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PROCESO DE URBANIZACIÓN EN CHINA

Para Joseph E. Stiglitz, economista y premio Nobel de Economía en el año 2001, la


urbanización en China es uno de los grandes fenómenos que marcarán la historia del siglo XXI.
Y es que apenas encontramos precedentes en la historia de la humanidad similares al actual
proceso de urbanización y crecimiento de las ciudades como estamos viendo en China.

Son muchos los factores que explican este desarrollo urbanístico. Uno de ellos es la emigración
de su población de las zonas rurales a las ciudades, un movimiento demográfico que comenzó
en el año 1978 debido al rápido crecimiento de la economía en las ciudades chinas. Para que
nos hagamos una idea, si a comienzos de los años cincuenta del siglo XX, el 89% de la
población china vivía en el campo. A finales del año 2011, el 48,73% de la población
continuaba viviendo en zonas rurales mientras que un 51,27% habitaba en grandes núcleos
urbanos. Se estima que para dentro de menos de veinte años, la población urbana suponga un
75% de la población total en China.

Lejos de echar el freno, la evolución de la economía china ha seguido acelerándose en las


últimas décadas (aunque en los últimos años ha experimentado una fuerte recaída como
consecuencia de la crisis financiera global). A ello han contribuido los continuos avances
tecnológicos en el país y que mitigan la gran brecha tecnológica existente hasta ahora entre
China y el mundo desarrollado. También la revolución digital y la fuerza de grandes empresas
nacionales líderes en el sector como Alibaba, Huawei y Tencent, el incremento del consumo
interno y la lucha contra la corrupción en el país son alicientes para seguir impulsando un
desarrollo urbano creciente, pero también más inteligente.

¿Y por qué decimos que China debe apostar por un crecimiento urbano inteligente? Por un
lado, una de las respuestas la encontramos en la cada vez más compleja red de grandes
ciudades que se están tejiendo en el que hoy por hoy sigue siendo el país más poblado del
mundo (por delante de países como la India y Estados Unidos). En la actualidad, las ciudades
más pobladas y grandes de China son Shanghai y Beijing, seguidas de Guangzhou y Shenzhen.
Pero a estas hay que sumar un potente grupo de ciudades quizás desconocidas aún para
muchos pero que están encontrando un hueco cada vez más importante en la escena
internacional. Este grupo está formado por ciudades como Tianjin, Chengdu y Suzhou. Otras
ciudades como Wuhan o Xi’an también han experimentado un progreso espectacular. A estas
ciudades hay que añadir otras a las que no hay que perder de vista como por ejemplo
Hangzhou, Xiamen y Kunming entre muchas más.

Como consecuencia de este acelerado desarrollo de las ciudades, en China se está


experimentando un incremento muy significativo de la competitividad entre ellas con el fin de
no solo construir por construir sino ofrecer entornos que atraigan negocios y nuevos talentos.
Para ello es necesario prestar mucha atención a aspectos como la sostenibilidad y el cuidado
por el medio ambiente, la oferta cultural y el desarrollo de la economía. Esta era de la
competitividad entre las ciudades chinas puede abrir un abanico ingente de oportunidades y
dinamismo en los núcleos urbanos a pesar de la desaceleración de la economía china. Todos
estos factores hacen que sea fundamental aplicar el sentido común en el desarrollo continuo
de las grandes ciudades.
Por otro lado, a la hora de observar y analizar el crecimiento presente y futuro de las ciudades
debemos dirigir la mirada hacia los distintos sectores inmobiliarios (retail, oficinas, industrial y
espacios hoteleros). Es de esperar que como consecuencia del crecimiento tan acusado de las
ciudades chinas los distintos sectores inmobiliarios hayan experimentado también un notable
crecimiento en su volumen de negocio. Tanto ha sido el crecimiento en algunos sectores que
en la actualidad algunas ciudades tienen un importante stock de bienes inmobiliarios. Una
circunstancia que no preocupa en exceso debido al gran potencial del país asiático por ocupar
estos espacios en el medio plazo.

Por ejemplo, el sector del reatil en China ha experimentado un importante crecimiento debido
al auge de la clase media y el incremento de potenciales consumidores dispuestos a comprar.
Ahora bien, la afluencia de tiendas y grandes centros comerciales en China puede chocar de
frente con el auge que está experimentando el comercio electrónico. De ahí que sea necesario
buscar soluciones inteligentes que no pongan en entredicho la importancia del ladrillo en el
sector del retail.

En los sectores industrial y logístico, China ofrece grandes oportunidades en el largo plazo. Aún
así, de la misma forma que el comercio electrónico puede poner una amenaza a los espacios
físicos destinados a las marcas minoristas, este puede suponer una gran oportunidad para el
desarrollo de los espacios logísticos en China debido a un incremento en la demanda de
grandes almacenes y centros logísticos de última generación. En la actualidad, el sector
logistico está creciendo de forma muy notoria en grandes ciudades de interior como Chengdu,
Chongquin y Wuhan.

