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LA BATALLA DE CASEROS...!!! LA GRAN DERROTA NACIONAL...!!!

El 3 de febrero de 1852 las fuerzas de la Confederación Argentina comandadas


por Juan Manuel de Rosas se enfrentaron a un ejército dirigido por Justo José de
Urquiza integrado por tropas de Entre Ríos, Corrientes, y fuerzas cipayas de la Banda
Oriental y el Brasil.
Tras cinco horas de combates la victoria fue para las armas del caudillo entrerriano. La
derrota de la Confederación no implicó solamente el derrocamiento del gobernador de
Buenos Aires, significó ante todo el fin de un sistema político, económico y social.
Significó el fin de un modelo de la Argentina y el inicio de otro completamente diferente.
Para tratar la cuestión es necesario analizar por separado las causas que llevaron a cada uno
de los actores a formar la coalición que derrocó a Juan Manuel de Rosas.
Urquiza no siempre militó, como comúnmente se cree, dentro de las filas del partido
federal. En 1826 mientras gobernaba la provincia de Entre Ríos el coronel Juan León Solás
se urdió una revolución para derrocarlo encabezada por Salvador María del Carril, figura de
primera línea del unitarismo y uno de los instigadores del asesinato de Dorrego.
Del Carril fue apoyado por Ricardo López Jordán, Justo José de Urquiza y su hermano
Cipriano . Transcurrieron los años y Urquiza se destacó luchando al frente de las fuerzas
federales contra los unitarios en la Mesopotamia hasta su pronunciamiento, pero ¿por qué
lo hizo?.
La principal causa de su levantamiento está directamente relacionada con las diferencias
con Rosas en cuanto a la organización del sistema económico de la Confederación. Desde
su primer gobierno (1829 – 1832) Juan Manuel de Rosas venía implementando una política
tendiente a la defensa de las industrias nacionales frente a la competencia extranjera. Los
productos ingleses y franceses, principalmente, inundaban los mercados locales desde que
en 1810 se produjo la ruptura definitiva del sistema monopólico sostenido por España. Las
industrias artesanales del interior no podían competir con las mercaderías importadas y
desaparecían. Las guerras por la independencia absorbieron los recursos de las provincias,
especialmente los de las del noroeste y Cuyo, que soportaron gran parte del esfuerzo de
guerra. A la vez mercados tradicionales como el Alto Perú, el Perú y Chile se vieron
cerrados a causa del conflicto.
Los gobernantes que rigieron los destinos de nuestra Patria desde 1810 poco hicieron para
mejorar esta situación . Los impuestos cobrados por la aduana de Buenos Aires producían
cuantiosos ingresos a la provincia pero a la vez , al permitir la entrada de las manufacturas
extranjeras , arruinaban a los productores del interior. El librecambio convenía a Buenos
Aires, lo mismo que a Entre Ríos y Corrientes cuyas producciones estaban claramente
orientadas a la exportación. Sus industrias, la gran mayoría relacionadas con la elaboración
de alimentos, no tenían en las mercaderías importadas competidores. Las demás provincias
veían ahogadas sus industrias que sí producían mercancías que competían con las del
exterior. En plena Revolución Industrial, ingleses y franceses fabricaban productos a un
costo mucho menor que los de nuestros paisanos. Para poder sobrevivir el interior clamaba
por el proteccionismo y fue justamente lo que Juan Manuel de Rosas le dio al llegar por
segunda vez al gobierno en 1835. Mediante la ley de Aduanas del 18 de diciembre de 1835
se establecieron impuestos para los productos extranjeros que representaran un peligro para
las industrias locales, poniendo una barrera que permitió el desarrollo de las artesanías
nacionales. En algunos casos su introducción quedaba directamente prohibida. El
porcentaje del impuesto o la prohibición directa de su ingreso dependía del grado de
competencia que tuviera con las industrias locales . Las mercaderías extranjeras que no
representaban un peligro para las nacionales eran de entrada libre o pagaban una tasa muy
reducida.
Rosas podía contar ahora con el apoyo unánime de las clases medias de Buenos Aires y ver
aumentado enormemente su prestigio más allá de las fronteras provinciales. Se convirtió
para las provincias en el más argentino de todos los gobernadores porteños, en realidad el
único gobernante que había antepuesto los intereses económicos de la nación al de los
comerciantes extranjeros
Como el litoral prefería un sistema de librecambio Rosas tomó medidas destinadas a aliviar
su situación. Rebajó los impuestos a las mercaderías destinadas al litoral, en especial
mediante la ley de Devolución de Derechos, promulgada juntamente con la de Aduanas. En
1822, durante el gobierno de Martín Rodríguez y Bernardino Rivadavia, fue dictada la ley
de transbordo, por la cual Buenos Aires decretó la obligación de pagar un impuesto del
22% a las mercaderías que eran transbordadas de un buque a otro. Esta era una practica
