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ALGUNAS
NOCIONES BÁSICAS

Estudiar la tanatología clínica significa penetrar en un mundo que

apasiona. De esto no tengo la menor duda. ¿Por qué Io afirmo?
Sencillamente, además de lo ya escrito en la introducción de este
libro, porque su finalidad primera, y en cierto sentido la única, la
que le da su razón de existir como estudio serio, profundo, pro-
fesional y científico, es curar, siempre curar, el dolor de la muerte
y el dolor de la desesperunza.

Dicho objetivo coloca a la tanatología clínica y de investigación, por

derecho propio, en elcentro mismo de todas las demás disciplinas
científicas que versan sobre la salud, y por supuesto que también en
É el de las que, fijándose y tratando diferentes aspectos del hombre,
sirven, en determinados casos, como auxiliares alequipo de salud.
La conciencia de esto es lo que nos debe motivar a darle toda la
importancia que tiene el estudio serio y profundo de la tanatología
clínica. Permítame explicarle el por qué de esta afirmación:

Si alguien, un médico o una enfermera o un trabajador social que

labora en un hospital, para nombrar sólo a algunas de las más
nombradas de las disciplinas científicas relacionadas con la salud,
estudió medicina, enfermería o trabajo social hospitalario, motiva-
do por una auténtica vocación, una verdadera vocación, y no por
buscar otros fines como pudieran ser alcanzar fama o ganar buen
dinero, o sencillamente porque no tuvo otra opción; fue porque sintió
un llamamiento que lo impulsó a querer curar el sufrimiento de un
paciente; en otras palabras, quitarle el dolor, siempre dentro de lo

