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Pre-print 27-12-2018
Preliminares
Como se sabe, la tesis es el instrumento ideado por las comunidades científicas para
formar a aquellas personas en quien delega la sociedad con el propósito de acrecentar los
conocimientos y hacerlos útiles y vivideros a los miembros de la misma. Este instrumento
al que aludimos es un instrumento genuino de aprendizaje en las técnicas de la
investigación, es el elemento esencial que permite adentrarse en el oficio del pensamiento,
en el oficio del universitario, del intelectual por la excelencia. Y, además, de
reconocimiento de la capacidad para obtener nuevo conocimiento científico. Pero esta
formación se adquiere a lo largo de una actividad. Se aprende a investigar investigando, se
suele decir. Y esta actividad, este hacer presenta una doble faz. Un hacer —agere— de
carácter inmanente que tiene valor para el investigador en cuanto tarea de aprendizaje por el
mero hecho de llevarla a cabo, el actum, y un hacer —facere— de carácter trascendente
que proporciona un resultado, el factum, concretado en el texto científico y en el
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consiguiente título académico.
Son, como es sabido, numerosos los libros, seminarios, talleres y asignaturas que
han ido apareciendo en los últimos años para formar investigadores encaminados a alcanzar
un grado académico mediante una tesis o trabajo final de ciclo. Sin embargo, el estudio de
la tarea de aprender a asesorar o dirigir se ha contemplado con menor intensidad a pesar de
su evidente importancia ya que numerosas objeciones planteadas a las tesis por los
tribunales han podido ser solventadas previamente por el director. Podemos citar ejemplos
de trabajos ad hoc como guías de buenas prácticas (Fernández Rincón, s/d. y Martínez
Durá, 2012), talleres sobre cómo dirigir tesis doctorales (García Chamizo, 2014) o los
numerosos códigos de buenas prácticas emitidos por multitud de universidades de todo el
mundo (por ejemplo
www. doctorado.us.es/impresos/verificacion/código_buenas_practicas_web.pdf).
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Se tratan de aportaciones breves donde se registran los mínimos requisitos para
asegurar la eficacia en la tarea de dirección. En nuestro caso, y deseando trasmitir la
modesta experiencia de los años dedicados a la dirección de tesis doctorales hemos
pretendido ir un poco más allá proponiendo actitudes y medidas centrados en las fases del
trabajo investigador; en aquéllas en que el papel del director cobra mayor énfasis a partir,
en notable porcentaje, de los contenidos de nuestras obras Cómo se hace una tesis...
(México, DF, 2010), La dirección/asesoría de tesis. Materiales para un manual de buenas
prácticas (México, D.F., 2015) e Investigar haciendo cine (Madrid, 2017). En todo caso,
estamos seguros de que los directores o asesores de tesis que tengan la amabilidad de leer
este trabajo podrán mejorarlo con sus observaciones personales.
. 8) Publicación.
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investigación, trataremos tan solo aquellos apartados –como hemos indicado más arriba- en
que la influencia del director y su deseable proximidad con el asesorado son más evidentes
a nuestro juicio, a saber: a) Las tareas de apoyo del director en lo concerniente a los
aspectos psicológicos, afectivos, éticos, creativos y, en suma, de asunción de
corresponsabilidad y de compañeros de viaje. Y además aquellas cuestiones de relevancia
en que el director juega un protagonismo más acusado como son: b)La elección de tema de
investigación, c) El diseño del proyecto de investigación, d) La producción del texto o
redacción y d) La autoevaluación de la tesis antes de su presentación formal en el acto
académico de su defensa. Para el examen más amplio de estos apartados y del resto de las
fases del trabajo investigador, remitimos a nuestras obras citadas con anterioridad.
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. 3) Corrige el índice provisional del trabajo.
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de conocimientos, esto es, contrastado prestigio científico.
Comportamiento psicológico
Decía Ramón y Cajal que “la psicología del investigador se aparta un tanto de la del
común de los intelectuales. Sin duda le alientan las inspiraciones y le mueven los mismos
resortes que a los demás hombres, pero en el sabio existen dos que obran con desusado
vigor: el culto a la verdad y la pasión por la gloria. El predomino de estas dos pasiones
explica la vida entera del investigador” (1998: 52).