muy común en el litoral ya que los ríos interiores no eran fáciles de navegar por buques de
gran calado, haciendo necesario el transbordo. La medida claramente perjudicaba a las
provincias del litoral, pues la mayoría de los productos que ingresaban o egresaban a ellas
lo hacían desde el puerto de Buenos Aires mediante este sistema. La ley fue directamente
eliminada el 22 de diciembre de 1833. Esto volvió a fomentar la práctica del transbordo,
pero los buques de pequeño calado eludían con facilidad los controles favoreciendo el
contrabando y haciendo que toda medida proteccionista perdiera efectividad. Para evitar
tales males Rosas intentó hacer un equilibrio. Mantuvo la supresión de este derecho pero le
hizo algunos agregados para evitar el contrabando. Mediante una ley complementaria a la
de aduanas los comerciantes pagarían un impuesto del 20% por el transbordo que luego les
era devuelto. Los inspectores les entregaban un boleto. Al presentarlo a la Colecturía les
reintegraban lo cobrado. Era una forma de quitar el impuesto, pues se devolvía el dinero,
pero evitando dar ventajas a los contrabandistas ya que las naves eran registradas al hacer el
transbordo . Las leyes fueron complementadas por otras para combatir el comercio ilegal
que también beneficiaron al litoral a la vez que al interior.
Es falso que Buenos Aires manejara a su antojo el puerto y la entrada de mercaderías para
controlar a las provincias . Por el contrario, constantemente los ganaderos bonaerenses
presionaron a Rosas para que cambiara el sistema y ejerciera una política de librecambio
que convenía a sus intereses. Buenos Aires perdía dinero por la ley de Aduanas. Aún así
Rosas entendió que el país no era solamente su provincia, comprendió la importancia de
proteger las industrias locales y así lo hizo. La ley de Aduanas fue celebrada por el interior,
pero el litoral la vio con recelo. A pesar de los beneficios dados siempre prefirió el
librecambio.
El sistema económico no podría completarse sin el establecimiento de un principio básico
del derecho internacional: la navegación de los ríos interiores por parte de cualquier otra
nación debía hacerse bajo las leyes del Estado al que pertenecían los cursos fluviales.
En pleno auge del imperialismo esto fue inadmisible para las grandes naciones coloniales
que habían sentado bases en el Río de la Plata: Francia y Gran Bretaña. No tolerarían que
nadie bloqueara o pusiera restricciones a los mercados donde vendían sus productos o
extraían materias primas. De allí que exigieran la libre navegación de los ríos interiores
nacionales y que en las dos oportunidades en que Manuel Oribe, presidente de la Banda
Oriental, estaba a punto de recuperar el control de su país intervinian. El caudillo oriental
nunca ocultó su deseo de establecer un sistema político y económico federal similar al de
Rosas. Primero Francia (1838 – 1840) y luego esta nación junto con Gran Bretaña (1845 –
1849) agredieron a la Confederación. Desde su independencia Uruguay era una base de
comercio para ellas. Si Oribe , partidario del proteccionismo, lograba dominar la Banda
Oriental perderían sus privilegios comerciales y lo que sería peor, ambas márgenes del río
Uruguay se les cerrarían.
Los bloqueos golpearon al litoral pues su economía resultó muy perjudicada por las
interrupciones del comercio. Allí encontramos la principal causa de los constantes
levantamientos en la región. En contrapartida a lo que ocurrió en el litoral, los años de
bloqueo beneficiaron ampliamente a la economía del interior pues limitaron aún más la
entrada de mercaderías importadas. A los ganaderos de Buenos Aires les convenía el
librecomercio y presionaron a Rosas, pero el gobernador sabía que la Confederación no era
solo Buenos Aires y por ello desarrolló una política económica que defendía los intereses
de la nación y no de un sector de ella. Salvo algunas excepciones , como la del gobernador
entrerriano Pascual Echagüe que dictó una ley de aduanas similar a la de Buenos Aires de
1835 , los gobernadores del litoral cuidaron sus intereses y Urquiza no fue la excepción.
Poderoso saladerista al cual beneficiaba el librecambio ya que le permitía exportar sus
productos directamente sin pasar por Buenos Aires, nunca coincidió con la política
económica de Rosas. Ni le convenía la ley de Aduanas ni mucho menos que no hubiera
libre navegación de los ríos interiores. La razón económica del levantamiento de Entre Ríos
contra Rosas era poderosa: el litoral se sentía ahogado por Buenos Aires. El sistema
proteccionista no sólo limitaba el número de transacciones, sino que mantenía el monopolio
de la aduana porteña; la situación se agravó con motivo de la intervención anglo – francesa
y la terminante prohibición de comercializar con la plaza sitiada de Montevideo
El proyecto de desarrollo de las economías regionales que tenía como piedra angular la ley
de aduanas de 1835 hirió los intereses de Urquiza, El 24 de abril de 1849 la Legislatura de
