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Cómo se dirige una tesis académica en Humanidades y Ciencias

sociales. El proyecto de tesis1


José López Yepes, Escuela de Comunicación, Universidad Panamericana, Ciudad de
México, yepes@ucm.es

Pre-print 27-12-2018

Preliminares

Como se sabe, la tesis es el instrumento ideado por las comunidades científicas para
formar a aquellas personas en quien delega la sociedad con el propósito de acrecentar los
conocimientos y hacerlos útiles y vivideros a los miembros de la misma. Este instrumento
al que aludimos es un instrumento genuino de aprendizaje en las técnicas de la
investigación, es el elemento esencial que permite adentrarse en el oficio del pensamiento,
en el oficio del universitario, del intelectual por la excelencia. Y, además, de
reconocimiento de la capacidad para obtener nuevo conocimiento científico. Pero esta
formación se adquiere a lo largo de una actividad. Se aprende a investigar investigando, se
suele decir. Y esta actividad, este hacer presenta una doble faz. Un hacer —agere— de
carácter inmanente que tiene valor para el investigador en cuanto tarea de aprendizaje por el
mero hecho de llevarla a cabo, el actum, y un hacer —facere— de carácter trascendente
que proporciona un resultado, el factum, concretado en el texto científico y en el

1 Dirigir equivale, según las distintas legislaciones universitarias, a asesorar y a tutorizar,


tareas ejercidas respectivamente por el director, el asesor o el tutor. En España utilizamos
preferentemente el primero, dejando la noción de tutor para la persona que aconseja al investigador
en todo lo referente a su programa de doctorado. Este artículo es un resumen literal de nuestra obra
La dirección/asesoría de tesis. Materiales para un manual de buenas prácticas. México D.F.
Universidad Panamericana, 2015.

1
consiguiente título académico.

Pues bien, el aprendizaje intelectual al que nos venimos refiriendo se obtiene


mediante la ayuda imprescindible de un guía, de un tutor, asesor o director que transmite al
investigador, a lo largo de un período de tiempo, hábitos de pensamiento, y técnicas y
modos de ser y de actuar que se constituyen como ingredientes de su formación y le
facilitan llegar a la meta final. Ese es el propósito de la la dirección, asesoramiento o tutoría
de tesis 2Y todo ello a lo largo de un camino que recorren juntos director y alumno en
estrecha relación personal y académica. Pues bien, la relación que se establece entre ambos
viene teñida de elementos afectivos y del sentimiento de compartir una aventura intelectual
común, lo que nos lleva a pensar que la tesis es ciencia pero es también emoción, nuevo
conocimiento pero también pasión, alegría por el descubrimiento que se contrapone con
frecuencia al desánimo por los numerosos obstáculos que surgen a lo largo del proceso
investigador. De ahí que la dirección o asesoramiento de tesis signifique una tarea
poliédrica de matices y contenidos y de que la gestión de un buen director entregado a la
tarea tenga una trascendencia incalculable habida cuenta de que dicha tarea reúne una serie
de hábitos buenos y que, de lo contrario, el investigador puede malformarse y transmitir los
efectos nocivos a sus futuros asesorados. Asimismo, cabe pensar que el prestigio de la
institución científica en que se gesten las tesis dependerá de los factores aludidos, lo que
también habrá de repercutir en beneficio o no de la sociedad.

Son, como es sabido, numerosos los libros, seminarios, talleres y asignaturas que
han ido apareciendo en los últimos años para formar investigadores encaminados a alcanzar
un grado académico mediante una tesis o trabajo final de ciclo. Sin embargo, el estudio de
la tarea de aprender a asesorar o dirigir se ha contemplado con menor intensidad a pesar de
su evidente importancia ya que numerosas objeciones planteadas a las tesis por los
tribunales han podido ser solventadas previamente por el director. Podemos citar ejemplos
de trabajos ad hoc como guías de buenas prácticas (Fernández Rincón, s/d. y Martínez
Durá, 2012), talleres sobre cómo dirigir tesis doctorales (García Chamizo, 2014) o los
numerosos códigos de buenas prácticas emitidos por multitud de universidades de todo el
mundo (por ejemplo

www. doctorado.us.es/impresos/verificacion/código_buenas_practicas_web.pdf).

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Se tratan de aportaciones breves donde se registran los mínimos requisitos para
asegurar la eficacia en la tarea de dirección. En nuestro caso, y deseando trasmitir la
modesta experiencia de los años dedicados a la dirección de tesis doctorales hemos
pretendido ir un poco más allá proponiendo actitudes y medidas centrados en las fases del
trabajo investigador; en aquéllas en que el papel del director cobra mayor énfasis a partir,
en notable porcentaje, de los contenidos de nuestras obras Cómo se hace una tesis...
(México, DF, 2010), La dirección/asesoría de tesis. Materiales para un manual de buenas
prácticas (México, D.F., 2015) e Investigar haciendo cine (Madrid, 2017). En todo caso,
estamos seguros de que los directores o asesores de tesis que tengan la amabilidad de leer
este trabajo podrán mejorarlo con sus observaciones personales.

El plan de trabajo investigador

La figura del director es, pues, clave en la formación de investigadores de modo


paralelo a como el maestro lo es en la enseñanza. Si la actividad científica tiene mucho de
creativa no es de extrañar que el director deba participar de este impulso y motivarlo en su
dirigido a lo largo del plan de trabajo investigador cuyas fases, como se recordará, son:

. 1) Elección del tema y titulación del trabajo. 


. 2) Diseño de la tabla provisional de contenidos. 


. 3) Recopilación de la información referida 
al objeto de la investigación. 


. 4) Diseño del método particular del trabajo. 


. 5) Producción del mensaje científico u obtención 
de las nuevas ideas. 


. 6) Producción del texto científico o redacción 
con especial referencia a las


conclusiones del trabajo. 


. 7) Evaluación, presentación y defensa ante 
el tribunal correspondiente. 


