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Historia de Chiquimula

A principios del siglo xvi, cuando ocurrió la conquista española, la región de Chiquimula de la Sierra, que ocupaba la zona
del actual departamento de Chiquimula al este de los antiquos reinos poqomam y chajomá, estaba habitada por la
población maya chortí (ch'orti). El primer reconocimiento español de esta región lo llevó a cabo en 1524 una expedición
en la que participaron Hernando de Chávez, Juan Durán, Bartolomé Becerra y Cristóbal Salvatierra, entre otros. En 1526,
tres capitanes españoles, Juan Pérez Dardón, Sancho de Barahona y Bartolomé Becerra, invadieron Chiquimula bajo las
órdenes de Pedro de Alvarado. La población indígena no tardó en rebelarse contra las exigencias excesivas de los
españoles, pero la rebelión fue rápidamente sofocada en abril de 1530.13 Sin embargo, la región no fue considerada
totalmente conquistada hasta la campaña encabezada por Jorge de Bocanegra en 1531-1532, que también abarcó
algunas partes de Jalapa. Las encomiendas no solamente organizaban a la población indígena como mano de obra
forzada sino que era una manera de recompensar a aquellos españoles que se habían distinguido por sus servicios y de
asegurar el establecimiento de una población española en las tierras recién descubiertas y conquistadas. También
servían como centro de culturización y de evangelización obligatoria pues los indígenas eran reagrupados por los
encomenderos en pueblos llamados «Doctrinas», donde debían trabajar y recibir la enseñanza de la doctrina cristiana a
cargo de religiosos de las órdenes regulares, y encargarse también de la manutención de los frailes.

Época colonial

Durante la época colonial, el Corregimiento de Chiquimula comprendió los departamentos de Jutiapa, Jalapa,
Chiquimula, Zacapa, El Progreso e Izabal, un territorio con una superficie de 21 313 km², casi un 20 % del actual territorio
de Guatemala. El primer asentamiento de Chiquimula fue destruido por un violento huracán y los terremotos conocidos
como de la Santísima Trinidad, en junio de 1765. Para esa época era grande y se encontraba en la parte oriente de la
actual cabecera que fue levantada contigua a las ruinas de la iglesia de la Santísima Trinidad. A mediados del siglo xviii la
población había llegado a su apogeo; aparte de la Iglesia Parroquial, había una Ermita, Casas Reales, Sala de Armas,
cárceles públicas, cabildo indígena, mesones y viviendas. Las casas de los principales de la ciudad tenían techo de teja,
mientras que las del resto del pueblo eran de paja, hojas o pajón; las Casas Reales, por su parte, albergaban la Casa de
Justicia y la vivienda de los Corregidores. La ciudad estaba formada por los barrios de San Nicolás Obispo -donde estaba
la iglesia principal-, San Juan, Santa Cruz, San Sebastián y El Calvario.

El terremoto del 2 de junio de 1765, o terremoto de la Santísima Trinidad, destruyó la cabecera de la provincia de
Zacapa y Chiquimula de la Sierra, arruinando la iglesia, dejando cincuentra y tres fallecidos y numerosos heridos, entre
ellos el cura párroco y el Corregidor, Joseph Antonio Ugarte.

Tras la Independencia de Centroamérica

Mapa de Guatemala en 1839, elaborado por el arquitecto británico Frederick Catherwood, quien visitó Guatemala en
compañía del explorador estadounidense John Lloyd Stephens en comisión del presidente de los Estados Unidos, Martin
Van Buren.

El Estado de Guatemala fue definido de la siguiente forma por la Asamblea Constituyente de dicho estado que emitió la
constitución del mismo el 11 de octubre de 1825: «el estado conservará la denominación de Estado de Guatemala y lo
forman los pueblos de Guatemala, reunidos en un solo cuerpo. El estado de Guatemala es soberano, independiente y
libre en su gobierno y administración interior.»

