Sei sulla pagina 1di 5

CUENTO DE LA CEJA DE SELVA DE PUNO

ESCRIBE. LIC. MARGARITA QUISPE

MADRE TIERRA (PACHAMAMA) Y SUS HIJOS

Hace muchos años atrás, en el Departamento de Puno, tres varones aymaras-


quechua hablantes de la serranía Puneña vivían en la ribera del lago sagrado de
los Incas.

Estos hombres andinos aguerridos como José María Arguedas, que vivió,
practicó las creencias y valores del hombre andino, tomándolo como suyo,
viviendo en carne propia la experiencia de todo lo andino; pues ellos tomaron una
decisión de realizar una viaje de aventura, con el fin de mejorar su situación
económica, recogiendo oro, cultivando café, frutas, árboles y otros recursos
forestales. Es decir en busca de la ciudad dorada que tanto añoraron los españoles
y no lograron ubicar esta parte de la Selva Peruana.
Pero, una mañana frígida partieron de Conima con provisiones y abrigo, ellos
calculaban la caminata aproximadamente una semana y asimismo tenían que
cruzar la Cordillera Oriental y luego descender por la enmarañada selva alta y baja.

Al enrumbar el largo viaje, podían contemplar la bella naturaleza, encontrándose


con diferentes animales, con una vegetación andina multicolor, de vez en cuando
con el silbido del ichu producido por el viento, cruzando bosques de rocas,
quebradas, pampas, ríos.

Ellos acampaban en las faldas de los cerros de la Meseta del Altiplano, en cierta
ocasión, casi entrando a la selva alta, se hizo demasiado tarde , ellos tenían que
pasar en forma obligada por la zona de Jiparo ( lugar muy estrecho en el que solo
una persona puede pasar), era una zona muy accidentada geográficamente, que
abajo se veía el caudaloso río Tambopata con un sonido melodioso constante,
pues allí oscureció el día, acamparon en unas cuevas de roca, en el que iban a
pasar la noche y descansar.
Para esto, por encima de los cerros, estaban los otorongos listos para atacar su
presa; cada vez que anochecía y se quedaban los viajeros en esta zona
comúnmente los otorongos los devoraban.

Uno de los caminantes contaba y contaba lo que pasaba en estos lugares, hasta
que dijo que había muchos otorongos que les podía devorar; pero uno de ellos
dijo: ¡ A mí con que el otorongo me va a comer, yo lo mato con mi fusil!, el
otorongo, se había instalado ya, encima de la cueva, y que bien escuchaba las
conversaciones de ellos, dijo ¡yo conozco el fusil y no pasa nada!

El segundo caminante con voz firme dijo: ¡Yo tengo mi onda y lo mataré al
otorongo como sí nada! , el otorongo escuchaba muy tranquilamente, decía, que
también conocía la onda, y que no pasaría nada.

A medida que iban conversando y poniendo cada uno de sí, su valentía, poco a
poco, El tercer caminante tuvo un presentimiento de la presencia del otorongo
por encima de la cueva, con toda energía y coraje dijo: “yo tengo un arma letal
que puede matar a todos los otorongos juntos y que los haría mil pedazos”, su
compañero le pregunta ¿De verdad? ¿Cómo se llama tu arma? Le respondió mi
arma es punta y lanza (era un simple machete que tenía el caminante) y el
otorongo siguió escuchando la conversación de ellos y se preguntaba una y otra
vez, ¿Cómo seria esa arma? ¡Jamás en mi vida había escuchado tal nombre!
estaba muy preocupado.

Minutos después, el otorongo muy preocupado y desesperado corrió y corrió,


hasta donde estaba la Madre Tierra (Pachamama), llegó tan agitado que no pudo
contener la respiración, dijo: ¡maaama! ¡ maaama! Allí abajo en la cueva
unos caminantes están conversando y dijeron que pueden matarnos, a nosotros
los otorongos como si nada con un arma muy letal llamado punta y lanza ¿Tú
conoces esa arma, dime por favor?

La Madre Tierra le responde ¡Sí hijito! Es un arma letal con el que a mi me


hirieron, es por eso que no puedo levantarme rápido, estoy enferma hasta ahora
y maloliente, por culpa de esa arma, esto afirma con el fin de que estos
caminantes no sean devorados.
La Pachamama tan sabia e inteligente llama al otorongo diciendo: ¡Ven y
huéleme! , le hace oler sus heces fétidas, le dice ¿hueles? El otorongo asquiento
y sin poder respirar le responde ¡Si mamita es insoportable! ahora ¿te das
cuenta? por favor no les molesten a los caminantes, sino quedarás igual que yo.
Dicho esto el otorongo se fue y no devoró a los caminantes.

Al llegar a la selva virgen, continuaron su caminata, cruzando la montaña de San


Juan, luego descendieron a las orillas del Río Tambopata, de pronto descubrieron
algo brillante, eran pepitas de oro que estaban esparcidos, en las riberas del río,
recogieron cuanto pudieron, también cultivaron el café, frutas cítricas, yuca, papa
japonesa, árboles para madera y otros. Posteriormente estos caminantes
colonizaron y fundaron lo que hoy se llama la ciudad de San Juan del oro, gracias a
la Madre Tierra (Pacha mama).

En la actualidad, los hijos de estos aguerridos hombres, son los exportadores del
mejor café del mundo, asimismo son abastecedores de las diferentes frutas cítricas
, a la ciudades de la macro-región sur del país.

El mensaje es de que la Pachamama (cosmovisión andina), tiene la función de


proteger a todos los que viven en la tierra, porque considera que todos somos sus
hijos, que entre sus hijos no se deben dañar, ni destruir, al contrario vivir en paz.

AL igual que una madre ama a sus hijos y los protege, que todos tenemos
derecho a la vida.

Potrebbero piacerti anche