Por lo que se refiere a la demanda de oficinas, la llegada al país asiático de actividades de gran
valor vinculadas al sector de los servicios, la está incrementando. La gran actividad comercial
del país y el crecimiento que ha experimentado la clase media china en los últimos años
también ha favorecido al sector.

Y por último, al sector hotelero de lujo se le plantean grandes retos. Este sector se ha visto
afectado por la desaceleración de la economía, justo en un momento en el que existe una gran
oferta de hoteles de lujo. Es por ello, que este sector debe someterse a grandes cambios
estructurales que pasan por poner su foco en los turistas nacionales y en el sector empresarial
(viajes de negocios).

De un tiempo a esta parte China ha cambiado mucho. La rápida urbanización del país le
plantea grandes retos a los que debe hacer frente como las desigualdades económicas y
sociales que generan los grandes desplazamientos de población en un país con muchas
particularidades sociales como China. También, el gran gigante asiático tiene que hacer frente
a la dificultad de mantener el gran consumo de energía que implica el mantenimiento de las
grandes ciudades. Mantener el equilibrio en el consumo de los recursos naturales, minimizar el
impacto medioambiental y seguir trabajando en la senda del crecimiento sostenible son otros
de los grandes desafíos a los que se enfrenta una China cada vez más cosmopolita. En todo
esto, las grandes compañías inmobiliarias tienen mucho que decir como agentes capaces de
facilitar la habitalidad de las grandes ciudades.
En el futuro más cercano, se calcula que entre el 2014 y el 2020 unos 66 millones de chinos
migrarán del campo a la ciudad. Estos movimientos suponen que el 60 % del total de la
población del gigante asiático residirá en zonas urbanas, un 8 % más que en la actualidad.

Esta revolución demográfica conduce a pensar cómo se diseñarán las ciudades del futuro en
China. Para ello, el Gobierno ya ha anunciado el “Nuevo Plan de Urbanización Nacional 2014-
2020”, que busca crear las condiciones necesarias para garantizar los servicios básicos a todas
esas personas que cambiarán radicalmente su forma de vivir.

BONDADES Y RETOS DEL MEGAPROYECTO

Analistas coinciden en que, como casi todo en China, el megaproyecto de urbanización —cuyo
costo está valorado en unos siete billones de dólares, una suma equivalente a la mitad del
Producto Interno Bruto de Estados Unidos—, sorprenderá por la rapidez de su ejecución.

Asimismo, la construcción masiva de millones de casas, miles de kilómetros de redes


ferroviarias, autopistas y el mejoramiento de la infraestructura en general, constituirán un
apuntalamiento necesario para la segunda economía del mundo.

Según Roberto Kozulj, profesor de la Fundación Bariloche y consultor de la Comisión Económica


para América Latina y el Caribe (Cepal), especializado en urbanización y desarrollo con énfasis
en China, el Plan responde directamente al cambio de modelo económico que impulsa el
Gobierno de Beijing.

“Este cambio busca darle un peso mayor al consumo doméstico y menor a la exportación para
elevar el nivel de vida de la población. Mientras que los procesos de urbanización anteriores
fueron impulsados por una necesidad de construir rápidamente la infraestructura urbana
vinculada a la producción exportable, hoy el nuevo plan se preocupa más en la sostenibilidad a
largo plazo con un eje mayor puesto en el bienestar de la población”, indicó Kozulj a BBC
Mundo.

No obstante, el megaproyecto también enfrentará retos importantes en el camino. El mismo


Gobierno reconoce que la urbanización contiene riesgos como la contaminación, congestión y
crecientes tensiones sociales en ciudades que estarán muy pobladas.

Por tanto, el Plan enfatiza en la necesidad de construir una “civilización ecológica”, donde se
privilegie la promoción del desarrollo verde, con estilos de vida bajos en carbono, el uso
económico del agua, la tierra, la energía y otros recursos. También le otorga gran importancia
a las soluciones tecnológicas en las infraestructuras de transporte, servicios y comercio para las
nuevas ciudades.

Además, el Gobierno deberá reformar el permiso de residencia conocido como hukou. Con más
de 60 años de implementación, esta normativa estipula que una parte de los beneficios sociales
que otorga el Estado está condicionada a los lugares de origen o registro de los ciudadanos.

Hasta hace poco, el proceso de urbanización en China se caracterizaba porque las personas se
trasladaban hacia las urbes en busca de empleos mejor remunerados, pero mantenían sus
vínculos familiares —o sus casas— en las zonas rurales y casi siempre regresaban. Pero con la
proyectada construcción de ciudades de gran, medio y pequeño formato por toda la geografía
de la nación china, el hukou pierde una parte de su sentido.

En consecuencia, el Plan prevé facilitar la venta o alquiler de la tierra a los campesinos para
que puedan financiar su inserción laboral urbana y de esa forma evitar la marginación social

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