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LUIS ALFONSO REYES ZUBIRiA
posible, sea éste físico, moral, afectivo, socialy/o espiritual, o todos
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juntos, que son los frutos omnipresentes en el cuerpo o en la psique
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de todo aquel que tiene una enfermedad seria, y en sus familiares.
El sentido de dichas vocaciones, querer curar el dolor, es el que le
da, pues, toda su nobleza a estas profesiones. Ahora bien, cuando
üt el sufrimiento nace porque uno se está enfrentando a su propia
muerte o a la de un ser muy querido, o porque está sufriendo el dolor
c del duelo, o surge porque se vive en una profunda desesperanza,
que son los dolores más grandes que puedan existir y que son los
que eltanatólogo clínico debe curar siempre, entonces sípodemos
reconocer y aseverar lo escrito renglones arriba: la tanatología está
en el centro mismo de aquellas disciplinas científicas que tratan
sobre la salud del hombre. Este es el fundamento y la importancia
y la trascendencia de la tanatología, clínica o de investigación, aun-
que este conocimiento y esta práctica, todavía no estén aceptadas
por muchos, ni menos oficialmente. Sin embargo, por su finalidad
misma, llega a lo más profundo del hombre y lo lleva a las alturas
más excelsas. Por esto existe la tanatología.
Sí, lo repito, la tanatología clínica debe curar, siempre curar, los
dolores más grandes que el hombre pueda sufrir: el de la muerte y
el de la desesperanza. Quien no lo logre, fracasa -no hay vuelta de
hoja-, fracasa como tanatólogo, tanto en su quehacer profesional
como en el humano, con el enfermo al que no pudo curar. Y por
esto quiero que usted, lector, me acompañe en el recorrido que le
propongo, para que estudiemos a fondo lo que es el ser y el que-
hacer de un tanatólogo clínico.
Empecemos con seriedad nuestro estudio. Si queremos curar al hu-
mano, lo primero que tenemos que aprender es quién es y qué es el
Ser Humano, quién es y qué es el hombre como tal, cómo es, qué lo
mueve a actuar como lo hace, por qué piensa, siente u obra de deter-
minada manera, cuáles son sus emociones y cuáles sus motivaciones.
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ALGUNAS NOCIONES BÁSICAS
En una palabra, tenemos que penetrar lo más profundamente posible
en elconocimiento del hombre, delser humano, de la persona humana.
Y ser humano es lo que somos usted y yo, sí, pero paradójicamente,
tenemos que confesarlo, es lo que más desconocemos.
Si somos sinceros tendremos que reconocer que el hombre ignora
qué es ser hombre. Por eso, las más de las veces no sabemos
cómo tratar con un profesionalismo que de verdad lo sea y que
además lo sea del todo humano, a esa persona que viene bus-
cando nuestra ayuda para que la curemos de su terrible pesar;
y por eso recurrimos muchas veces, las más ciertamente, a dar
consejos o consuelos muy superficiales; o quizás prefiramos po-
nernos una máscara de insensibilidad ante lo inmenso del dolor
de la persona que tenemos enfrente (lo que sucede en muchos
hospitales), por no saber cómo actuar ni qué decir; o, lo que es muy
ordinario y común y enseñado, hacemos las dos cosas para evitar
nuestro propio sufrimiento, que aparecerá, no hay de otra, si nos
involucramos afectivamente con quien está sintiendo el dolor de
la muerte o el de la desesperanza. Lo repito: esta ignorancia nos
lleva -frecuentemente- a equivocarnos de una manera lastimosa,
porque en muchos momentos, queriendo dar un consuelo, herimos
con nuestras palabras o actitudes, al que está ya sufriendo incon-
solablemente, e incluso, en ocasiones lo hacemos, no sé si para
bien o para mal, sin darnos cuenta siquiera. ¿Por qué? Porque no
conocemos a profundidad quién es, ni qué tanto está sufriendo ni
por qué, el que acude a nosotros en busca de curación.
Como quedó anotado en la introducción, este libro es algo asícomo
la segunda edición del que escribí primero y que titulé: Persona
y Espiritualidad. Es otra edición, pues, sólo que muy corregida y
notoriamente aumentada. Y la corrección empieza desde el mismo
título del libro, que ahora denominé: El Hombre lotal. Nombre que
se refiere directamente al contenido que encierra este volumen.
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l.
LUIS ALFONSO REYES ZUBIRÍA
¡llo Pr ¿Por qué el cambio de nombre del libro? ¿No es más claro el de
Persona y Espiritualidad? Respuesta: por un prurito de honestidad.
r,IU El tÍtulo anterior se prestaba a una dicotomía muy común, y esta
aclaración forma parte de una noción fundamental, la primera que
d tocaremos: frecuentemente diferenciamos lo espiritual de lo material
porque son dos dimensiones distintas y las consideramos muchas ve-
ces como sifuesen hasta opuestas; o, lo que es casi lo mismo, como
C¡ si debiéramos tratar al alma y al cuerpo por separado, ya que son dos
entidades diferentes, siendo que el ser humano es uno e indivisible.
Vayamos a la definición que nos da la Organización Mundial de la
Salud (OMS) sobre lo que es el Hombre. Nos enseña que el ser hu-
mano es un ente bro-psico-socral; quiero llamar la atención sobre la
primera palabra: ente. Vocablo que viene del latín y que significa ser
Y sin duda alguna es el término más importante de esta definición,
porque es la confesión de que sísomos semejantes a Dios, como lo
afirma la Biblia cuando nos habla de la creación del hombre, ya que
Dios no tiene cuerpo y, por lo mismo, en el cuerpo no nos asemeja-
mos. Fuimos hechos a imagen y semejanza Suya en cuanto a que
Dios es Ser, es Persona. Y, de la misma manera, el Hombre es un ser,
es una persona. De todos modos, la tanatologia, al igual que otras
escuelas filosóficas y psicológicas, explicita este concepto al añadirle
a la definición un elemento fundamental, cuando reconoce que, onto-
lógicamente, el Hombre es un ser espir¡tual. Así, la tesis se completa
al afirmar que e/ Hombre es un ente bro-psico-social y espiritual.
Pero todo esto debemos entenderlo, fijémonos muy bien porque se
trata de un concepto demasiado importante, como una totalidad. No
una suma de partes. No se trata de que a un ser, que lo es blo, se
le añada lo psico, más lo social, y finalmente lo espiritual, y que la
suma dé como resultado a un hombre. No. La Persona Humana es
una totalidad indivisible. Una unidad que es totalidad. Realidad que
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frecuentemente olvidamos, sobre todo si estamos acostumbrados,
I
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\
ALGUNAS NoCIoNES BÁsIcAs
¡rrrrto con la práctica que tenemos en los consultorios y en los hos-
¡ritrrles, a dividir al humano en tantas partes cuantas son las diversas
cr;pecialidades médicas que existen, o en los distintos puntos de
vi:;ta propios de las diferentes disciplinas científicas que versan
:;obre el hombre. En otras palabras, en tanatología se debe tratar,
siempre, al Hombre Total. No dividido. Si no, nos será imposible
r;urarlo de esos dos dolores tan mencionados.
Y hay algo más: debemos contemplar al ser humano como una
subjetividad, lo cual significa que cada hombre es un sujeto distinto
el uno del otro; esta noción hace verdad la expresión que reza que
"no hay dos personas iguales". Por lo que nuestro trato profesional
deberá ser único y especial con cada uno de nuestros pacientes.
Estos modos de ver al hombre, esta visión, es lo que, en la práctica,
diferencia a la tanatología clínica de otros estudios y lo que le da su
carácter especÍfico de seriedad, de responsabilidad, y de profesio-
nalismo. De profesionalismo, repito. Tómelo en cuenta, lector. No
hablamos de un simple voluntariado nada más; ni siquiera de una
mera consejería, ni mucho menos de esos diplomados existentes
a lo largo y ancho de la república que, sin conocimientos universi-
tarios, nos hablan de la muerte y del más allá con una mezcla de
esoterismo, cristianismo, religiones orientales y magicismo.
AquÍtengo que aclarar: la tanatología no desecha ni menosprecia
ni al Voluntariado ni a la Consejería, aunque entendamos a esta
últrma como muchos la entienden: como un querer o saber dar con-
sejos adecuados, que no es el sentido propio de lo que significa técni-
camente eltérmino. No. Tanto el voluntariado como la auténtica con-
sejería son fundamentales en el quehacer tanatológico clínico. Pero
síme refiero a quienes se dicen a símismos, y asíse presentan,"soy
tanatólogo o soy suicidiólogo", sin tener los conocimientos
básicos de la Tanatología Clínica, y que -por desgracia- actualmente
abundan. A ellos me refiero y a ellos les insisto: la tanatología
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 LUIS ALFONSO REYES ZUBIRÍA
, t,r clínica debe ser un trabajo profesional, cien por ciento, en el sentido
más estricto del concepto. Con todas las exigencias que conlleva el
profesionalismo, empezando por un estudio profundo que abarque
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con seriedad todos los conocimientos que se requieren para ejercer
d con dignidad la sana tanatología.
Hechas estas aclaraciones, que son obligadas, continuemos con
las nociones básicas prometidas en eltítulo de este capitulo.
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Definició, y clasificación de la tanatología
¿Qué es la tanatología? La palabra tanatologra viene del griego;
thánatos: muerte; y /ogos: tratado, estudio. Es, pues, un vocablo
que, por sus raíces, significa, simplemente, estudio, tratado, sobre
la muerte. Definición perfecta y completa como es perfecta y
completa toda definición etimológica. Pero que al mismo tiempo
no nos explica gran cosa -nada, diría yo- sobre lo que queremos
estudiar, porque sencillamente, nadie estudia a la muerte como
tal: el médico patólogo y forense estudia al muerto, no a la muerte.
Filósofos y teólogos hurgan sobre la finalidad de la vida y el sentido
de la trascendencia, al igual que los historiadores, los sociólogos
y los etnólogos bajo sus propios puntos de vista. Hasta los que se
dedican a brindar servicios funerarios; ellos ven meramente aspec-
tos que convienen a los vivos, entre los cuales están ellos mismos
en primer lugar. Como he dicho en varias ocasiones, la definición
etimológica de tanatología nos deja más fríos que un cadáver.
Fijémonos mejor en otro tipo de clasificaciones, más que en defi-
niciones, porque una definición que abarque todo lo que explica y
trabaja la tanatología, no existe; o, al menos, no la hemos encontrado
todavía. Y no la hemos hallado porque el proceso del morir, la muerte
y el manejo del duelo, que es en donde se eierce y lo que estudia la
tanatología clínica, abarca múltiples aspectos: emociones contra-
dictorias, sentimientos buenos y malos, actitudes internas positivas
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ALGUNAS NoCIONES BÁSICAS
y rregativas, deseos virtuosos y viciosos, actos sanos y enfermizos,
rx;trés interior, esperanzas y desesperanzas, intensos dolores físicos
y morales, problemas económicos y sociales, visiones y objetivos
rliferentes, dependiendo del rol que tengan que vivir cada uno de los
involucrados en el drama (que eso, drama, son el proceso del morir,
la muerte y el duelo), así como el de aquellos que están envueltos
en la tragedia que viven y que deben de vivir el enfermo, su familia y
los familiares, los amigos cercanos, el ministro religioso, los miem-
trros del equipo de salud, y, por supuesto que el tanatólogo clinico,
ctcétera. Por eso no hemos encontrado una palabra ni una definición
«;ompleta que abarque todo el sentido de lo que es y debe ser la
tanatología clínica. Estamos en una situación idéntica a la que afecta
al suicidiólogo que aún no encuentra una convincente definición de
suicidio;y esto, prácticamente, por las mismas razones.
Veamos mejor las diferentes clasificaciones:
Para varios estudiosos del tema, la tanatología es una verdadera
cienciaen el sentido escolástico de la palabra. Lo es porque la pala-
braciencia significa "el conocimiento de las cosas por sus causas".
Y es materia propia de la tanatología descubrir las causas de la
muerte y del dolor que provoca, porque eso nos llevará a entender
lo que es e/ proceso del morir, y su continuación: e/ maneio del
duelo. Además, toda ciencia, y me refiero como ya lo dije al sentido
escolástico del concepto, requiere de un obieto formal y de un
objeto material. Objetos que, en el caso de la tanatología, se refieren,
los dos, al enfermo terminal o al sobreviviente en duelo. Por esto la
tanatología es una verdadera cíencia. Humana. La palabra humana
quiere aclarar que no se trata de una ciencia exacta. Pero que sí es
ciencia verdadera, estrictamente hablando, según la definiciÓn de
ciencia que nos da la filosofía escolástica.
Sin embargo, hay muchos más estudiosos del tema que prefieren
entender a la tanatología no como una ciencia, sino como una
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 LUrs ALFoNSo nEyEs zunrnÍe ALGUNAS NoCIoNES BÁSICAS