. 8) Publicación. 


. 9) Difusión y evaluación del trabajo una vez publicado. 


En el conjunto de las cuestiones relacionadas con la metodología de la

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investigación, trataremos tan solo aquellos apartados –como hemos indicado más arriba- en
que la influencia del director y su deseable proximidad con el asesorado son más evidentes
a nuestro juicio, a saber: a) Las tareas de apoyo del director en lo concerniente a los
aspectos psicológicos, afectivos, éticos, creativos y, en suma, de asunción de
corresponsabilidad y de compañeros de viaje. Y además aquellas cuestiones de relevancia
en que el director juega un protagonismo más acusado como son: b)La elección de tema de
investigación, c) El diseño del proyecto de investigación, d) La producción del texto o
redacción y d) La autoevaluación de la tesis antes de su presentación formal en el acto
académico de su defensa. Para el examen más amplio de estos apartados y del resto de las
fases del trabajo investigador, remitimos a nuestras obras citadas con anterioridad.

Misiones del director de tesis

Sobre las características generales del director de investigación, apuntamos las


siguientes:

A) El director de investigación interviene a lo largo de todo el proceso investigador.


Influye, incluso, en los estados de ánimo del investigador y contribuye a mantener en él un
buen tono y un buen ritmo de trabajo.

B) El principio de autoridad no debe ser incontrovertible. Por el contrario, el


investigador debe saber aunar docilidad con espíritu crítico y discutir positivamente con su
asesor.

C) El buen director de investigación pertenece, por lo común, al grupo de científicos


que dejan escuela, que transmiten líneas de pensamiento y de pasión por la actividad
investigadora.

En cuanto a sus misiones fundamentales en relación con el investigador en


formación, el director:

. 1) Facilita la preparación científica inicial para abordar el tema de investigación, a partir


de la elección por el investigador de la disciplina o campo general en que desea
trabajar. La bolsa de temas del director contribuye a facilitar esta tarea. 


. 2) Ayuda a elegir el tema de investigación y a titular correcta- mente el trabajo. 


4
. 3) Corrige el índice provisional del trabajo. 


. 4) Facilita las primeras orientaciones bibliográficas. 


. 5) Asesora en el correcto diseño de los procedimientos metodológicos específicos del


trabajo. 


. 6) Examina el contenido de los diversos capítulos señalando las ideas científicas


obtenidas y aquellas que son tan solo opiniones personales del investigador o bien
detectando los posibles plagios. 


. 7) Crítica la redacción y el estilo literario. 


. 8) Examina con especial atención el capítulo dedicado a las conclusiones. 


. 9) Da el visto bueno a la investigación convertida en documento científico


inmediatamente antes de su paso al acto académico en que será examinada. 


10) Defiende al investigador en el acto académico de presentación de la tesis.

11) Controla permanentemente la marcha y el calendario de trabajo.

Cualidades que debe reunir el director de tesis

De la elección o adjudicación apropiada del asesor de investigación —tarea ardua y


difícil— depende que el investigador se forme auténticamente en las técnicas de
investigación o se malforme. No obstante, la búsqueda del director puede llevar-se a cabo a
través del interés por un determinado tema, por recomendaciones emanadas por algún
profesor y por consultas en Internet. En este proceso deben evitarse las prisas y otros tipos
de presiones que impidan garantizar la idoneidad del futuro director.

En definitiva, las cualidades que se predican de un buen director de investigación


son las siguientes:

A) Conocimiento del campo de conocimiento en el que se enmarca el trabajo.

B) Demostrada suficiencia y experiencia investigadora, esto es, comprobación


fehaciente de que, mediante sus publicaciones, ha resuelto problemas científicos en su área

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de conocimientos, esto es, contrastado prestigio científico.

C) Vocación por la dirección de trabajos, teniendo en cuenta que ha de dedicar


mucho tiempo e interés a la atención de sus dirigidos.

D) Interés por controlar la tarea y el plan de trabajo de su dirigido mediante la


confección y seguimiento de un calendario de trabajo.

En la dirección de investigaciones, cabe advertir, finalmente, que el director se co-


responsabiliza del trabajo del dirigido y colabora con él de modo que también aprende y
comparte su experiencia, y que en ningún momento el maestro debe aprovecharse del
trabajo del discípulo. Por el contrario, debe enorgullecerse de poder citar, en su momento,
las aportaciones singulares del nuevo doctor aunque algunas supongan la anulación de
resultados logrados por el director en algunos de sus trabajos.

Las tareas de apoyo del director en lo concerniente a los aspectos psicológicos,


afectivos y éticos

Comportamiento psicológico

Decía Ramón y Cajal que “la psicología del investigador se aparta un tanto de la del
común de los intelectuales. Sin duda le alientan las inspiraciones y le mueven los mismos
resortes que a los demás hombres, pero en el sabio existen dos que obran con desusado
vigor: el culto a la verdad y la pasión por la gloria. El predomino de estas dos pasiones
explica la vida entera del investigador” (1998: 52).

Debe recordarse que la investigación no es una actividad 
humana químicamente


pura, que la tesis es investigación y es emoción. Es emocionante el momento en el que
alumbra la nueva idea. A lo largo de este proceso hay desánimo, hay desorientación. Y
también hay éxito. En suma, diversos estados de ánimo. Por ello, los estados psicológicos
afectan tanto al asesor como al alumno a partir de las siguientes consideraciones:

1) El director, como es sabido, debe intervenir en todas y cada una de las fases del
proceso en favor del investigador. En las entrevistas para fijar el tema, el director
debe tratar, mediante el interrogatorio y consiguiente diálogo, de hallar un tema que
se adapte perfectamente a la formación y competencia del dirigido de tal manera

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que pueda asegurar que la investigación llegará a feliz término. Un fallo en esta
cuestión puede llevar al fracaso personal del dirigido.

