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Victoria Camps

Los valores de la educación


Madrid: Anaya, 2000 (7ª edición)

políticas concretas. Cada cultura traducirá


Educación en valores la ética a su modo (bajo la atenta mirada de
ésta). Y por ello tampoco es admisible la
La misión de la educación es transmitir existencia de varias éticas, pues el camino
conocimientos integrados en una cultura y es común, se nutre de intereses comunes.
en una dimensión ética. Esto lleva a educar Y exige el compromiso no sólo de los Esta-
en valores, pero no cualesquiera (estéticos, dos, sino también de los individuos, resol-
políticos, económicos...) sino éticos, los viendo los continuos conflictos y problemas
que forman el carácter y permiten promover de interpretación práctica de los principios
un mundo más civilizado. éticos.
La ética se ha alimentado siempre de la No podemos escudarnos en el relati-
insatisfacción, es decir, de la distancia en- vismo. La historia nos ha enseñado solu-
tre lo que es y lo que debería ser o nos ciones éticas y podemos reconocerlas.
gustaría que fuera, por lo que se puede Discriminar a las mujeres o a los musulma-
decir que los valores éticos siempre están nes, por ejemplo, habla de una sociedad no
en crisis. Ya decía Locke que lo que mueve ética. “Ahora bien, que tengamos unos
a las personas es la insatisfacción con la valores universales no significa que no
realidad. queden todavía muchas zonas dudosas y
Se dice que el bienestar permite pensar oscuras, donde el consenso es complicado.
moralmente. Brecht decía que primero es Es complicado, por ejemplo, consensuar la
comer y después la moral [Y: los obreros despenalización del aborto, porque tal me-
de astilleros buscan la viabilidad de la em- dida significa, para unos, la negación del
presa, no perder el trabajo, aunque sea a derecho a la vida de un feto que debería
costa de construir barcos de guerra]. Pero merecer la misma consideración que una
la práctica muestra que la opulencia y el persona; para otros —y, sobre todo,
bienestar no garantizan vivir éticamente [Y: otras—, en cambio, la penalización significa
de hecho, la gente más propensa a dar es la negación del derecho a la libertad de las
quien menos tiene]. Nos abandonamos a mujeres de decidir sobre lo que no es sino
los valores protagonistas de hoy: el placer, su propio cuerpo” (19). Aquí está la trage-
el éxito económico. Hace falta una discipli- dia de la ética: para realizarse también se
na razonable, que permita el autodominio contradice y es necesaria la comunicación
que lleva al comportamiento ético. Y ya no simétrica, el diálogo no violento para en-
sólo ocurre que la sociedad del bienestar contrar las soluciones a los conflictos éti-
no garantiza la ética, sino que ésta es la cos.
única salida a aquélla, puesto que el auto- Y ¿cómo se enseña ética? Tal vez sea
dominio, la templanza es la base indispen- más fácil explicar cómo no se hace. No se
sable para un reparto más equitativo de las hace en una asignatura. La ética se apren-
riquezas, lo que lleva a un bienestar gene- de con el ejemplo y la práctica. Se aprende
ralizado. cuando hay conflictos y se abordan de for-
Se suelen pedir modelos de comporta- ma colectiva. Y ¿quién debe enseñar ética?
miento para definir qué es ser una buena Es tarea de todos, pero especialmente de
persona. Pero esto no es viable. Lo único la familia y de la escuela. Y, más, ¿no es
viable es partir de unos principios universa- maleducar a los niños formarles en valores
lizables porque no son patrimonio de nin- éticos cuando viven en una sociedad que
guna cultura concreta. Esto es lo que ocu- los repele? No hay más remedio, pues
rre con la Declaración Universal de los queramos o no transmitimos valores en la
Derechos Humanos de 1948 [Y: Camps escuela y en la familia. Lo que hay que
insiste en su universalidad, acudiendo a la hacer es hacerlos conscientes.
