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UNIVERSIDAD INDOAMERICA 2018

El acto educativo no se reduce a la mera utilización didáctica de una u otra estrategia

metodológica, pues este objetivamente, descansa en una columna vertebral a la que los expertos

llaman “Paradigma”, y aunque usualmente se define al paradigma como un modelo que marca

una ruta o un camino que puede asumirse como propio, en realidad un paradigma implica

estrictamente, un modo de pensar o de concebir socialmente la educación.

Por eso vale resaltar que la educación jamás se da en abstracto, porque siempre responde a un

contexto determinado que la condiciona y a la que se debe. La educación en ninguna manera es

neutra, en la práctica está íntimamente ligada a una serie de criterios socio-educativos, que son

los que señalan el rumbo que debe seguir, y que marcan además con qué recursos se pueden

alcanzar los fines instruccionales que esta persigue.

Cualquiera que haya reflexionado la educación, ha percibido de inmediato que esta no ocurre en

el vacío, sino que la subyace un paradigma incluso cultural, como en el caso del llamado

“Paradigma Positivista”, que ha permeado por más de 1 siglo todas las actividades: políticas,

económicas, sociales, culturales, educativas, etc., porque es virtualmente imposible que los

esfuerzos humanos del tipo que fueran, no descansen en alguna estructura, sea esta ideológica,

filosófica, epistemológica, y que en el caso particular de lo educativo toma la forma de

paradigma.

Ahora bien, los paradigmas por su parte son constructos interdisciplinarios, pues en ellos

podemos hallar aportes no tan solo de la Pedagogía, sino también de la Filosofía, de la Biología,

de la Ecología, de la Psicología, y más recientemente de la Tecnología informática aplicada a la

Pedagogía, y de las Neurociencias, para precisamente resaltar que el cometido de la enseñanza


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humana es complejo, y que se hace necesario el concurso de otras Ciencias, con las que se lleve

a cabo la tarea de enseñar a aprender.

Enfatizamos lo de enseñar a aprender, porque en términos de paradigmas educativos

contemporáneos, independientemente de la epistemología que está detrás de cada uno de ellos,

hay un aspecto común que los atraviesa, y es el de ya no considerar al estudiante como un ente

pasivo, capaz solo de memorizar contenidos y reproducirlos, sin la capacidad de decodificar

significados, y menos aún de resignificar lo almacenado.

Reflexión

Pero lo expuesto, no es obstáculo para que de modo objetivo, describamos cuáles son las

fortalezas y debilidades de los paradigmas que hoy están más al uso, porque honestamente hay

que convenir que en el caso ecuatoriano, se mezclan lineamientos, de la Pedagogía

constructivista, de la Pedagogía activa, de la Pedagogía Crítica, y aun de la Pedagogía del Sumak

Kawsay, esta última referida sobre todo a los aspectos ético-morales de la formación ciudadana

del estudiante.

Al hablar de fortalezas, señalamos que se ha dado un salto cualitativo importante que lo

describimos como sigue:

 Del estudiante como objeto al estudiante como sujeto.

 Del almacenamiento de datos a la reflexión de contenidos.

 De la calificación de resultados a la evaluación por procesos.

 De la práctica áulica de enseñar a la práctica áulica de enseñar a aprender.

 De la pedagogía acrítica a la pedagogía crítica.

 De la pedagogía pasiva a la pedagogía activa.

Sintetizando lo descrito, conviene acentuar, que las fortalezas de los paradigmas se notan

evidentemente en el hecho que, los estudiantes ahora son considerados sujetos capaces de

reflexionar, decodificar y resignificar contenidos, que sus aprendizajes se producen en

interactuación con sus profesores y pares, que ellos bien pueden aprender por cuenta propia y

de manera activa, que los estudiantes en su desarrollo académico incorporan a su vida


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conocimientos que ameritan ser más evaluados que calificados, y fundamentalmente que, el

polo educativo ya no está en el didactismo, donde el maestro era el protagonista, sino que se

sitúa ahora en los aprendizajes del estudiante, que es el real arquitecto del proceso educativo,

sin que esto implique la caducidad de los docentes.

En relación a las debilidades podemos puntualizar, que aún no han logrado conciliar con el

paradigma socio-económico vigente, que aún es resultadista y productivista, lo que hace que en

el fondo se enfatice más en los resultados académicos de los estudiantes, que en el desarrollo de

ellos como personas.

Otra debilidad es que no se logra ver a los estudiantes en su heterogeneidad, sino que todavía

se los percibe desde lo homogéneo, porque independiente del método que se utilice, aun se los

distingue por la forma en que almacenan los contenidos y no tanto por como los procesan.

Aplicabilidad áulica

A pesar de los reparos anteriormente expresados, sí es posible aplicar los principales enunciados

de los paradigmas que en el Ecuador reclaman vigencia, por tal razón expresamos que en la

práctica educativa ecuatoriana se debe realizar más actividades que tomen lo mejor del

Constructivismo, de la Pedagogía Crítica y de la Pedagogía activa, entre las cuales se encuentran,

actividades que estimulen el aprendizaje activo e interactivo, actividades en las que usen

recursos tecnológicos, actividades que favorezcan el aprendizaje cooperativo, actividades que

desarrollen altas destrezas de pensamiento, actividades que fomenten la metacognición, y más

que nada, actividades que hagan que los estudiantes reflexionen la información que luego ellos

convierten en conocimiento, teniendo como axioma base el que el aprendizaje no es llegar a un

sitio, es el recorrido que se hace.

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