2) El director es absolutamente corresponsable de la formación del investigador y su


labor tiene una transcendencia impresionante puesto que trasmite a su pupilo
hábitos de trabajo que, a su vez, él mismo transmitirá a generaciones siguientes.
Todo ello afectará al prestigio de la institución universitaria y de sus miembros. 


3) El director es exigente y espera docilidad de su alumno no exenta de espíritu crítico


en las conversaciones mantenidas entre ambos. A su vez el alumno espera atención
a sus demandas. 


4) El director es consciente de que es una especie de padre (en Alemania lo llaman


Vaterdocktor), director de tesis o padre intelectual del dirigido, de que el proceso
investigador produce en ambos una determinada situación psicológica y emocional.
Y que las demostraciones de afecto y ánimo pueden evitar el fracaso en dicho
proceso y contribuir a asegurar su culminación. 


5) El director no debe coartar la personalidad del investigador y debe permitir que


exprese sus convicciones moduladas convenientemente en el ámbito del diálogo
entre ambos. Los estados de ánimo pueden manifestarse en las siguientes acciones:

A) Citas y recordatorios de la marcha del trabajo. Palabras de ánimo. Entusiasmo.
Participación de ambos. 
B) Visto bueno a la redacción. Autoevaluación. Alegría.
Opinión del tesista sobre la composición del futuro tribunal. 
En suma, todas estas
circunstancias, emociones, logros, estados psicológicos cambiantes y a veces
contradictorios se hallan presentes en la relación personal establecida por el director
y el tesista. Ambos mantienen un diálogo permanente y juntos escalan la cima de la
montaña. Juntos desarrollan las fases de la investigación cargadas de creatividad y
juntos comparten las alegrías y las decepciones que pueden producirse en el proceso
investigador.

Aspectos éticos

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A nuestro juicio, el director debe cuidar determinados comportamientos que, de
hecho, pueden significar auténticas lecciones de ética profesional que el investigador
inculcará, a su vez, a sus futuros dirigidos. Por ejemplo, el director debe evitar juicios
negativos hacia las obras de sus colegas y permitir que sea el propio tesista el que advierta
la mayor o menor calidad de la bibliografía. Igualmente deberá facilitar recomendaciones
en torno al plagio. Como es notorio, “se plagia cuando, intencionadamente o no, se emplean
las palabras o ideas de alguna otra persona pero se omite hacer la cita correspondiente. Se
plagia incluso cuando se cita al autor pero se emplean sus palabras exactas sin indicarlo
mediante comillas o bloque sangrado. También se comete plagio cuando se emplean
palabras tan similares a las de la fuente que, si se coloca el trabajo al lado de la misma, se
verá que no se pudo haber escrito sin tener ésta última a la vista” (Booth, Colomb y
Williams, 2005: 193).

Particular cuidado debe tener el director de no aprovecharse del trabajo del tesista y
evitar una costumbre cada vez más extendida de poner su nombre al lado del autor de la
tesis en la publicación de partes de la obra olvidando que la recompensa del director se
debe cifrar en la satisfacción del deber cumplido, en las posibilidades que ha tenido de
aprender conjuntamente con el dirigido y en la mejora de su propio curriculum y el
prestigio consiguiente. En nuestra opinión, hay abusos en la práctica de la multiautoría
cuando ésta no está justificada y cuando no es posible conocer cuál ha sido la aportación de
cada uno de los autores (López Yepes (2018).

El diálogo creativo. Un ámbito
de comportamiento y relaciones personales

Es habitual que, cuando hablamos de creatividad, pensemos en la acción individual


de artistas y escritores. Sin embargo, la investigación científica participa, como decimos,
del concepto de creatividad e, incluso, ésta se constituye en motor de la propia
investigación. Si esto es así, habrá que re- flexionar acerca de la creatividad en las
relaciones que se van estableciendo paulatinamente entre investigador y director. Ténganse
en cuenta las siguientes cuestiones:

1) La creatividad ha sido definida como “la facultad de reorganizar de algún modo


original los elementos del campo perceptivo; dicho de otro modo es la facultad de
estructu- rar la realidad, desestructurarla y reestructurarla en formas nuevas. El
concepto de creatividad conlleva las ideas esenciales de novedad y de valor”

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(www.virtual.unal.edu. co/cursos/IDEA/2007219/lecciones/.../sub4.html.


2) La imaginación es una acción que nutre el pensamiento creativo de nuevas ideas y


ayuda a desarrollar el espíritu innovador. A este respecto Einstein decía “Tengo lo
suficiente de un artista para expresar libremente lo que mi imaginación produzca.
La imaginación es más importante que el conocimiento. El conocimiento es
limitado. La imaginación no” (Cit por Garcia y Matkovic, 2012 :53). 


3) Los niños nacen con una gran capacidad de imaginación acompañada de curiosidad y
asombro por el entorno, sensaciones que el adulto ha ido perdiendo y que el
investigador adulto debe recuperar.

De aquí se deduce la necesidad de fomentar el espíritu creativo en los universitarios,


aumentando sus motivaciones. También, evitando cercenar este espíritu cuando el tesista se
muestra acomodaticio a líneas de política científica, a proyectos de financiación más
accesible o a temas de moda olvidando, a menudo, lo que la actividad investigadora tiene
de aventura personal y de ejercicio de resolución de problemas de cierta trascendencia y
evitando a mediocridad. Como corolario de lo antedicho, tal vez no sea exagerado afirmar,
aun con dolor, que hoy investigamos primordialmente y con obsesión para ser bien
evaluados y, con frecuencia, más allá de la originalidad y utilidad de los proyectos.