tradición griega, a la Ilustración, a Marx... “Nuestra ética es, básicamente, una
Esto no es universal, es occidental]. ética de derechos, y si exigimos respeto a
La ética implica un camino común, los derechos, alguien tendrá que hacerse
unos intereses comunes en la construcción cargo de los deberes correspondientes,
de un mundo mejor. Por eso sus principios que también son de todos, universales. la
son abstractos: libertad, igualdad, paz... Si libertad, la igualdad, la vida y la paz nos
se hicieran muy concretos, obligarían a obligan a ser más justos, más solidarios,
más tolerantes y más responsables. A to-

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dos y cada uno. Sólo con esos objetivos en conflictiva; podría, incluso, servir de base
el horizonte es posible formar a unos indi- para justificar la pena de muerte, alegando
viduos que no renuncien a ninguna de sus que el reo ya no es una persona pues ha
dos dimensiones: la dimensión social y la perdido su humanidad mediante sus actos].
dimensión individual” (23). Para los griegos, la persona se debe a
la polis, es su función de ser. Para el cris-
El proyecto de vivir tianismo, la persona se debe a Dios. Para
la modernidad, la persona se debe a sí
Vivir es tener un proyecto de vida. el misma, lo que la deja abierta y sin defini-
proyecto será más o menos ético, pero no ción.
puede dejar de ser. Así, tener derecho a la
vida significa también tener derecho a Iguales pero diferentes
construir el proyecto de vida orientado a ser
feliz (libertad). Las necesidades no son las Que todas las personas nacen libres e
mismas para todo el mundo y ello lleva a iguales es una ley natural, pero de difícil
diferentes posibilidades. Por ello, es impor- observación. Para los griegos, todos los
tante garantizar que las personas puedan ciudadanos eran iguales en derechos y
vivir en igualdad de condiciones (igualdad), deberes, pero la mayor parte de la humani-
objetivo básico de la justicia. “Es decir no dad estaba excluida de la ciudadanía. Para
basta con ser libre. Es preciso ser también el cristianismo, todas las personas son
igual a aquellos seres que viven dignamen- iguales ante Dios, pero se descuida la vida
te. Y lo que significa vivir dignamente lo en la Tierra, amparándose en la ultraterre-
sabemos, aunque sea imposible resumirlo na, exceptuando algunos matices como el
en una cuantas definiciones. Es a lo que amor al prójimo o la caridad. Con la moder-
aspira la justicia: a que la dignidad sea un nidad aparece el énfasis en la libertad más
bien para todos” (31). que en la igualdad. Ésta termina conside-
Pero el derecho a la vida es insuficiente rándose un objeto abstracto de la ley. Las
si no se añade “dignidad”. Se llega, con personas son iguales ante la ley con el
ello, al concepto de calidad de vida [Y: cali- advenimiento de los Estados. Pero es una
dad de vida sería contar con un “buen” igualdad “en libertad”, es decir, paradójica-
proyecto, ya que vivir es construir proyec- mente las personas se dejan coaccionar
tos de vida]. (prescinden de parte de su libertad para
La calidad de la vida surge de las re- que precisamente su libertad se vea garan-
flexiones en torno a cómo vivimos e, inclu- tizada). Las personas necesitamos vivir en
so, a cómo se vivía antes. Por ejemplo, sociedad y ésta ha de estar organizada y
¿vivimos hoy más o agonizamos más des- ordenada. El Estado se presenta entonces
pacio? ¿La técnica nos facilita o complica como el vehículo de la organización y el
la vida? Al incluir el concepto de calidad de orden, que garantiza la igualdad en libertad
vida, el debate ético se enriquece y se mediante el contrato social tácito.
aborda desde otras perspectivas. “Que la Sin embargo, ni el Estado ni el libera-
vida sea de calidad depende de nuestra lismo (asentado en el derecho a la propie-
capacidad de dominar el supuesto desarro- dad y a la libertad) hacen algo por la igual-
llo técnico y el crecimiento económico a fin dad en toda la extensión del concepto. Por
de que ni uno ni otro se conviertan en obs- ello, surge el marxismo, denunciando que
táculos para el progreso moral de la huma- la propiedad privada eterniza la desigual-
nidad” (37). dad. Sin embargo, la forma con que se ha
Todo ello está enmarcado en la duda llevado a la práctica el comunismo, ha sido
sobre qué es ser persona y sobre cuándo contradictoria al respecto.
