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IMPACTO DE LAS CUESTIONES ECONÓMICAS

NACIONALES EN LA POLÍTICA EXTERIOR DE


ITALIA Y ALEMANIA
(1933-1940)

POLÍTICA EXTERIOR DE ALEMANIA


LA POLÍTICA EXTERIOR: EL EXPANSIONISMO Y
APACIGUAMIENTO, EL CAMINO HACIA A LA
GUERRA.
Cuando Hitler tomo el poder, la economía se convirtió en un elemento
crucial para la consolidación del partido Nazi
En la política exterior de Hitler pueden distinguirse tres fases
diferentes en el cumplimiento de sus principales objetivos: rearmar a
Alemania, unir a todas las personas de habla alemana en una sola
nación, y conquistar el espacio vital para alcanzar el proyecto de la
Gran Alemania.
1. La primera fase (1933-1934). a) El intento de Anschluss con
Austria.
La primera fase correspondió a los movimientos iniciales del
gobierno de Hitler, que al principio fueron cautelosos; en 1933
firmó un tratado comercial con Gran Bretaña y un Concordato
con el Vaticano. Ese mismo año, Alemania cambió de actitud,
y en octubre dejó la Sociedad de Naciones, excluyéndose así de
los foros internacionales, lo que equivalía a ignorados. En enero
de 1934 firmó con Polonia un pacto de no agresión por diez
años. Ese mismo año, Hitler suspendió de manera unilateral el
pago de las reparaciones de guerra y las declaró saldadas. Pero
la acción más seria fue el primer intento por lograr el Anschluss,
es decir, la unificación de Alemania y Austria. La unión de estos
dos países, que se había vuelto a plantear desde la
desintegración del Imperio Austro-Húngaro, estaba enfocada a
fortalecer a Alemania al mismo tiempo que pretendía dejar a
Francia nuevamente aislada. El primer intento de poner en
práctica este objetivo fue realizado en julio de 1934, por un
pequeño grupo nazi que pretendió dar un golpe de Estado en la
sede del gobierno en Viena, aparentando actuar por su cuenta.
Sin embargo, esta acción fracasó porque los rebeldes asesinaron
a Engelbert Dollfus, el canciller austriaco, y Hitler tuvo que
aparentar no estar enterado de los planes subversivos de los
nazis contra el gobierno de Viena y reprobar el golpe de Estado
sin poder llevar a cabo la anexión de Austria. Además, la acción
de los rebeldes nazis provocó la movilización de las tropas
italianas en la frontera con Austria para evitar una posible
agresión alemana, porque en aquella época Mussolini se oponía
a la política del Anschluss y a la Política interior y exterior del
nazismo.
2. La segunda fase (1935-1936). a) La eliminación del recuerdo
de Versalles: rearme y expansionismo.
La segunda fase se inició con un acontecimiento favorable para
Alemania, que a comienzos de 1935 logró reincorporar el territorio
del Sarre. Según el Tratado de Versalles, las minas de carbón de esta
región pasaban a ser propiedad exclusiva de Francia durante un
periodo de quince años, en compensación por la destrucción de las
minas francesas durante la Primera Guerra Mundial. Pero el tratado
también disponía que al final de ese periodo se celebrara un plebiscito
para determinar el futuro del territorio; al realizarse tal plebiscito, más
de 90% del electorado votó a favor de la incorporación a Alemania.
En esta segunda fase, la política exterior alemana aceleró el rearme.
Hitler anunció la creación de una poderosa Luftwaffe (Fuerza Aérea)
-que el Tratado de Versalles prohibía expresamente-, así como el
restablecimiento del servicio militar obligatorio y el lanzamiento del
plan cuatrienal, por medio del cual Alemania debería estar preparada
para la guerra en cuatro años. Junto con estas acciones, Hitler repudió
formalmente el Tratado de Versalles. Los avances expansionistas de
la Alemania nazi y su política de rearme pusieron en alerta al resto de
las potencias europeas, temerosas de que Hitler violara el Tratado de
Versalles. En abril de 1935 se reunieron en Stresa, Italia, los
representantes de Francia, Gran Bretaña e Italia, y crearon el Frente
Común de Stresa, que concluyó un acuerdo por el cual se garantizaba
la integridad del territorio austriaco. En mayo del mismo año, Francia
firmó otro pacto con la Unión Soviética y este país con
Checoslovaquia, buscando prestarse ayuda mutua en caso de
agresión. Pero Hitler logró establecer con Gran Bretaña, en junio de
1935, un acuerdo naval por el que Alemania podría aumentar su flota,
pero sólo hasta un tercio de la capacidad de la británica.
b) La aproximación a Italia.
En 1936 se da un cambio en las relaciones entre Italia y Alemania;
Hitler, que admiraba a Mussolini y deseaba establecer una alianza con
su gobierno, apoyó la invasión italiana a Etiopía y rompió el boicot
internacional contra Italia. La guerra civil que estalló en España ese
año permitió un mayor acercamiento entre los dos líderes, que juntos
decidieron apoyar al general Francisco Franco contra las fuerzas
democráticas de la República Española. Con la alianza entre Hitler y
Mussolini, nacía el Eje Berlín-Roma, que se concretó con el Pacto de
Acero, firmado por Italia y Alemania en mayo de 1939, en el cual se
comprometían a ayudarse mutuamente. El conde Ciano, ministro de
exteriores de la Italia fascista firma ante Hitler el Pacto de Acero en
caso de guerra y a colaborar para conseguir el espacio vital que
buscaban ambas naciones. Con este pacto se rompía el Frente Común
de Stresa.
3. La tercera fase (1937-1939). La tercera fase de la política exterior de
Hitler se caracterizó por las estrategias de expansión encaminadas a
lograr su proyecto de la Gran Alemania, así como por la intensificación
del rearme. El miedo a una nueva guerra y la necesidad de ganar tiempo
para el rearme incitaron a los países europeos democráticos (Francia,
Gran Bretaña) a ceder ante Hitler y a aceptar las anexiones confiando en
la palabra de éste que decía cada vez que se incorpora un territorio que
con ello se calmaban las ambiciones alemanas. A esa política, que más
tarde se demostró errónea, se le llama política de apaciguamiento.
La economía.
Vamos a distinguir dos momentos claramente diferenciados.