lli() P disciplina científica, palabra que responde mejor al concepto actual enfrentando a su propia muerte, o a la de un ser querido para é1,
y que es del todo valedero, porque la tanatología basa sus conoci- curándolo de este dolor, o del de la desesperanza. Se le llama arte
mientos en la observación, en la descripción, en la investigación, en -lo dicen los seguidores de este punto de vista- en el mismo sentido
4, la información, en la comparación, en elanálisis y en la organización. en que se reconoce a la medicina como el arte de curar.
Como lo hace toda disciplina científica. Mire usted: se estudian,
{ según los parámetros descritos, las reacciones del enfermo, de la
Por otra parte debemos considerar lo siguiente: la tanatología concibe
al hombre, lo hemos dicho ya, como un todo: en sus necesidades y en
familia y de los miembros del equipo de salud involucrados, a padir
sus realidades f ísicas, fisiológicas, psicológicas, sociales, familiares,
Ct del momento en que se conoce el diagnóstico. Éstas pueden ser
culturales, económicas y espirituales. E involucra en su quehacer a
físicas (observables) o emocionales (no observables); entre ellas
los enfermos terminales, a los enfermos en fase terminal (adelante
se contemplan las conductas mentales, emocionales y psicológicas,
estudiaremos las diferencias de estos dos conceptos), y a todos los
como serían las percepciones, pensamientos, recuerdos y senti_
que los rodean: familia, familiares, amigos, médicos, especialistas,
mientos; investigación necesaria para curar el dolor de la muerte y
enfermeros, ministros religiosos, trabajadores sociales, tanatólogos,
de la desesperanzade una persona en concreto. También se profun-
abogados, psicólogos, etcétera. Es decir, comprende a todos aque-
dizan los cambios fÍsicos: dolor, desgaste, deterioro, síntomas, tanto
llos que, por cualquier motivo específico, tienen que enfrentarse con
delenfermo como de los miembros de la familia. Este método hace
la muerte de un ser humano en concreto. Y vista así, la tanatología
de la tanatología una verdadera disciplina cientÍfica.
es entonces una especialidad. Especialidad que atañe a muchas y
Aunque no todos están de acuerdo en este concepto. El prof.
diversas ciencias o disciplinas cientÍficas. Paraaclarar lo dicho pondré
Francesco Campione, por nombrar a alguien que goza merecida-
ejemplos: aunque todos los médicos se enfrentan necesariamente, en
mente de reconocimiento mundial como tanatólogo, en un boletín
un momento dado, a la muerte de alguno de sus pacientes, no todo
interno dirigido a los miembros de la Asociación lnternacional de
doctor puede ser tanatólogo, puesto que no todos pueden ayudar a
Tanatología y Suicidiología (IATS) que se publicó poco después
bien morir a su enfermo, sobre todo por la formación que recibieron
que ésta se fundara, a lo largo de 1gg3; defiende que la tanatología
desde el primer año de facultad, y, por lo mismo, no todos podrán
no es una ciencia, sino /a ciencia, porque es también sabiduría y
enfrentar y curar el sufrimiento de la familia debido a esta causa tan
experiencia, a la que define como:
específica. Los sacerdotes están perfectamente capacitados para
Un campo de reflexión, investigación y experiencia, que no se limita
dar el auxilio espiritual, religioso y sacramental, pero no todos podrán
a ser una ciencia natural, ni una ciencia humana, pudiendo, según
comprender el proceso degenerativo bio-físiológico, ni el psicológico-
los casos, hacer ciencia, ser sabiduría o guiar la experiencia. por
emocional, que sufren cada uno de sus feligreses que están en fase
lo mismo, es un carnpo multi e interdisciplinario, unificado por una
terminaly los familiares de estos; luego, no todos serán tanatólogos.
perspectiva sobre el mundo y sobre el hombre: la perspectiva de
Toda enfermera es expefta en la atención del paciente y, cuando éste
la muerte y del morir.
muere, en amortajar el cadáver, pero no cualquiera comprenderá el
Hay quienes prefieren considerarla como un arte verdadero, por- dolor de la muerte o desesperanza en sus pacientes, ni el del duelo
I que la tanatología es el arte de ayudar al hombre que se está ni el de la desesperanza en los familiares de ellos, sufrimientos

