Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
TERESA SOROLLA
Universitat Jaume I
1. IGNACIO MALACHAVERRÍA (ed.): Bestiario Medieval, Ediciones Siruela, Madrid, 1986, p. 180.
28 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
4. SANTIAGO DE LA VORÁGINE: Leyenda dorada, (cap. LVIII). Trad.: fray José Manuel Macías,
Madrid, Alianza, 1982.
5. LOUIS RÉAU: Iconograf ía, t. 2, vol. 4, p. 155.
6. RAMÓN D’ALÒS-MONER: Sant Jordi, Barcino, Barcelona, 1926, p. 65.
7. STEFANO MARIA CINGOLANI: La memòria dels reis: les quatre grans cròniques, Editorial
Base, Barcelona, 2007, p. 32.
30 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
«[p]arlar de si mateix –així com pensar en l’ànima i els regnes era una
única operació en allò més íntim– era parlar de la història que havia
engendrat, condicionat, viscut. Contar-se era contar la història dels
seixanta-vuit anys de la seva vida, era contar la història sense més. El
Llibre era un llibre d’història, una crònica; una de tantes biografies
reials, només que aquesta és dictada pel mateix biografiat.»9
Con tal fin, el rey acude sin pudor al mito. Dignifica sus victorias y
las justifica acudiendo a la voluntad divina como su motivo último: la
providencia se convierte en un recurso literario que enlaza los aconteci-
mientos y sustituye, así, a la positivista búsqueda de la lógica causal que
regula la historiografía moderna. Jaime I «va haver de sentir-se protegit
per Déu, o no estaria on estava, malgrat tots els seus mèrits».10 Con la
literalidad que, en ocasiones, parece caracterizar al imaginario medie-
val en términos, por ejemplo, de la magnitud escalar de las imágenes
de una composición que subordina la verosimilitud de su tamaño a su
importancia en el relato ilustrado, la protección divina viene en forma
de la asistencia física de san Jorge luchando del lado –y al lado– del rey.
Tras la conquista de Mallorca, el rey explica en su crónica:
«E segons que els sarraïns nos contaren, deïen que viren entrar primer
a cavall un cavaller blanc ab armes blanques; e açò deu ésser nostra
creença que fos sent Jordi [...] E era tanta la multitud de la gent dels
sarraïns, que els pararen les llances, e els cavalls dreçaren-se, per ço
car no podien passar per la espessea de les llances [...] e anaren entrant
8. AMADEO SERRA DESFILIS: «Ab recont de grans gestes. Sobre les imatges de la història i de la
llegenda en la pintura gòtica de la Corona d’Aragó», Afers. Fulls de Recerca i Pensament, núm. 41,
Art i Figuració a l’Edat Mitjana, vol. XVII, Catarroja, 2002, pp. 26-27.
9. CINGOLANI: La memòria dels reis, p. 43.
10. CINGOLANI: La memòria dels reis, p. 54.
TERESA SOROLLA | DRAGONES, SANGRE Y CAMPANAS 31
los cavalls, tant que, quan hi hac bé de quaranta tro a cinquanta e els
cavallers e els hòmens de peu que hi eren escudats eren tan prop dels
sarraïns que ab les espaes se cuidaven ferir los uns els altres.»
Fig. 1. Miquel Alcanyiç, Marçal de Sas et al. Retablo de san Jorge del Centenar
de la Ploma, ca. 1400-1405. Victoria & Albert Museum
34 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
«está formado por cinco calles, donde la central más ancha expone la
lucha de san Jorge contra el dragón ante la princesa, arriba la batalla del
Puig –fechada el 18 de octubre de 1237– y en la cimera la coronación
de la Virgen y Cristo sentado en majestad dominando la composición
del conjunto. En las calles laterales se sitúan dieciséis escenas alusivas
a la leyenda de san Jorge, coronadas por las cuatro figuras de los
evangelistas. En las entrecalles se disponen veinticuatro profetas, la
mayoría identificados por una cartela, y en el guardapolvo los doce
apóstoles, alternados con el emblema de la cruz de san Jorge y una
ballesta. Finalmente, en la predela se representan diez escenas de la
Pasión de Cristo, a falta de una parte central desaparecida que debió de
ser un tabernáculo.»24
22. El cual, según la crónica de Desclot, habría encorajado a las tropas cristianas y espantado
a las musulmanas haciéndoles creer la falsa llegada del rey. MATILDE MIQUEL JUAN: «El gótico
internacional en la ciudad de Valencia: El retablo de san Jorge del Centenar de la Ploma», Goya,
núm. 336, p. 198.
