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"HERRAN VARGAS JUAN JAVIER

C/SUPERINTENDENCIA DE
RIESGOS DEL TRABAJO
S/DESPIDO"



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13.02.2007 • 16.12hs •LEGALES

SENTENCIA DEFINITIVA Nº 83934 CAUSA Nº 13.379/04


AUTOS: "HERRAN VARGAS JUAN JAVIER C/SUPERINTENDENCIA
DE RIESGOS DEL TRABAJO S/DESPIDO"
JUZGADO Nº 2 SALA PRIMERA

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los 17 días del mes de noviembre


de 2006, reunida la Sala Primera de la Cámara Nacional de Apelaciones del
Trabajo, para dictar sentencia en la causa del epígrafe y de acuerdo a la
correspondiente desinsaculación se procede a votar en el siguiente orden:
EL DR. VILELA DIJO:
I)- Contra la sentencia de fs.738/741 apela la parte actora presentando su
memorial a fs.753/757. Los peritos contador (fs.744) y médico (fs.749) apelan
sus honorarios por estimarlos reducidos.
II)- Cuestiona el actor la valoración realizada en origen
respecto de los términos de la licencia por enfermedad de la que gozaba y de
las pruebas aportadas por su parte (testimonial, pericial médica y documental),
insistiendo en que no se hallaba en condiciones de retomar sus tareas en el
mes de diciembre de 2.003. Subsidiariamente, apela la imposición de las
costas.
III)- El estudio de las constancias de autos me permite
adelantar que, no obstante el esfuerzo argumental efectuado por el recurrente,
la queja no obtendrá favorable acogida.
Conviene puntualizar, en primer lugar, las circunstancias que rodearon la
desvinculación del Dr. Herrán Vargas. Relató en su demanda que en el
transcurso del año 2.003 como consecuencia de distintas presiones de índole
laboral comenzó a sufrir un estrés postraumático que motivó el inicio de una
licencia por enfermedad en Septiembre de 2.003. Expresó que a lo largo de su
relación laboral fue "presionado, criticado, descalificado, menospreciado y
amenazado" (fs.57). Continuó en el goce de licencia hasta que el 28 de
Noviembre de ese año el servicio de medicina laboral de la demandada le
otorgó el alta a partir del 1/12/01, y que no obstante no contar con el alta de su
médico, en razón de "las innumerables presiones" de las que habría sido
objeto por parte de su empleador, que lo habría coaccionado "…a retomar
tareas bajo amenaza de despido" (fs.58), se presentó a trabajar el día 1 de
Diciembre, lo que derivó en una crisis de angustia y llanto. En ese momento
habló con el subgerente de legales, el Dr. Sozio, donde habría sido "acosado
moralmente e invitado a retirarse…" concediéndosele una licencia por dos dí-
as con goce de haberes. Dijo que estos hechos lo sumieron en una profunda
depresión, por lo cual su psiquiatra le prescribió "reposo" el día 3 de
Diciembre, y que su neurólogo le había prescripto también reposo y
consideraba en cuatro meses el tiempo de evolución de su cuadro, todo ello
conforme a los certificados que adjunta. La demandada, a su turno, explicó
que el actor comenzó a ausentarse el 26 de Septiembre de 2.003, que aceptó
los certificados médicos que le fueron remitidos por aquél, que en reiteradas
oportunidades se le envió médico a su domicilio, y que hacia fines de
Noviembre se le realizaron diversos estudios que derivaron en los informes
presentados por los especialistas que indicaron que debía reintegrarse a sus
tareas habituales a partir del 1 de Diciembre. En esta fecha el Dr. Herrán
Vargas se presentó a trabajar, pero solicitó una licencia por unos días para
tomar una decisión ya que expresó ante el Dr. Sozio su eventual voluntad de
renunciar a su empleo.
Ambas partes están contestes en que el actor no se reintegró a su puesto de
trabajo luego del 4 de Diciembre, por lo que comenzó el intercambio
telegráfico que desencadenó el despido directo dispuesto por la demandada
por considerar que el Dr. Herrán Vargas incurrió en abandono de tareas. El
3/12/03 el actor hizo saber su imposibilidad de reintegrarse a su trabajo
conforme a los certificados médicos que puso a disposición de la empleadora,
lo que mereció el rechazo de la demandada invocando la evaluación efectuada
por sus profesionales médicos quienes diagnosticaron que se hallaba en
condiciones de prestar servicios, extendiéndose este intercambio de misivas –
en similares términos- hasta que la demandada decidió poner fin al vínculo el
29 de Diciembre con el motivo antedicho.
Veamos entonces cuáles han sido las constancias aportadas por la parte actora
para acreditar que durante el transcurso del mes de Diciembre de 2.003 no se