I
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I
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LUIS ALFONSO REYES ZUBIRÍA
que pueden iniciarse mucho antes de que muera su ser querido,
como veremos cuando estudiemos el proceso del morir y el duelo
anticipatorio; ni menos podrán curarlo. Y así, en esta línea, podría-
mos seguir hablando de toda profesión, trabajo u oficio, que tenga
como objetivo final al hombre: abogados, historiadores, etnólogos,
sociólogos, aseguradores, trabajadores sociales, los que ofrecen los
servicios fúnerarios, etcétera. Por lo que podemos afirmar que se
requiere de un estudio muy especializado: el de la tanatología. De
esta manera se podrá decir que la tanatología es una especialidad.
O quizás sea mejor decir, sub-especialidad, que cabe dentro de
todas las posibles especialidades del campo de la salud. Aunque
Campione asegura, en el mismo documento ya citado, que se trata
de "un campo que va más allá de cualquier saber especializado
porque rebasa los límites de todas las disciplinas científicas".
Como vemos, cada una de las diversas visiones sobre lo que es la
tanatología, tiene su fundamento de verdad. Todas son, pues, válidas.
¿A cuál, o a cuáles, escoge usted, lector?
¡+ *
Obietivo de la Tanatología Clínica
Pasemos ahora a otra noción fundamental: la finalidad última
-no necesariamente la más importante, es más, no es la más
importante- de la tanatología clínica, es proporcionar al hombre
que muere lo que Weissman definió como muerte apropiada o
adecuada. Dice él que ésta es:
Aquella en la que hay ausencia de sufrimiento, persistencia de las rela-
ciones significativas para el enfermo, intervalo para el dolor permisible,
alivio de los conflictos restantes, creencia en la oportunidad, elercicio
de opciones y actividades factibles y comprensión de las limitaciones
físicas, todo esto enmarcado dentro del ideal de cada ego.
ii Definición que Shneidman completa añadiendo:
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ALGUNAS NOCIONES BÁSICAS
Cuando hablamos de una Buena lvluerte, implicamos que es la apro-
piada, no sólo para el que muere, sino también para los principales
sobrevivientes; es decir: una muerte con la que estos puedan vivir y
no solamente sobrevivir.
Lograr que nuestros pacientes lleguen a la muerte adecuada es una
de las finalidades más importantes, pero no es la más importante.
finalidad principal
¿Por qué? Porque la tanatología clínica tiene como
el curar, siempre curar, el dotor de la muefte y el de la desesperanza
(perdón por lo repetitivo, pero insisto tanto en estas frases por lo
difundido que está la falsa creencia de que la tanatología es algo así
como una técnica que ayuda a bien morir); tiene que quitar el miedo
a la muerte para dar vida a plenitud, y en esto consiste, fundamen-
talmente, el quehacer tanatológico: hacer que el enfermo tenga
plenitud de vida o vida a plenitud, y así alcance su trascendencia'
El que yo sepa que yo voy a trascender es lo que finalmente logrará
que yo tenga una real muerte adecuada (y disculpe, lector, tanto yo,
pero tenía que recalcar la idea).
Todo esto es lo que significa la tanatología clínica. Que es una ciencia,
una disciplina científica, un campo de reflexión, de investigación y de
experiencia, que es sabiduría que no se limita a una simple ciencia; y
que es también un arte y una especialización o sub-especialización,
aunque vaya más allá de cualquier saber especializado, porque su
misión especÍfica es, lo repetiré una vez más, la de curar los dolores
más grandes que existen: muerte y desesperanza. Por lo mismo,
debe estudiar todo lo relacionado al proceso de morir, a la muerte y
a lo que existe después de ésta: es decir, la trascendencia.
El ser y el quehacer del tanatólogo clínico
Fijémonos ahora en otra noción fundamental: lo que es un tana-
tótogo ctínico. Si el obietivo primario de la tanatología es curar,
siempre curar, el dolor de la muerte y el de la desesperanza,
45
f,
LUIS ALFONSO REYES ZUBIRÍA
dolores que, repetimos por enésima vez, son los más difíciles que el
tllo p
hombre pueda soportar, eltanatólogo viene a ser un especla/lsta
en enfermos terminales. Pero no con la misión del intensivista,
Í, ni las del urgenciólogo, paliativista, o algólogo. Tiene un papel
PI
concreto y único dentro del equipo de salud: es el miembro del
d equipo de salud que, dado el objetivo de la tanatología, deberá
llevar, como de la mano, al enfermo terminaly al que esté en fase
terminal o es ya un moribundo, hacia lo que todo hombre tiene
Ct como un derecho fundamental e inalienable: a morir con toda
dignidad, con plena aceptación y en total paz. Que ésta es, sí, la
finalidad última de la tanatología. Y llevar al mismo tiempo a los
sobrevivientes de dicha muerte, a que puedan vivir a plenitud, y
no queden nada más como unos pobres condenados a tener que
sobrevivir, a pesar del dolor que les produjo esa muerte.
Finalidades de la tanatología clínica
Desde luego que son varias y diferentes, pero todas indispensables
y que se complementan entre sí:
La primera es lograr que el enfermo terminal, o en fase termrnal,
viva a plenitud; esto es, que tenga plenitud de vida el tiempo que le
quede, sin importar que sea sólo seis horas, seis días, seis sema-
nas, o seis años. Porque asívivirá su muerte como lo que debe ser:
un paso necesario a la trascendencia, o a la vida eterna si usted,
lector creyente, prefiere llamarla así. Como ve, la tanatología no
habla de muerte, sino de vida. Tratamos de que el enfermo tenga
plenitud de vida. Cuando la enfermedad vaya ganando, buscare-
mos la calidad de vida para é1. Cuando la muerte se vea segura,
le hablaremos de vida eterna o trascendencia.
La segunda está implicada en la anterior: se trata de los familia-
res o amigos Íntimos de quien va a morir. Curarles el dolor de la
i
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t
I
N
ALGUNAS NOCIONES BÁSICAS
rnuorte y elde la desesperanza es muy importante para un buen
rlrrclracer tanatólogico por la relación que ellos tienen con el
,,nlcrmo terminal: los pensamientos, las creencias, los sufrimien-
to:;, las neurosis, las angustias, los mecanismos de defensa, el
,,lr y el comportamiento, la manera personal de manifestar amor
,rl r¡ue va a morir, de todos y cada uno, influirá, radicalmente,
rIr rnanerá positiva o negativa, en quien se está enfrentado a su
¡rropia muerte. A ellos, el tanatólogo clínico deberá guiar para que
,;rr¡an teniendo calidad de vida personal, calidad en sus relaciones
rrrtcrfamiliares e intrafamiliares y, finalmente, a que se preparen
,r seguir vivos y a aceptar la muerte de su ser querido; en otras
¡rirlabras, que le permitan morir. Lo cual es muy difícil.
()tra finalidad, la tercera, nace una vez que ya ocurrió esa muerte.
Se trata del segundo momento del trabajo tanatolÓgico con los
lamiliares. Se les debe ayudar a que elaboren su duelo en el menor
liempo posible para que sufran lo menos posible: a menor tiempo
rle sufrimiento, menor dolor que padecer. Para que, luego de un
yreríodo necesario e indispensable, puedan seguir con su vida,
pero vivida a plenitud. En una palabra: llevarlos cuanto antes a
una auténtica aceptación que es lo opuesto a la nefasta resigna'
clón. Será la única forma de que vivan plenamente y no continÚen
como condenados a vivir, siendo meramente los sobrevivientes de
aquella muerte, como está escrito renglones arriba.
Elcuarto objetivo del tanatólogo clínico es curar de su desesperanza
a quienes sufren de una ideación o conducta suicidas. Recordemos,
como si fuese axioma, que para muchos suicidiólogos sí lo es, me
incluyo, que todo suicida prefiere, antes que matarse, encontrar a
alguien que lo saque de su situaciÓn de desesperanza total y actual,
y que lo lleve a un lugar de esperanza real. Hablamos de la preven-
ción e intervención en casos de ideación o conducta suicidas, lo que
amplía el campo profesional de la tanatología; también le compete
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/l
LUIS ALFONSO REYES ZUBIRÍA ALGUNAS NOCIONES BÁSICAS