23. MIQUEL JUAN: «El gótico internacional en la ciudad de Valencia», pp. 198-199.
24. MIQUEL JUAN: «El gótico internacional en la ciudad de Valencia», p. 192.
TERESA SOROLLA | DRAGONES, SANGRE Y CAMPANAS 35
Fig. 5. Bernat Martorell, San Jorge y el dragón, 1434-1435, Art Insitute of Chicago
40 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
27. J.E. RUIZ DOMÈNEC: «La princesa i el drac» en VICTORIA CIRLOT (ed.): El drac en la cultura
medieval, Fundació Caixa de Pensions, Barcelona, 1987, p. 81.
28. Y es que, tras la determinación con la que el joven da muerte a la bestia, hay en juego algo
más profundo que la caballerosidad del rescate inmediato de la dama en apuros: «el mite cristià
de sant Jordi i el drac [...] es torna paradigmàtic per a la cavalleria cristiana, en la mesura en què
l’exegesi medieval la interpreta com a “relat” de la psicomachia, de la pugna spiritualis: en aquest
sentit, el miles europeu es pot ben sentir [...] un sant Jordi contra el drac, quan surt a lluitar contra
els moros d’Espanya, els sarraïns de Terra Santa, els turcs d’Àsia Menor o els pagans del Bàltic».
FRANCO CARDINI: «El drac com arquetipus» en VICTORIA CIRLOT (ed.): El drac en la cultura
medieval, Fundació Caixa de Pensions, Barcelona, 1987, p. 37.
TERESA SOROLLA | DRAGONES, SANGRE Y CAMPANAS 41
«[e]s posible que esta actitud estuviese condicionada por las difíciles
relaciones que mantuvo el Conquistador con la Iglesia a raíz de sus
esperanzas por coronarse prescindiendo de la infeudación instaurada
por su progenitor, aspiraciones anuladas por la negativa reiterada
del Santo Padre. No hay que olvidar que lo que se aceptaba era que
san Jorge había socorrido al soberano para la toma de Mallorca y de
Valencia, precisamente los reinos en los que Jaime I se consideraba
rey por derecho de conquista y por los que, entendía, no debía rendir
sometimiento a nadie. En este sentido, sería un absurdo que la Iglesia
reconociese este auxilio divino; más bien habría que sospechar que
en el origen de la leyenda se escondían, quizás, los deseos de plasmar
una evidente justificación divina para suplantar el reconocimiento
eclesiástico que, en principio, se le exigía al monarca para ejercer su
soberanía.»31
29. Dante Gabriel Rossetti –en quien convergen el catolicismo y la edulcoración medieval del
prerrafaelismo– representaba, entre otras estampas, una colorida y abigarrada boda entre el santo
y la princesa protagonizada por el abrazo entre ambos, literalmente atados por el cabello de ella a
la armadura dorada de él. En otra acuarela de 1862, la princesa se arrodilla y besa devotamente las
ensangrentadas manos del santo, que observa circunspecto por una ventana cómo los aldeanos
pasean como triunfo, en volandas, el cadáver del dragón. También Gustave Moreau arrastra a su
onírico universo la leyenda en la que la princesa, ricamente enjoyada, casi levita en lo alto de las
rocas más como un ídolo que como una dama amenazada, mientras el caballero de negra armadura
y sereno ceño fruncido, acaba de una estocada con el dragón.
30. MARTA SERRANO COLL: La imagen figurativa del rey de Aragón en la Edad Media (tesis
doctoral), Universitat Rovira i Virgili, Tarragona, 2005, p. 960.
31. SERRANO COLL: La imagen figurativa, p. 599.
42 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
Fig. 6. Dante Gabriel Rossetti. The Wedding of St Georges and Princess Sabra, 1857,
Tate Gallery
32. CARDINI: «El drac com arquetipus», p. 33; RUIZ DOMÈNEC: «La princesa i el drac», p. 81.
TERESA SOROLLA | DRAGONES, SANGRE Y CAMPANAS 43
Fig. 7. Dante Gabriel Rossetti. St Georges and the Princess Sabra, 1862, Tate Gallery
44 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
33. CARMEN VALLEJO NARANJO: La caballería en el arte de la Baja Edad Media, Universidad
de Sevilla, Sevilla, 2013, p. 138.
34. SERRA DESFILIS: «Ab recont de grans gestes», p. 25
35. ANDREU IVARS CARDONA: «Orige i significació del “drach alat” i del “rat penat” en les
insignies de la ciutat de Valencia», en Memoria presentada al III Congreso de Historia de la Corona
de Aragón, Imprenta Hijo de F. Vives Mora, Valencia, 1926.
36. SERRANO COLL: La imagen figurativa, p. 79.
37. SERRANO COLL: La imagen figurativa, pp. 198-199.
46 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
38. «Acostant els dracs del mite o de la llegenda hagiogràfica als rèptils prehistòrics, l’homo
rationales ha creat una mena de “curt-circuit” cultural; però, alhora, ha casat –o s’ha pensat que
casava– la fantasia amb el naturalisme, la iconografia tradicional amb el naturalisme científic».