a) De 1933 a 1936: la lucha contra la crisis. La política económica de


esta etapa está dirigida por el doctor Schacht, es el mismo hombre que
consiguió la recuperación económica en 1924. Entrega al Estado el
control de la economía, y éste es el que regula los precios y los salarios.
El Estado luchará contra el paro mediante el aumento de puestos en la
burocracia y la construcción de grandes obras públicas que además dan
prestigio al régimen (ferrocarriles, autopistas...) y creando fábricas de
armamento. En esta etapa fue importante el control absoluto del sistema
bancario.
b) Del 1936 al 1939: la autarquía. El plan de lucha contra la crisis de
Schacht fue abandonado en otoño de 1936 por otro tendente a lograr el
autoabastecimiento económico del país. Para ello se potencia la
producción nacional y se reduce al mínimo la importación de productos
exteriores, se trata de lograr ser autosuficientes, ventaja básica en caso
de que estalle una guerra que Hitler ve como inevitable. Göring, un
dirigente nazi dijo que había que escoger entre la mantequilla y los
cañones, dando por sentado la primacía de la industria armamentística.
La realidad del pueblo es que tuvo que sufrir el racionamiento y el
recorte, y más cuando estalle la guerra. Recogiendo los restos en la noche
de Cristal. Desde el punto de vista sindical, al desaparecer los sindicatos
de izquierda se implantó de manera obligatoria el F.N.T. (Frente
Nacional del Trabajo) en el que estaban integrados obreros y
empresarios.

