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Universidad de los Andes-

Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas.

Deontología.

Carrera: Derecho a distancia

Autor: Joel García Méndez.

C.I: 14.917.913

La deontología su relación con otras ramas del saber y su Importancia.

La deontología es la ciencia de la obligación moral, de la ética y de los deberes


que deben cumplirse. Definida en términos más amplios, son las reglas de
conducta que deben ser respetados por los actores que intervienen en una
determinada actividad colectiva.

El término deontología procede del griego: todeon (lo conveniente, lo debido) y


logía (conocimiento, estudio…); lo que significa, en términos generales, el estudio
o la ciencia de lo debido. El objeto de estudio de la Deontología son los
fundamentos del deber y las normas morales. El concepto deontología fue
acuñado por Jeremías Bentham en su obra Deontología o ciencia de la moral, en
donde ofrece una visión de esa disciplina que no ha sido, sin embargo, compartida
por todos los estudiosos del tema. Para Bentham, la deontología se aplica
fundamentalmente al ámbito de la moral, es decir, a aquellas conductas del
hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente.
Trata, pues, del espacio de la libertad del hombre sólo sujeto a la responsabilidad
que le impone su conciencia.

Asimismo, Bentham considera que la base de la deontología se debe sustentar


en el principio de la utilidad, lo cual significa que los actos buenos o malos de los
hombres sólo se explican en función de la felicidad o bienestar que puedan
proporcionar. Se puede decir que mientras en Bentham la deontología se entiende
a partir de sus fines (el mayor bienestar posible), para Kant la deontología es en sí
misma una ciencia de los deberes o imperativos categóricos en la que no importan
los fines, sino la intencionalidad del acto, independientemente de las
consecuencias materiales de aquél. La base de la ética kantiana se encuentra en
el siguiente principio básico: "Obra siempre de acuerdo con aquella máxima que al
mismo tiempo puedes desear que se convierta en ley universal". Y eso quiere
decir que una persona actuaría éticamente si está de acuerdo en que su regla de
conducta debe ser aplicada por todo aquel que se llegara a encontrar en una
circunstancia similar. Algunas teorías éticas no se sirven de las consecuencias
para determinar si un acto es bueno o malo. Estas teorías se conocen por teorías
deontológicas o formalistas. En la ética deontológica, la cualidad intrínseca de un
acto o su conformidad con una regla moral define si es bueno o malo. Por ejemplo,
no mantener una promesa se puede considerar intrínsecamente malo.

En este mismo sentido, la deontología es entonces un compromiso que los


miembros de un grupo se imponen, para actuar de acuerdo a un conjunto de
normas aprobadas por todos, garantizando la buena práctica de sus actividades.
Este compromiso, de carácter moral, da a los miembros del grupo una serie de
derechos y obligaciones que tienen que ser respetados por todos. La deontología
es un código de ética y de buena conducta, que se formaliza a través de un
reglamento interno que debe ser elaborado por los interesados.

Por otra parte, aplicada a las profesiones se denomina deontología profesional


y es la disciplina que se ocupa de determinar y regular el conjunto de
responsabilidades éticas y morales que surgen en relación con el ejercicio de la
profesión, especialmente aquellas de dimensiones que tienen repercusión social.
Su contenido se basa y se justifica en los principios y normas de la ética y la
moral, el objetivo específico de la deontología profesional, consiste en la
aplicación de estos principios a cada profesión. De acuerdo a lo anterior se puede
concebir a la deontología, como un conjunto ordenado de deberes y obligaciones
morales que tienen los profesionales de una determinada materia. Trata los
"códigos de conducta" de las profesiones y, actualmente, se estudia como una
rama de la ética, es decir, la ética que estudia los deberes de los profesionales.

De allí que se puede decir entonces que un código deontológico es un


documento que recoge un conjunto más o menos amplio de criterios, apoyados en
la deontología con normas y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo
correctamente una actividad profesional. Los códigos deontológicos se ocupan de
los aspectos éticos del ejercicio de la profesión que regulan. Estos códigos cada
vez son más frecuentes en otras actividades. La primera característica que cabe
destacar del Código Deontológico es la de tomar en cuenta la opinión de los
profesionales afectados por él y ser aprobado por consenso. La segunda
característica es la de su ámbito de aplicación que es estatal, lo que viene a
significar, tal como el mismo código expresa, que sus disposiciones obligan a
todos los profesionales inscritos en los Colegios, sea cual sea la modalidad de su
ejercicio (libre, al servicio público, privado, entre otros). La tercera característica es
la de su fuerza vinculante, que se manifiesta a través del mecanismo coactivo que
establece para la imposición de sanciones en el caso de incumplimiento de las
normas contenidas en él y que le confieren ese carácter jurisprudencial.

