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BASES DEL CURRÍCULO

En el ámbito socio educativo el diseño del currículo parte de unas premisas


básicas que son inherentes a todas las intervenciones, con independencia del
entorno o espacio concreto en el que se lleva a cabo. De estas bases surgen los
siguientes interrogantes: ¿para que? ¿cómo? ¿qué? ¿por qué? ¿hasta dónde?
todas referidas a la intervención educativa en el seno de la comunidad. De estas
preguntas surgen unos principios que se constituyen en pautas para el diseño y el
desarrollo curricular en el ámbito socio educativo, los cuales González (1994)
sintetiza en: “voluntariedad, referibilidad, necesidad, intervención mínima, respeto
por las personas”.

Los principios aludidos tributan a las bases fundamentales que se deben tener en
cuenta para elaborar un diseño curricular, las cuales, siguiendo a Ruiz Ruiz las
podemos agrupar en cinco grandes categorías: antropológicas, sociales,
culturales, éticas y científicas, a las cuales nos referimos a continuación.

a. Bases antropológicas. Es evidente que existen numerosas concepciones


pedagógicas, modelos educativos o formas de concebir la educación como
proceso de formación del ser humano. A esta multivariedad de concepciones
pedagógicas que pretenden direccionar el proceso docente educativo es lo que se
denomina bases antropológicas del currículo. Estas bases son de tal importancia
que se han convertido en constantes en las sociedades occidentales, desde la
antigüedad hasta nuestros días, ya que se refiere al tipo de hombre que se desea
formar, lo cual implica una labor compleja, pues da lugar a tres apreciaciones que
le son inherentes: La biología, la cultural y la filosófica.

CONCEPCIÓN ANTROPOLÓGICA DEL CURRÍCULO

Fundamenta el currículum en cuanto aporta principios para comprender el papel


de la cultura
Se fundamenta en el estudio del origen, desarrollo y el modo de
comportamientosociocultural en toda la variabilidad a través del tiempo y el
espacio, es decir, del proceso biosociocultural de la existencia del ser humano, en
la luz de su historicidad, que implicaevidentemente reconocer además, al hombre
como ser social.Ahora bien como ciencia constituida, el currículo la toma en
cuenta para estudiar loholístico en el ser humano. Combinando en una sola
disciplina los diferentes enfoques delas ciencias naturales y sociales a la que
pertenece el hombre, como hacedor de cultura y,al mismo tiempo, como producto
de los mismos.Esta mirada histórica, social y cultural sobre el hombre, objeto de
estudio en la educación,se manifiesta con la vivencia de valores en la construcción
cultural de una sociedad.En este orden de ideas, la escuela como institución
socializadora de la cultura, ser articulasobre las bases de que es el conjunto de
todas las formas y expresiones de una sociedaddeterminada. Como tal incluye
costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de lamanera de ser, vestirse,
gastronomía, religión, rituales, normas de comportamiento ysistemas de creencias.

Paradigmas del Currículo:

La sociedad hoy está esperando que la escuela no solamente transmita


conocimientos, sino que secentre en los aprendizajes que se espera incorporen
los alumnos y alumnas, los cuales se resumenen aprendizajes referidos a la
abstracción, pensar en sistemas, experimentar y aprender a
aprender,comunicarse y trabajar colaborativamente, resolución de problemas y
manejo de la incertidumbre yadaptación al cambio

Una manera de comprender el desarrollo humano, es el análisis desde una


perspectiva de sistemas y por tanto en análisis de cómo la escuela se relaciona e
involucra una mirada comprensiva de la persona que se educa. Así, el autor mira
el desarrollo de las personas, desde la perspectiva de losambientes en los cuales
se concreta su desarrollo, y en particular aquellos que involucran la escuelay el
entorno inmediato de los alumnos y alumnas, tanto la familia, como el lugar
específico deresidencia. Lo cual significa que el cambio curricular debe ser
también interpretado y trabajadoconsiderando la realidad concreta y específica en
la cual se desarrollan los estudiantes. La familianecesariamente debe participar
activa y decididamente en el proceso educativo de sus hijos e hijas.Al igual, la
escuela debe considerar activamente la participación y reconocimiento de la
familiacomo entidad clave en el proceso educativo de alumnas y alumnos.Un
currículum activo es aquel que considera todos los ámbitos y entornos donde se
encuentra eleducando. Con toda certeza, mientras más avances haya al respecto,
tendremos hombres y mujeresmás involucrados en sus espacios y momentos
sociales.