POLÍTICA EXTERIOR DE ITALIA

La política exterior Italiana de entreguerras estuvo marcada por la


percepción del país como gran potencia y por su insatisfacción por los
tratados de paz firmados tras la primera Guerra Mundial. Las ganancias
territoriales habían sido mínimas comparadas con las aspiraciones
italianas tanto en África como en los Balcanes. La decepción italiana
con esto llevo al revisionismo en política exterior y al respaldo a las
expectativas de cambios de Alemania y Hungría.
Desde el comienzo del régimen fascista de Benito Mussolini se adopto
una política exterior muy vehemente en sus expresiones verbales sobre
todo ligada a la necesidad de intervenir en aquellos asuntos que eran
importantes para Italia. Con ellos buscaba hacer pesar el prestigio y la
grandeza de su país y obtener el apoyo popular.
Un aspecto inherente de las economías fascistas fue el dirigismo, es
decir, una economía donde el gobierno ejerce una fuerte influencia
directiva y controla la producción y asignación de recursos. En general,
además de la nacionalización de algunas industrias, las economías se
basan en la propiedad y en la iniciativa privada.
La situación internacional y especialmente la europea en los años treinta
ofrecía, según el duce, óptimas ocasiones para poner en relieve el papel de
Italia. En Alemania, el fin de la República de Weimar en la primera
posguerra estaba ya señalada por la ascensión del nacional-socialismo. De
aquí que a causa de la crisis con Francia se temiera una nueva agresión
alemana y la tensión entre los dos Estados constituía un gran punto de interés
para el duce, ya que justo con París Italia tenía un cierto roce en el campo
colonial. Las directrices de la expansión francesa, de hecho, estuvieron
directamente contrastadas con la consolidación de la presencia italiana en
Eritrea . Mussolini esperaba, por tanto, aprovechar la tensión franco-
alemana colocando a Italia en una posición equidistante para lograr los
propios objetivos. Otro elemento de la crisis estaba constituido por el
problema del desarme. Las numerosas iniciativas emprendidas por las
potencias vencedoras (incluidos los Estados Unidos) para proceder a la
reducción de los armamentos navales y terrestres sufrieron un abrupto fin
con la llegada del nazismo a Alemania y con la falta de acuerdo entre los
proyectos británicos y franceses con respecto a las dotaciones militares. Por
último, la crisis de Wall Street que envuelve a Europa arrasando con la
difícil recuperación de las economías europeas que se habían encaminado a
partir de los años veinte y que constituían un ulterior elemento de tensión,
ya que otro tema no encontraba solución definitiva: el de las reparaciones y
las deudas de los países derrotados, el primero entre todos Alemania, que
tenía que pagar a los vencedores. Aún cuando el Plan Dawes5 hubiera
permitido una tregua momentánea, el deterioro del mercado internacional
como consecuencia de la crisis del ’29 no permitía al principal deudor, es
decir Alemania, poder hacer frente a sus propias deudas.
Entre el 1932 y el 1934 el problema mayor que Mussolini tuvo que
afrontar fue el relativo a la cuestión austríaca: se sostiene que la relación
austro-alemana y su desarrollo se convirtieron en el filtro a través del cual
debían ser considerados todos los demás objetivos de la política exterior
italiana . Si la cuestión austríaca se hubiera desarrollado según los planes de
Mussolini, en efecto, no sólo Italia hubiera sido reconocida como gran
potencia reequilibradora, sino que hubiera obtenido una posición
extremamente relevante por el hecho de que hubiera jugado un papel
determinante para el escenario europeo que, en la óptica del duce, se hubiera
mantenido a largo plazo. La situación cambió después de la guerra de
Etiopía: la creación del Imperio colonial italiano alejó, inevitablemente, a
Mussolini de Gran Bretaña y Francia. De aquí que en el período entre 1936
y 1938, que ha sido ampliamente analizado Mussolini retuvo el Anschluss,
e intentó no romper definitivamente con Alemania y de concretar a toda
costa un contacto directo con Hitler, relacionándose con el führer tan sólo
para la cuestión austríaca, de modo que un acuerdo sobre ella hubiera podido
allanar el camino en una nueva orientación oscilatoria de la política italiana.
Concretando, Mussolini se hizo entonces promotor de un acuerdo entre
Austria y Alemania y casi al mismo tiempo, para respetar la posición de
equidistancia de Italia, de otro acuerdo entre Italia y Francia. De esta
consideración se deduce fácilmente como el duce quería realizar una política
intermediaria entre las potencias europeas, explotando de ello las posibles
consecuencias.
Otro aspecto relevante fue el cambio de la dirección del Ministerio de
Asuntos Exteriores italiano, con el nombramiento Galeazzo Ciano el 9 de
junio de 1936 y el alejamiento de Fulvio Suvich de la dirección, contrario a
la orientación filo-alemana.
El periodo entre el verano del 1936 y el de 1939 es la fase en la cual
Mussolini, adoptando una línea alternativa de la proyectada en 1925,
sustituyó su amistad anglo-francesa con la alemana para llevar a cabo su
política exterior. El apoyo al Tercer Reich tenía un objetivo instrumental ya
que se constituyó no sólo para entrar en el conflicto con las democracias
europeas sino para lograr los objetivos tradicionales de la política exterior
italiana (expansión en el Mediterráneo, en África, en Albania, etc.). Estos
propósitos los podía alcanzar Mussolini sólo gracias al apoyo alemán porque
invadieron los intereses anglo-franceses. Para comprender este punto de
vista, debemos recordar que Mussolini había conducido su propia política
exterior antes con el apoyo de Gran Bretaña, y después, a partir del 1934,
con el de Francia, con la que no se había provocado nunca una verdadera
brecha, a pesar de las divergencias. En cambio, para separar a Mussolini de
la Alemania nazista fue necesario resolver un problema importante: la
cuestión austríaca. La situación, como se mencionó anteriormente, cambió
radicalmente después de la guerra de Etiopía: el duce no podía consentir que
Italia quedara políticamente aislada. Por lo que, a cambio de la garantía de
Brennero, Mussolini estuvo dispuesto a aceptar el Anschluss. Esto habría
dado lugar a la iniciación de una amistad incondicional y exclusiva con
Alemania. En el curso del trienio 1936-1939 fueron numerosas las ocasiones
en que Mussolini valoraba la consolidación de ese enlace. Sin embargo el
duce, a pesar de ser consciente del peso y del significado de la amistad con
el Tercer Reich, pensó que podía proceder igualmente a nivel internacional
a través de la política del peso decisivo: ya sea en la guerra de España como
con los contactos de la Alemania de Hitler, intentó “balancear” el papel de
Italia entre el Tercer Reich y las potencias europeas en modo de consolidar
la actuación de la línea del peso decisivo

Webgrafia
-https://prezi.com/slesfe8a0mid/impacto-de-las-cuestiones-economicas-
nacionales-en-la-politica-exterior-de-italia-y-alemania/.
- http://www.sabuco.com/historia/politicahitler.pdf.
-https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/german-foreign-policy-
1933-1945.
http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/38461/Ponencia.pdf?sequenc
e=2
- file:///C:/Users/Usuario/Downloads/20797-46907-1-SM.pdf

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