se comienza y se termina de ser persona. “No ha venido por ese camino el pro-
[Y: el aborto se puede abordar desde esta greso hacia una mayor igualdad, sino, más
perspectiva cuando se afirma que el feto no bien, por el esfuerzo conjunto del liberalis-
es todavía una persona y, por lo tanto, ca- mo progresista de un John Stuart Mill y del
rece de su derecho a la vida. La eutanasia socialismo democrático. El modelo del Es-
tiene justificación bajo la perspectiva de la tado del Bienestar es, sin duda, la innova-
calidad de la vida, pero no suponiendo que ción más importante de nuestro siglo y la
ya se ha dejado de ser persona pues, en tal aportación política más definitiva a favor de
caso, no sólo perdería el derecho a la vida la igualdad. A la implantación de ese mode-
sino también la libertad para escoger la lo de Estado hay que añadir los movimien-
muerte. La reflexión sobre cuándo comien- tos sociales, en especial el feminismo” (47).
za y termina la condición de persona es

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El Estado del Bienestar plantea un pa- sea impotente frente a las desigualdades
pel claro al Estado: conseguir la igualdad de la renta).
de oportunidades, las necesarias para ac-
ceder al poder de definición del Estado [Y: La libertad y sus límites
y, sospecho, para realizar una vida digna].
Para ello, se pone en marcha una justicia La ley natural es inviolable. No se pue-
de la equidad: repartir los recursos de ma- de no morir, por ejemplo. La ley positiva (el
nera desigual de tal forma que reciban más Derecho) es criticable y mejorable. [Y: y
los más necesitados, los que poseen me- lleva al castigo, es punitiva si se incumple]
nos recursos para contar con esas mismas y depende de una autoridad terrenal. La ley
oportunidades de las que gozan los que moral es autónoma, no ha de depender de
viven más holgadamente. Ello ha justificado ninguna autoridad religiosa, terrenal o ultra-
ensanchar los derechos de libertad, igual- terrena. Pero es violable y su incumplimien-
dad y vida con otros más específicos como to no tiene peores consecuencias que la
el derecho al trabajo, a la educación o a la culpabilidad. La moral no puede ser exter-
salud. na. Debe estar basada en la conciencia
El Estado del Bienestar no se ha des- moral. Para Kant, está basada en la razón,
arrollado sólo, se ha nutrido de movimien- elemento del que estamos todos dotados.
tos que, a su vez, han sido posibles gracias Y se elabora individualmente, siguiendo el
a la progresiva definición de ese Estado del imperativo categórico de que toda norma
Bienestar. El principal de todos ellos ha individual debe ser universalizable. Para
sido el feminismo. Hoy se ha ganado la ello es necesaria la libertad: el individuo
batalla legal, pero no la social, la mujer que no es libre, sino que obra por imposi-
sigue siendo discriminada por las costum- ción externa, no es responsable de sus
bres, las mentalidades o las actitudes. actos.
El mundo es profundamente desigual y La ética ha nacido con la historia. Se
la inmigración lo muestra claramente. “De ha hecho con el tiempo. Y, del mismo mo-
nuevo se ha puesto de manifiesto la exis- do, las personas no nacemos éticas, sino
tencia de ‘extranjeros’ que buscan su lugar que vamos adquiriendo conciencia moral
como seres humanos, mientras ese lugar durante el desarrollo. Por eso, “ser libre no
les es negado sistemáticamente por quie- es fácil, hay que aprender a serlo” (59),
nes se proclaman demócratas y defensores cosa en la que la escuela no deja de ser
de los derechos fundamentales” (51) “La torpe, pasando de una enseñanza dogmá-
xenofobia y el racismo, el rechazo declara- tica a la actual, que a fuerza de intentar
do del extranjero o de quién pertenece a independizarse de los valores termina tra-
una cultura extraña, no son sino la expre- bajando para el liberalismo más puro.