lNr, l'
la postvención, es decir, la elaboración del duelo por un suicidio; Método de la tanatología clínica
si el suicida tuvo éxito -o sea, síse mató- tendrá que curar de ese
tremendo dolor a los familiares; pero, si se le pudo salvar la vida a Preguntémonos ahora ¿cómo vamos a lograr estas finalidades?
quien intentó matarse -o sea, no tuvo éxito en su intento- entonces ¿Cómo podrá alcanzar estos objetivos el ejercicio profesionaltanato-
su intervención será con éste y con su familia, iuntos o separados, lógico? Sólo hay un camino. Sólo un método. Sólo un modo. Viendo
como lo veremos en eltomo cuarto de esta obra. al hombre como lo que es: una totalidad y una subjetividad. Y ya
que esto parece imposible, llegamos a otra verdad clínica: definitiva-
Y por supuesto, quinto objetivo deltanatólogo clínico, tendrá que curar
C mente el tanatólogo nunca podrá trabajar solo; siempre requerirá de
del dolor de la muerte a quienes continuamente se enfrentan a ella, día
un trabajo en equipo. Al paciente se le debe tratar, en cuanto a su
tras día: los miembros del equipo de salud, quienes sufren de las cul-
proceso degenerativo bio{isiológico, dando un diagnóstico, el trata-
pas, las frustraciones, las rabias y demás sentimientos negativos, que
miento adecuado y el pronóstico esperado, llegando, cuando ya sea
traen consigo las muerles de los pacientes. ¿Quién ayuda al médico,
necesario, a los cuidados paliativos y manejo deldolor;todo esto es
a enfermería, a trabajo social, etcétera, a curarse de estos tremendos
el papel del médico y la enfermera tanatólogos. Y al mismo tiempo,
y culpígenos dolores? Estas emociones suelen ser tan fuertes que
debemos entender y sanar a nuestros pacientes en su proceso dege-
por eso nació la fama -bien ganada por desgracia- que grila ¡qué
nerativo psicológico, afectivo y emocional, a base de farmacoterapia
fríos son /os hospifales/ Porque el equipo de salud tiene que ponerse
y/o de psicoterapia, sea ésta de grupo, familiar, o individual; campos
una coraza de frialdad para poder sobrevivir -simple mecanismo de
que le competen al psiquiatra y al psicólogo tanatólogos.
defensa- que, cuando más, logra que los implicados bloqueen sus
ACER.
sentimientos, a fuer de manifestarse fríos e inhumanos con los en- Sabemos que ante la muerte surge, y las más de las veces con gran
¡NFT
fermos y con los familiares de quien está muriendo o acaba de morir. intensidad, la espiritualidad de todo individuo, aunque no siempre
su religiosidad; sanar, curar sus problemas espirituales, místicos,
Por todo lo anterior, y resulta obvio, el que quiera dedicarse a este
religiosos, serían la competencia del ministro religioso, delteólogo,
trabajo deberá estudiar de manera seria, profunda, científica de
del moralista, o la del seglar conocedor de y comprometido en su
verdad, lo que es el hecho de morir, lo que es la muerte y lo que
religión, que sean tanatólogos clínicos. Pero el hombre es, defi-
hay después de ella. Y las consecuencias de todo esto. Es el sexto
nitivamente, un ser humano; entonces le afectan toda la serie de
objetivo deltanatólogo clínico, o el primero, según se quiera ver: el
problemas meramente humanos: el concepto de muerte personal,
estudio continuo, profundo, profesional, no basado en libros que
social o cultural del que esté imbuido, el sentido de vida y muerte
sean nada más piadosos o superdiciales, o con ideas que sean una
que tenga, sus situaciones financieras, las dificultades legales si las
mezcla de esoterismo con magicismo. Este estudio será lo que haga
hay, los conflictos familiares o de vecindad, etcétera. Ayudarle en
de éla un verdadero profesionista, en elsentido estricto de la palabra.
estos problemas atañe al humanista tanatólogo, que tendrá que ser
Estos son los seis campos u objetivos del tanatólogo clínico en el historiador, el sociólogo, el etnólogo, el abogado, el asegurador, el
su ser y en su quehacer y los por qués de la tanatología, sea ésta ejecutivo de banco, el notario, y otros profesionales. Esto nos hace
clínica o de investigación. ver que deberá haber dos clases de tanatólogos: el clínico, que es el