Pues bien, la creatividad que se basa en la capacidad de imaginación —tal y como


ocurre en el arte y en la literatura— cobra un papel especialmente relevante en alguna de
las fases del plan de trabajo investigador. En nuestra opinión, la imaginación creadora se
muestra como elemento esencial en las fases de interrogación o elección del tema de inves
tigación; en la formulación de hipótesis y procedimientos metodológicos; en la fase de
obtención de las nuevas ideas buscadas como soluciones a los problemas planteados en el
tema de la investigación —fase también denominada de creación del mensaje científico—
y, finalmente, en la fase de creación del documento científico o redacción. Dicha fase se
erige sobre la base de recursos lingüísticos y literarios enfocados a la comunicación del
mensaje científico. En todas las fases citadas, la intervención del director cobra especial
relieve, culminando en la tarea final de compromiso y autoevaluacion de la tesis antes de
los trámites encaminados a su examen por el tribunal.

Pues bien, todas estas circunstancias, emociones, logros, estados psicológicos


cambiantes y a veces contradictorios se hallan presentes en la relación personal establecida

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por el director y el tesista. Ambos mantienen un diálogo creativo y juntos escalan la cima
de la montaña. Juntos desarrollan las fases de la investigación cargadas de creatividad y
juntos comparten las alegrías y las decepciones que pueden producirse en el proceso
investigador.

A continuación, desarrollamos los puntos en los que el papel del director es


considerado más decisivo.

La elección de tema de investigación

En la elección de tema de investigación, subyace siempre la noción de problema


científico y cuya resolución se persigue. No todo problema es científico, esto es, no todo
problema merece ser objeto de una investigación. Para que un problema se sitúe en el punto
de mira de un investigador debe estar revestido de una serie de características. Debe ser, en
efecto, un problema objetivo; un problema cuya resolución sea factible y facilite la solución
de otros problemas en su campo de conocimiento. En suma, un interrogante que reciba
como respuesta una verdad científica que lleve implícito el carácter de novedad.
Finalmente, el problema científico en sus diversos aspectos y matices debe estar bien
concebido y bien formulado desde sus orígenes hasta su conformación en el tema de la
investigación y su expresión formal en el título de la misma.

Requisitos para la elección de tema de investigación

El tema de la investigación debe acoplarse a las características del investigador. Así


pues, la elección de un tema de investigación es tarea ardua y difícil para el investigador y
en su determinación se ocupa, en primer lugar, el director de investigación teniendo en
cuenta requisitos objetivos y requisitos subjetivos. Los requisitos objetivos hacen referencia
al tema en sí y a su determinación mediante la constatación de la existencia de un problema
científico que merece ser resuelto. Los requisitos subjetivos se basan en la propia
personalidad del investigador y en la orientación que debe prestarle el director de la
investigación.

Requisitos objetivos (coordenada científica)

Los requisitos objetivos para la adecuada elección de un tema de investigación son


los siguientes:

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. * Observación de la realidad, fuente de cuestiones problemáticas. 


. * Selección de una parcela dentro de un área de conocimiento y apertura de


horizontes de investigación por medio de lecturas del campo y de los campos
colindantes ( incluido listas de tesis doctorales recientes) y consultas a especialistas.

. * Uso de los criterios de relevancia científica y relevancia humana para la


calificación del tema de investigación, lo que desemboca en la constatación de la
existencia de un problema científico cuya resolución es posible y oportuna aquí y
ahora.

. 
* Constatación de la existencia de material bibliográfico y documental y,


en general, de medios externos de naturaleza auxiliar. 


* Comprobación fehaciente de que el problema en cuestión no ha sido


resuelto. 


* Situación del tema de investigación en un programa o línea de


investigaciones dentro de un instituto o departamento. 


* Enunciado correcto del tema distinguiendo entre tema principal y temas


colaterales. 


Requisitos subjetivos (coordenada personal)

Desde el punto de vista del investigador:

* Adecuación entre su formación, esto es, la naturaleza de la enseñanza


recibida y el tema de investigación. 


* Adecuación de la capacidad mental (de pensamiento y re- flexión) del


investigador con la mayor o menor dificultad del tema. 


* Posibilidad de acceso a las fuentes y a la bibliografía y manejo de los


medios auxiliares necesarios. 


* Conocimiento de idiomas que le permitan manejar en la lengua original


las fuentes y la bibliografía. 


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* Motivaciones personales, entre las que figura, su proyección profesional.

* Existencia de financiación cuando la investigación requiere de ayuda en


este sentido. 


Desde el punto de vista del director:

* Entrevistas del director con el investigador a fin de calibrar su formación


académica y adecuación mental al tema más idóneo. 


* Propuesta de tema por parte del director a partir de su bolsa de temas, esto
es, del elenco de cuestiones que, a su juicio, restan todavía por resolver y que suelen
constituir una de- terminada línea o programa de investigaciones. 


La titulación de la tesis

Es cuestión de suma importancia por cuanto permite conocer en todo momento el


rumbo y el marco del objeto de la investigación. Así, el título del trabajo científico debe
significar un tema bien enunciado, concreto y delimitado sobre el que el investigador va a
trabajar hasta las últimas consecuencias. Los títulos de los trabajos de obtención de grado
académico responden a temas de aprendizaje en el ejercicio de la investigación y deben
plantearse de tal modo que el investigador supere de modo individual todos y cada uno de
los obstáculos presentes en la investigación y reflejados en el título, teniendo en cuenta que
el enunciado del título obliga a trabajar en todos y cada uno de los aspectos expresados en
el mismo.

En definitiva, el título del trabajo de investigación debe ser:

. * Conciso, breve, expresivo e inteligible por los investigadores del campo,


que muestre claramente el tema principal de la investigación y evite así salirse del
camino correcto. 


. * Que delimite perfectamente con total precisión el tema en lo referente al


contenido, el espacio geográfico, la cronología, etc., para lo que puede completarse
con un subtítulo. Ello facilitará la búsqueda documental del mismo. 


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. * Que refleje complitud, esto es, que el tema va a ser estudiado con total
profundidad y total extensión de acuerdo con el enunciado de aquel (No deberían
aceptarse, pues, títulos que se encabecen con expresiones como Estudios en torno
a..., Introducción al estudio de... Observaciones acerca de...). 