Chiquimula fue uno de los municipios originales del Estado de Guatemala fundado en 1825; era la cabecera del
departamento de Chiquimula, el cual tenía a los municipios de Zacapa, Acasaguastlán, Sansaria, Esquipulas, Jalapa, y
Mita.20

La constitución del Estado de Guatemala promulgada el 11 de octubre de 1825 —y no el 11 de abril de 1836, como
numerosos historiadores han reportado incorrectamentea — creó los distritos y sus circuitos correspondientes para la
administración de justicia según el Código de Lívingston traducido al español por José Francisco Barrundia y Cepeda; el
poblado de Chiquimula fue sede del Circuito del mismo nombre en el Distrito N.º4 (Chiquimula); a este circuito
pertenecían también: San José, Ipala, Orégano, Cubiletes, Hermita, Alotepeque, San Isidro, Concepción, Esquipulas,
Atulapa, Jagua, Olopa, Piedra de Amolar, Orcones, Jupilingo, Camotán, Jocotán, San Juan Hermita, Chancó, San Nicolás,
Quezaltepeque, San Jacinto, Santa Elena y San Esteban.3

Gobierno del mariscal Vicente Cerna y Cerna

Durante el gobierno conservador del capitán general Rafael Carrera, uno de sus principales aliados fue el Mariscal
Vicente Cerna y Cerna, quien era originario de Chiquimula. Cerna nació en el municipio de Ipala a principios del siglo xix,
y, gracias a sus servicios militares bajo el mando de Carrera, fue nombrado procurador y corregidor de Chiquimula;
participó en la Batalla de la Arada como coronel, al mando de una facción del Ejército conservador de Guatemala cuando
era corregidor de Chiquimula en 1851.22 Posteriormente, estuvo entre los firmantes del acta en donde se declara a
Carrera como Presidente Vitalicio de Guatemala en 1854.

En 1863 el general hondureño José María Medina Castejón, con su alto mando compuesto entre otros oficiales por el
general Florencio Xatruch, y el teniente coronel Juan Antonio Medina Orellana, conversaron con el general Rafael
Carrera, quien reunió un ejército con hondureños, salvadoreños y guatemaltecos comandados por el entonces general
brigadier Vicente Cerna y Cerna. Este ejército invadió Honduras, tomando Cucuyagua el 10 de junio y luego “Los Llanos”
de Santa Rosa el 15 de junio, consiguiendo que luego de esta acción, las comunidades de Gracias a Dios y sus
alrededores proclamaran a José María Medina como presidente de Honduras;23. Finalmente, marcharon hacia la capital
Comayagua para deponer al presidente interino José Francisco Montes Fonseca. Las tropas gubernamentales de
Honduras, incendiaron la ciudad de Comayagua antes de huir al ver que el ejército de Cerna les superaba.23 Tras esta
acción, el general brigadier Cerna fue ascendido a Mariscal.

En 14 de abril de 1865 murió el capitán general Rafael Carrera, y la asamblea se reunió el 3 de mayo para elegir al
hombre que debería sustituirlo en la presidencia de la República, saliendo destinado el mariscal Cerna, quien aún
desempeñaba el puesto de corregidor de Chiquimula. El consejero de Estado, Manuel Francisco González no logró
superar los 26 votos.

Entre los logros de su mandato se encuentran la introducción del telégrafo, el estudio de líneas de ferrocarril y la
construcción del puerto de San José en el Pacífico. Sin embargo, no fue capaz de prever la transición de la exportación
del añil hacia la del café,b manteniendo el país en un estado de feudalismo, según palabras del escritor guatemalteco y
Premio Nóbel de Literatura 1967 Miguel Ángel Asturias en su libro Hombres de maíz.

Demarcación política de Guatemala de 1902

En 1902, el gobierno del licenciado Manuel Estrada Cabrera publicó la Demarcación Política de la República, y en ella se
describe a Chiquimula así: «su cabecera es la ciudad del mismo nombre, a 379 m sobre el nivel del mar y a 188 km de la
capital de la República, ocupa una área de 802 caballerías. Su clima, generalmente caliente, es templado en unas partes
y frío en otras, pero siempre sano. Constituyen sus principales cultivos, caña de azúcar, maíz, frijol, y tabaco. Gran parte
de sus habitantes se dedica a la crianza de ganado».24

Siglo XXI: Mancomunidad de Nor-Oriente de Guatemala

En 2000, Chiquimula se integró a la Mancomunidad de Nor-Oriente de Guatemala, la cual es una agrupación política y
administrativa de once de los treinta y cuatro municipios de la región III o Nororiental de Guatemala gestiona el
desarrollo social, cultural, político, económico y ambiental a través del impulso de la participación ciudadana de los
diversos sectores locale

Parque 20 de Octubre de Chiquimula


Muy cerca del atrio del Calvario, en la parte sur de la ciudad, existió una hermosa pila, cuya construcción ostentaba
todas las caracteristicas coloniales. Su extensión era aproximadamente de unos 15 metros con una alcantarilla, de la cual
salían varios chorros.
Sólidas arcadas sostenian el techo por ambos lados, para brindar sombra a más de una docena de mujeres que ganaban
el sustento diario lavando ropa ajena, en igual número de lavaderos.