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II
I
I LUIS ALFONSO REYES ZUBIRÍA
que trata directamente con los pacientes y elno clínico, que mira más
lN()l
a la investigación. Este campo, elhumanista, es también el campo en
donde se necesita de manera especial al trabajador social tanatólogo.
Finalmente, siconsideramos que elenfermo es una persona, debe-
mos entenderla en su situación concreta y única y atenderla como
tal; con esto toco al aspecto más humano de la tanatología clínica:
ningún enfermo morirá en total paz si no lo comprendemos en sus
C miedos y necesidades, lo que nos habla de que cada cultura debería
crear su propia tanatología, y lo que hace que le demos la máxima
importancia a esa ilusión, esa especial ilusión, que todo paciente
tiene, porque, si logramos realizarla, sí morirá con toda su dignidad
y con plena aceptación: esto último es el campo más humano de la
tanatología y el que abre las puertas al voluntariado tanatológico.
Nociones complementarias
Pero para que esto quede más claro, nos convendrá tomar en cuenta
otras nociones.
¡NF:
Una: la mente influye en forma muy importante en elfuncionamiento
del cuerpo. Usted y yo estamos de acuerdo en lo dicho, ¿o no? Pero
esta afirmación tiene sus consecuencias lógicas. Como por ejem-
plo, podemos asegurar, y con toda seguridad, que la mente puede
determinar o contribuir en las disfunciones y enfermedades de los
órganos y sistemas e, igualmente, puede influir en los procesos pa-
tológicos de cualquier origen. Lo dicho es verdad. Tanto que, y así
se ha demostrado, los conflictos patológicos emocionales afectivos
son tan efectivos en alterar la función del organismo como lo son las
toxinas. Y aún más. También podemos afirmar que un síntoma puede
ser la manifestación de un conflicto emocional, o, dicho con otras
palabras, puede aparecer simplemente para que la persona que lo
sufre logre afecto, atención, cuidado, seguridad, etcétera, por parte
de quienes la rodean o están a su cargo.
50
ALcUNAS NoCIoNES BÁSICAS
f )os: las emociones son el verdadero motor de la conducta humana.
Usted, lector, bien que lo sabe. Lo que demuestra que lo que hace
que una persona actúe como actúa, no es ni el pensamiento lógico
ni el pensar abstracto: es únicamente la fuerza, que suele aparecer
irracional e incontrolable, de las emociones. Y con mucha mayor
razón, si éstas están reprimidas, como Io estudiaremos al leer a
Freud. Para el trabajo tanatológico clínico lo que acabo de escribir es
sumamente importante; porque entre las emociones más frecuentes,
están la rabia, la dependencia, la depresión, la frustración, la tristeza,
la desesperación, la desesperanza, la angustia y las culpas.
¿Acepta, lector, lo que he anotado? Porque estos dos últimos pá-
rrafos describen una par.te integral de la vida de todo hombre. Son
segmento del material observable en todas las personas, enfermas
o no, neuróticas o no. Por lo que muchas de las teorías de la per-
sonalidad las consideran como un núcleo dinámico y un generador
prominente y sano, pero que también lo es de todas las patologías.
La enfermedad
La enfermedad siempre es vista, y seguramente durante mucho tiem-
po más seguirá siéndolo, como algo malo. Algo que hay que evitar
a toda costa. Algo que es un temible enemigo. Algo que sobrecoge.
Algo que ataca desde fuera. Por eso, cuando platicamos de un en-
fermo, decimos: "el pobre... contralo tal enfermedad, y por ello están
sufriendo muchÍsimo él y los suyos." Tenga por seguro que nunca
diremos lo que lt/asserman enseña descriptivamente:
Se está enfermo cuando alguien reacciona adaptativamente, con
todos los medios fisiológicos a su alcance: fiebre, leucocitosis,
antitoxinas, u otros, ante una compleja combinación de circunstan-
cias internas o externas, que lo hacen temporalmente susceptible
a una infección bacteriana.
51
/t

