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Ignacio Cano Profesorado en Filosofía 2019

Filosofía de la Historia
Trabajo Práctico N°1

Consigna: elaborar una cuestión disputada sobre la ambivalencia de la Filosofía,


Ambivalencia de la Historia y, Paradoja de la Filosofía de la Historia.

Ambivalencia de la Filosofía
Tesis: la filosofía se encuentra atravesada por la tensión entre lo uno y lo múltiple; oscilando
entre lo divino y lo mortal, sin renunciar a la búsqueda incansable de la verdad. Las ideas
platónicas de bien, verdad y belleza guían al ciudadano en la vida comunitaria.

Esto se ve de manera privilegiada en el sistema ontológico de Spinoza, el cual convierte en una


y la misma cosa lo uno y lo múltiple; lo divino con lo mortal. En el monismo de Espinoza esto es
posible sin contradicción ya que él concibe una única sustancia que al mismo tiempo es Dios y
la Naturaleza. El hombre, seria de cierta manera parte de Dios, ya que el ser humano es derivado
de Dios, y a su vez está constituido por dos aspectos: un cuerpo, o el hombre considerado como
un modo del atributo de la extensión. Y el segundo aspecto del hombre es una mente, o el
hombre considerado como un modo del atributo del pensamiento. Ambos atributos,
pensamiento y extensión son, atributos de Dios. Entonces, podemos considerar a Dios =
Naturaleza = Sustancia, de dos maneras: como sustancia infinita (Natura Naturans), o como un
sistema de modos (Natura Naturata). De manera que la tensión de lo uno y lo múltiple se
resuelve en la unidad de la sustancia, al igual que lo divino y lo mortal, ya que el hombre como
múltiple y mortal no es más que una expresión de lo uno y lo divino.

Antítesis: la filosofía, según autores como Nietzsche, no es una búsqueda de la verdad, sino más
bien de opiniones. El filósofo renuncia a buscar esencias inmutables y opta por defender la
apariencia.

Esta actitud de la filosofía por centrarse no ya en el mundo de las idealidades, sino más bien en
mundo de las opiniones y la singularidad, explica quizá, el interés de algunos filósofos por
cuestiones más ligadas a la vida cotidiana o a los variopintos problemas del “hombre de mundo”.

Así es como Rodolfo Kusch en su libro “Lograrse en América” nos habla sobre acontecimientos
de la vida cotidiana para tratar de demostrar ciertas ideas suyas. Empieza su libro de la siguiente
manera: “Cierta vez salíamos del Hotel Victoria. Lo atendía un hombre bajito y grueso,
seguramente boliviano de origen, quien debió haber hecho su fortuna en ese lugar. El hotel era
sumamente limpio y lo curioso era que sus habitaciones estaban en una casa contigua al
restaurante. Siempre que me alojaba ahí, tenía miedo de que alguien nos sustrajera las cosas.
Pero afortunadamente nunca ocurrió nada. Aquel día habíamos comido opíparamente, como
suele ocurrir cuando uno viene a Bolivia. Allá no se come, y en cambio e Argentina, sí. La Quiaca
siempre es el escenario de una compensadora orgía. A las pocas horas debíamos partir rumbo a
Jujuy y queríamos dar antes una vuelta por el pueblo. Fue entonces que conocí a Eleuterio
Quispe. Realmente no sé si se llamaba así pero no podía llevar otro nombre que ese. Estaba
parado en un zaguán y llamaba la atención con sus movimientos. Era de estatura mediana, ya
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entrado en años, grueso, con un rostro tallado en piedra, de una rara expresión de nobleza, y
una extrema dulzura en sus ojos. Su vestimenta era descuidada, aunque de buen parecido.
Seguramente sería un indio quichua, venido de alguna comunidad agraria próxima a La Quiaca,
y venía seguramente a probar suerte.”