1. 2Paradigma Conductual:Skinner (1953, pág. 40):

"El aprendizaje es algo externo al sujeto y se deriva de lainteracción mecánica con


el medio (familia, escuela,...). Una buena enseñanza llevanecesariamente a un
buen aprendizaje. El sujeto es un receptor pasivo de los estímulos externos que
recibe y así aprende. Y en la práctica es mucho más complejo de lo queexplica y
concreta el paradigma conductista".

2. Paradigma Ecológico:

Pérez Gómez (1987, pág. 53):

"afirma que uno de los aspectos más significativos delmodelo ecológico es su


convencimiento de que la negociación se produce siempre, con osin el
convencimiento del profesor. El proceso de comunicación y negociación del plan
deactuación supone un momento de transición entre la fase proactiva
(programación) y la faseinteractiva (realización) de la enseñanza.

3. Paradigma Constructivista :Vygotsky (1979, pág. 77):

"el aprendizaje humano presupone un carácter social específicoy un proceso por


el cual los niños se introducen, al desarrollarse, en la vida intelectual deaquellos
que les rodean". De este modo la comprensión y la adquisición del lenguaje y
losconceptos, por parte del niño, se realiza por el encuentro con el mundo físico y
sobre todo por la interacción entre las personas que le rodean. La adquisición de
la cultura, con sentidoy significación, supone una forma de socialización.
El Currículo como Instrumento de Política Educativa Nacional en el Área
EducativaInstitucional:

El currículum es un instrumento a través del cual se adapta a la escuela y a las


necesidadesde los individuos.La política educativa como concreción del estado,
incorpora aspiraciones de una nación entérminos del tipo de hombre y de
sociedad que se desea alcanzar.Las intencionalidades de la educación, en
términos de los resultados que se pretendealcanzar en cuanto a la formación del
ciudadano y el tipo de sociedad, se concretanmediante el currículum que actúa,
como evidencia de un proceso operativo, en el que entranen juego un conjunto de
elementos, factores sociales, objetivos, recursos, etc. queinteractúen para
alcanzar las intencionalidades educativas.Esto implica que el currículum como
instrumento de política en el área educativainstitucional tiene como fin plasmar
una determinada concepción en términos de loindividual, lo social y lo cultural,
mediante su planificación y ejecución de proyectoscurriculares

Fundamentación antropológica de la educación

La antropología filosófica no sólo guía al quehacer educativo, también unifica la


multiplicidad de saberes acerca de la educación. El hombre necesita de la
educación para tirar adelante y, por otro lado, la acción educativa no puede cumplir
con su cometido si no tenemos a la mano un hombre modelo, por cambiable que
éste sea.

La antropología filosófica de la educación se perfila, para darle sentido al hombre


desde la actuación educativa y ofrecer modelos de existir humano que hagan
comprensible la educación. (Cfr. FULLAT Octavi; Pág. 66). Este es uno de los
principales objetivos de esta investigación, ya que sostenemos, que la educación
integral necesita ampliar su marco antropológico, que sustenta transversalmente
toda la dinámica educativa, de quienes proponen educar integralmente.
Actualmente en los niveles básicos han establecido el estudio de los valores,
como experiencia educativa, para recuperar las actitudes esenciales que debe
tomar el hombre frente a la vida. Sin embargo, la antropología, si se sustenta como
construcción de la personalidad, se construye además como proyecto.