hallaba en condiciones de reincorporarse a sus tareas, para así desvirtuar el
alta médica otorgada por los facultativos del servicio médico de su
empleadora, y que además fue coaccionado a presentarse a trabajar ese día 1
de Diciembre por esta última (su empleadora), tal como alegó en su demanda
e insiste ahora ante estos estrados. A fs.24 obra un certificado expedido por el
Dr. Bonanni el día 3/12/04, quien deja constancia de que el actor se
encontraba en "…tratamiento médico cuyo motivo de consulta fue un episodio
depresivo mayor con buena respuesta al tratamiento…". Nada dice, como
puede leerse en dicha documental, acerca de que debiera guardar "reposo",
como sostuvo el actor en su misiva de la misma fecha notificándole a la
demandada su imposibilidad de concurrir. El certificado emitido el 15 de
Diciembre por el Dr. Molteni da cuenta de problemas columnarios y un
cuadro compatible con "reacción vivencial anormal neurótica con caracterí-
sticas depresivas, con relación a situaciones de stress laboral y personal. Los
cuadros descriptos tienen un tiempo de evolución de aproximadamente cuatro
meses", extremo éste último que no cabe interpretarlo sino como lo hiciera el
sentenciante de grado, esto es, que el cuadro presenta cuatro meses de
evolución anteriores a la fecha de su emisión. Nuevamente, nada dice el
experto acerca de su habilidad para reintegrarse a sus tareas o su imposibilidad
de hacerlo. El día 23 de Diciembre se llevó a cabo una junta médica en el
Hospital de Vicente López, en cuyas conclusiones los galenos asentaron que
el actor "refiere" hallarse en tratamiento psiquiátrico, su diagnóstico y
medicación así como el facultativo que lo atendía, y los expertos que
suscriben el documento aconsejan continuar según las indicaciones de su
médico tratante, pero nada dicen respecto de lo que aquí nos importa, esto es,
si se hallaba o no en condiciones de trabajar (ver fs.555/556).
Por otro lado, la demandada acompañó las constancias emitidas por su
servicio médico. El informe emitido conforme a la revisación del día 18 de
Noviembre por parte del Dr. Gallego arrojó como resultado que se encontraba
en condiciones de realizar sus tareas laborales desde la óptica clínica, y desde
la psicológica también, según lo informado por la Dra. Peker al día siguiente,
motivo por el cual el día 28 de Noviembre se le otorgó el alta a partir del 1 de
Diciembre, para reintegrarse a su trabajo habitual. Ambos profesionales
elevaron sus respectivos informes luego de realizados los estudios que
estimaron pertinentes, de acuerdo al desarrollo obrante a fs.322 y fs.323/324.
En efecto, el actor fue entrevistado y se le realizó un psicodiagnóstico,
indicando los profesionales que lo efectuaron que pudo responder de manera
adecuada a las pruebas planteadas, que su nivel de concentración, de respuesta
a órdenes y mensajes y de comunicación es adecuado, por lo que concluyeron
que se hallaba en condiciones de trabajar en su actividad habitual.
El apelante destaca el testimonio del Dr. Bonanni (fs.563/566), médico
psiquiatra, que conoce al actor desde el año 2.003, cuando concurrió a su
consulta porque "…se sentía angustiado, venía presentando una serie de
lesiones físicas… estaba anedónico, irritable y ansioso.. cree que eran esos los
motivos de consulta…", que esta angustia le afectaba en todas las áreas de su
vida. Este testigo sostuvo que el actor aún no cuenta con el alta médica
aunque luego dijo que lo sigue atendiendo "…si bien las consultas son
esporádicas …" y para mayor sorpresa, manifestó que "cree que sigue siendo
su paciente el actor, que desde el año 2.003 no puede decir con qué frecuencia
lo ve…". Las imprecisiones aquí evidenciadas no permiten concluir del modo
que pretende el recurrente. Otro tanto acontece con la pericia médica, en tanto
el experto dictaminante se basó en las manifestaciones del actor respecto de la
actitud que este último le endilgó a la demandada de no "creerle" el que
consideraba su verdadero estado de salud, lo que sostuvo se habría
manifestado en el hecho de otorgarle una licencia y luego bajo las mismas
circunstancias, decirle que no era real su estado (ver fs.611), para así concluir
que durante el año 2.003 padeció un cuadro depresivo leve que requirió una
licencia laboral que según esta perito no fue suficiente ya que intentó
reincorporarse y no pudo hacerlo, vinculando su estado con una situación
personal (el fallecimiento de su padre, ver fs.612), agregando que en la
actualidad padece una incapacidad del 10%, extremo que resulta inconducente