CARDINI: «El drac com arquetipus», p. 30.
TERESA SOROLLA | DRAGONES, SANGRE Y CAMPANAS 47
39. STEFANO MARIA CINGOLANI: «“Seguir les vestígies dels antecessors”. Llinatge, reialesa i
historiografia a Catalunya des de Ramón Berenguer IV a Pere II (1131-1285)», Anuario de Estudios
Medievales (AEM), núm. 36, 2006, p. 230.
40. Precisamente el período en que, tras la unión dinástica entre los condes de Barcelona y los
reyes de Aragón, reina Alfonso el Casto, primero en acumular ambos títulos.
41. CINGOLANI: «Seguir les vestígies dels antecessors», p. 231.
48 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
42. «De las pruebas existentes y del conocimiento del desarrollo del uso de emblemas en el
Occidente europeo se deduce, como opinión más verosímil, que el primer testimonio auténtico
de las armas que usaron los reyes de Aragón se halla en los sellos de Ramón Berenguer IV, cuya
impronta más antigua es del año 1150». FAUSTINO MENÉNDEZ PIDAL DE NAVASCUÉS: «Los reyes
de Aragón», en CSIC: Símbolos de España, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, DL
2000, Madrid, p. 99.
TERESA SOROLLA | DRAGONES, SANGRE Y CAMPANAS 49
43. «El nostre pare, el rei don Pere, no volia veure la nostra mare, la reina. I s'esdevingué que
una vegada el rei, el nostre pare fou a Latas, i la reina, la nostra mare, a Miravals. I anà a veure
el rei un ric home anomenat en Guillem d'Alcalà, i tant el pregà que el féu anar a Miravals, on
era la reina la nostra mare». JOSEP MARIA PUJOL (versión en catalán moderno): El llibre dels fets de
Jaume el Conqueridor, pp. 16-17.
44. «Així que el dicmenge a nit, quan tothom fo colgat al palau, los dits vint-e-quatre hòmens
bons e abats e priors e l’oficial del bisbe e hòmens d’ordre e les dotze dones e les dotze donzelles
ab los ciris en la mà, entraren en lo palau, e els dos notaris; e vengren entrò a la cambra del senyor
rei a la porta. E aquí entra madona la reina. E ells estegren defora agenollats en oració tots ensems.
E lo rei e la reina foren en llur deport, que lo senyor rei cuidava de tenir de prop la dona de què
era enamorat. E així estegren aquella nit mateixa totes les esglésies de Montpesller obertes, e tot
lo poble qui hi estava pregant Déu, així com davant és dit que era ordenat». FERRAN SOLDEVILA:
Crònica de Ramon Muntaner, Institut d’Estudis Catalans, Barcelona, 2011, p.
a de Pensions, Barcelona, 1987. 29.
45. CINGOLANI: La memòria dels reis, p. 172.
50 EL LINAJE DEL REY MONJE. LA CONFIGURACIÓN CULTURAL E ICONOGRÁFICA DE LA CORONA ARAGONENSIS (-)
«Bien sabéis […] cuán a disgusto mío fue el salir del convento y tomar
mujer y entender en el gobierno del reino. La salud del Estado fue lo
único que pudo moverme a dejar la vida tranquila que traía, y faltar a
los votos de monje que tenía hechos. Pues mientras ha sido necesaria mi
persona, he atendido a gobernaros como mejor he sabido, si no siempre
con acierto, con buena voluntad en todas ocasiones. Mas ahora siento
que ya no hago falta por acá, y es hora de que vuelva a la vida penitente,
para la cual me juzgo harto más a propósito que para esta que he traído
hace tres años.»46
46. ANTONIO CÁNOVAS DEL CASTILLO: La campana de Huesca, Ediciones Orbis, Barcelona,
1988, p. 95.
TERESA SOROLLA | DRAGONES, SANGRE Y CAMPANAS 51
«En derredor del garfio que colgaba del punto céntrico de la bóveda,
mirábanse catorce cabezas recién cortadas, imitando en su colocación
la figura de una campana. En el interior de aquella campana colgaba otra
cabeza que hacía como de badajo, la cual reconocieron los presentes por
el Arzobispo Pedro de Luesia; las demás eran de Lizana, de Roldán y del
resto de los ricos-hombres rebeldes. Debajo había una enorme piedra
que debía servir de tajo para partir las gargantas; [...] Más lejos estaban
los troncos descabezados y llenos de heridas algunos.»47
47. ANTONIO CÁNOVAS DEL CASTILLO: La campana de Huesca, Ediciones Orbis, Barcelona,
1988, p. 252.