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Revista Internacional de Sociología RIS

vol. 76 (4), e114, octubre-diciembre, 2018, ISSN-L:0034-9712


https://doi.org/10.3989/ris.2018.76.4.18.076

NOTA DE INVESTIGACIÓN

EL POPULISMO: DE INTRUSO A POPULISM: FROM INTRUDER


PROBLEMA RELEVANTE PARA TO A RELEVANT PROBLEM TO
LA CIENCIA SOCIAL SOCIAL SCIENCE

Arturo Rodríguez Sáez


Universidad Complutense de Madrid
arsaez@ucm.es
ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-0040-5297

Cómo citar este artículo / Citation: Rodríguez Sáez, A. Copyright: © 2018 CSIC. Este es un artículo de acceso
2018. “El populismo: de intruso a problema relevante para abierto distribuido bajo los términos de la licencia de
la ciencia social”. Revista Internacional de Sociología 76(4): uso y distribución Creative Commons Reconocimiento
e114. https://doi.org/10.3989/ris.2018.76.4.18.076 4.0 Internacional (CC BY 4.0).

Recibido: 09/05/2018. Aceptado: 03/09/2018

Resumen Abstract
Esta nota de investigación destaca la importancia del This research note emphasizes the importance of popu-
fenómeno populista para el análisis social y por qué es list phenomenon for social analysis and why is neces-
necesario ir más allá de considerarlo como un intruso de sary to go beyond its consideration as an intruder of
la democracia. Después, se analizan tres libros recientes democracy. Further, three recent books on populist
sobre el fenómeno populista destacando sus diferencias phenomenon are revised highlighting their differences
en cuanto a la génesis, naturaleza y consecuencias po- related to its foundations, social nature and political
líticas, así como sus limitaciones al no considerar con la consequences, as well as its limitations by not consid-
necesaria profundidad sus raíces sociales e históricas. ering with necessary depth its sociological and histori-
Se concluye señalando que el fenómeno populista es in- cal roots. It is concluded that the populist phenomenon
trínseco a la democracia y expresión de cambios comple- is intrinsic to democracy, a consequence of complex
jos relacionados con períodos de transición hacia nuevas changes related to historical periods of transition to
formas de producción, consumo y modos de vida a las new ways of production, consumption and life styles to
que los sistemas democráticos no dan respuesta efecti- whom the democratic systems do not give effective an-
va, debido a inercias o bloqueos institucionales. swer because of institutional inertias or blockages.

Palabras Clave Keywords


Democracia; Discurso; Ideología; Neoliberalismo; Retórica. Democracy; Discourse; Ideology; Neoliberalism; Rhetoric.
2 . ARTURO RODRÍGUEZ SÁEZ

