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Cuestionario III

¿Cuál es la diferencia entre capital social y patrimonio?


El capital social representa la cifra matemática y estática, representativa de una porción del
patrimonio de la sociedad, la que actúa como un dato referencial, un monto nominal que sólo
puede modificarse legítimamente cumpliendo con los requisitos que la ley impone.

Requiere especial cuidado distinguir el “capital social” del “patrimonio” social. Mientras que el
primero se refiere a esa cifra estática, colocada en el contrato social, este último, atributo de la
persona jurídica, se identifica con el conjunto de derechos y obligaciones de valor pecuniario
pertenecientes a la sociedad.

Es cierto que —normalmente— en el momento fundacional, capital y patrimonio podrán


identificarse, ya que los únicos activos del ente serán los aportes prometidos por los socios y no
existirán deudas de ninguna clase, pero esa coincidencia inicial desaparecerá en cuanto la
sociedad inicie su actividad económica, ya que las vicisitudes de la empresa repercutirán
necesariamente sobre el patrimonio de la entidad aumentándolo o disminuyéndolo.

La cifra capital, frío número colocado en el contrato, permanecerá —en cambio— indiferente a
dichas vicisitudes, y sólo podrá ser modificada mediando una decisión orgánica interna del órgano
de gobierno del ente. De todos modos, la relación entre la cifra “capital” y el valor patrimonial
acusará la situación económica de la sociedad. A medida que el valor del patrimonio rebase la cifra
“capital”, la situación de la misma será más sólida.

En cambio, el caso contrario significará que las pérdidas han ido absorbiendo los fondos aportados
por los socios en concepto de “capital”

La Ley de Sociedades pone un tope a esta eventual situación deficitaria de las sociedades
anónimas al establecer la necesidad de recurrir a una reducción obligatoria de capital en caso de
que las pérdidas insuman las reservas y el cincuenta por ciento o más del capital, a no ser que éste
se aumente (con nuevos aportes de los socios), equilibrando nuevamente la relación, o que las
pérdidas se “enjuguen” con fondos frescos.

¿Puede una sociedad tener participación en el capital social de otra? ¿Con que límites?
Art. 30. “Las sociedades anónimas y en comandita por acciones sólo pueden formar parte
de sociedades por acciones y de responsabilidad limitada. Podrán ser parte de cualquier
contrato asociativo.”
Art. 31. “Ninguna sociedad, excepto aquellas cuyo objeto sea exclusivamente financiero o
de inversión, puede tomar o mantener participación en otra u otras sociedades por un
monto superior a sus reservas libres y a la mitad de su capital y de las reservas legales. Se
exceptúa el caso en que el exceso en la participación resultare del pago de dividendos en
acciones o por la capitalización de reservas.
Quedan excluidas de estas limitaciones las entidades reguladas por la ley 18.061. El Poder
Ejecutivo Nacional podrá autorizar en casos concretos el apartamiento de los límites
previstos.
Las participaciones, sea en partes de interés, cuotas o acciones, que excedan de dicho
monto deberán ser enajenadas dentro de los seis meses siguientes a la fecha de
aprobación del balance general del que resulte que el límite ha sido superado.
Esta constatación deberá ser comunicada a la sociedad participada dentro del plazo de
diez días de la aprobación del referido balance general.
El incumplimiento en la enajenación del excedente produce la pérdida de los derechos de
voto y a las utilidades que correspondan a esas participaciones en exceso hasta que se
cumpla con ella.”
Las sociedades encuentran limitaciones con respecto a la participación que puedan tener
en otra sociedad. El art. 31, LGS, sanciona con la pérdida del derecho de voto y a las
utilidades que correspondan a esas participaciones en exceso a la limitación fijada.
Sin embargo, las mencionadas participaciones, en exceso de los límites fijados por este
artículo, son permitidas cuando se trate de entidades reguladas por la ley 18.061, es decir,
cuando se trate de sociedades cuyo objeto social sea exclusivamente financiero o de
inversión.
Por otra parte, es preciso destacar que el Poder Ejecutivo Nacional tiene la facultad de
autorizar, en casos concretos, el apartamiento de los límites previstos.
Este artículo encuentra su fundamento en el hecho de que, conforme a la exposición de
motivos “…el objeto social constituye el medio convenido para lograr el cumplimiento de
las actividades económicas a que el ente está destinado”.
Otra limitación a la capacidad de derecho de las sociedades está dada por las
denominadas “participaciones recíprocas”. Es el caso de dos sociedades que son socias
entre sí. El fundamento de esta limitación es impedir el aguamiento del capital de las
sociedades mediante aportes ficticios, ya que, a través de la apariencia de supuestas
inversiones recíprocas, se tejería un entramado contable tal que, en definitiva, ocultaría la
inexistencia de aportes.
El art. 32, LGS, sanciona con la nulidad tanto a la constitución de sociedades como al
aumento de su capital mediante participaciones recíprocas. La esencia de esta prohibición
tiene su fundamento en la protección del capital social como prenda común de los
acreedores, impidiendo que se formalicen incrementos ficticios a través de
participaciones cruzadas de sociedades que, en definitiva, resultan socias una de otra.
La norma propicia la regularización de esta situación a través de la reducción de ese
capital indebidamente integrado dentro del término de tres meses, en caso contrario, la
sociedad quedará disuelta de puro derecho.
También se fija un límite con respecto a la participación de una sociedad controlada en
una controlante o en sociedad controlada por ésta, que no puede superar el monto de sus
reservas, excluida la legal.
¿Cómo es la responsabilidad del socio oculto y la del socio aparente?
Socio aparente: Es socio aparente el que se presenta frente a los terceros como socio, no
sólo prestando su nombre, sino simulando también un aporte.
Socio oculto: El socio oculto es el que participa de los resultados de la sociedad, sin
soportar los riesgos, por lo menos frente a los terceros, porque no figura en el contrato de
la sociedad.
Conforme a lo normado por el art. 34. de la LGS, está prohibida la actuación societaria del
socio aparente o presta nombre y la del socio oculto. Si actúan en infracción a esa regla,
tendrán la misma responsabilidad que los socios de la sociedad colectiva (en forma
subsidiaria, solidaria e ilimitada).
Es importante tener presente que la solución era distinta con anterioridad a la reforma
introducida por la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación

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