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A favor de las niñas- Teresa Colomer

EL SEXISMO EN LA LITERATURA INFANTIL

La literatura infantil y juvenil, como cualquier manifestación cultural humana y


comunicativa, promueve o desacredita determinados modelos femeninos y
masculinos. La década de los 70’s es conocida por los cambios sociales y de
pensamiento que permitieron un contexto favorecedor para reevaluar la manera en
la que mujeres, niñas o personajes femeninos eran representados en la literatura
infantil y juvenil.

La mujer en los textos clásicos es vista como objeto sexual, no creada para
pensar, solo para la ejecución de tareas domésticas y la procreación.

En los textos que estudia el hombre está en posición superior a la mujer en todos
los sentidos, incluyendo el patrimonial

A la mujer en la literatura clásica se le presenta desposeída, se les impide tomar


un lugar adecuado de respeto y equidad, no se les permite elección, no se
desenvuelven como sujetos de la cultura.

La literatura no es más que una práctica social, un hecho histórico, donde se


identifican claramente los comportamientos culturales. La reflexión sobre causas
de este hecho cultural, se sitúa en un terreno de relaciones múltiples, entre los
modelos sociales vigentes en la actualidad, su traducción literaria en los moldes
sociales de los géneros tradicionales y la función educativa de la literatura infantil y
juvenil.

Así, pues, en la década de los setenta se empezó por denunciar las obras que
reforzaban la separación de modelos entre niños y niñas desde la aparición de la
literatura infantil y que dividían las colecciones entre libros para niños y para niñas.

Teresa Colomer, plantea tres dificultades, que encuentra en la literatura sexista.

1_Respetar modelos sociales, de niñas y niños, que han ido incorporando a través
ves de la experiencia vivida, a modo de los textos se familiaricen con ellos.

2_La tradición configuradora de cada género no es neutra.

3_El consumo social de la literatura infantil. Los niños rechazan los libros en
donde se ve, un protagonismo, femenino.
A modo de conclusión, la imagen de ambos géneros, ofrecida por la literatura
infantil y juvenil refleja necesariamente los avances y lagunas del progreso social
en la superación de la discriminación femenina. La reivindicación del acceso a
actividades y conductas que antes solo era masculino, ha dado una mayor
presencia de la mujer, pero el progreso no parece estar consolidado. Y genera
muchas incógnitas en el camino a seguir en la producción literaria infantil y juvenil.

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