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El Ecuador requiere
una regla fiscal explícita
POR JUAN FALCONÍ MORALES*
P
Keynes, cuyo pensamiento ha vuelto a tomar impor-
Ilustraciones: Tito Martínez.
mente en el Ecuador—, las
ideas de John Maynard Key- tancia tras el fracaso del neoliberalismo, no era par-
nes han vuelto nuevamente a
la mesa de discusiones. Sea porque hay tidario de una anarquía en el gasto fiscal. La arbitra-
quienes lo reivindican como el pro-
motor —por la vía del gasto— del riedad de la autoridad fiscal tiene efectos perversos en
intervencionismo estatal para solu- la sostenibilidad del crecimiento. Tampoco se trata
cionar las crisis, sea también —y esto
es quizá menos conocido— porque fue de ser procíclicos, cortando el gasto en períodos de
el primero en proponer la creación de
un impuesto al flujo de capitales recesión. Este artículo de un connotado especialista
especulativos, idea retomada frente a
los desajustes financieros que han
examina el pensamiento de Keynes y plantea una pro-
afectado a la economía internacional puesta de gestión fiscal que podría aplicarse al Ecua-
y particularmente a los países en desa-
rrollo. dor de hoy.
Las políticas intervencionistas han Las ideas de Keynes Esta radicalización liberal, la desre-
sido incluso aceptadas —en parte— por Keynes nació en 1883 (el año en gulación creciente y la ausencia de
el FMI, que hace poco avaló y de hecho que murió Marx), cuando el liberalis- mecanismos conductores a cargo del
canalizó nuevas líneas de crédito hacia mo político y económico clásico se Estado precipitaron la ruptura frente a
los países emergentes, en condiciones encontraba aún en auge. La creencia lo que Keynes había señalado en la Teo-
financieras más flexibles, con el obje- en la eficiencia del mercado como ría general y lo que no obstante es toda-
tivo de atenuar el impacto de la crisis óptimo asignador de recursos y de su vía el reto mayor de las sociedades
global. capacidad para recuperar automática- modernas.
Por su lado, la eventual aplicación mente el equilibrio eran los paradig- Decía Keynes: “… El problema polí-
de un impuesto al ingreso de capitales mas de la época. La política económica tico de la humanidad consiste en com-
de corto plazo, una iniciativa reciente estatal, bajo tal enfoque, era casi binar tres cosas: la eficiencia econó-
de Brasil, recogió la propuesta original innecesaria. mica, la justicia social y la libertad polí-
de Keynes —sostenida más tarde por La decadencia del liberalismo y la tica”. Y es precisamente de la justeza y
James Tobin—, respecto de la necesi- emergencia de opciones intervencio- la calidad de esa combinación de lo que
dad de controlar ciertos movimientos nistas de política económica para la depende el bienestar social en sentido
de capital que complican la gestión reconstrucción y el crecimiento que amplio. Bienestar social que a su vez se
macroeconómica y las políticas mone- siguen a la publicación del libro clási- vincula, según Keynes, a la visión e
taria y cambiaria de los países en desa- co de Keynes, Teoría general de la ocupa- impacto de las políticas públicas para
rrollo, a través de una imposición ción, el interés y el dinero (1936), habrí- concretar el progreso, en el marco de eco-
especial sobre tales flujos. an de consolidarse después de la Segun- nomías de mercado, no de economías que
Sin embargo, sobre este último da Guerra Mundial y perdurarían hasta funcionarían bajo control estatal o cual-
tema la posición del FMI ha sido más los años setenta. quier otra modalidad. La política key-
bien contraria: según lo anota Dani Keynes, como se conoce, rompió nesiana funciona en ese contexto, no
Rodrik, de la Universidad de Harvard, con el enfoque clásico en dos aspectos en otro: extraer sus cualidades, supues-
Dominique Strauss-Kahn, el director- fundamentales: señalaba que el pleno tas bajo un esquema preciso, para
gerente del FMI, ha señalado que tales empleo en las economías no es la regla adaptarlas eventualmente a otro mode-
controles son costosos e inefectivos, cri- —lo que se contraponía a la visión clá- lo, con distintas connotaciones, no es
terio que rescata una visión marcada sica, desde Ricardo hasta Marshall— lógico ni consistente.
