Unidad 1: Introducción al período del Segundo Templo.
Parte 1 Instructor: Cuando piensas en lo que está sucediendo en el Antiguo Testamento y lo que va a cambiar cuando Jesús aparece, la historia política y religiosa de Israel, obviamente, debemos comenzar con la presentación del libro de Génesis. Y la idea de la promesa y el pacto que se remonta al tiempo de Abraham, en el cual obtuvimos una promesa, un pacto y fuimos elegidos. También hay ciertas prácticas que van a hacer que la gente de Israel sean únicos, y vamos a ver la importancia que esto tiene en el Nuevo Testamento. Entonces, por un lado tenemos la promesa. Dios va a crear un pueblo especial de la semilla de Abraham. Y a través de esa semilla el mundo será bendecido. Este es, obviamente, el Pacto Abrahámico. Así pues tenemos las promesas que recibimos en el P acto Abrahámico. También tenemos promesas que recibimos en el Pacto Davídico. Va a haber una dinastía eterna a través de la cual Dios obrará. También hay promesas realizadas más tarde en la historia de Israel, en el Nuevo Pacto, que aseguran que Dios escribirá su ley en los corazones de las personas y perdonará sus pecados. Teniendo esta promesa como fundamento ayuda a definir la esperanza espiritual del pueblo de Israel. Y volvemos a Génesis para leerla. De todas formas, no sólo hay promesas, sino que también veremos la creación del pueblo. El pueblo tiene una tierra. Y una ley. Moisés da la Ley que introduce el Pacto Mosaico. Esto produce un pueblo santo, cuyo estilo de vida es distinto y se diferencia por sus costumbres. El templo en el que alaban es diferente. Solamente pueden tener un templo en el que adoren. Existe un gran contraste con el resto de las religiones de la zona en la que Israel se encontraba. La mayoría de las instituciones religiosas de entonces tenían varias localizaciones para el culto. Israel sólo podía tener un templo. Su dieta era especial y debían distinguir entre comidas puras e impuras. Esto les diferenciaba del resto. Tenían que seguir un rito especial de incorporación. La circuncisión. Esto indicaba la asociación de una persona al pueblo del pacto. Además, tenían un calendario especial. La diferencia que más llama la atención es el Sabbath. En el séptimo día debían descansar y juntarse para alabar. Esta combinación de características hacía diferente a Israel. Y si uno comenzaba a p racticar estas costumbres, podría ser fácilmente identificado en el Nuevo Testamento como un judío, un miembro de Israel, etcétera. Entonces, tenemos las promesas y tenemos el pueblo y tenemos sus costumbres. Todo esto eran marcas del pueblo de Dios. Esto es muy importante para el Nuevo Testamento. Porque cuando el Nuevo Testamento va más allá de Israel, y comienzan a evangelizar a los Gentiles, nos surgirán muchas preguntas en relación a las costumbres que se establecieron en la ley Mosaica. Porque gracias a 2000 años de muy buenas relaciones públicas por parte de la iglesia Cristiana, pensamos en todo esto al revés. Estamos acostumbrados a pensar en el hecho de que la ley ha sido abolida o al menos cumplida en Jesucristo. Por eso, no pensamos en esto como un problema práctico y social. Pero cuando sales de ello, cuando estás estudiando una tradición religiosa que ha practicado ciertas costumbres por siglos, y después haces unos ajustes en todo aquello, surgen muchas preguntas. En el Nuevo Testamento veremos en profundidad uno de estos periodos de ajustes. Para la gente es difícil. A la gente le gustan sus tradiciones religiosas. Vale. No hace falta que te lo explique. Sólo fíjate como la gente escoge la música de su iglesia y lo entenderás. A la gente le gus tan sus raíces religiosas. Y así es como emerge en este periodo una tensión, sí lo puedo decir así, entre la ley y la promesa. La ley fue encomendada, pero cuando llegamos al Nuevo Pacto sabemos que hay cosas que se harán para hacer la ley más efectiva de lo que ha sido desde que Moisés la entregó. Además, tenemos