as a Risk Factor
adonde a través de un método profesional y for Stroke Related Mortality. Stroke, 33,
multidisciplinar logramos que el paciente se 5-6.
reincorpore a la sociedad sintiendo mejorada
su calidad de vida (Castillo, 2002). Carod Artal, F. J. (1999). Medición de la cali-
dad de vida en supervivientes de un ictus.
Rev Neurol, 29(5), 447-456.
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70
7011511-PSICOLOXIA 15.qxd 9/1/08 22:10 Página 71

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