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LA DESERCIÓN ESCOLAR

Por: Alejandro Barroeta Martínez 3°B Bach.

“No fuiste criado para vivir como bestia sino para seguir en pos de la virtud y la
sabiduría”

Dante Alighieri
Buenas tardes compañeros, maestra, mi nombre es Alejandro Barroeta Martínez, y
el día de hoy me encuentro ante ustedes para hablar de uno de los problemas que
actualmente es un fenómeno masivo en el país y por eso es de suma importancia
conocer de él y conocer sus causas para evitar que más personas se sumen a estas
cifras; el tema que abordaré es LA DESERCIÓN ESCOLAR.
La vida estudiantil es una de las etapas más largas en la vida de los humanos, es
una etapa donde existen situaciones de tensión y sacrificio, pero también es una de
las etapas más hermosas que puede haber. Desgraciadamente, muchos
estudiantes pierden la oportunidad de disfrutarla y es aquí donde la deserción toma
el papel principal; básicamente podemos definirla como la situación en la que un
individuo en un determinado periodo académico se le ve forzado a dejar la
institución en la que se encuentra evitando así que sus estudios no sean concluidos
de la manera adecuada.
Esto muchas veces nos hace creer que esta situación es generada porque esa
persona no se siente lo suficientemente motivada para seguir adelante y terminar
su escolaridad debidamente si bien el 37% de los 4 millones 741 mil jóvenes
desertores en 2010 según datos de la INEGI sí dejaron inconclusos sus estudios
por desmotivación, otro 35% los dejó por problemas económicos, 6% por haber
contraído matrimonio o haber procreado, un 5% por considerar que tenía los
estudios suficientes y un 2% declaró que tomó esta decisión por no poseer un
plantel educativo en su localidad o bien, éste se encontraba muy lejos de ella.
Sin bien notamos, existen diversas causas para generar esta actitud, las
consecuencias de cada una son peligrosas y demuestran de alguna forma, el punto
frágil del sistema educativo que seguimos, donde se le da más importancia a una
calificación que al desempeño como tal; también demuestra que la pobreza, la
inequidad, el desempleo y la ausencia de oportunidades educativas están creando
una gran frontera afectando el desarrollo de nuestro país y de muchos otros, pero
sobre todo, el de los niños…
Sin embargo, no solo es culpa de estudiante: ¿Qué podemos esperar de una
escuela donde existen maestros que le da igual si sus alumnos aprenden o no? ¿De
maestros flojos o no lo suficientemente preparados para enseñar? ¿De padres
necios que no les importa si su hijo va bien o mal en la escuela? ¿O que los afligen
si les cuesta hacer una operación básica? Ese desinterés de muchos padres y
maestros debe transformarse en preocupación consciente, entender que la
responsabilidad no es completamente del estudiante, de hecho, todos deberían
hacer algo para disminuir el número de personas que no terminan la escuela.
Hay que pensar que los efectos negativos son tan graves que con el paso de los
años, las generaciones y su esfuerzo y equilibrio de superación académica serán
escasos y pobres
Por eso los exhorto el día de hoy alumnos, a que por ningún motivo se den por
vencidos en esta prueba y le pongan todo el empeño a sus estudios; maestros, no
permitan que sus pupilos pierdan el interés por la escuela, no dejen que una nota
reprobatoria los desaliente y muestren amor por su profesión; padres, no dejen solos
a sus hijos en esta travesía, enséñenles lo necesario para ser personas de bien,
apóyenlos en sus momentos difíciles, no se decepcionen de ellos si llegan a fallar.
Juntos logren transformar a la sociedad en una sociedad sabia y unida.

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