El diseño del proyecto de tesis. Un modelo

El proyecto de investigación es el documento preliminar, el marco general en cuyo


ámbito se enmarcan la justificación y líneas generales de aquel problema científico que se
trata de resolver. De otra parte, constituye la base de la tabla de contenidos provisional.
Debe elaborarse con la ayuda del futuro director o profesor competente en la materia.

TITULO DEL PROYECTO:

Redactado de acuerdo con las siguientes normas: Conciso, expresivo, que se


observe con claridad el objeto de la investigación, que denote que el tema se va a estudiar
en toda su extensión, etc. Idénticas normas deben aplicarse a la titulación de los capítulos y
el resto de los apartados del texto.

CAPITULO PRIMERO:
INTRODUCCION AL TEMA DE INVESTIGACION

Contiene aquellos apartados que sirven para introducir el tema de la investigación y


situarlo en su justo contexto mediante las siguientes preguntas: ¿Cuál es el problema?
(Objeto) ¿Cómo se resuelve? (Método) y ¿Desde donde se inicia la investigación? (Estado
de la cuestión).

1. Objeto de la investigación

El objeto de la investigación debe recoger sucesivamente los siguientes aspectos:

A) Definición del problema científico central y problemas científicos colaterales que se


pretende resolver.

. B) Explicación de cómo se ha llegado a su selección y delimitación en un campo


determinado del conocimiento. 


. C) Justificación razonada de la necesidad de que dichos problemas sean resueltos. 


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D) Repercusiones esperadas de su resolución en dominios científicos propios y
aledaños.

E) Breve explicación de la estructura general del trabajo, resumiendo los previsibles


contenidos de cada capítulo.

2. Método de la investigación

Este apartado es el resultado de la labor del investigador como metodólogo y, por lo


tanto, autor de procedimientos metodológicos perfectamente adaptados a la naturaleza del
tema de investigación. El apartado debe, pues, recoger:

A) Fijación —a partir de lo expresado en el capítulo anterior— de las características del


tema de investigación a efectos de la búsqueda del método adecuado.

B) Presentación y crítica de métodos utilizados en trabajos similares.

C) Diseño del método específico del trabajo de acuerdo con el tema y descripción de los
procedimientos metodológicos que van a ser utilizados a lo largo de la investigación y en
qué apartados.

D) Comprobación de la adecuación rigurosa de dichos procedimientos a la naturaleza del


tema de la investigación.

E) Formulación de las hipótesis, en su caso: Propuesta y descripción de las posibles


soluciones que se elevarán, más tarde, a tesis en las conclusiones.

3. Estado de la cuestión. Fuentes y bibliografía

Este apartado tiene por objeto presentar el estado de la cuestión respecto al tema de
la investigación tratando de fijar el punto de partida del investigador, es decir, los vestigios
que han dejado los estudiosos que le han precedido estableciendo una panorámica crítica de
las fuentes y la bibliografía, señalando fundamentalmente:

A) Los aspectos —en relación con el tema de investigación— cuyo estudio ha sido más
frecuente.

B) La abundancia o escasez y, en general, el valor de la bibliografía.

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C) Las vicisitudes para su conocimiento y obtención, en su caso, de los documentos.

D) El estudio crítico de las aportaciones más importantes sobre las que el investigador
piensa apoyarse a lo largo del trabajo.

Consideramos fuentes, a estos efectos, los documentos mas cercanos a los


fenómenos (crónicas contemporáneas, documentos de archivo, etc.) y la materia prima de la
investiga- ción (legislación, datos cuantitativos, etc.) y consideramos bibliografía los
documentos (monografías científicas, artículos de revista, etc,) elaborados sobre la base de
las fuentes. Las fuentes —al ser información más genuina y cercana— deben gozar de la
preferencia del investigador, evitando en la medida de lo posible el papel de los autores
intermediarios.

CAPITULOS SEGUNDO Y TERCERO (número variable)

Los títulos de estos capítulos deben contener el estudio de los conceptos nucleares
expresados en el título de la investigación o de cuestiones que sirven de base para el
desarrollo de los capítulos que estudian los aspectos temáticos nuevos de la investigación.

Efectivamente, se trata de capítulos que permiten aproximar al investigador a una


situación desde la que acometer el estudio y solución de los auténticos y novedosos
problemas de la investigación. Dicho capítulo de apoyo debe constituir una síntesis crítica
de la materia —jamás una mera repetición de ideas tópicas— de tal manera que se
enfoquen hacia el contenido de los capítulos de investigación. No obstante, con frecuencia
y de la síntesis crítica aludida, pueden derivarse cuestiones que estaban mal resueltas y de
aquí originarse nuevos problemas científicos que serán asumidos por el propio investigador
o derivados a una investigación posterior.

CAPITULOS CUARTO Y SIGUIENTES (número variable)

Son, lógicamente, capítulos de nueva investigación aquellos que plantean y


resuelven los problemas científicos incursos en el tema de investigación desde la base
prestada por los capítulos de apoyo, o, dicho de otro modo, los lugares donde se van
desarrollando las demostraciones de las diversas hipótesis para convertirlas en tesis.

APENDICES O ANEXOS

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Los apéndices o anexos son indispensables para apoyar la demostración y
constituyen el todo o una parte del andamiaje utilizado para la construcción del trabajo. Son
habituales los siguientes:

1: REPERTORIO BIBLIOGRAFICO

El apéndice o anexo número uno es, por excelencia, el repertorio bibliográfico final
o bibliografía especializada y selectiva que, sobre el tema de la investigación, ha construido
el investigador. Recoge las referencias de los trabajos utilizados y sirve de punto de partida
para cualquier otro investigador que desee continuar la investigación.

2: DOCUMENTOS

Recoge, en su caso, la transcripción de documentos inéditos o textos de difícil


consulta que el investigador espera aportar como fundamento de sus tesis. En determinados
casos, se deben acompañar de índices cronológico, antroponímico y toponímico.