las promesas que aseguran bendición, no sólo a Israel, sino a todo el mundo. ¿Cómo funciona esto? En el medio de todo esto nos encontramos con un reino emergente. La línea de descendencia de David finalmente trae esperanza. Incluso, cuando llegamos al Nuevo Testamento podemos observar tres o cuatro formas diferentes de esperanza mesiánica. Pero la forma más dominante de esperanza mesiánica era la idea de que el Mesías vendría en una dinastía conectada con la descendencia de David. Esto reflejaba ideales nacionalistas. Queremos que David libere la nación de las demás naciones. Al menos, en la expresión Judía, así era lo que esperaban. También incluían ideales universales. Que un día este personaje traería paz a todo el mundo. Estos valores contrastan también. Tenemos la tensión entre la ley y la promesa. Y la tensión entre las esperanzas nacionales y universales. Relacionadas con el que había de venir. Ahora añade a todo esto, la división que se había creado en el pueblo de Dios entre Israel y Judá. Entre las diez tribus y las dos. Entre el norte y el sur. Y en este caso, los del sur eran los buenos. Puedes observar una secta alternativa, diferente al culto creado en Betel y Dan. Los del norte fueron c apturados en el 722 y 721. Y las profecías que provienen del final del ley que establecían que si eras infiel a la ley, volviendo al tiempo de Moisés, ¿qué pasaría? ¿Uds. qué creen? Si eres infiel a la ley, ¿qué va a pasar? Juicio. ¿Y cómo?
Respuesta: Expulsados. Echados del reino.
Instructor: Bueno, no les expulsaron de la tierra, sino que les
conquistaron. Vale, esto es muy importante. Es importante para el Nuevo Testamento. Porque habían sido teológicamente enseñados en revelación que si dejas de existir como una teocracia independiente y hay naciones que gobiernan sobre ti, ¿cuál es el problema? Habían sido infieles. Así que, ¿cómo vas a arreglar el problema? Vale. ¿Cuál es la solución a esta infidelidad?
Respuesta:
Arrepentimiento.
Instructor: ¿Qué?
Respuesta: Arrepentimiento y fe.
Instructor: Arrepentimiento. De acuerdo. Y ¿qué va a
conseguir el arrepentimiento?
Respuesta: Poner al rey de nuevo en su trono. Instructor:
Bueno, puede que pongas al rey de nuevo en su trono. Pero el problema es que tienes naciones en tu patio. Uds. están pensando de forma demasiado práctica. ¿De qué van los cinco primeros libros del Antiguo Testamento? La ley. ¿Cómo van a ser fieles?
Respuesta: La ley.
Instructor: Van a guardar la ley. Esto no es ciencia astronáutica. ¿Cierto?
No necesitas un grado en tercer nivel de cálculo para averiguar lo que está pasando aquí. Así que, si las naciones están en tu patio y teológicamente has aprendido que si pierdes tu teocracia es porque has sido infiel a la ley, la forma de arreglar el problema es guardando la ley. Arrepentirse y ser fieles a la ley. O esperar a que Dios traiga libertad. Lo uno o lo otro. Y en muchas mentes, esas dos cosas irán de la mano. Vamos a esperar a que Dios nos libere y entonces guardaremos la ley. Lo que estoy intentando decir es que en el fondo, tenemos el problema de que Dios creó una teocracia, la cual fue creada a través de la ley Mosaica. Pero en el momento en el que las naciones se imponen sobre la teocracia, se produce una infidelidad que requiere lidiar con el pueblo y el liderazgo. Esto me ayudará para explicaros por qué los judíos miran con ambivalencia, incluso hostilidad, a las naciones o los gentiles. Su presencia y relaciones son una señal de juicio. Por no mencionar la presión cultural de tener a es tas naciones en tu patio, y la forma en la que eso afecta tus costumbres y la presión en las costumbres. Hacia el final de este periodo encontramos un nuevo pacto, en parte porque una de las soluciones en la promesa de lidiar con esto, es que Dios va a obrar para transformar a su gente. Y lo tendrá que hacer desde dentro hacia afuera. Esto no es un mero cambio externo que él requiere, sino también un cambio interno.