Es muy posible que esta vieja pila haya sido reconstruida en el año 1863 para conservar un viejo recuerdo que nos ataba
a la época de la colonia.

Empero, siendo Jefe Político y Comandate de Armas el General Daniel Montenegro allá por el año 1935, la mayor parte
de esta pila fue destruida. ¿Las Razones? Que en la misma aprovechando las sombras de la noche se cometían actos
inmorales y que era un lugar propicio para la crianza de zancudos. La destrucción de esta hermosa pila duró varios dias y
se supone que no fue arrasada totalmente para dejar un abastecimiento de agua a los vecinos que carecian de ella en
sus casas de habitación.

Donde antes existió la mayor parte del cuerpo de esta vieja pila de la colonia, la Municipalidad de 1949 que precedió el
profesor Max R. Argueta, construyo un pequeño parque al que bautizo con el nombre de 20 de Octubre en homenaje a
la revolución de 44.

En este lugar había quedado en completo abandono después de la demolición de la pileta y ahora es otro respidadero
de la ciudad.

Vista frontal de la Pila Colonial Barrio El Calvario, se observa su fuente y los pasillos donde se ubicaban los lavaderos, al
fondo la Iglesia del Calvario. (Foto: Seño Delia Paiz)

Vista del Parque El Calvario en los años 40, antes del Parque Actual. (Foto: Diego Cerezo)

Parque Ismael Cerna de Chiquimula


El otro parque es el que se conoció como parque ¨Inglés¨y ahora Ismael Cerna, en homenaje al aguerrido poeta ipalteco,
quien desafió la ira del General Justo Rufino Barrios siendo gobernante de Guatemala.

El parque Inglés fue construido en la Plaza Central.

Esta Plaza que a los lejos recordamos y que estaba circundada de altos y esbeltos cocoteros que se mecian
pausadamente. La Adornaban en forma sencilla y tropical, gran cantidad de flores de distintos colores. La fuente que
estaba en el centro calmaba la sed de los parroquianos con sus cuatro surtidores. Esta antigua Plaza servía para muchas
cosas, se instalaban en ella las chinamas para las fiestas de agosto; se desarrollaban partidos de fútbol y hasta la plaza
de toros tenía allí su asiento. Los espectadores ocupaban sus lugares en las graderias de los portales que la rodeaban,
coom era el de la Municipalidad, el de la Jefatura Política; el de la Casa del señor Alfonso Liú y el del Mercado Municipal.

A la luz de las ¨Patas de Gallo¨, colocadas convenientemente, la banda de música civil, en noches de concierto lanzaba al
ciento las cadenciosas notas del vals, o las agitadas de la polea y la mazurca o las románticasdel chotis, mientras que las
familias cuyas casas daban a la plaza, sentadas en muelles mecedoras, se solazaban a la hora del recuerdo.

La Construcción del parque se inició en 1927 cuando era alcalde municipal don Eduardo Lemus y Jefe Político y
Comandante de Armas el Licenciado Antonio Girón y Girón. Grandes arriates fueron trazados, en los cuales sembraron
plantas ornamentales y se procedió a derribar los gigantescos cocoteros y una pila de estilo colonial que estaba en el
centro de la hermosa plaza, la cual fue construida por el mariscal Vicente Cerna cuando este fue corregidor.

La Municipalidad que precedió el Bachiller Belisario Díaz Vásquez en 1931, construyo en el centro de la Plaza un quiosco
de concreto, cuya hermosa cúpula sostenian ocho pilares. Su forma es bastante original, se sube al mismo por una
escalinata que está al lado poniente y estaba rodeado por una pileta. Fue construido por un arquitecto costarricense.
EL CINE LIU.
Sin lugar a dudas ligado a la historia de Chiquimula, cuantos no disfrutaron del Cine Liu en las décadas pasadas en
nuestra querida Perla de Oriente.

Puente de El Molino de Chiquimula


El Puente de ¨El Molino¨ sobre el río Taco, fue construido en 5 años, colocándose la primera piedra el 15 de Marzo de
1905 pero los trabajos se iniciaron en 1907. Es una obra sólida de piedra y argamasa.

