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Plastrón apendicular.

Se trata de una masa inflamatoria debida a una perforación apendicular, posterior a un proceso
inflamatorio agudo (mayormente) no tratado, o tratado erróneamente (como en dicho caso), donde el
apéndice se cubre de tejidos vecinos (intestino delgado, ciego y epiplón) formando una masa
heterogénea local que bloquea el proceso inflamatorio, para evitar que se vierta el contenido
apendicular a la cavidad peritoneal. Se puede ver de la siguiente manera, el epiplón reconoce que existe
un proceso inflamatorio e infeccioso que como secuela produce una perforación a nivel del apéndice; y
dicho epiplón responde cubriendo la perforación para evitar que se derrame material de la vía digestiva
al interior de la cavidad abdominal formando una masa que engloba el proceso.

La clínica de un plastrón puede ser la siguiente: es un cuadro que suele tener 5-7 días de evolución,
dolor abdominal 97%, vómitos 90%, fiebre 82%, anorexia 87%, disuria 50%, diarrea 40% (este es un
factor que puede llegar a confundir en el diagnostico) y masa palpable en el 25-45%.

El diagnostico se puede realizar mediante una adecuada anamnesis que puede conducir a la sospecha de
apendicitis, luego al examen físico se puede palpar una masa abdominal en el punto doloroso referido
por el paciente, cuya presencia y determinación se puede determinar mediante una ecografía (90%).
También es útil para confirmar el diagnostico, determinar el estado de la masa, así como las vísceras
involucradas, y verificar la evolución el estudio mediante una tomografía computarizada (como en este
caso). En los exámenes de laboratorio se puede apreciar aumento de leucocitos (leucocitosis), así como
valores de proteína C reactiva y pruebas de coagulación aumentada. En la tomografía se debería
apreciar una masa inflamatoria heterogénea.

Tratamiento. Se recomienda un tratamiento conservador no quirúrgico, en principio, en el cual se


aplicaran antibióticos de amplio espectro por vía intravenosa (piperacilina-tazobactan o amoxicilina-
clavulánico asociada a gentamicina) durante un mínimo de siete días. Además, en casos en los que se
presente absceso intrabdominal franco se realiza drenaje peritoneal de manera percutánea.
Manteniendo una vigilancia mediante pruebas de imagen para ver la evolución, y hacer un control
clínico y analítico previniendo un SRIS, y posterior a 3 meses (En un lapso entre 3-12 meses) se puede
realizar una apendicectomía diferida programada. El punto de la cirugía representa una gran
controversia, ya que 30% de los apéndices resecados se presentan normales.

Por otro lado, el tratamiento conservador tiene ciertas contraindicaciones, en las cuales es
recomendable proceder con un manejo quirúrgico, como por ejemplo: Peritonitis, paciente séptico o en
muy mal estado, ocluido, prueba de imagen que señale empeoramiento o complicación con aumento de
abscesos, persistencia de fiebre, sin mejoría de PCR ni leucocitosis, o inestabilidad.

Ahora bien, la cirugía de urgencias presenta más morbilidad (manejo quirúrgico 35% vs 13,5% manejo
no quirúrgico). 30-50% morbilidad, donde puede presentar: infección de herida quirúrgica (+++),
sangrado, abscesos intrabdominales, íleos paralíticos, sub-oclusiones, lesiones de otras estructuras
(perforaciones), aparte, hasta un 5-10% no se logra extirpar el apéndice.

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