La producción del mensaje científico o cómo obtener las ideas que resuelven el
problema planteado en la investigación

Es en la fase nuclear del proceso de investigación —la obtención de las nuevas


ideas como respuesta a los problemas planteados— donde se vislumbra con mayor claridad
la fuerza de la imaginación creadora. En ella se trata de obtener una serie de ideas o juicios
de valor que constituyen las respuestas objetivas a los problemas planteados en el tema de
la tesis y que se ofrecerán de modo sintético en las conclusiones. También de dar cumplida
respuesta a preguntas inquietantes como: ¿De dónde vienen las ideas? ¿Cómo pueden
obtener- se? Sostenemos que las nuevas ideas se producen en el ejercicio pensante del
investigador y de su director a lo largo de dos estrategias o actitudes. Una de ellas que
afecta al tesista y otra que afecta al objeto de la investigación. En la primera se encuentran
los hábitos que van modulando progresivamente la formación del investigador. Nos
referimos al desarrollo de capacidades como la observación, la experimentación, la ca-
pacidad de relacionar los hechos y las ideas, la sensación de incertidumbre y de duda hasta
que los hechos no sean percibidos y aclarados por el propio investigador, la creación de un
espacio de silencio para pensar. También de una amplia cultura científica que se aproveche
de las ideas facilitadas por otros campos de conocimiento mediante procesos de analogía.
Y, como base imprescindible, se alza la imaginación, ejercicio mental que favorece la

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creación de ideas aunque modulada en los momentos oportunos por el consejo del director.
Sin embargo, el papel del director cobra singular eficacia en la segunda actitud, es decir,
cuando se produce el acto de interpretación y crítica de las fuentes reunidas por el investi
gador que produce la nueva idea cuando estalla la chispa generada por la reflexión del
lector sobre el contenido de dichas fuentes. Sin duda, en este acto brota un torrente de ideas
de distinto origen: las presentadas claramente por el autor del documento leído: las tan solo
sugeridas por el mismo pero que pueden ser esenciales para el investigador, lo mismo que
aquellas ideas que pasaron desapercibidas en su momento porque no pudieron ser
aprovechadas por diversos motivos. Finalmente, aquéllas que el investigador va destilando,
fruto de su pensamiento y que, tamizadas por el director, acaban forjando las soluciones de
la investigación. Es éste un procedimiento generador de la auténtica figura del intelectual,
del universitario, esto es, de la persona capaz de pensar por sí misma, de tener criterio y ser
capaz de alcanzar nuevo conocimiento frente a la mera acumulación de datos tomados de
las fuentes. A este respecto Einstein confesaba: “Procuro no cargar mi memoria con datos
que puedo encontrar en cualquier manual. El gran valor de la educación no consiste en
atiborrarse de datos sino en preparar el cerebro para pensar por su propia cuenta y así llegar
a conocer algo que no figura en los libros” (Cit. por García y Matkovic, 2012:60). Son estos
los efectos de la lectura crítica pues leer, como ha escrito Barnés, es “ir al encuentro de otro
(intendere), saber interpretar (intellegere), quitar los superfluo (putare), reagrupar lo diver
so (cogitare) y sopesar (pensare) (Barnés, 2014).

La producción del texto o redacción,


Etapas de la redacción

La fase de producción o redacción del texto —en la que el director a través de su


lectura es el primer juez— puede ser calificado también como una especie de proceso
creativo. La fase de redacción sucede a la fase de elaboración o producción del mensaje,
fase en la que el investigador ha encontrado las respuestas a los problemas científicos
planteados en el tema de la investigación. De ahí que la construcción del texto y su
incorporación a un soporte físico comporte la conversión del mensaje científico en
documento científico a fin de que las nuevas ideas obtenidas puedan ser transmitidas,
juzgadas, contrastadas y aprovechadas por otros investigadores. Este documento científico
—una vez sometido a juicio de un tribunal si se trata de un trabajo de colación de grado
académico— permite la transmisión de las nuevas ideas a lo largo del espacio y del tiempo.

17
El lenguaje de la ciencia

El lenguaje científico es el instrumento de comunicación de los resultados de la


actividad investigadora. Está, pues, íntimamente vinculado al proceso de la denominada
creación científica que se manifiesta mediante la concatenación de juicios o ideas. El
lenguaje científico es el instrumento con el que se elabora el texto y de su buen uso
depende la adecuada y eficaz comunicación del mensaje científico y, en consecuencia, de
su comprensión y convicción o crítica en el ámbito de la comunidad científica. Está
destinado a la construcción y transmisión de conceptos, dirigido a un lector especializado
al que trata de convencer mediante recursos lógicos, no literarios o de otra índole. Y este
tipo de lenguaje es, obviamente, de carácter especializado, con sintaxis especial y con
términos específicos y normalizados, términos cuya adecuada selección contribuye
sobremanera a la transmisión fidedigna y convincente de las ideas. La eficacia de la
comunicación científica, desde este punto de vista, se basa en la presencia de la economía
de expresión, de la precisión y de la idoneidad o adaptación total a las condiciones del
receptor. Así pues, cabe predicar del lenguaje científico las siguientes características:

A) Es elocuente, es decir, expresa sólo lo que el investigador desea expresar.

B) Es conceptual, por la abundancia de sustantivos presentes en el texto en detrimento de


los adjetivos.

C) Es especializado, por constituir una terminología expresiva de conceptos de un campo


determinado del saber.

D) Es preciso, por cuanto hace uso de los términos adecuados como corresponde a un
instrumento de transmisión de ideas científicas.

E) Es lógico, como transmisor de ideas obtenidas por la vía de la razón y convincente por la
fuerza de los mismos razonamientos.

F) Sencillo en su estilo, para hacer más liviana la carga de los conceptos expresados en el
texto, propendiendo al uso gramatical de la estructura sujeto - verbo - complementos.