En otro orden de ideas, la valoración del Código se puede decir que se trata de
un documento de valor en el que se recogen los rasgos fundamentales de los
profesionales inmersos en un continente ético moderno y armónico, concordante
con la realidad social de nuestros días. Los códigos deontológicos quizás sean los
mecanismos de autorregulación más conocidos que se pueden poner en marcha
en el ámbito de la comunicación social, la psicología, la medicina, entre otras
profesiones, pero no son el único instrumento: libros de estilo, estatutos de
redacción, convenios, etc., todos contribuyen a que una comunidad profesional fije
sus propios límites, en muchos países esta regulación es a través de colegios
profesionales. No se debe confundir la deontología con los códigos deontológicos.
La deontología tiene un carácter más amplio, y puede incluir normas que no
figuren en ningún código particular. El código deontológico es la aplicación de la
deontología a un campo concreto.
La Deontología también tiene su lugar de la misma manera que lo tiene la ética,
puesto que se sustenta en la ética para formar los deberes y obligaciones de los
profesionales. Originariamente la deontología no necesitaba de la ética, porque la
deontología era el “conocimiento de los deberes”. De allí que, la deontología
ayuda a la inteligencia, de modo que ésta pueda guiar a la voluntad en busca del
bienestar, y lo hace poniendo a su disposición los medios más adecuados.
Entiende que la voluntad se somete siempre a la razón, y que la deontología
también es una forma de vida que podemos asumir. En un sentido estructural, la
deontología se basa en la utilidad el interés y la masificación de la dicha. Las
acciones se evalúan según 7 caracteres que nos permiten averiguar el nivel de
dicha que nos pueden ofrecer: intensidad, certeza, proximidad, duración, pureza,
extensión y fecundidad. La deontología es la aplicación de unos principios
generales al ámbito profesional; algunos autores la consideran como una parte de
la ética, otros las consideran sinónimas. Pero la deontología se halla entre la ética
y el derecho: posee el carácter disciplinario del segundo y el sentido orientador del
primero.

La deontología es de suma importancia para el mundo profesional, y en


concreto, para profesiones que comportan una elevada responsabilidad social
(médicos, abogados, docentes, psicólogos, periodistas…). Ya que, busca un
equilibrio entre un determinado estilo de vida moral (lo que antes denominábamos
êthos o carácter moral) y un alto nivel de profesionalidad técnico -científica. Esta
doble dimensión ha de tratarse con armonía y equilibrio para una mayor
dignificación de cualquier actividad laboral

Una característica fundamental de la deontología profesional es que tiene un


fuerte componente de autorregulación, entendida en un sentido colectivo. Se trata
de una interiorización de las normas propias de la profesión. Se diferenciaría del
Derecho en que éste es creado por el Estado, y de la moral en que la deontología
tiene un carácter colectivo, no se basa en los principios individuales. Otra
diferencia clave frente al Derecho, es que éste tiene un marcado carácter coactivo,
impone sanciones al incumplimiento de sus normas. La deontología, por su parte,
puede o no incluir sanciones, y siempre serán menos graves que las relacionadas
con el Derecho (surgidas de instituciones jurídicas).

En un sentido vulgar, se habla de deontología en referencia al buen hacer que


produce resultados deseables, sobre todo en el ámbito de las profesiones. Un
buen profesional es alguien que, en primer lugar, posee una destreza técnica que
le permite, en condiciones normales, realizar su tarea con un aceptable nivel de
competencia y calidad. Las reglas del buen hacer perfectum officium, acción
llevada a cabo conforme a los imperativos de la razón instrumental constituyen, sin
duda, deberes profesionales. Y esto no es en modo alguno ajeno al orden general
del deber ético. Aún más: las obligaciones éticas comunes para cualquier persona
son, además, obligaciones profesionales para muchos.

En definitiva, cuando nos refiramos a una profesión determinada, podemos


hablar de la existencia de una ética y de una deontología determinada. La primera
se podría centrar en determinar y perfilar el bien de una determinada profesión
(aportación al bien social) y la deontología, por su parte, se centraría en definir
cuáles son las obligaciones concretas de cada actividad.

Referencias bibliográficas.

 FAGOTHE y Otros (1998). Ética: Teoría y Aplicación. Ed. Interamericana.


México.
 Vilar J. (2000). Deontología y práctica profesional. Límites y posibilidades
de los códigos deontológicos. Barcelona. España.

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