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RESUMEN ANALÍTICO DE LA CULTURA POPULAR EN LA EDAD MEDIA Y EN

EL RENACIMIENTO DE MIJAIL BAJTIN


(Capítulo I: Planteamiento del Problema)
Michely Rivas
michelyrivasg@gmail.com

¿De qué manera se pueden comprender las imágenes rabelesianas?, ¿Cuáles son las
características de la cultura cómica popular de la Edad Media y el Renacimiento?, ¿Qué es
el realismo grotesco?, ¿En qué se caracterizan las imágenes grotescas? ¿Qué carácter asume
la degradación en la cultura cómica popular?, ¿Qué diferencias hay entre el grotesco popular
de la Edad media y el Renacimiento, y el grotesco romántico?

Bajtin asegura que Rabelais se encuentra posicionado entre los autores más
importantes de Europa, incluso menciona que se le ubica luego de Shakespeare y hasta a la
par con éste. La particularidad de Rabelais, según Bajtin, se debe a que está más
profundamente enlazado con las fuentes populares que los demás autores del Renacimiento,
y eso es precisamente lo que revela el por qué no se ajusta a los cánones del arte literario.
Las imágenes rabelesianas no concuerdan con las ideas de estabilidad y acabamiento, propias
del pensamiento artístico oficial, de ahí que no se le haya comprendido, ya que los
acercamientos hacia este autor han sido siempre desde caminos equivocados por estudiársele
a partir del pensamiento ideológico de la Europa burguesa.

Por tal motivo, Bajtin asegura que la manera de comprender las imágenes rabelesianas
es emprendiendo un estudio profundo a la literatura cómica popular que lamentablemente ha
sido poco estudiada. De ese modo, el autor se propone en la introducción plantear los
problemas de la cultura cómica popular de la Edad Media y el Renacimiento, además de
discernir sus dimensiones y definir sus rasgos originales.

Bajtin sostiene que a la risa popular se le ha dado poca importancia, específicamente,


a la cultura de la plaza pública, además que ha quedado en un plano casi imperceptible lo
que originalmente significa la cultura cómica popular. Así que subdivide en tres grandes
categorías las diversas manifestaciones de dicha cultura: Formas y rituales del espectáculo,
que incluye los festejos carnavalescos y las obras cómicas representadas en las plazas
públicas. Obras cómicas verbales, orales y escritas, en latín o en lengua vulgar. Y por
último, diversas formas y tipos del vocabulario familiar y grosero.

Cada una de esas tres categorías es desarrollada con gran detalle por Bajtin. Sin
embargo, se enunciará de manera muy general los aspectos más resaltantes de las tres
categorías, en especial de la primera, asociada al carnaval y a los distintos rituales y festejos.

 El principio cómico se absuelve de cualquier dogmatismo religioso, es más, algunas


formas carnavalescas más bien parodian el culto religioso.
 El carnaval se relaciona íntimamente con las formas del espectáculo teatral de la Edad
media. Sin embargo, no hay una brecha entre actores y espectadores, ya que los
espectadores no asisten para ver una función sino para vivirla.
 El carnaval de la Edad Media guarda las tradiciones saturnales de la idea de
renovación universal.
 Los bufones y payasos de la cultura cómica de la Edad Media, asumen sus
ocupaciones como modo de vida.
 El carnaval constituía una vida paralela y opuesta a la cultura de lo serio, y por ende,
se basaba en el principio de la risa. La risa es patrimonio del pueblo y por lo tanto
universal, no se trata de burlarse de un hecho particular aislado, ni de exonerarse de
la burla, el burlador también se incluye como objeto de burla.
 Las festividades no son sólo un medio para el descanso de la vida cotidiana, más bien
son una concepción del mundo.
 Las fiestas se asocian al tiempo natural (cósmico), representando estadios intermedios
entre la vida y la muerte, como crisis y convulsiones propias del tránsito entre esos
dos extremos.
 La fiesta popular pretende penetrar en el ideal de universalidad, igualdad, libertad y
abundancia.

Con el carnaval y los ritos cómicos se originó una lengua propia de estas festividades que
permitía transmitir la cosmovisión carnavalesca. Esta lengua se contrapone a lo inmutable y
eterno, y por el contrario acoge lo dinámico y cambiante. Una de sus características es que
se rige por la lógica de lo contradictorio y enrevesado, que no es meramente una antítesis,
sino una combinación dinámica de los dos principios contradictorios que además no están en
disputa sino en un juego ondulante. Bajtin afirma que esa es la lengua que utilizó Rabelais,
y no conocerla implica la imposibilidad de ahondar en la literatura del Renacimiento y el
Barroco.

