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TERREMOTOS

Varios estudios consideran que la mayoría de las muertes se produce por traumas
que son resultado directo de las lesiones causadas al colapsar las estructuras y por
caídas de materiales de construcción u objetos.2,3,5 Las muertes pueden ser
instantáneas, rápidas o tardías. Las primeras ocurren dentro de las primeras horas
después del siniestro y se deben generalmente a lesiones severas en la cabeza, el
tórax, el abdomen o la pelvis por aplastamiento, hemorragia interna o externa, o
ahogamiento en terremotos de origen marino (tsunamis/maremotos). 2,3 Las
muertes rápidas ocurren en minutos u horas y pueden deberse a asfixia por
inhalación de aerosoles o compresión del tórax, choque hipovolémico o exposición
ambiental (es decir, hipotermia).2,3 Por su parte, las muertes tardías ocurren en
días o semanas y pueden deberse a deshidratación, hipotermia, hipertermia,
síndrome de aplastamiento, falla orgánica multisistémica, coagulación vascular
diseminada, infección de heridas o sepsis postoperatoria

La morbilidad relacionada con los terremotos habitualmente incluye traumas,


enfermedades infecciosas y desórdenes de estrés postraumático (PSD), cuyo
incremento puede favorecerse por el impacto sobre la infraestructura sanitaria y la
interrupción de los servicios públicos, lo que perturba la prestación de los servicios
básicos de salud pública.3

Por otro lado, después de un terremoto que provoque interrupción de los servicios
de agua y saneamiento, o desplazamiento de poblaciones, se puede presentar un
aumento en la incidencia de enfermedades infectocontagiosas con posibles brotes
epidémicos, favorecidos por la concentración y hacinamiento poblacional en
albergues no propiamente planificados y sin las condiciones mínimas de
saneamiento ambiental

La hipotermia, la infección secundaria de heridas, la gangrena que requirió


amputación, la sepsis, el síndrome de dificultad respiratoria del adulto (SDRA), la
falla de múltiples órganos y el síndrome de aplastamiento han sido las
complicaciones más frecuentes reportadas después de terremotos severos

La probabilidad de que al momento del deceso la víctima haya estado enferma de


infecciones que tengan un potencial epidémico (cólera, fiebre tifoidea, plaga, etc.)
es mínima. Sin embargo, es posible que unas pocas víctimas hayan podido estar
sufriendo enfermedades infecciosas.29 De igual forma y según algunas referencias,
la mayoría de los organismos infecciosos no sobreviven más de 48 horas en un
cadáver, a excepción del VIH, el cual se ha encontrado hasta seis días después de
la muerte de una persona.29Sin embargo, los individuos que manipulan restos
humanos corren un riesgo pequeño de adquirir infecciones puesto que pueden
entrar en contacto con sangre y heces de los cadáveres (hepatitis B y C, VIH,
tuberculosis y enfermedades diarreicas). Por otro lado, los equipos de recuperación
de cuerpos generalmente trabajan en ambientes peligrosos y, por lo tanto, pueden
correr el riesgo de sufrir heridas e infectarse con tétanos.

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-
36342018000700006&lng=es&nrm=iso&tlng=es

La crisis originada en los desastres naturales, provocan incertidumbre, angustia y


estrés entre otra mezcla de emociones, las que van tejiendo historias, creencias y
mitos. Uno de los mitos más comunes está asociado a la emergencia y virulencia de
epidemias infectoconta-giosas. Con motivo del gran sismo de Lima de 1940 y la
difteria, el Dr. Carlos Bazan publicaría en nuestra revista ". tenemos la impresión
de que a raíz del terremoto se inició entre nosotros un brote epidémico de gran
consideración y de manifiesta malignidad, brote que prosperó al amparo de la falta
de vacunación intensiva."25.

El temor a las epidemias motiva la imple-mentación de campañas masivas de


vacunación, quizás más fluidas en estas situaciones por la enorme entrega de los
afectados. Así por ejemplo, en relación al movimiento telúrico de 1939 se vacunó
contra fiebre tifoidea a más de 200.000 personas, siendo esta "la más extensa
vacunación de que haya recuerdo en la historia sanitaria del orbe entre la población
civil"8.

No obstante, se ha demostrado que las epidemias de enfermedades transmisibles


son infrecuentes después de un desastre natural, salvo entre las personas
albergadas en condiciones insalubres26,27. Seguramente ese fuese el motivo que,
luego del terremoto del 2010, se administró inmunización contra la influenza
AH1N1 a un significativo número de niños de regiones afectadas y a todos los
amparados en carpas, albergues, campamentos y aldeas, además de los
voluntarios y funcionarios expuestos28.

"las enfermedades más frecuentes que atacan al organismo infantil


son las causadas por los defectos en la alimentación, por la infección
y la falta de higiene en general."

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-41062013000100003

terremoto en pisco

Morbilidad inmediata asociada al sismo Los reportes de Dirección General de


Epidemiología (DGE) del Ministerio de Salud, revelaron que las infecciones
respiratorias agudas (IRAs) fueron el principal motivo de consulta, con el 49% del total
de las atenciones, seguida por causas externas (9%) e infecciones de la piel (5%). El
aumento de IRAs se atribuyó a una combinación de las bajas temperaturas nocturnas, en
la población que se encontraba pernoctando en la vía pública y el polvo producido por
la remoción de escombros. Las enfermedades diarreicas agudas (EDAs) se
incrementaron ligeramente a las dos semanas del terremoto, lo que fue atribuido a
restricciones en el acceso al agua potable y a las inadecuadas condiciones sanitarias en
las que se encontraba parte de la población. A las dos semanas del sismo, se habían
reportado 62,569 atenciones de salud, el 93% de las cuales fueron en las provincias de
Pisco, Ica y Chincha.