Rigor, claridad y concisión son las tres notas que resumen también la naturaleza
esencial del lenguaje científico y, correlativamente, de la comunicación científica.

18
Metodología de la redacción

Desde el punto de vista del comportamiento psicológico del investigador, no


podemos evitar pensar en el riesgo, temor o aparente obstáculo que supone iniciar el acto de
la redacción y toda una serie de variables: la posibilidad de cambiar de dirección en algún
capítulo por haber aparecido una nueva investigación, las dificultades a la hora de ordenar
de modo lógico los materiales de trabajo, el irse por las ramas de modo inconsciente, todo
ello sin contar con los posibles fallos derivados del uso del ordenador, la duda sobre si el
texto tendrá la suficiente carga argumental para convencer a la comunidad científica, la
capacidad de aceptar las observaciones del asesor tras uno, dos o tres borradores antes de
lograr el texto definitivo, etc.

De otra parte, y desde el punto de vista del iter narrativo, nunca debe olvidarse que
el texto científico es un continuum en que todos sus elementos están concatenados y la
referencia permanente es el potencial receptor.

La redacción se lleva a cabo escalonadamente, por partes, capítulos y epígrafes,


dejando para el final los apéndices y los capítulos introductorios del trabajo. Podemos
señalar de modo esquemático las etapas de la fase de redacción científica:

A) Selección del capítulo o apartado objeto de la redacción.

B) Utilización de las fichas de investigación que, una vez clasificadas, contienen la materia
elegida.

C) Establecimiento de las cuestiones (epígrafes y subepígrafes que van a ser objeto de


redacción) y que, salvo correcciones ulteriores, son las del esquema o índice previo
confecciona- do al comienzo de la investigación.

D) Primera redacción del texto —a medida que se va elaborando cada capítulo— siguiendo
el método de presentación y delimitación de la cuestión o problema, presentación del estado
de la cuestión, crítica y argumentación personal y pro- puesta de conclusión.

E) Lectura detenida del texto a fin de corregir el estilo, comprobar el vigor de las
argumentaciones, la claridad de exposición y la coordinación de todas las partes, sin vacíos
ni repeticiones.

19
F) Revisión del contenido y de la forma y redacción final.

Para llegar a este estado, sugerimos tener en cuenta la siguiente estructura de los capítulos y
el iter a seguir en la redacción de los mismos:

A) Un capítulo es una división que plantea y resuelve uno o mas problemas


científicos que constituyen el tema de investigación.

B) En consecuencia, la conclusión de un capítulo es el punto de partida que permite


iniciar la redacción del siguiente y así sucesivamente.

C) La estructura interna de un capítulo puede configurarse como sigue:

a) Mención de la conclusión obtenida en el anterior.

b) Planteamiento del nuevo o de los nuevos problemas que van a ser objeto de
estudio y resolución.

c) Estado de la cuestión de aquéllos, es decir, exposición y crítica de las


aportaciones de los autores anteriores que los han estudiado.

d) Reflexión y consideraciones al final de cada capítulo que constituyen un


preanuncio de lo que serán las conclusiones finales de la tesis.

La redacción de las conclusiones

La presencia inexcusable del último capítulo, por antonomasia, de la investigación,


y más importante por su trascendencia es el capítulo llamado de conclusiones. Conclusión
es “resolución que se ha tomado sobre una materia después de haberla ventilado” y “aserto
o proposición que se defendía en las escuelas”, según el Diccionario de la Real Academia
Española ( Ed. 1984, p. 353).

El capítulo de conclusiones es, por contenido, la quintaesencia de la investigación,


el “oro molido”, el manojo de ideas nuevas que el investigador ha obtenido. Estas ideas
nuevas se presentan en forma de juicios o afirmaciones. Son, pues, conclusiones las
respuestas o soluciones a todos y cada uno de los problemas estudiados a lo largo de la
investigación y cuya defensa habrá de hacerse en tiempo y forma. Las conclusiones son
verdades científicas que el investigador añade al campo de conocimiento al que pertenece y

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cuya aceptación provocará la destrucción o modificación de otras ya establecidas. Son
afirmaciones desprovistas de justificación aneja por cuanto su veracidad ya ha sido probada
en los capítulos anteriores.

En consecuencia, a la hora de redactar el capítulo de conclusiones, consideramos


que es preciso tener en cuenta lo siguiente:

A) Las conclusiones son respuestas expresadas en frases concisas y escuetas y cuyo


contenido es, por naturaleza, novedoso. No pueden ser materia de conclusión afirmaciones
cuyo contenido ya era conocido ni deben aparecer referencias a los autores citados o ser
meros resúmenes parciales del texto.

B) Las conclusiones deben aparecer numeradas y responden al número de cuestiones o


interrogantes que han tratado de ser solventadas.

C) Las conclusiones representan, en suma, la tesis o definitiva aportación del investigador a


su campo de conocimiento y los puntos de partida para nuevas investigaciones.

La redacción de los anexos o apéndices

Los apéndices están tradicionalmente constituidos por los siguientes apartados:

* Repertorio bibliográfico final, esto es, las fuentes y las referencias bibliográficas
utilizadas para la redacción de la tesis.

* Documentos, cuya edición ha de prepararse teniendo en cuenta la fidelidad al original y


su transcripción según sea la calificación y exigencia del público receptor. La trans-
cripción puede ser normal, modernizando la ortografía si se trata de textos antiguos,
manteniendo la total fidelidad a la grafía del texto.

* Tablas, lo que incluye su construcción teniendo en cuenta la numeración,


encabezamientos de las columnas, tamaño, forma, notas al pie, etc. 


* Gráficos: Diseño y construcción de los distintos tipos. 


La creación de terminología científica

En su actividad, el investigador con frecuencia ha de nominar los nuevos conceptos

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obtenidos y, en este sentido, se revela como creador de lenguaje (una especie de inventor de
palabras) e introductor de nuevos términos en su campo de trabajo. Efectivamente, el
investigador nombra y, además, define los conceptos descubiertos. Nombrar y definir es
oficio natural del científico. Los términos, como se sabe, son símbolos que describen los
conceptos, por lo que la terminología se erige en factor esencial de la definición y de la
comunicación de los conceptos.