Cabe mencionar que en la obra de Rabelais, destacan las imágenes relacionadas a la vida
material y corporal, tal como en los autores del Renacimiento, aunque de forma menos
explícita. Dichas imágenes son el legado de la cultura cómica popular, más específicamente
de la concepción estética de la vida cotidiana que obedece a la manifestación natural de la
vida. Bajtin llama a esa concepción, por convención, realismo grotesco, donde el cuerpo y lo
material son principios universales, comunes a todos, que no son elementos aislados sino que
se fusionan entre sí y con la tierra. De ahí las nociones de fertilidad, abundancia y
crecimiento, propias de lo corpóreo, así mismo, la fiesta, el banquete y la alegría.

Uno de los aspectos fundamentales del realismo grotesco es la degradación, pero no se


entiende este término desde su lado despectivo, sino como el traspaso a lo corpóreo de lo
espiritual y elevado. Es por eso que la risa es el eslabón principal de la cultura popular, porque
hace cercano lo que antes estuvo en un plano superior y distante. Degradar implica llevar lo
sutil y elevado a la parte densa e inferior, pero ese viaje no culmina en la decadencia total,
ya que la línea descendente deja de bajar para empezar un nuevo comienzo de ascenso “No
es sólo disolución en la nada y en la destrucción absoluta sino también inmersión en lo
inferior productivo, donde se efectúa precisamente la concepción y el renacimiento, donde
todo crece profusamente”1. La parodia moderna también degrada, pero no es ambivalente, ya
que se queda sólo en el aspecto inferior.

Las imágenes grotescas, son entonces ambivalentes y contradictorias, que parecen


deformes vistas desde el punto de vista estético clásico. Estas se caracterizan porque las
partes del cuerpo, que se enfatizan, son las protuberancias, ramificaciones, orificios tales
como los senos, los órganos genitales, la nariz, el trasero, la barriga. En acciones como el
coito, la agonía y la satisfacción de las necesidades naturales. Una de las preferencias en el
uso de la imagen grotesca, reside en mostrar dos cuerpos en uno, el uno que alumbra y muere,
el otro que nace y es lanzado al mundo.
Con respecto al grotesco, Bajtin afirma que

El grotesco degenera, al perder sus lazos reales con la cultura popular de la plaza
pública y al convertirse en una pura tradición literaria. Se produce una cierta
formalización de las imágenes grotescas carnavalescas, lo que permite a diferentes
tendencias utilizarlas con fines diversos.2

Una de las manifestaciones del grotesco, es el grotesco romántico, que fue una reacción
contra lo serio y formal de los cánones clásicos, sirviéndose de las tradiciones del
Renacimiento. Sin embargo, se diferencia del grotesco de la Edad Media y del Renacimiento,
por ser un carnaval que se vive en solitario, deja de ser universal y popular, para ser individual
y subjetivo. La risa se trastoca notablemente, y es matizada en forma de humor, sarcasmo e
ironía. El mundo ya no es familiar, más bien se enajena como algo aislado y exterior,
revelando su aspecto terrible, y la reconciliación se produce en un estadio lirico y místico.
El tratamiento de la locura es característico del grotesco, ya que presenta un visión del
mundo distinta al estándar. En el grotesco popular la locura representa una salida festiva de
la vida oficial y seria, en cambio en el romántico la locura es un aspecto trágico y sombrío.
Otro tema importante, es la máscara, que en la cultura popular expresa las diversas facetas
de la vida cambiante, las reencarnaciones, la negación a una identidad única, la máscara es
un símbolo de metamorfosis, hace alusión al juego que es la vida, sus significaciones son
inagotables. No obstante, en el grotesco romántico, la máscara se separa de la cosmovisión
carnavalesca, adquiriendo otra significación, ajena a su naturaleza esencial, y es que la
máscara oculta, engaña y encubre.

1
Mijail Bajtin. La Cultura Popular en la Edad Media y en el Renacimiento. 2003, Madrid: Alianza,
p. 17.
2
Mijail Bajtin. La Cultura Popular en la Edad Media y en el Renacimiento, p. 26.
Para entender el grotesco, Bajtin sugiere que es preciso remontarse a su esencia, que está
en el ámbito de la cultura popular de la Edad Media y en la literatura del Renacimiento,
especialmente en Rabelais, ya que fuera de la cosmovisión carnavalesca de esos periodos,
los temas grotescos se vuelven unilaterales y subjetivos.

Cabe destacar, que Bajtin aclara que el tema de su obra no se basa propiamente en la
cultura cómica popular, sino en la obra de Francisco Rabelais, porque en ésta se concentra la
esencia de la cultura popular, y el estudio de la obra de Rabelais, implica la sumersión en la
cultura popular misma.

Fuentes Bibliográficas:
Mijail Bajtin. La Cultura Popular en la Edad Media y en el Renacimiento. 2003,
Madrid: Alianza. Páginas 3-43.

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