sión del egoísmo que se resiste a tener La libertad puede entenderse desde
menos para que otros tengan más. El pro- dos modos: negativa o positiva. La libertad
blema es de justicia distributiva más que de negativa es la inexistencia de limitaciones o
incomprensión hacia otros pueblos y otras coacciones. Hay libertad negativa porque
culturas. La prueba es que ningún repre- no hay obligación de. Es la condición previa
sentante de otra cultura es excluido cuando del acto responsable, pues si hubiera obli-
viene con los bolsillos llenos” (52). gación, no habría responsabilidad. La liber-
Lo primero es reivindicar la igualdad, tad positiva es la libertad para, es la posibi-
después la diferencia. Primero es hacerse lidad de tomar decisiones que pueden ir
oír y acceder a los mismos derechos para, orientadas a hacer bien o mal. El compor-
después, vivir la diversidad. “Primero tamiento ético es un ejercicio de la libertad
humanos, y luego, magrebríes, turcos, is- positiva: se decide libre y voluntariamente
lámicos” (53). Pero, atención, la libertad es hacer lo correcto, seguir las leyes universa-
individual, no de los pueblos. Éstos tienen lizables que ve la razón de cada individuo
derecho a su riqueza distintiva siempre que libre. Si se actuara por obligación, ya no
1) respeten las libertades individuales de sería un comportamiento libre y, por lo tan-
sus individuos y que 2) no se confunda to, tampoco sería ético.
diferencia con discriminación. La libertad positiva tiene dos peligros
Para solucionar los problemas de des- que la amenazan: la de actuar éticamente
igualdad derivados de las actitudes, cos- por obligación y la de confundirse con “la
tumbres o mentalidades, la escuela y la sensación de ser libre” cuando quienes nos
familia son espacios idóneos que permiten gobiernan son otros. “Podríamos afirmar
adquirir el hábito de la igualdad (aunque que cuanto mayor es la ausencia de coac-
ciones explícitas, más poderosas son las

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coacciones tácitas, las que no se ven, pero lores es formar en perplejidad y duda,
actúan sobre nosotros” (67). [Y: Camps en desorientación.
habla aquí de la persuasión de las normas 2. Que formar en valores es formar de
sociales y, sospecho, también de la per- manera dogmática y cerrada. Por el
suasión en todos sus matices]. “Tanto el contrario, la ética de la responsabilidad
fascismo como la homogeneización y es- exige una relación dialéctica entre los
tandarización de los estilos de vida, propios principios éticos y sus consecuencias,
de las sociedades avanzadas, son, de de tal forma que la sabiduría moral lle-
hecho, formas colectivas de evadir la liber- ga a ser la forma correcta de interpretar
tad. La soledad del mundo moderno, la esos principios.
conciencia de insignificancia personal, la 3. Que si el sistema no funciona, la culpa
inseguridad, derivan hacia el sacrificio de la es del Estado o del Ministro de turno.
propia vida a poderes superiores” (68). Eso es verdad, pero no toda la verdad.
En la clase, hay que enseñar dos cosas Todas las manos cuentan y la respon-
respecto a la libertad: (1) que ciertas nor- sabilidad pública es de todos los impli-
mas y códigos son necesarios para garan- cados en el proceso.
tizar precisamente la libertad de todos y (2) “Educar es una inversión más general,
que hay que prevenir las redes invisibles que tiene que ver con una sabiduría teórica
que nos enjaulan sin notarlo: consumo, y práctica, con un enseñar a vivir desde un
televisión, etc. “Desarrollar la creatividad, la punto de vista no sólo técnico, sino huma-
capacidad de ser original, de ser ‘individuo’, no” (82).
desarrollar la conciencia crítica, debería ser Enseñar a vivir es enseñar a ser res-
la máxima finalidad educativa” (69). ponsable, a sentirse corresponsable de lo
público, de lo de todos. Nuestra época es la
Compartir responsabilidades de la individuación basada en la competen-
cia agresiva y en la reivindicación de dere-
La autonomía moral es “la capacidad chos desprovistos de deberes. Formar en
de escoger el principio adecuado a cada ética, en corresponsabilidad es formar en
caso y procurar darle la interpretación tam- atender al otro, especialmente a los despo-
bién más justa. Esa capacidad es la que seídos, a los marginados. Es, por tanto,
nos hacer responsables de las acciones o formar a contracorriente, sin esperar nada
de las omisiones, pues todo individuo tiene más que la satisfacción de actuar como se
que responder, ante sí mismo y ante los debía.