por la más pura ortodoxia, paradóji- y concebía a la inversión como el motor Bajo la aproximación keynesiana,
camente en una época de acrecenta- del crecimiento, a la que el ahorro se las políticas monetaria y fiscal eran par-
da necesidad de opciones heterodoxas, ajusta. Sostenía que la política econó- te de un mismo análisis integrado y de
como habría calificado el propio Key- mica, sobre todo en períodos de crisis, objetivos de crecimiento que, basados
nes, hace casi 60 años, a la aplicación reconoce un papel fundamental al en la búsqueda del beneficio, fuesen
de restricciones a los flujos de capital. Estado. Keynes anotaba también que en consistentes en términos de tasas de
Claro que la significación exacta de las economías nacionales la repartición interés de corto y largo plazos, expec-
heterodoxia obliga a varios comentarios. de la riqueza y del ingreso era arbitra- tativas empresariales, niveles de inver-
No todo lo heterodoxo es necesaria- ria e injusta, por lo que justificaba la sión pública y privada, y finalmente
mente regulador. Ni tampoco, sim- regulación y el denominado Estado-Bie- niveles de empleo, perspectivas futuras
plistamente, por el hecho de suponerse nestar. y “más” anticipaciones, tras el objeti-
que se demanda la renovación del sis- A su turno, las ideas neoliberales, vo central del bienestar.
tema de mercado, la heterodoxia no fundamentadas en el positivismo filo- La mejor repartición-redistribu-
tendría límites. Más adelante se verá sófico y en el enfoque marginalista eco- ción, en un sistema en el cual el pro-
que esto concierne sobre todo al esti- nómico del último tercio del siglo XIX, pio Keynes reconocía su propensión a
lo de la política fiscal y a los efectos volvieron con fuerza después del colap- la generación de desigualdades, deri-
que derivan de su orientación, al so de los setenta (presencia simultánea vaba de la consecución de esos equili-
menos si se estima que todavía la de inflación y estancamiento), y rei- brios, bajo prescripciones precisas. La
mayor parte de la humanidad vivirá en naron, a pesar de críticas aisladas, has- gestión de la política salarial debía tam-
un sistema en el que la acumulación ta hace pocos años. El nuevo enfoque bién tener en cuenta el hecho de que,
y el crecimiento económico se basa en económico liberal se radicalizó con el sobre todo en situación de crisis, la dis-
un modelo de intercambio generaliza- aporte de las interpretaciones moneta- minución de los salarios o su bajo nivel
do regulado por el Estado y con acti- ristas y las de la denominada “nueva solo agudizaría coyunturas negativas.
va participación de agentes privados. escuela clásica”, basada en los precep- Por su lado, el papel de la banca
Otras opciones, más “radicales”, no se tos de la “modernizada” corriente de central era asimismo privilegiado, sobre
analizan ahora. expectativas racionales. todo con relación a la credibilidad de
la política monetaria, sin descuidar las coordinadas, como base de la sosteni- Las reglas limitan el uso discrecio-
restricciones (trampa de liquidez) y bilidad del crecimiento y de la creación nal de los recursos públicos y estable-
controles (el ya citado impuesto al flu- de condiciones de bienestar. Parecería cen prioridades dentro de rangos pre-
jo de capitales) a lo que la gestión estar claro que la política fiscal anticí- cisos, lo que tiende a reducir la volati-
monetaria podría verse abocada en clica no puede ser cualquier política: lidad del crecimiento y favorece la sos-
determinadas circunstancias. debe reunir algunas condiciones, tener tenibilidad de la recuperación econó-
objetivos claros y, sobre todo, al igual mica (al menos ése es el objetivo) y, de
La política fiscal es clave que en el caso de la política monetaria hecho, una mejor repartición (o al
Si bien la política monetaria es cla- en los países, ser creíble. menos, en principio, mayores oportu-
ve, la política fiscal es fundamental. Y es ésta, precisamente, la preocu- nidades).