ALGUNAS NOCIoNES BÁSICAS

LUIS ALFONSO REYES ZUBIRÍA

lNrrl Nunca. A pesar de que una buena parte de los síntomas -trátese de
una enfermedad mental, emocional, o de una orgánica- sísean proce-
sos adaptativos del organismo, como si se tratara de una transacción
entre dos fuerzas opuestas: las defensoras y las atacantes. Para
decirlo de manera más clara, los sÍntomas son intentos de restaurar
el equilibrio que está afectado en la persona enferma.
Ni lo vemos ni, en la práctica, lo entendemos asÍ. La enfermedad
C una persona concreta un diagnóstico fatal, esa persona -la enferma-
siempre será, para todos nosotros, un mal que debemos combatir.
Enfermo terminal
Muy bien. Casi sin darnos cuenta hemos hablado de enfermedad. El
paso lógico siguiente, si se trata de un estudio sobre la tanatología
clínica, es definir lo que es un enfermo terminal. Y aquínos enfren-
tamos al principaly primer problema con medicina. Porque, para un
Por eso tantos contagios de sida (otros serán los que se contagien,
yo no)y por eso tantos accidentes en carretera (otros serán /os que
choquen o se vuelquen, yo no). Baste estos dos ejemplos que nos
hablan de dos de las más comunes causas por las que abundan
las infecciones mortales por contagio y por las que tantos mueren
en contingencias carreteras o citadinas, para reafirmar lo dicho.
Por lo mismo, cuando un día cualquiera, un médico cualquiera, da a
se enfrentará, desde el mismo instante en que escuchó ese diag-
nóstico, que le habrá sonado como una maldita palabra, a su propia
muerte. Y desde ese mismo instante, a partir de ese preciso momen-
to, el paciente verá a la vida de una manera del todo diferente. Lo
mismo su familia ¿por qué? Porque ya sabe que tendrá un cercano
fin. Porque ya empezará a creer que síva morir. Aunque el doctor
lraya hablado de años por venir y aunque la enfermedad en sí misma

médico, el enfermo terminal es un paciente que está próximo a morir, no sea sentencia de muerle, como sucede en el caso de algunos
que tiene seis meses de vida cuando más y al que, probablemente, le cánceres, si el enfermo tiene la sensación de que todo esfuerzo será
ACER
competen ya, más que cuidados terapéuticos, los cuidados paliativos. rnútil, impresión nacida por el conocimiento del diagnóstico, y siente
¡NFI
Pero esta definición no es la que entiende la tanatología. que haga lo que haga de todos modos va a morir y que su muerte
sucederá probablemente pronto y será quizás dolorosa, por más que
Mire usted: tanatológicamente hablando, un enfermo terminal no
se le fomente una cierta esperanza, que necesariamente será una
es un desahuciado, nitampoco lo es quien tiene unos seis meses
pobre esperanza, comenzará a vivir un sufrimiento muy intenso, un
de vida cuando más por delante, ni mucho menos un moribundo;
profundo dolor. Y lo mismo padecerán sus familiares cercanos y sus
ni siquiera se trata necesariamente de un enfermo encamado u
amigos íntimos, los que en verdad lo aman. Quizás empiece a sentir
hospitalizado. No. Sea consciente, lector, de una verdad: el hom-
la necesidad de aislarse, a lo mejor sentirá una pérdida de interés
4't bre no cree, no puede creer, en su propia muerte. Usted mismo
por todo y por todos, o al revés, comenzará una búsqueda frenética
no cree que vaya a morir. Sísabe que tendrá que hacerlo, pero no
de goces y diversiones, y, lo que será peor aún, sufrirá con una des-
cree que pueda suceder. Piense: si usted cree que sí va a morir,
esperación cada vez mayor que, si no se atiende, lo podrá conducir
¿creeráque esta misma noche lo estarán velando? ¿No? ¿Entonces,
a la total desesperanza, por lo que caerá en una depresión muy pro-
para cuándo? ¿No ha hecho planes de vida para el año entrante
tunda, de la que no se levantará sin una ayuda adecuada, oportuna
y para muchos más? ¿No los ha hecho porque está seguro que
y profesional. Y vivirá, como consecuencia natural, muchas otras
para entonces seguirá viviendo? ¡Acéptelo! El hombre no cree
emociones negativas. Ese es, descriptivamente, un enfermo terminal.
en su propia muerte. No importa que sepa que algún día morirá.