otros, de lo que hace mal o de lo que po-
dría hacer y no hace” (76). Tolerar las diferencias
La responsabilidad abarca desde lo pri-
vado a lo público. Y conforme más amplio “La manía de la unidad nos ha impedi-
es el marco, más difusa se hace, si bien es do aceptar de buen grado lo diverso. Pese
igualmente necesaria. Hablamos, entonces, a que vivimos en unos tiempos de exalta-
de corresponsabilidad. “No hay culpas o ción de las diferencias, éstas, en la práctica
responsabilidades sólo institucionales o ―y, especialmente, en la práctica cotidia-
sólo individuales cuando se trata de males na― se toleran mal. La diferencia es buena
sociales” (77). cuando es la propia, pero deja de serlo
Nuestro campo de acción es limitado cuando es la del otro. Más aún cuando ese
en el contexto social, pero la acción es otro, en lugar de permanecer lejos para no
posible y la corresponsabilidad debe formar molestar, se atreve a invadir lo nuestro”
parte de un proyecto abierto de cada indivi- (92).
duo. Esta creencia debe transmitirse en la Hay tres grupos de motivos que justifi-
educación. can la intolerancia:
El educador tiene una responsabilidad • Las diferencias de opiniones, creen-
pública: no sólo debe formar a los estudian- cias, ideologías o religiones.
tes para desenvolverse en la sociedad, sino • Las diferencias económicas con apa-
también para mejorarla. Pero en ello hay rencia étnica o cultural. “Se margina al
que vencer tres prejuicios muy arraigados: desposeído porque su presencia inco-
1. Que se puede instruir sólo con conoci- moda y no agrada” (95)
mientos sin valores. El centro es un lu- • Las diferencias físicas o fisiológicas
gar de convivencia donde se aprende a (anormalidades): el homosexual, la
relacionarse con la autoridad, con los madre soltera, el enfermo de SIDA, el
demás... donde se accede a modelos retrasado mental...
de conducta. Intentar no formar en va-

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Cada problema requiere su solución, pensiones. Si bien en ello la política es
por eso, la primera medida contra la intole- fundamental, sin solidaridad ciudadana, se
rancia es conocer sus causas. No se lucha hace insuficiente. La solidaridad hace ciu-
contra los perfiles ideológicos del mismo dadanos a los individuos [Y: bonita frase].
modo que contra la marginación o el mal Éstos no pierden su individualidad sino que
reparto del bienestar económico. En defini- asumen sus deberes ciudadanos. “El cine,
tiva, hay que aprender a ver y aceptar la la televisión, la prensa, nos muestran unas
compatibilidad de lo igual y lo diferente. relaciones personales competitivas, agresi-
“La única igualdad que nada tiene que vas, insolidarias. Los valores del neolibera-
ver con la ética es la que intenta imponer la lismo ―la ‘moral del éxito’― son más
economía de mercado a través de la publi- atractivos que la solidaridad socialista. Pero
cidad” (98). es preciso encontrar recursos para que la
Enseñar en la tolerancia no implica re- solidaridad pueda ser vista como algo me-
lativizarlo todo para terminar por instalarse nos extraño a nuestro mundo” (116). Y
en la ausencia de principios, ideas y opi- esos mecanismos pasan por crear hábitos
niones por comodidad. Las creencias están solidarios en la escuela.
vivas si hay que luchar por ellas, contra
otras. Así, “ser tolerante no debería implicar El deber de vivir en paz
la abdicación de lo que uno cree o piensa”
(99). Defender una idea no es dogmatismo, “La lección de la paz es la menos
sino tener convicciones. aprendida, la prueba más clara de retroce-
No es tolerable la intolerancia, por sos éticos, de vuelta a atrocidades, tortu-
ejemplo. El intolerante no acepta las ideas ras, crímenes que parece imposible evitar”
del otro y concibe a éste incapaz. No es (121). “Desde una perspectiva absolutista,
tolerable la violencia, la violación de los la guerra es inmoral, una falta absoluta de
derechos humanos básicos o los ataques a ética, pura y simplemente. Es una atentado
la dignidad. El hambre y la guerra son into- radical contra la vida” (121).