1) El director, como es sabido, debe intervenir en todas y cada una de las fases del
proceso en favor del investigador. En las entrevistas para fijar el tema, el director
debe tratar, mediante el interrogatorio y consiguiente diálogo, de hallar un tema que
se adapte perfectamente a la formación y competencia del dirigido de tal manera
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que pueda asegurar que la investigación llegará a feliz término. Un fallo en esta
cuestión puede llevar al fracaso personal del dirigido.
Aspectos éticos
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A nuestro juicio, el director debe cuidar determinados comportamientos que, de
hecho, pueden significar auténticas lecciones de ética profesional que el investigador
inculcará, a su vez, a sus futuros dirigidos. Por ejemplo, el director debe evitar juicios
negativos hacia las obras de sus colegas y permitir que sea el propio tesista el que advierta
la mayor o menor calidad de la bibliografía. Igualmente deberá facilitar recomendaciones
en torno al plagio. Como es notorio, “se plagia cuando, intencionadamente o no, se emplean
las palabras o ideas de alguna otra persona pero se omite hacer la cita correspondiente. Se
plagia incluso cuando se cita al autor pero se emplean sus palabras exactas sin indicarlo
mediante comillas o bloque sangrado. También se comete plagio cuando se emplean
palabras tan similares a las de la fuente que, si se coloca el trabajo al lado de la misma, se
verá que no se pudo haber escrito sin tener ésta última a la vista” (Booth, Colomb y
Williams, 2005: 193).
Particular cuidado debe tener el director de no aprovecharse del trabajo del tesista y
evitar una costumbre cada vez más extendida de poner su nombre al lado del autor de la
tesis en la publicación de partes de la obra olvidando que la recompensa del director se
debe cifrar en la satisfacción del deber cumplido, en las posibilidades que ha tenido de
aprender conjuntamente con el dirigido y en la mejora de su propio curriculum y el
prestigio consiguiente. En nuestra opinión, hay abusos en la práctica de la multiautoría
cuando ésta no está justificada y cuando no es posible conocer cuál ha sido la aportación de
cada uno de los autores (López Yepes (2018).
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(www.virtual.unal.edu. co/cursos/IDEA/2007219/lecciones/.../sub4.html.
3) Los niños nacen con una gran capacidad de imaginación acompañada de curiosidad y
asombro por el entorno, sensaciones que el adulto ha ido perdiendo y que el
investigador adulto debe recuperar.
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por el director y el tesista. Ambos mantienen un diálogo creativo y juntos escalan la cima
de la montaña. Juntos desarrollan las fases de la investigación cargadas de creatividad y
juntos comparten las alegrías y las decepciones que pueden producirse en el proceso
investigador.
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. * Observación de la realidad, fuente de cuestiones problemáticas.
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* Motivaciones personales, entre las que figura, su proyección profesional.
* Propuesta de tema por parte del director a partir de su bolsa de temas, esto
es, del elenco de cuestiones que, a su juicio, restan todavía por resolver y que suelen
constituir una de- terminada línea o programa de investigaciones.
La titulación de la tesis
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. * Que refleje complitud, esto es, que el tema va a ser estudiado con total
profundidad y total extensión de acuerdo con el enunciado de aquel (No deberían
aceptarse, pues, títulos que se encabecen con expresiones como Estudios en torno
a..., Introducción al estudio de... Observaciones acerca de...).
1. Objeto de la investigación
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D) Repercusiones esperadas de su resolución en dominios científicos propios y
aledaños.
2. Método de la investigación
C) Diseño del método específico del trabajo de acuerdo con el tema y descripción de los
procedimientos metodológicos que van a ser utilizados a lo largo de la investigación y en
qué apartados.
Este apartado tiene por objeto presentar el estado de la cuestión respecto al tema de
la investigación tratando de fijar el punto de partida del investigador, es decir, los vestigios
que han dejado los estudiosos que le han precedido estableciendo una panorámica crítica de
las fuentes y la bibliografía, señalando fundamentalmente:
A) Los aspectos —en relación con el tema de investigación— cuyo estudio ha sido más
frecuente.
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C) Las vicisitudes para su conocimiento y obtención, en su caso, de los documentos.
D) El estudio crítico de las aportaciones más importantes sobre las que el investigador
piensa apoyarse a lo largo del trabajo.
Los títulos de estos capítulos deben contener el estudio de los conceptos nucleares
expresados en el título de la investigación o de cuestiones que sirven de base para el
desarrollo de los capítulos que estudian los aspectos temáticos nuevos de la investigación.