Esta realidad de proyección, no tiene que tomarse como una medida


estandarizada, sino como propuesta, porque caer en el autoritarismo intelectual, de
pensar que necesariamente el hombre tiene que ser integral, perturba la capacidad
racional del hombre mismo, e iría en contra de un principio ontológico del devenir,
que proponemos como sustento de esta realidad antropológica. Sin embargo, sería
ingenuo proponer algo que no tiene sustento. De aquí de la importancia, de
establecer una plataforma de convencimiento antropológico, para pensar que el
hombre es capaz de educarse integralmente.

Savater sostiene que la educación es la revelación de los demás, de la condición


humana como un concierto de complicidades irremediables. (SAVATER Fernando;
Pág. 35). El hombre no es como un presente continuo, no es un futuro por hacer,
es un futuro haciéndose desde su propia experiencia de vida. De aquí que, la
educación integral debe traspasar los ámbitos del aula, ha de esforzarse por
contribuir que nuestra sociedad crea ambientes educativos. La escuela, la familia,
los grupos sociales, incluso las mismas empresas, deben esforzarse por contribuir
en los ambientes educativos.

Para algunos como Alvaro Marchesi , es el gobierno el que debe de asumir


políticas sociales, familiares, laborales, en los entornos más desfavorecidos, que
contribuyan a que las iniciativas estrictamente escolares tengan una base suficiente
para poderse desarrollar. Además argumenta que la escuela depende de su
contexto familiar y social, si se quiere que suban los niveles de calidad las cuales,
se debe poner en marcha una política integral, y no sólo escolar. Textualmente dice
La escuela debe ayudar, pero no puede compensar lo que no da la sociedad
(Reforma A.M. Martes 17 de Abril del 2007)
Otro de los fundamentos que se deben establecer, es que antropológicamente
los seres humanos no son medios sino fines en sí mismos. En este sentido, Kant
mencionaba que la persona no es un objeto sino un deber. Un deber en el sentido
de que es responsable de construir su historia y su mundo, un deber social, en el
sentido de que el mundo mismo participa en la libertad circunstancial del hombre
mismo. Ser libre se encuentra condicionado a la alteridad del ente que esta en las
mismas circunstancias mismas, sin embargo, el rol que maneja, socialmente
hablando, va siendo diferente, lo cual no me exime de tomar en cuenta la posibilidad
del ejercicio del la libertad de cada individuo.

En la sociedad actual en la que se encuentra nuestro contexto México, no sólo


hay que resolver las necesidades básicas, sino que junto con ellas y a pesar de ellas
hay que construir nuestro proyecto existencial, que va más allá de satisfacer
nuestras necesidades cotidianas. Hay que establecer que la integralidad educativa
tiene un sentido en devenir y en proceso formativo permanente, que no termina en
los ámbitos escolares.

Heinrich Rombach sostiene que el hombre todavía está en la fase de convertirse


en hombre (ROMBACH Barcelona 2004, pág. 26). Sobre este presupuesto se
podría iniciar una reflexión con lo que él denomina antropología estructural.

La antropología estructural podría ser un buen presupuesto para cambiar la


perspectiva integral y convertirla en estructural. Sin embargo, tendríamos que hacer
un estudio más profundo y un mayor acercamiento al pensamiento de Rombach.

Lo que nos interesa, en todo caso es justificar, que es necesaria una plataforma
antropológica, apta para comenzar a tratar el tema de la educación y llevarlo hasta
sus últimas consecuencias, no sólo desde la perspectiva del aula, sino como
proyecto social, el cual pueda involucrar a diferentes áreas de la vida
contemporánea, para fortalecer la realidad integral de la que pretendemos hablar.

A diferencia de lo que puede presentar nuestra realidad posmoderna Rombach


argumenta que el hombre no existe sin una imagen del hombre (ROMBACH, 2004,
pág. 19). El hombre no vive al día tal y como se presentan las cosas, sino que vive
orientado, mirando hacia un mundo de tareas, basándose en un conjunto de
premisas formadas por condiciones y posibilidades, es decir, bajo la luz de un
proyecto de ser, sea o no conciente de él. Esta idea es muy contraria a lo que
sustentan los posmodernos, sin embargo es clara, ya que si bien es cierto, mucha
gente vive en el sin sentido de su propia existencia, habrá quienes tienen muy claro
y definido el camino de su propia vida.