lerables. Hay que buscar coherencia entre los
“Los derechos universales son el límite, valores éticos que se persiguen y los ins-
y cuando la interpretación de los mismos, la trumentos utilizados para ello. El fin no
interpretación aplicada al caso que se juz- justifica los medios y la guerra no puede
ga, admite discrepancias, la única dvía de ser un instrumento, por tanto, para fines
solución es el diálogo. No basta poner lími- éticos. “Guerra justa o guerra injusta ha
tes a la tolerancia: hay que saber ponerlos sido la distinción clásica y ortodoxa para
de forma que no se contradigan los mismos conseguir la síntesis de los contrarios:
principios que estamos defendiendo” (102). aceptar la guerra dejando a salvo la ética”
(122).
De la justicia a la solidaridad Existe una fuerte controversia, en la
que entraron Kant y Weber, acerca de la
La justicia es el eje central de la ética; relación entre ética y política. Ls guerra
significa libertad e igualdad, pero también suele ser una solución política, pero nunca
tolerancia, paz y reconocimiento de la dig- ética. Las reflexiones llevan a que el políti-
nidad. La justicia promueve la felicidad co que sabe cuidad de su carrera no puede
colectiva, condición necesaria aunque no deberse a convicciones, pues éstas pueden
suficiente para la felicidad individual. hacerle claudicar.
John Rawls establece que los tres prin- “El ser humano es capaz de pensar y
cipios de la justicia son: 1) libertad igual tener principios éticos, pero no es capaz de
para todos; 2) igualdad de oportunidades; y aplicarlos en toda su pureza” (127). Si a
3) principio de la diferencia: dar más a esto le añadimos los intereses de todo tipo,
quien menos tiene (redistribución de la se ve clara la distancia entre política y éti-
riqueza). Esto último hace referencia a la ca. Sin embargo, la lucha por los imposi-
solidaridad. bles permite aspirar a modificar nuestra
La solidaridad es el sentimiento de co- realidad insatisfactoria.
munidad. Complementa a la justicia, pues “La ética es el modo de comprometer a
sin aquélla no hay denuncia de la injusticia; todos en la realización de un mundo mejor”
y la justicia, transformada en ley y regida (128). [Y: así pues, todos los individuos,
por instituciones, queda coja sin la solidari- hechos ciudadanos por el espíritu ético,
dad de las personas. tienen la responsabilidad de oponerse a las
El Estado del Bienestar se centra en guerras, se cataloguen éstas como se quie-
los derechos sociales: trabajo, educación y ra].

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“El pacifismo ha sido uno de los movi- “La educación ha de proponerse
mientos sociales que ha hecho historia. Y transmitir una visión del mundo, unas
quizá el movimiento que se ha extinguido creencias, hacer que se interioricen unos
menos como tal movimiento social valores, que, inevitablemente, se verán
―contrariamente al ecologismo y al femi- contaminados por la integración en una
nismo, que han sido absorbidos por la polí- sociedad que pasa de ellos” (131).
tica establecida―” (129). Para conseguir esa educación para la
La educación por la paz aparece en- paz es necesario:
tonces como una urgencia que debe ir más 1. Que el educador pierda el miedo a
allá de evitar las guerras. “La educación manifestar su punto de vista y a ejercer
para la paz ha de tener una pretensión más la crítica de los acontecimientos.
radical: intentar poner fin a la violencia es- 2. Que combata las violencias visible y
tructural que se muestra de múltiples for- encubierta, en los medios, los textos,
mas en nuestras sociedades, y que vuelve etc.
violentas a las personas, o las reafirma en 3. Que ayude a tomar conciencia de las
su instinto violento” (130). actitudes violentas.
4. Que se eduque en la tolerancia y el
respeto a la diversidad.
5. Que se fomente el lenguaje, el diálogo
y la argumentación, incompatibles con
la violencia.

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