APENDICES O ANEXOS
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Los apéndices o anexos son indispensables para apoyar la demostración y
constituyen el todo o una parte del andamiaje utilizado para la construcción del trabajo. Son
habituales los siguientes:
1: REPERTORIO BIBLIOGRAFICO
El apéndice o anexo número uno es, por excelencia, el repertorio bibliográfico final
o bibliografía especializada y selectiva que, sobre el tema de la investigación, ha construido
el investigador. Recoge las referencias de los trabajos utilizados y sirve de punto de partida
para cualquier otro investigador que desee continuar la investigación.
2: DOCUMENTOS
La producción del mensaje científico o cómo obtener las ideas que resuelven el
problema planteado en la investigación
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creación de ideas aunque modulada en los momentos oportunos por el consejo del director.
Sin embargo, el papel del director cobra singular eficacia en la segunda actitud, es decir,
cuando se produce el acto de interpretación y crítica de las fuentes reunidas por el investi
gador que produce la nueva idea cuando estalla la chispa generada por la reflexión del
lector sobre el contenido de dichas fuentes. Sin duda, en este acto brota un torrente de ideas
de distinto origen: las presentadas claramente por el autor del documento leído: las tan solo
sugeridas por el mismo pero que pueden ser esenciales para el investigador, lo mismo que
aquellas ideas que pasaron desapercibidas en su momento porque no pudieron ser
aprovechadas por diversos motivos. Finalmente, aquéllas que el investigador va destilando,
fruto de su pensamiento y que, tamizadas por el director, acaban forjando las soluciones de
la investigación. Es éste un procedimiento generador de la auténtica figura del intelectual,
del universitario, esto es, de la persona capaz de pensar por sí misma, de tener criterio y ser
capaz de alcanzar nuevo conocimiento frente a la mera acumulación de datos tomados de
las fuentes. A este respecto Einstein confesaba: “Procuro no cargar mi memoria con datos
que puedo encontrar en cualquier manual. El gran valor de la educación no consiste en
atiborrarse de datos sino en preparar el cerebro para pensar por su propia cuenta y así llegar
a conocer algo que no figura en los libros” (Cit. por García y Matkovic, 2012:60). Son estos
los efectos de la lectura crítica pues leer, como ha escrito Barnés, es “ir al encuentro de otro
(intendere), saber interpretar (intellegere), quitar los superfluo (putare), reagrupar lo diver
so (cogitare) y sopesar (pensare) (Barnés, 2014).
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El lenguaje de la ciencia
D) Es preciso, por cuanto hace uso de los términos adecuados como corresponde a un
instrumento de transmisión de ideas científicas.
E) Es lógico, como transmisor de ideas obtenidas por la vía de la razón y convincente por la
fuerza de los mismos razonamientos.
F) Sencillo en su estilo, para hacer más liviana la carga de los conceptos expresados en el
texto, propendiendo al uso gramatical de la estructura sujeto - verbo - complementos.
Rigor, claridad y concisión son las tres notas que resumen también la naturaleza
esencial del lenguaje científico y, correlativamente, de la comunicación científica.
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Metodología de la redacción
De otra parte, y desde el punto de vista del iter narrativo, nunca debe olvidarse que
el texto científico es un continuum en que todos sus elementos están concatenados y la
referencia permanente es el potencial receptor.
B) Utilización de las fichas de investigación que, una vez clasificadas, contienen la materia
elegida.
D) Primera redacción del texto —a medida que se va elaborando cada capítulo— siguiendo
el método de presentación y delimitación de la cuestión o problema, presentación del estado
de la cuestión, crítica y argumentación personal y pro- puesta de conclusión.
E) Lectura detenida del texto a fin de corregir el estilo, comprobar el vigor de las
argumentaciones, la claridad de exposición y la coordinación de todas las partes, sin vacíos
ni repeticiones.
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F) Revisión del contenido y de la forma y redacción final.
Para llegar a este estado, sugerimos tener en cuenta la siguiente estructura de los capítulos y
el iter a seguir en la redacción de los mismos:
b) Planteamiento del nuevo o de los nuevos problemas que van a ser objeto de
estudio y resolución.
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cuya aceptación provocará la destrucción o modificación de otras ya establecidas. Son
afirmaciones desprovistas de justificación aneja por cuanto su veracidad ya ha sido probada
en los capítulos anteriores.
* Repertorio bibliográfico final, esto es, las fuentes y las referencias bibliográficas
utilizadas para la redacción de la tesis.
