Es una alteración funcional de la comunicación verbal sin anomalías en los órganos de la
fonación. Según el criterio de la Sociedad Americana, las disfemias son alteraciones del lenguaje caracterizadas por tropiezos, espasmos y repeticiones debido a una imperfecta coordinación de las funciones ideomotrices cerebrales.
¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS Y NIÑAS CON DISFEMIAS?
Recogeremos en esta categoría a sujetos que presenten un marcado deterioro en la
fluidez verbal caracterizado por repeticiones y/o prolongaciones de los elementos del habla tales como sonidos, sílabas, palabras y frases. Pueden ocurrir también otras interrupciones, como bloqueos y pausas. Estas interrupciones normalmente ocurren con frecuencia y la extensión del trastorno puede variar de una situación a otra y es más grave cuando existe una presión especial para comunicarse.
Al iniciarse el trastorno, el niño ignora su problema. Posteriormente, lo percibe con toda
claridad. El niño intenta evitar el tartamudeo por lo que se produce una agravación de la sintomatología esencial (errores en la fluidez) debida a los intentos de solución inadecuados que realizan para no tartamudear:
Los criterios para el diagnóstico de los niños y niñas con disfemias son:
Repeticiones, bloqueos o prolongaciones frecuentes de los sonidos o las sílabas que
dificultan notablemente la fluidez del habla. Se identifica mucho más claramente, cuando se puede observar directamente al sujeto, por la expresión de su cara y de su cuerpo (intranquilidad y tensión al hablar).
Retraso mental moderado
Existe un amplio grupo de personas cuyas limitaciones en la personalidad se deben esencialmente a que su capacidad intelectual no se desarrolla lo suficiente como para hacer frente a las exigencias del ambiente, y poder así establecer una existencia social independiente. Este tipo de personas han sido estudiadas desde tiempos históricos, siendo etiquetadas como "idiotas", "imbéciles", entre otros. Estos términos, cargados de connotaciones negativas, fueron sustituidos por el de "retraso mental", como un intento de proporcionarles una etiqueta más positiva (Wicks-Nelson e Israel A., 1997). Las creencias y conceptos acerca del retraso mental han ido evolucionando con el paso del tiempo, y hoy en día aún continúa en su evolución. En la actualidad, según la Asociación Americana de retraso mental (AAMR), el retraso mental hace referencia a "limitaciones substanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, junto con limitaciones asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo. El retraso mental se manifiesta antes de los 18 años" (AARM, 1997, citado en García C., 1999).