Entre Ríos, siendo gobernador Justo José de Urquiza, introduce modificaciones a la ley de
aduanas de 1836 dictada por Pascual Echagüe, Pero al mismo tiempo establece un impuesto
altísimo para las producciones de otras provincias de la Confederación . Se desconoció la
ley de aduanas y se establecieron altos impuestos para las mercaderías que llegaban de la
Confederación. Urquiza hizo todo lo opuesto a lo hecho por Rosas.
Deliberadamente ha sido ocultada por los historiadores liberales la doble política de
Urquiza durante el bloqueo anglo – francés. Por un lado combatió al frente de las fuerzas de
la Confederación a las unidades unitarias en Corrientes y Entre Ríos, pero por otra parte
lucró mediante el comercio con los agresores. Urquiza tenía un interés vital en defender el
tráfico costero con Montevideo, en apoyar la política de libre navegación y en resistir el
monopolio del comercio porteño y de la aduana Un grupo de buques de las potencias, en
1845 descargaron y cargaron mercaderías en Entre Ríos, Urquiza y su socio Antonio
Crespo encontraron una mina de oro para el comercio clandestino con Montevideo. La
plaza era aprovisionada, más que por los puertos de Río Grande, por los saladeros
entrerrianos de Urquiza. El tráfico irregular favorecía a los sitiados en Montevideo y
perjudicaba a la Confederación Urquiza reunía tanto poder como prosperidad. La guerra en
Uruguay y el bloqueo de Buenos Aires habían estimulado la economía de Entre Ríos y todo
lo que enriqueciera a Entre Ríos, enriquecía a Urquiza. Los estancieros llegaron a ser
proveedores de la sitiada Montevideo, y el escuadrón anglo-francés protegía sus
cargamentos de carne contra Rosas. Exitoso saladerista, exportador de carnes, propietario
de barcos, importador de artículos europeos desde Montevideo hacia Entre Ríos y luego
hacia Buenos Aires; donde Uquiza obtenía el oro que luego exportaba vía Entre Ríos.
Urquiza trabajaba en conjunto con el comerciante Samuel Lafone explotando los saladeros
en ambas márgenes del río Uruguay. Este hecho fue tempranamente confirmado por
terceros. El 16 de mayo de 1846 el Barón Deffaudis escribió a Guizot diciendo: -“Urquiza
ha quedado con el grueso de las fuerzas en Gualeguay en el fondo de Entre Ríos. Este puso
en libertad al general Madariaga. Las personas que esparcen esas noticias aseveran que el
resultado proyectado y definitivo de esos acontecimientos sería, infaliblemente, una alianza
defensiva y de neutralidad entre Corrientes, Entre Ríos y, probablemente, el Paraguay,
acompañada de una declaración tocante a la libre navegación del Paraná y el Uruguay (...)"
Desde largo tiempo Urquiza manifestó aspiraciones de independencia integral o, por lo
menos, de libertad provincial para Entre Ríos; ha estado casi siempre en relación
confidencial con el gobierno de Montevideo” Las proféticas palabras de Deffaudis
anticipaban lo que ocurriría unos años después. Enterado Rosas del comercio ilegal
prohibió la exportación de moneda en metálico con el fin de dificultar las actividades de
Urquiza, aumentando así las diferencias:El 31 de agosto de 1847, ordenó que no podía salir
de Buenos Aires moneda en metálico para las provincias; los comerciantes y productores
debían aceptar el papel moneda, aunque ellos mismos pagaran por sus compras en Buenos
Aires en moneda metálica. Estas medidas golpearon particularmente en nuevo comercio de
Entre Ríos. Urquiza protestó en noviembre de 1848, julio de 1849 y, finalmente, el 22 de
octubre de 1849. En los primeros meses de 1850 los rumores de su proyectada ruptura con
Rosas eran tan persistentes que, indignado los rechazó (...)”
Las medidas tomadas por Urquiza después de Caseros demostrarán el lugar central que
ocupó la cuestión económica en su pronunciamiento.
Cuando Urquiza se alzó contra Rosas reclamó que desde entonces nada se había hecho por
la organización nacional.
El 3 de febrero de 1852, el ejército de la Confederación Argentina, al mando de Juan
Manuel de Rosas, Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina,
fue derrotado por el Ejército Grande, compuesto por fuerzas del Brasil, el Uruguay y las
provincias de Entre Ríos y Corrientes, liderado por el gobernador de Entre Ríos, Justo José
de Urquiza, quien se había sublevado contra Rosas el 1 de mayo de 1851 en que lanzó el
llamado "Pronunciamiento de Urquiza", con el apoyo solapado del frente imperial formado
por Gran Bretaña y Francia.
La batalla culminó con la victoria del Ejército Grande y la derrota de Rosas, que el mismo
día renunció al gobierno de la provincia de Buenos Aires.

A 166 AÑOS DE LA GRAN DERROTA NACIONAL, LEVANTAMOS LAS


BANDERAS NACIONALES Y DECIMOS A VIVA VOZ... ¡¡¡ GLORIA A LOS
VENCIDOS DE CASEROS...!!! LOS UNITARIOS GOBERNARIAN LA ARGENTINA
A LO LARGO DE LOS AÑOS, SALVO EN LOS GOBIERNOS DEL GENERAL
PERON...!!! VIVA EL Gral SAN MARTIN, VIVA EL BRIGADIER GENERAL JUAN
MANUEL DE ROSAS...VIVA EL GENERAL PERON...!!! VIVA LA PATRIA...!!!

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