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Las aventuras de la China Iron

Las aventuras de la China Iron


Gabriela Cabezón Cámara, Penguin Random House, Buenos Aires, 2017, 190 páginas.

The Adventures of China Iron. Gabriela Cabezón Cámara,


Penguin Random House, Buenos Aires, 2017, 190 pages.

Marcia Muriel Manino *

L
as aventuras de la China Iron,
como el título ya indica, es una
novela de aventuras. La protago-
nista es Josephine Star Iron o Ta-
rarira, nombre que se da a sí misma tras la
decisión de cambiar radicalmente de vida.
Gabriela Cabezón Cámara, la autora,
le da voz y un nombre a este personaje
de Hernández al que solo conocemos
como la “china de Fierro”, la mujer a la
que abandonó con dos hijos. La China
no pudo contener el peso de una vida
signada por la maternidad temprana y
la esclavitud del cuerpo, pues Fierro la
gana —como si se tratara de un objeto—
en una apuesta, con tan solo doce años.
Además, da a luz hijos a los que no desea.
Por esta novela nos enteramos de que la
China desde entonces no habló más, que
muchas veces pensó en asesinar a su ma-extenso si lo hiciéramos de corrido.
La aventura inicia cuando, y esto sí lo
rido pero la retenía el saberse sola y el no
tener dónde ir. Podríamos decir que se conocemos por Hernández, la policía
se lleva a la bestia de Fierro. La Chi-
trata de cuestiones que se podrían inferir
de la lectura de El gaucho Martín Fie- na huyó al desierto con el engaño de
rro, pero que ahora están dichas des- rescatar a su marido, dejó a los hijos
de la mirada de una mujer. La novela y se marchó en la carreta de Elizabe-
se divide en tres partes: “El Desier- th (Liz), una pelirroja inglesa que le
to”, “El Fortín” y “Tierra adentro”, y ofrece “tea” y actúa de umbral para
cuenta con breves capítulos cuyos tí- la China. Es un umbral que la trans-
tulos podríamos leer como un poema porta a otro mundo, a lo desconocido

* Universidad Nacional de Salta

Cuadernos de Humanidades - N° 29 | Diciembre de 2018 | ISSN 0327-8115 245


Marcia Muriel Manino

y a lo exótico, pues la prosa de Cabe- Cabezón Cámara también se atreve a


zón Cámara exotiza todos los objetos, ironizar con la figura casi intocable de
animales y plantas sobre las que se Hernández. De hecho, en la novela se lo
posa, hasta el descubrimiento de su presenta como un estanciero borracho
propia sexualidad. Como todo libro que reconoce haber escrito El gaucho
Martín Fierro robándole parlamentos a
de aventuras, la heroína, al final del
un gaucho que cantaba y contaba. Her-
libro, no será jamás la misma que la nández/plagiador le cuenta a Liz sobre
del comienzo. un “librito constructivo” o “manual para
Con Liz aprende algunas cos- educar a la peonada” —sin duda se refiere
tumbres de señorita inglesa. Incluso al Manual del estanciero que escribió des-
podemos leer una serie de intercambios pués de su reconocido poema— y alude,
lingüísticos en los que la China intenta además, a sus proyectos relacionados con
asimilar el inglés que hace contacto con su estancia y con los peones que tiene bajo
el castellano imperfecto, deviniendo en su mando. La alusión a las “gringuitas de
una suerte de spanglish: el “tenquiu”, el Sarmiento”, que llegan para educar al
“darling”, el “whisky” y el “ponche” — gaucho, pone al descubierto su proyecto
que prepara Liz en reemplazo del aguar- civilizador. Hernández, el representante
diente— son algunas de las palabras en de la gauchesca, género en el que se diri-
inglés utilizadas constantemente por la mieron ideas sobre identidad cultural, li-
heroína de la novela. teratura nacional y organización política,
Está también tratado con naturalidad es, en esta novela, un hombre borracho,
para la época, el despertar del deseo y homofóbico y defensor de la religiosidad
la atracción entre mujeres, aunque tam- y las “buenas costumbres” de la elite ar-
bién entre hombres. Este será uno de los gentina. Cabezón Cámara lo pone en evi-
descubrimientos que hace la China en su dencia, explicita su pensamiento y termi-
viaje, la del deseo lésbico de su cuerpo. La na por dar libertad al gaucho enamorado
China disfruta por primera vez del sexo, de su fiel compañero, Cruz.
lo que no le sucedía con Fierro. A su vez, ¿Y los indios? Viven con sus propios ri-
el gaucho se enamora de Cruz. El Fierro tuales salvajes y alucinógenos. Proponen
de Hernández, el macho, volvió del de- otra forma de vida, mucho más armonio-
sierto a la querencia para olvidar sus de- sa y liberadora que el de las taperas y las
litos y la muerte de sus perseguidores, a estancias. Es allí donde la China, Liz, el
elogiar el mundo del trabajo, mientras coronel, su esposo, Fierro y sus hijos con-
que el Fierro de Cabezón Cámara se vol- viven sin ataduras sociales en la natura-
vió trans, tomó el nombre de Kurusu — leza paradisíaca que les regalan los indios
en guaraní significa Cruz— y volvió a —no salvajes—, de los que tanto se corría
ser amigo de la China. Su hombría no le peligro, según Hernández.
impidió pedir perdón a su esposa por el Sintetizando, en Las aventuras de la
daño que le causó, mucho menos unirse a China Iron, Cabezón Cámara reescribe
la comunidad que armaron y trabajar en la obra magna de la literatura argentina
igualdad con mujeres y hombres. para, quizás, cuestionar los proyectos de

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nación e identidad que se nos presenta en China de Fierro ahora tiene voz, se sabe
el famoso poema de Hernández. En el via- libre y capaz de decidir sobre su destino,
je del desierto al fortín, la autora se atreve de perdonar al hombre que la humilló y
a poner como un personaje más al propio asesinó a su primer amor porque recono-
Hernández y sus ideales de transformar ce que fue víctima del estado reprimido
a los criollos en ciudadanos industriosos,
de su sexualidad; los cuerpos son reivin-
explicitando lo que en el poema jamás se
dicados con alianzas de una vida en co-
niega. Sin embargo, es en las tolderías, el
mún. Gabriela Cabezón Cámara apuesta
tercer lugar que visitan, donde la China,
Liz y sus compañeros encuentran la fe- a una historia irreverente; lee en clave de
licidad, donde se produce el reencuentro género la gauchesca en general y en par-
entre Fierro y la heroína y donde todos se ticular El Martín Fierro, a través de un
funden en la armonía de un mundo para- lenguaje despilfarrado y de la ironía y la
disiaco de igualdad y libertad sexual. La diversión.

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