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obtenidos y, en este sentido, se revela como creador de lenguaje (una especie de inventor de
palabras) e introductor de nuevos términos en su campo de trabajo. Efectivamente, el
investigador nombra y, además, define los conceptos descubiertos. Nombrar y definir es
oficio natural del científico. Los términos, como se sabe, son símbolos que describen los
conceptos, por lo que la terminología se erige en factor esencial de la definición y de la
comunicación de los conceptos.
A este respecto, hay lenguas como el inglés cuya influencia se deja sentir
poderosamente en la formación de la terminología especializada El investigador
hispanohablante debe ser muy cuidadoso a la hora de formular o emplear la terminología
procurando la mejor adaptación en nuestra lengua, e, incluso, buscando en el acervo
lingüístico propio, vocablos olvidados o poco usados que pueden volver a la vida como
nombres de los nuevos conceptos. La cuestión no es baladí. El uso de un extranjerismo
comporta el riesgo de una inexacta comprensión del concepto por él representado.
El estilo
B) Signos de puntuación: La coma significa una pausa. El punto y coma una pausa más
larga. El punto significa una pausa al terminar el sentido lógico de una frase. El punto y
aparte significa cambio de idea o de una parte notable de una idea.
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C) La exposición de las cuestiones debe hacerse de forma jerarquizada y mediante una
concatenación lógica siguiendo este camino: presentación de la cuestión, estado de la
misma, desarrollo y consideración final. Esta sirve de introducción y base para la
exposición del siguiente tema.
D) Las frases no deben ser excesivamente largas y unidas entre sí por yuxtaposición o
coordinación a fin de que puedan ser más fácilmente comprendidas.
E) La redacción debe llevarse a cabo en tono de seguridad evitando expresiones que den
lugar a la duda, a la inseguridad (probablemente, creo, parece que, es posible que...), lo que
provoca desconfianza en el lector.
F) Yo o nosotros: El plural de modestia significa compartir con el lector las ideas que se
están exponiendo. Puede elegirse el yo o el nosotros. El yo proporciona una apariencia de
egocéntrico o egoísta. El nosotros puede resultar excesiva- mente mayestático salvo que, al
final del trabajo, se haga causa común con el lector. También pueden sustituirse ambas
formas por la impersonal a fin de evitar la monotonía. Es lo más recomendable.
TITULO:
TEMA
Si el tema está bien definido o, de otro modo, si los problemas científicos que se
tratan de resolver están perfectamente deslindados y definidos. Si hay justificación de la
necesidad de ser abordado, repercusiones esperadas en su área de conocimiento y lista de
subtemas derivados del tema general.
MÉTODO
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similares. Enumeración de las reglas metodológicas elegidas/diseña- das para la presente
tesis doctoral.
ESTADO DE LA CUESTIÓN
CONTENIDO DE LA INVESTIGACIÓN:
REDACCIÓN
PRESENTACIÓN FORMAL
CONCLUSIONES
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división entre fuentes y bibliografía. Calidad de las referencias bibliográficas.
Referencias bibliográficas
Barnés Vázquez, Antonio (2014). Elogio del libro de papel. Madrid, Rialp.
García, Marina y Matkovic, Laura (2012). “El poder de la imaginación y la creatividad para
hacer ciencia”. Química viva, 11, 1, pp. 53-67.
García Chamizo, Juan Manuel (2014). Taller sobre Cómo dirigir una tesis doctoral.
Universidad de Costa Rica. En www.citic.ucr.ac.cr/evento/taller-como-dirigir-una-tesis-
doctoral
López Yepes, José (2010). Cómo se hace una tesis. Trabajos fin de grado, máster y tesis
doctorales. México, D.F., Library Outsourcing Service, CUIB (UNAM).
López Yepes, José (2017). Aprender a investigar viendo cine. Madrid, Icadémica.
López Yepes, José (2018). “A propósito de la ética en la investigación científica”. Actas del
XV Seminario Hispano-Mexicano de investigación bibliotecológica. Ciudad de México,
UNAM, IIBI (en prensa)
Martínez Durá, Rafael J. (2012). Guía de buenas prácticas para la dirección de tesis
doctorales. Valencia, Universidad de Valencia, ETSE. www.uv.es/informath/BuenasPracti-
casDirectorTesis.pdf.
Ramón y Cajal, Santiago (1986). Los tónicos de la voluntad, 11a. ed. Madrid, Espasa-
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Calpe.
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