Según comentarios de familiares del maestro de obras don Ezequiel Estrada, él trabajó en la construcción del puente,
además de haber trabajado en la restauración del frente del Edificio Municipal, Sociedad de Obreros y Cementerio
General, en el cual hay una plaqueta, en la cual aparece el nombre del señor Ezequiel Estrada como maestro de obras.

El puente se construyó debido al problema que tuvieron vecinos y autoridades que visitaban dicho Barrio y se quedaban
a dormir allí cuando crecia el río Taco, quienes trataban de pasarlo fueron arrastrados por las fuertes correntadas,
muchos enfermos que eran traídos al hospital de emergencia fallecieron al no poder ser atendidos, ya que no pudieron
pasar el río Taco.

Actualmente ante el crecimiento de la población y la cantidad de vehiculos que circulan y viajan hacia el Barrio el Molino
y sus colonias en el año 2000 se construyó otro puente. Entrada y salida por los puentes hacia el populoso Barrio El
Molino.

Templo a Minerva de Chiquimula


El presidente Estrada Cabrera tratando de deslumbrar a propios y a extraños creó las pomposas fiestas a Minerva, para
engañar a los que no presenciaban la forma en que eran celebradas; y para los que conociendo la farsa le aplicaran el
sonoro y honorifico epiteto de ¨Padre de la Juventud Estudiosa¨.

Nunca la educación pública habría sufrido tal abandono, porque nunca los Maestros en Guatemala habían pasado por
una situación más calamitosa, sueldos miserables pagaderos en fecha indefinida. En sus hogares si no hubo hambre,
hubo mucha pobreza.

Estrada Cabrera aparentaba celebrar con las fiestas de Minerva los triunfos de los educandos y dar estimulos a la labor
del Maestro.

El Decreto de su creación mandaba que la celebración de las ¨Fiestas de Minerva¨ se realizarian el último domingo de
octubre. Para cumplirlo en todas las cabeceras departamentales y municipios comenzaron las actividades para levantar
un templo consagrado a Minerva, la diosa portadora en el Olimpo de la antorcha de las ciencias y de las artes.

Ya en 1903 se realizaban en Chiquimula las mencionadas celebraciones en un improvisado Templo que levantaban al
final de la 7a. Avenida Norte, es decir, una cuadra antes, hacia el poniente del lugar donde en 1908 se construyó el que
actualmente está, ya remodelado, y el cual se levantó con los dineros recaudados por el ¨Comite de Minerva¨, que
funcionó primero para recoger las contribuciones no menores de un peso, destinadas a su construcción.

Con el correr del tiempo, el Templo a Minerva ha servido para el inicio de diferentes desfiles, ferias, circos, ventas de
mayoreo y como campo de basquetball.

Hoy luce hermoso, fue remodelado completamente y además, se construyó una Plaza frente a él, la cual se denomina
¨Plaza de la Cultura¨.
IGLESIA VIEJA PATRIMONIO COLONIAL DE CHIQUIMULA

El templo comenzó a construirse a fines del siglo XVI pero tardó muchos años en terminarse, no obstante que los
españoles por esta época daban a los indios para que ayudaran en esta obra.

En su visita pastoral el arzobispo don Pedro Cortés y Larraz recorre estos pueblos entre los años de 1770 y 1772, y en
acta de fecha 2 de febrero de 1770 que es constancia de su presencia en esta nueva ciudad hace notar la reciente
pérdida del antiguo pueblo.

Su señoría ilustrísima pudo contemplar todavía con el alma entristecida, amontonamientos de escombros entre las
hierbas y los arbustos crecidos ya en el lugar abandonado; techos desplomados, ventanales rotos, paredes caídas: la
ruina total de la que otrora fuera hermosa capital de la provincia de Chiquimula de la Sierra. Pero más consternó aún, al
arzobispo Cortés y Larraz, la ruina de este templo erguido aún sobre sus mismo despojos. Y que son las del segundo
templo que se construyó en la ciudad de Chiquimula de la Sierra.