a fin de determinar si efectivamente pudo haberse reincorporado a su trabajo
en la época de los hechos que aquí interesan.
En cuanto se refiere a las circunstancias que lo habrían llevado a
reincorporarse a sus tareas el 1 de Diciembre, tampoco encuentro acreditado
que hubiera sido coaccionado a hacerlo. La testigo Magrett (fs.624) se refiere
a un comentario de su jefe relativo a su vez a otro comentario supuestamente
proveniente del Dr. Sozio, acerca del estado de salud del actor, por lo que no
resulta conducente a los fines que pretende el recurrente. Por otro lado, la
circunstancia de que se produjeran cambios de autoridades, con la
consecuente modificación en los criterios y estrategias de trabajo, que
provocaban un ambiente de "presión" según la descripción de los testigos (ver
además de Magrett, Sarmiento a fs.546/549), sin observarse que peligraran sus
fuentes de trabajo sino reitero, cambios de criterios en la modalidad de las
tareas que les competen, no permiten vislumbrar situaciones de "mobbing", tal
cual sostuviera el actor en su demanda (ver fs.58 y sgtes.).
En síntesis, que no ha sido acreditado que el actor hubiera estado
imposibilitado de regresar a sus tareas con posterioridad al 4 de Diciembre,
por lo que al no haberse reintegrado incurrió en abandono de trabajo, lo que
habilitaba a la demandada a disolver el vínculo como lo hiciera (arts.242, 243
y conc. L.C.T.).
Propongo pues desestimar este aspecto del recurso.
IV)- En cuanto a la imposición de las costas efectuada en el decisorio apelado,
destaco que el art. 68, 2do. párr. del CPCC, faculta al juez a apartarse del
principio general de imposición de costas al vencido, "siempre que encontrare
mérito para ello". El mérito a que alude la norma existe cuando se ha litigado
mediante "convicción fundada" acerca de la existencia del derecho invocado,
por tratarse de cuestiones suscitadas por la interpretación de las leyes o
cuando esas cuestiones tienen complejidad jurídica (esta Sala, in re Marquez
Conrado Francisco c/Banco Provincia de Corrientes, SD 57641 del 20/9/89).
En el caso de autos, entiendo que el actor pudo considerarse con derecho,
atendiendo a sus circunstancias personales por lo cual propicio declarar las
costas de ambas instancias en el orden causado (art. 68, 69 y conc. CPCC).
V)- En cuanto a los honorarios regulados en el decisorio recurrido a los
peritos contador y médico, debe señalarse que la estimación del monto del
proceso a los efectos regulatorios, debe ser apreciada por el Tribunal en cada
caso en particular, según las circunstancias, procurando conservar la ratio
legis que orienta la referencia legal a dicha cuantía, la justa distribución de las
remuneraciones en orden a la solvencia patrimonial de quienes deben
sufragarlas y el grado de responsabilidad profesional por los intereses en
juego y el mérito de la labor desempeñada (Sala I,Viscusi Humberto
c/SEGBA s/cobro de pesos, SD 60998 del 24/3/92). Así las cosas, atendiendo
al mérito y extensión de los trabajos realizados, facultades conferidas por el
art.38 LO y normativa legal aplicable, estimo que los mismos no son
reducidos y deben ser confirmados (art. 38 LO; ley 21839 y art.13 de la ley
24432).
VI)- En definitiva, de prosperar mi voto, correspondería: a)- Confirmar la
sentencia en lo principal que decide, modificando la distribución de las costas
conforme a lo dispuesto en el considerando IV; b)- Declarar las costas de
Alzada en el orden causado, atendiendo a la naturaleza y particularidades de
las cuestiones debatidas en autos (art.68 CPCC); c)- Regular los honorarios:
rep. y patrocinio del actor y de la demandada, en el 25% y 25%
respectivamente, de lo que les corresponda percibir por sus trabajos en la
anterior instancia.
EL DR. PUPPO DIJO: Por análogos fundamentos adhiere al voto que
antecede.
A mérito de lo que resulta del precedente acuerdo, SE RESUELVE: a)-
Confirmar la sentencia en lo principal que decide, modificando la distribución
de las costas conforme a lo dispuesto en el considerando IV; b)- Declarar las
costas de Alzada en el orden causado, atendiendo a la naturaleza y
particularidades de las cuestiones debatidas en autos (art.68 CPCC); c)-
Regular los honorarios: rep. y patrocinio del actor y de la demandada, en el
25% y 25% respectivamente, de lo que les corresponda percibir por sus
trabajos en la anterior instancia.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.

Mab Ante mí:

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