3.2.4 vigilancia epidemiológica

Los principales efectos en la salud fueron las infecciones respiratorias agudas, lesiones
por causas externas, infecciones de la piel, trastornos psicológicos, infecciones
urinarias, enfermedades diarreicas, síndrome obstructivo bronquial, asma, conjuntivitis,
mordedura de perro, aracnoidismo y enfermedades transmitidas por alimentos. Se tuvo
especial cuidado con la vigilancia de la tuberculosis y el VIH/SIDA por su alta
prevalencia en la Región Ica, sin detectarse ningún cambio signifi cativo. Las
enfermedades enzooticas78 también fueron objeto de vigilancia especial, debido a las
inadecuadas condiciones de las viviendas.

CAMPAÑA DE VACUNACION:

Campañas de vacunación Diez días después del sismo, el MINSA inició una campaña
de vacunación bajo el lema “Restableciendo las vacunas. Cuida tu salud y la de tu
Familia”. La vacunación continuó durante una semana con la meta de proteger a 238
mil personas de Pisco, Chincha y Cañete, contra diversas enfermedades
inmunoprevenibles. En Pisco, Chincha y Cañete se vacunó a las personas de 15 a 49
años contra el tétanos; a los mayores de 65 años e infantes entre 18 a 36 meses se les
vacunó contra el haemophilus infl uenzae; a los niños menores de 5 años se les aplicó la
vacuna pentavalente (difteria, tétanos, hepatitis B, haemophilus infl uenzae y pertusis)

En Pisco, considerando que la población de los 23 albergues se encontraba en mayor


riesgo de contraer enfermedades, el MINSA aplicó la vacuna contra el Rotavirus a los
bebés menores de 6 meses y a los niños entre 2 a 10 años se les vacunó contra la
Hepatitis A. Las autoridades de salud también decidieron aplicar la vacuna contra la fi
ebre amarilla a toda la población. Luego de la vacunación contra fi ebre amarilla, se
reportaron cuatro muertes por enfermedad vicerotrópica79 relacionada con la vacuna.
Debido a esos fallecimientos, que fueron relacionados a defi ciencia inmunitaria, se
generó una enorme controversia sobre la necesidad o no de la campaña de vacunación
en una zona no endémica para fi ebre amarilla ni para el vector de la enfermedad.

https://www.gfdrr.org/sites/default/files/Cronica%20y%20Lecciones%20Terremoto%2
0Peru.pdf
A pesar de que la aparición de procesos infecciosos tras un desastre es una de las
ideas más arraigadas, no sólo entre la población y trabajadores de los medios de
comunicación, sino también entre el personal sanitario, lo cierto es que la aparición
de brotes de enfermedades transmisibles es un fenómeno que sólo aparece en
algunos tipos muy específicos de desastres (por ejemplo, en inundaciones que
modifiquen los ecosistemas de determinados vectores como los mosquitos aedes o
anopheles)28. En general, cuando se dan estos brotes se debe a la ruptura de los
sistemas de abastecimiento de agua o saneamiento tras el desastre, o bien a las
deficientes condiciones higiénico sanitarias (por ejemplo porque el desastre ha
producido desplazamientos poblacionales o hacinamiento) 29.

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272002000200006

La emergencia compleja más grave asociada a cólera ocurrida en esta


zona geográfica en el periodo estudiado fue la de Haití. La epidemia
de cólera se produjo algunos meses después del terremoto de 7,2
grados en la escala

La propagación de la epidemia fue muy rápida y en sólo tres meses


generó el 56% de todos los casos de cólera notificados en el mundo
en 201017

Más bien este primer periodo fue generado por la rápida dispersión de
la enfermedad por todo el país a través de la contaminación por el
vibrio del río Arbonite y la gran cantidad de personas desplazadas que
produjo la epidemia20. El segundo pico de incidencia, entre junio y
julio de 201118, estuvo relacionado con el comienzo de la estación
lluviosa y fue de menor intensidad17

Los principales factores asociados a la alta incidencia de cólera en


Haití fueron las enormes deficiencias en agua y saneamiento, la
debilidad del sistema sanitario y la falta de inmunidad de los
habitantes19. Si bien Haití ya presentaba características de gran
riesgo debido al limitado acceso de la población al agua potable y
saneamiento10, la crisis humanitaria provocada por el terremoto y sus
consecuencias posteriores no hizo sino incrementar esta situación

POCO ACCESO A AAGUA POTABLE EN ASIA

Los conflictos bélicos y los desplazamientos masivos asociados son


factores de riesgo, como se apreció en Liberia en el 200334. Los
hábitos higiénicos y dietéticos pueden ser factores de riesgo
extendidos, como el consumo de pescado contaminado por cólera y
poco cocinado35.

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-57272014000200003
A tan solo unas semanas de la temporada del monzón, los niños correrán un mayor riesgo de contraer
enfermedades como el cólera y las infecciones diarreicas, además de ser más vulnerables a la amenaza
de deslaves e inundaciones.

"El terremoto ha causado una destrucción inimaginable", dijo Rownak Khan, Representante Adjunto de
UNICEF en Nepal. “Los hospitales están desbordados, el agua escasea, los cuerpos aún están
enterrados bajo los escombros y las personas todavía duermen a la intemperie. Este es un caldo de
cultivo perfecto para las enfermedades ".

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