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52
?t
LUIS ALFONSO REYES ZUBIRiA
La descripción nos sirve sólo para entender el concepto de enfermo
¡N,, t
terminal en la tanatología. Y nos ayuda a encontrar el papeltan vital-
mente importante deltanatólogo. Creo que queda muy claro que la
misión deltanatólogo, su intervención profesional, debe comenzar
a partir del momento mismo en que el enfermo, o sus familiares,
conocen el diagnóstico. Y esto, aunque la enfermedad descubierta
nos permita pronosticar cinco o más años de vida.
(
Llegamos, ahora sí, a la definición de enfermo terminal en tana-
tología, descripción del todo diferente a la que da la medicina. El
enfermo terminal es, tanatológicamente hablando, "una persona
que padece una enfermedad, por la que posiblemente va a morir,
en un tiempo relativamente cofto, y que conoce su diagnóstico". En
tanatología llamamos enfermo en fase terminal a lo que medicina
entiende como enfermo terminal.
Expliquemos la definición propuesta: el enfermo terminal es una per'
sona; no un paciente, no un caso, no un número, no un expediente,
l(tfi que es lo que comÚnmente vemos en los hospitales y en los consul-
¡Nfl
torios. Pero no. Eltanatólogo clínico siempre tendrá que curar a una
persona, con todo el sentido de dignidad que tiene por ser persona,
y que es, además de totalidad, una unidad y una subietividad, como
ya lo estudiamos. Pero esa persona tiene una característica: padece
una enfermedad. Claro. Si no, no fuera un enfermo' Sólo que se trata
de un padecimiento que lo enfrenta a su propia muerte: por la que
posi blemente v aya a mo ri r ; f íjese, lector, no deci mos p ro bab lemente,
ni menos seg uramente, ni tampoco cuanto antes; sino que hablamos
.1i
de en un tiempo relativamente corto; y al hablar de ello, lo decimos
bajo el punto de vista del mismo paciente y de su familia; no el del
equipo de salud. Para que quede más clara la idea: pongamos a un
enfermo de leucemia; supongamos que el hematólogo le pronos-
tica unos dos meses de vida pero que, asegura feliz, "si su cuerpo
acepta el trasplante de médula, vívirá hasta ¡cinco añosl" Sí. Esto
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ALGUNAS NoCIoNES BÁSICAS
es un triunfo del médico y de la medicina. Pero pregúntele, lecto¡ al
paciente, a la madre de é1, a su esposa, o a sus hijos, qué tanto son
cinco años... Es diferente elconcepto, ¿verdad? Y, finalmente, que
conoce su diagnóstico;esto por lo escrito antes: si el ser humano no
cree en su propia muerte, cuando un diagnóstico lo enfrenta a ella,
empieza a tener un sufrimiento que antes ni siquiera se imaginaba.
Tal es el enfermo terminal en tanatología.
Por supuesto que esta definición es trascendente. Se trata, lo repito,
de conceptos muy diferentes los que existen entre tanatología y me-
dicina. Tenemos que ser conscientes de esta realidad. El tanatólogo
considera enfermo terminal a la persona que, según los criterios
anteriormente descritos, recibe y conoce un diagnóstico fatal. para
decirlo claramente en un ejemplo, todo paciente oncológico (aunque
esta afirmación les disgusta a los oncólogos por supuesto) es, nece-
sariamente según nuestra definición, un enfermo terminal. Debemos,
pues, ser muy conscientes de esto. Repetiré por la importancia y tras-
cendencia que tiene la diferenciación: lo que en medicina se conoce
r;omo enfermo terminal, en tanatología sería enfermo en fase terminal.
¿.lmpoñancia de la diferencia? Es ésta: cuando el médico le dice al
paciente que tiene una enfermedad que, para el enfermo, es fatal,
cn ese mismo instante éste se enfrenta, quiéralo o no, a su propia
rnuerte, consciente o inconscientemente, o de los dos modos. Es
entonces, en ese preciso momento, que debe entrar el tanatólogo
clínico en su labor profesional. ¿Por qué? Porque a partir del se-
qundo en que escuchó las palabras del doctor, el enfermo verá y
:;entirá la vida -su vida- de manera totalmente diferente; porque
r;abe que sí, que tendrá un cercano fin, sin importar si hablamos
de años o de meses; y se dolerá por lo escuchado, aunque, en sí,
la enfermedad no sea necesariamente una sentencia de muerte.
Si el enfermo, esa persona en concreto que es totalidad y subje-
lividad, tiene la sensación de que todo esfuerzo será inútil puesto
55
 LUfS ALFONSO REYES ZUBIRiA
que de todos modos va a morir y probablemente pronto, o si, en
lNrrt
un esfuerzo que suele resultar agotador, fomenta una esperanza
de curación, quizás tan débil que lo haga flaquear en determinadas
circunstancias, dolorosas por el tiempo, por lo económico, por
los tratamientos, o que son desesperanzadoras por los resulta-
dos, entonces comenzará a vivir un sufrimiento muy intenso, un
profundo dolor, lo mismo que sus familiares y amigos cercanos.
( A estas emociones que se viven en este tiempo de tan particular
sufrimiento, es a lo que llamamos e/ proceso de morir.
La descripción nos sirve no sólo para entender lo que es un enfermo
terminalsegún latanatología, también nos habla del papeldeltanató-
logo clínico que es, sí, vitalmente importante; por lo que, repetimos,
deberá comenzar su intervención profesional a partir del momento
mismo en que el enfermo o su familia, conocen el diagnóstico fatal;
aunque se trate de una enfermedad cuyo pronóstico no sea tan malo.
Sin embargo, la confusión de lo que es enfermo terminal balo el
punto de vista médico y el tanatológico, continúa. Por eso viene una
I
¡Nfl propuesta en forma de pregunta: ¿no será mejor hablar de paciente
tanatológico ylo paciente tanatológico en fase terminalpara evitar la
posible y probable confusión que, como vimos, puede tener serias
;l consecuencias? En estos libros trataremos de hablar más bien uti-
lizando este término, aungue en muchos momentos tengamos que
emplear el término consagrado: el de enfermo terminal.
Finalmente debemos afirmar que el tanatólogo, en sí mismo, no
tiene que ser ni médico, ni psicólogo, ni ministro religioso, porque
tiene un lugar específico dentro del equipo de salud, precisamente
como tanatólogo clínico, como ya lo hemos visto. Pero sídebe tener
conocimientos profundos -aunque sean los básicos solamente- de
rrredicina, de psicología, de religión y religiones, de lo que encierra
ol lrurrriurismo y de teologÍa estrictamente hablando; porque tendrá
quo (x;lrl)itrio de nranifestaciones y anomalías del funcionamiento
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ALGUNAS NoCIoNES BÁSICAS
de la personalidad del enfermo terminal (entendiéndolo en el sen-
tido que da la tanatología; ¿o será mejor escribir, paciente tanato-
lógico?), Y de los familiares de éste, mismas que pueden llegar a
afectar seriamente la vida de todos y cada uno de los involucrados
y que conciernen a las relaciones interpersonales y a la capacidad
adaptativa de todos y cada uno de los que están inmersos en el
drama de una enfermedad terminal.
A esto nos referimos cuando afirmamos que el tanatólogo debe
conocer, a profundidad, todo lo relativo a la persona humana, al
hombre total. No se vale tener la desfachatez de presentarse como
tanatólogo clínico ante ese enfermo o ese familia¡ que angustiosa-
mente lo han llamado o buscado porque no soportan los dolores que
están padeciendo y que son, sin duda, los más grandes que existen:
el de la muerte y el de la desesperanza, sin la preparación científica
requerida y sin las virtudes que todo tanatólogo debe tener.
El que usted adquiera el conocimiento tanatológico necesario es
la finalidad del presente tratado de Tanatología Clínica en Cuatro
Tomos. Simplemente por anotarlo: todo lo escrito en este capítulo
fue lo que hizo que naciera la IATS y que se reconociera a tr/éxico
como la capital mundial de la tanatologia como quedó mencionado
en la introducción de este libro, porque esta manera de entender el
ser y el quehacer de la tanatología no existía en otras partes, es la
que dio fi/éxico al mundo a través de las enseñanzas dadas por la
AIUTAC en sus inicios. Espero que esta obra cumpla su cometido,
y que usted encuentre en ella esa ayuda que busca y que necesita.
Habiendo visto lo que es la tanatología clínica y el enfermo terminal,
o quizás mejor dicho, el paciente tanatológico, vamos a emprender el
camino que tiene como finalidad curar los dos dolores más grandes
que existen: el de la muede y el de la desesperanza.
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