Ambivalencia de la Historia
Tesis: la historia es una actividad comprensiva fundamentalmente. Se torna necesario detectar
motivos y no causas de los acontecimientos históricos. Apelar a la facultad de la imaginación se
torna vital en la tarea detectivesca del historiador. La verdad testimonial es importante para
gestar la historicidad –ni historicismo, ni historicidio- que logre pasar el cepillo a contra pelo a la
historia.

Antítesis: la historia se despliega entre lo ocurrido y la narración de lo ocurrido. Se buscan


explicaciones causales para los acontecimientos. Esta es la visión positivista de la historia.

Con respecto a este punto podemos analizar un acontecimiento: La Revolución Industrial. Este
acontecimiento puede a su vez considerarse desde dos puntos de vista. En una visión clásica, en
donde lo que se pretende es explicar causalmente; y también lo podemos entender desde una
visión en donde lo que se busca es encontrar motivos. Efectivamente en los siguientes párrafos
se va a tratar de entender cuáles fueron los motivos que se creían eran los fundamentales para
un proceso de industrialización, y como esta concepción fue remplazada con otra más acorde a
la realidad de los hechos.

Desde una visión clásica (que haría de ejemplo de la antítesis). Se considera que la
industrialización en el mundo había surgido como resultado de una revolución industrial, que
tuvo lugar en Inglaterra y que había consistido en la difusión del uso del hierro, carbón y energía
a vapor, fundamentalmente en la industria algodonera. Esto se desarrolló en un escenario
nuevo, la fábrica, y como resultado de esto se produjo un “despegue” en el crecimiento
económico. Al considerar el caso inglés como la única vía posible al desarrollo industrial, aquellos
países que quisieran acceder a los beneficios de la industrialización, debían intentar recrear las
condiciones en que se había producido el “despegue” británico.

Sin embargo, las nuevas estimaciones cuantitativas del desarrollo británico, mostraron que la
economía inglesa no había crecido tanto como se creía, y que en cambio, las tasas de
crecimiento de la economía francesa habían sido superiores. Los estudiosos comparativos
fueron planteando en nuevos términos; en lugar de analizar en qué medida las economías
nacionales del resto de Europa se acercaban o distanciaban del modelo británico, los estudiosos
comenzaron a investigar otras vías posibles de industrialización. El análisis del caso francés
mostró que el crecimiento económico podía obtenerse en un escenario social muy diferente al
inglés.

Esto puede ser explicado por la diferencia en la estructura de la demanda, ya que Inglaterra
gracias al firme crecimiento demográfico, el proceso de urbanización y expansión mercantil
ultramarina, reforzaron la demanda de bienes de consumo masivo; mientras que en Francia no
existió ninguna de esas tendencias. La industria francesa se orientó a satisfacer la demanda de
bienes más refinados, que implicaba un alto valor por unidad, pero no requiere grandes
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volúmenes de fabricación. Por lo que con este nuevo enfoque, se demuestra que el camino hacia
el desarrollo industrial capitalista no fue unilateral como se pensó.

Paradoja de la Filosofía de la Historia


Ingresamos en una paradoja porque buscamos articular lo universal de la filosofía con lo
particular de la historia.

Un ejemplo de paradoja puede ser la manera en como entendemos el tiempo y el movimiento,


según Henri Bergson. Partiendo del objeto propio de la metafísica bergsoniana: un “estar
siendo” en constante movimiento y devenir (contraponiendo con el “ser” parmenideo), Bergson
va a decir que la razón, cuyo método específico es el análisis, entendió el movimiento no como
lo que realmente es, sino, paradójicamente como todo su contrario: el movimiento es entendido
como quietud. Ya que, la única manera por la cual es capaz de entenderlo la razón,

es a través de una serie de puntos fijos, para que desde ahí se pase sucesivamente de punto a
punto y logra así crear un sustituto del movimiento. Esto se ve ejemplificado en la construcción
del movimiento en el cine, ya que para la animación de una escena, lo que se hace es pasar
rápidamente y de manera sucesiva de un fotograma a otro. Es así como a partir de una serie de
imágenes fijas, pretenden imitar lo móvil.

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