Fernando Savater: El Valor De Educar

Gonzalo Morales, Historia.

El aprendizaje del alumno (Capitulo 1)

En este primer capítulo, Savater deja claro su visión humanística sobre la
educación. Nuestra especie, nace humana pero eso no es suficiente plantea el
autor, tenemos que llegar a serlo.

En este punto, el autor nos diferencia de otras especies como el chimpancé o el

pulpo, que ya nacen siendo lo que son. Por lo tanto, no es suficiente con que
estemos biológicamente dotados para ser humanos, sino que necesitamos una
confirmación posterior, un segundo nacimiento como habla Savater, que confirme
el primero.

Cuando nace un niño, necesita un largo periodo de tiempo para poder velarse de sí
mismo, por lo contrario, las crías de chimpancé, casi desde el primer momento está
preparado para valerse por sí mismos. Él bebe humano necesita de la atención de
sus padres para poder seguir adelante. Sin embargo, con el paso del tiempo, el
mono comienza a repetirse, no puede aprender nada nuevo, hace lo que tiene que
hacer, en cambio el ser humano continua aprendiendo cosas hasta el día de su
muerte.

Uno de los puntos vitales para este capítulo número uno, es el de que la educación
y aprendizaje del ser humano va ligado de la interacción con los semejantes.

Como Savater ejemplifica con Tarzan, este puede aprender a través de los libros de
Historia, a leer, matemáticas…pero no habrá recibido un aprendizaje humano hasta
que no interactúe con sus semejantes.

Savater página 21 “Lo propio del hombre no es tanto el mero de aprender como el
aprender de otros hombres, ser enseñados por ello. Nuestro maestro no es el
mundo, las cosas, los sucesos naturales, ni siquiera ese conjunto de técnicas y
rituales que llamamos “cultura” sino la vinculación intersubjetiva con otras
conciencias”
Savater, diferencia entre el proceso educativo formal y el informal. El segundo es el
que se diría a través de los padres, el primero de ellos seria dirigido por aquel grupo
designado socialmente a ello. Por eso, el haber vivido dota al hombre de la
capacidad de enseñar a los otros. Como en los pueblos primitivos eran los ancianos
los que transmitían el conocimiento a sus jóvenes. El hecho de que estos viviesen
durante más tiempo ayudaba a la supervivencia del poblado ya que más cosas eran
capaces de enseñar.

El autor hace una crítica a los distintos movimientos anti educativos que se han dado
y manifestado a lo largo de la historia, catalogándolos como anti humanos.

Otro de los puntos que podemos resaltar o destacar es el del mundo simbólico.

Es a través del proceso educativo, como el ser humano logra dotar de significados
a las realidades que lo envuelven. Las cosas ya no son lo que son, sino lo que
significan y la llave para entrar al “jardín simbólico “de los significados la tienen
nuestros semejantes.

Educar nos relaciona con ellos y nos ayuda a dotar de sentido al mundo que nos
envuelve.