Esto, más allá del denominado efecto pación central. Demás está decir que Políticas fiscales muy laxas tienen
crowding-out, no reconocido por Key- hay consenso en la conveniencia de efectos contrarios. De allí que en algu-
nes. Por la vía del gasto y del multipli- aplicar políticas fiscales anticíclicas y nos países, para consolidar la posición
cador, el Estado puede modular las sostenibles en el largo plazo, como de las cuentas públicas y ordenar “anti-
coyunturas negativas e incluso, por el requisito para lograr credibilidad, esta- cíclicamente” el desempeño macroe-
interés social, sobrepasar ciertos lími- bilidad macroeconómica y mejor conómico, se definen objetivos cuan-
tes para relanzar la economía. desempeño de las economías (Borrado- titativos que apuntan a regularlas de
Sin embargo —y esto es importan- res de Economía N° 505, Regla fiscal modo gradual y, por supuesto, una vez
te—, la prescripción keynesiana asume cuantitativa para consolidar y blindar las más, sin perder de vista el carácter con-
varias condiciones: el gasto en inversión finanzas públicas de Colombia, Banco de tracíclico que deben tener esas opcio-
pública no puede ser financiado inor- la República de Colombia, 2008). nes de política: son los casos, por ejem-
gánicamente —no sería strictu sensu el Pero, cuando ese compromiso no es plo, de Chile, México y Perú.
caso del Ecuador— y tampoco puede claro, por las razones que sean (sobre En el caso de Colombia, se estudia
estar desligado de las tendencias de fon- todo por el hecho, por ejemplo, de que ahora la posibilidad de establecer una
do de la coyuntura. Esto quiere decir, en las demandas sociales son siempre cre- regla fiscal cuantitativa de 1% del PIB
suma, que las políticas contracíclicas, cientes y urgentes), lo recomendable es de superávit primario estructural para
de las que tanto se habla, deben tomar permitir que la política fiscal esté guia- el Gobierno central de Colombia, en
en cuenta la realidad de la economía, da por reglas que establezcan metas perspectiva de apoyar el proceso de
sus perspectivas futuras y adaptarse a específicas sobre el déficit fiscal o lími- ajuste de las finanzas públicas y favo-
esas previsiones. No pueden aplicarse tes cuantitativos sobre el gasto públi- recer su blindaje futuro (ibídem).
políticas contracíclicas sin “beneficio de co, el nivel de la deuda u arbitrios del El superávit fiscal primario es el saldo
inventario”, pues sus efectos podrían ser mismo tipo. Para que sean efectivas, de ingresos-egresos del Gobierno cen-
más perniciosos y podrían incubarse esas reglas deben contar con el respal- tral, excluidos los rendimientos finan-
desajustes de más difícil control en el do de los diferentes estamentos de la cieros y los intereses de la deuda: una
futuro. sociedad (ibídem). regla de este tipo, de aplicarse, aspira a
Keynes, dicho sea de paso, tampo-
co ve en la acción estatal —por la vía
del gasto— cualquier signo de sociali-
zación de la economía, peor de elimi-
nación del mercado o su sustitución por
el Estado. Keynes es contrario al diri-
gismo estatal y relieva el papel de la
competencia y de la propiedad priva-
da; regulado, orientado. Quizá su
opción haya sido la búsqueda de un
mejor mercado y un mejor Estado… algo
que se plantea en el Ecuador desde hace
ya muchísimos años, sin resultados.