A pesar de lo anterior, para Rombach, parece que no queda claro que nosotros
como seres humanos, podemos darnos una idea clara de lo que pretendemos en la
construcción de nuestro ser, porque vivimos realidades concretas, aunque éstas
sean cambiantes,

Un problema antropológico que se puede discutir, con conocimiento de causa,


abordado por Rombach es el siguiente:

El personalismo cristiano sigue siendo una antropología substancial, porque la


persona del hombre continúa como núcleo en tanto configuración concreta del
espíritu, núcleo que se encuentra detrás de todas las formas de aparición y de
comportamiento del hombre y lleva todas las características puramente casuales en
tanto estado básico. Aunque el espíritu personal esté individuado, se mantiene
como realidad de fondo y solamente puede ser estudiado a través de sus
particularidades, accidentes y modos de comportamiento; no se puede ver ni puede
ser realizado sin mediaciones. En última instancia, se trata también del individuo
que está ligado de forma substancial a su exigencia personal. (ROMBACH, 2004,
pág. 38)

El hombre o la persona para Rombach, se entienden a partir de su


substancialidad, es decir, que su individualidad nuclear como persona, se entiende
a partir del espíritu, como fundamento que mueve la realidad de la persona y por
tanto sólo se puede acceder a partir de la particularidad y no del todo. ¿Cómo es
que podamos regresar a una concepción de sustancialidad antropológica, en medio
de un mundo posmoderno?
Parece ser más bien, como una especie de movimiento dialéctico propuesto por
Hegel, en donde la unidad del Espíritu, la realiza el hombre a partir de la unión del
Espíritu y el hombre, por medio de la historia propia de sus contrarios, que ha
procurado siempre una síntesis compleja, pero completa entre la realidad
trascendente y el hombre como realidad inmanente.

Habría que establecer una liga entre la substancialidad de la persona y la


contingencia del hombre posmoderno, para contribuir a la construcción de la
integralidad del educando.

El problema de fondo es que la educación integral entiende la realidad


antropológica bajo el concepto de la sustancia, es decir, en medio de la
dimensionalidad del hombre, se concibe cuerpo y el alma, como uno solo, como lo
concebían los hebreos. A partir de este presupuesto, ¿Cómo es que se puede
superar esta substancialidad inmóvil e intacta, frente a una realidad cinética, que
presenta la realidad posmoderna?

No es sólo un problema de unicidad dialéctica, en donde participamos sólo como


elementos de oposición (sujeto – objeto), sino una multiplicidad de contrarios, en
donde el sujeto es plural, ya que su realidad cognoscitiva y cultural, se enfrenta a la
voracidad de los signos y símbolos presentados por los fenómenos actuales, que
simulan nuestra realidad.

Hay que ir ciertamente al fondo del sustento teórico, no sólo a la superficialidad


del término de educación integral. El proyecto de integración del hombre, no hay
que hacerlo a un lado, sino que hay que potenciarlo. Potenciarlo significa, desvelar
el fenómeno del posmoderno, para contribuir a su propia construcción existencial
desde el ámbito educativo, que requiere abrir sus posibilidades más allá de la
transmisión de contenidos y experiencias fugaces, para convertirlas en la propia
construcción de su sentido existencial.

Esto es más complicado obviamente, para poner en crisis la realidad tradicional,


para abrirnos paso a otros paradigmas de la existencia humana. Para esto
proponemos establecer como categorías de posibilidad en la construcción de la
existencia humana en el aula: el devenir y la contingencia. Ambas estructuras, nos
van a proponer, que la persona está en constante cambio y desarrollo, y que el
individuo está frente a la necesidad, de afrontar sus propios límites. Éstos han de
ser reconocidos, para su propio desarrollo, como pilares que amplíen la visión
antropológica expuesta en las anteriores categorías, de esta manera se construirá
lo que denominaremos, integralidad interna del ser humano

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