Entre los sobrevivientes se contaba el cura párroco don Eduardo de Velasco, quien antes había oficiado en el recinto de
aquel templo erigido por el catolicismo hondo y arraigado por siglos en el alma de la raza hispana. Velasco explicó a su
señoría: “un violento huracán, un gran temblor y una gran tempestad se desataron durante los días 2, 3 y 4 de junio de
1765”. Terminando con aquella población que había sido muy extensa y poblada, y en la que entonces sólo quedaban
algunos xacales (ranchos) y que no fueron abandonados sino hasta sentirse también aquí, los movimientos sísmicos que
arruinaron la ciudad de Guatemala en el año de 1773.

Los pocos datos históricos que se han encontrado acerca de este asunto afirman que el primer gran temblor de la noche
del 2 de junio hecho por tierra todos los edificios, y se denomina a estos movimientos “temblores de la Santísima
Trinidad”. Pero a través de los siglos se ha venido contando que los fieles estaban en misa cuando se sintieron con
mayor intensidad las fuerzas sísmicas, y siguiendo la versión de nuestros abuelas suponemos que el día de la Santísima
Trinidad, que es una fiesta movible y siempre cae en domingo, en el año de gracia 1765 caería el 3 de junio, ya que los
temblores comenzaron el 2 en la noche, y se refería que el techo de la iglesia se hundía al hacerse los temblores más
violentos, cuando los feligreses estaban en la celebración de dicho oficio divino. Tanto es así, que hasta hace poco se
guardaba un supersticioso temor para esperar el día de esa festividad, y sobre todo si llovía por esa fecha. Y con razón la
gente se sobrecogía al sólo pensar en la angustia suprema, que oprimiría el corazón de la ciudad.

Más habiendo amanecido un tanto recobrada la calma el día 3, la misa se celebra en la iglesia con numerosos fieles que
fueron en busca de la clemencia divina y creyendo estar más seguros en el interior del templo salvando sus vidas
protegidas por los sólidos muros.

Pero el techo se desplomó con ruido insólito y fue enorme losa sepulcral que cubrió numerosos cadáveres.

Por fin la furia de la naturaleza paso y la serenidad de una calma dolorosa cayó sobre la que antes fuera hermosa y
apacible ciudad, y como testigo mudo de esa gran tragedia sólo queda el templo destrozado y altivo desafiando
imperecedero el recuerdo de aquella ciudad legendaria.

Contaban las gentes ancianas que en la Iglesia Vieja se encontraban tesoros enterrados, de los cuales algunos
extranjeros habían extraído ya objetos de oro y plata; y que en su recinto que tiene por bóveda el cielo; ambulaban en
las noches fantasmas, almas en pena que dejando la tranquilidad de la tumba, salían quién sabe en qué afán misterioso
a perturbar la soledad de aquellos parajes, y nadie osaba pasar ni siquiera por su vecindad en cuanto las luces del sol se
perdían tras el horizonte; los trabajadores regresaban presurosos de sus labores campestres antes que la noche cayera
sobre aquellos lugares.

Lo primero es lógico suponer que haya sido cierto, puesto que en aquellos tiempos los templos eran muy ricos, poseían
muchos objetos valiosos y seguramente al desplomarse el techo quedarían sepultados bajo los escombros, aunque
también hay que pensar en que estos serían removidos recién pasado el terremoto. En cuanto a lo segundo nada tiene
de extraño que lo creyera el vulgo, pues era la época de las leyendas, los espantos y las botijas, y aún los historiadores
como Fray Francisco Ximénez daban por cierto en sus obras históricas, la aparición de seres sobrenaturales, con mayor
razón se mantenían estas creencias en gentes ignorantes.

En el centro de lo que fue el atrio de la iglesia están los restos del cimiento donde estuvo una cruz; y los vestigios de
muros que hay en el costado norte del edificio en ruinas, son del convento que estaba unido al templo y era habitado
por monjas y sacerdotes, pues en aquella época había monjas en todos los conventos de la colonia.

La pila de cemento armado que está cerca del que fuera atrio, la construyó la compañía ferrocarrilera, pues las
autoridades le dieron permiso para botar los restos de una pila de estilo colonial de la misma época de las demás ruinas,
y que construyera otra en el mismo lugar.

Las reliquias históricas que hablan del pasado en forma elocuente, en cualquier país son conservadas cuidadosamente;
pero entre nosotros no han tenido interés, y si no ahí están los viejos muros del templo horadados a balazos, pues hubo
un tiempo en que les sirvió de blanco a los soldados que venían a ejercitarse. Debemos pensar que los recuerdos
históricos son cosas sagradas que hay que conservar y respetar.

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