Los términos, como representación lingüística de los conceptos, se diferencian del


lenguaje natural por su uso finalista y preciso y porque son el resultado habitual de un
proceso de creación científica que contribuyen a su mantenimiento y uso colectivo —más
allá de las modas— en tanto permanezca vigente la verdad científica por él nominada.

A este respecto, hay lenguas como el inglés cuya influencia se deja sentir
poderosamente en la formación de la terminología especializada El investigador
hispanohablante debe ser muy cuidadoso a la hora de formular o emplear la terminología
procurando la mejor adaptación en nuestra lengua, e, incluso, buscando en el acervo
lingüístico propio, vocablos olvidados o poco usados que pueden volver a la vida como
nombres de los nuevos conceptos. La cuestión no es baladí. El uso de un extranjerismo
comporta el riesgo de una inexacta comprensión del concepto por él representado.

El estilo

En todo caso, la redacción en estilo científico se basa en ciertos conocimientos


gramaticales —lo que incluye el buen uso de los signos de puntuación— y en el uso de
notas y citas de otros autores. Las reglas esenciales aconsejables para la obtención de un
buen estilo científico, por otra parte, se hacen familiares al investigador con la ayuda de la
lectura frecuente de escritos literarios, especialmente clásicos, y de buenos escritos
científicos. Dichas normas pueden resumirse en las siguientes:

A) La redacción se inicia a partir de tener ordenadas y perfectamente claras las ideas


que se trata de comunicar.

B) Signos de puntuación: La coma significa una pausa. El punto y coma una pausa más
larga. El punto significa una pausa al terminar el sentido lógico de una frase. El punto y
aparte significa cambio de idea o de una parte notable de una idea.

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C) La exposición de las cuestiones debe hacerse de forma jerarquizada y mediante una
concatenación lógica siguiendo este camino: presentación de la cuestión, estado de la
misma, desarrollo y consideración final. Esta sirve de introducción y base para la
exposición del siguiente tema.

D) Las frases no deben ser excesivamente largas y unidas entre sí por yuxtaposición o
coordinación a fin de que puedan ser más fácilmente comprendidas.

E) La redacción debe llevarse a cabo en tono de seguridad evitando expresiones que den
lugar a la duda, a la inseguridad (probablemente, creo, parece que, es posible que...), lo que
provoca desconfianza en el lector.

F) Yo o nosotros: El plural de modestia significa compartir con el lector las ideas que se
están exponiendo. Puede elegirse el yo o el nosotros. El yo proporciona una apariencia de
egocéntrico o egoísta. El nosotros puede resultar excesiva- mente mayestático salvo que, al
final del trabajo, se haga causa común con el lector. También pueden sustituirse ambas
formas por la impersonal a fin de evitar la monotonía. Es lo más recomendable.

La autoevaluación conjunta de la tesis. Test de evaluación

Tanto el director como el investigador pueden autoevaluar el texto de la tesis mediante el


siguiente test:

TITULO:

Grado de concisión. Grado de claridad. Grado de complitud (constancia de que el título


encierra un tema que va a ser estudiado íntegramente):

TEMA

Si el tema está bien definido o, de otro modo, si los problemas científicos que se
tratan de resolver están perfectamente deslindados y definidos. Si hay justificación de la
necesidad de ser abordado, repercusiones esperadas en su área de conocimiento y lista de
subtemas derivados del tema general.

MÉTODO

Si se han criticado los métodos seguidos en trabajos de tema y circunstancias

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similares. Enumeración de las reglas metodológicas elegidas/diseña- das para la presente
tesis doctoral.

ESTADO DE LA CUESTIÓN

Si se ha hecho una descripción de los antecedentes del tema. Revisión crítica y


evaluación de la bibliografía existente sobre el tema.

ESTRUCTURA DE LOS CAPÍTULOS

Idoneidad de la extensión de los mismos. Constatación de la necesidad de todos los


capítulos o si se observa la carencia de alguna cuestión por estudiar.

CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN:

Grado de concisión y claridad de los títulos de capítulos y epígrafes de la tabla de


contenidos. Grado de conexión e interdependencia entre los contenidos de los capítulos.
Presencia de conclusiones parciales al fin de cada capítulo.

REDACCIÓN

Uso del lenguaje científico: precisión, terminología. Estilo de la redacción. Claridad


expositiva. Base científica subjetiva (uso de fuentes valiosas por el investigador). Calidad
del aparato crítico (notas y citas). Posibles plagios.

PRESENTACIÓN FORMAL


Presentación de la tabla de contenidos.
Ortografía.
Encuadernación.
Tamaño de letra


y disposición de lo negro sobre lo blanco.

CONCLUSIONES

Si están numeradas. Comprobación de que constituyen soluciones a los problemas


derivados del tema de la investigación, es decir, si son realmente novedosas. Comprobación
de que están justificadas. Si cumplen las condiciones de redacción. Grado de importancia
de las repercusiones sobre su campo de conocimiento.

ANEXOS:
Repertorio bibliográfico.
Si posee introducción metodológica.
Si hay

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división entre fuentes y bibliografía. Calidad de las referencias bibliográficas.

Referencias bibliográficas

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Booth, W.C.; Colomb, G. G. Y Williams, J.M. (2005). Cómo convertirse en un hábil


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http://www.comie.org.mx/ congreso/memoriaelectronica/v09/ponencias/at11/
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López Yepes, José (2015) La dirección/asesoría de tesis. Materiales para un manual de


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López Yepes, José (2017). Aprender a investigar viendo cine. Madrid, Icadémica.

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Ramón y Cajal, Santiago (1986). Los tónicos de la voluntad, 11a. ed. Madrid, Espasa-

25
Calpe.

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