Introducción Si el populismo es un habitante siempre latente


de la democracia, su análisis no puede reducirse de
El populismo es un concepto que se halla en los forma unilateral a comprender qué es, sino por qué
confines de la teoría social y política. Habita en los retorna y cuál es su devenir.
márgenes, es periférico y retorna siempre. Es un
concepto límite para tiempos límite1. La experiencia de los populismos en el mundo
contemporáneo tiene sus raíces históricas a partir de
La palabra o categoría política populista concita los primeros procesos de modernización capitalista
todo tipo de descalificaciones o expresiones negati- y la conformación de los Estados nacionales en el
vas (Muddle y Rovira Kaltwasser 2017) por parte de siglo XIX.
no pocos medios de comunicación y por los propios
partidos políticos que lo utilizan como arma arrojadiza El reciente ascenso de los populismos, a partir de
en la lucha ideológica. Sólo en el mundo académico la década de los años 70 del pasado siglo, se pro-
cuenta con una importante consideración, a pesar de duce a partir del giro histórico que imprime la acele-
la dificultad que entraña su análisis y comprensión. ración de la mundialización económica y de la caída
de los regímenes comunistas. Este giro ha producido
Al populismo suele acompañarle un reduccionis- y sigue produciendo fracturas sociales y tensiones
mo semántico que tiene como finalidad volver mal- institucionales en los sistemas democráticos que se
dito el término. Tal reduccionismo acumula un sinfín expresan bajo la forma de protestas, movimientos
de tópicos que se sintetizan en la palabra demagogia sociales y, finalmente, partidos políticos reactivos
como equivalente del populismo, ahorrándose el es- contra las limitaciones de los sistemas democráticos
fuerzo analítico que merece un fenómeno complejo para dar respuestas efectivas a complejas deman-
que tiende a escaparse del marco analítico conven- das sociales y políticas.
cional de la sociología y la ciencia política.
En este contexto social y político de ascenso
Denigrar de entrada el populismo, adjetivarlo en de los populismos, esta nota de investigación se
negativo (Delsol 2015), no ayuda a su análisis y com- plantea dos objetivos: en primer lugar, describir y
prensión. Emplear la demagogia como significante analizar sumariamente tres libros recientes de au-
equivalente y designar como populista a cualquier tores nacionales en los que se aborda el fenómeno
fuerza que represente un registro impugnatorio del populista desde enfoques en los que el populismo
orden dominante termina por “hacer circular el térmi- se concibe, respectivamente, como una amenaza
no” (Vallespín y Martínez-Bascuñán 2017) y debilita a la democracia (Rivero, Zarzalejos y del Palacio
a la sociedad, cuando no cancela aquellas instancias 2017), como síntoma de quiebra de la Ilustración
de auto-reflexividad que le son propias. (Lasalle, 2017) o como problema y reto a la vez
para el sistema liberal-parlamentario (Vallespín y
El populismo es en el campo político, empleando
Martínez-Bascuñán, 2017) (sección 2); en segun-
una enunciación orteguiana, el tema de nuestro tiem-
do lugar, destacamos algunas limitaciones de estos
po y, por mor de ello, ha de ser tratado con el mayor
enfoques analizados y, con base en ello, se sugiere
rigor analítico.
un marco metodológico básico para poder aproxi-
El populismo es un intruso para la ciencia social, marse a la fenomenología populista, a la compren-
en expresión de J. Alemán y G. Cano (2016), sobre sión de sus aporías (sección 3).
todo para la denominada ideología neoliberal, con la
que se relaciona, en una primera instancia, de forma
antagónica como movimiento reactivo ante las con-
Debates recientes sobre los
secuencias sociales de sus políticas. Un intruso con populismos en España
múltiples facetas que, además de ser reactivo, quie- Hemos escogido tres textos como objeto de re-
re ser en ocasiones un movimiento emancipador, visión crítica. Dos de ellos, aunque con aproxima-
caso del populismo de izquierdas, en contraste an- ciones diferentes (Rivero, Zarzalejos y Del Palacio
tagónico con el denominado populismo de derechas. 2017; Lassalle 2017), forman parte de un enfoque
Sin embargo, el populismo nunca es un intruso, neoliberal del populismo. El tercer texto (Vallespín y
ya que esto equivaldría a interpretarlo como algo ex- Martínez-Bascuñán 2017) entronca con un enfoque
terior a la democracia y que implica una amenaza que cabe denominar social-liberal o socialdemócra-
potencial para sus fundamentos. Definirlo como ese ta. Sintetizamos a continuación dichas aportaciones
exterior inquietante no es en absoluto contradictorio a la vez que destacamos algunos de sus límites.
con la tesis de que el populismo es algo intrínse- El texto que coordina Rivero, junto con Zarzalejos
co o consustancial a la propia democracia (Rivero, y del Palacio, es un texto de naturaleza académica
Zarzalejos y del Palacio 2017). Su carácter de intru- a la vez que de divulgación científica que, con veinti-
so y exterior se adquiere únicamente si es definido, nueve capítulos, aspira a ser “una geografía del po-
paradójicamente en términos propiamente populis- pulismo y portavoz de la academia internacional en
tas, como un enemigo. lengua española”.

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EL POPULISMO: DE INTRUSO A PROBLEMA RELEVANTE PARA LA CIENCIA SOCIAL . 3

En la introducción y en los tres capítulos de la pri- pueden existir populismos que acepten la integración
mera parte, así como en el de conclusiones, los auto- en el sistema democrático pluralista; si los movimien-
res caracterizan el populismo por un triple rasgo: es tos sociales y partidos populistas, más que expresio-
consustancial a la democracia y emerge en momen- nes contra la democracia parlamentaria, representan
tos históricos de malestar; es, a la vez, un enemigo una crítica de su funcionamiento (el no nos repre-
de la misma, a la que quiere destruir; y, de aplicarse, sentan) y, por tanto, apelan a su perfeccionamiento y
no es sostenible allí donde existen instituciones de- no a su destrucción, o si el eje antagónico de arriba/
mocráticas que hacen de contrapeso a su supuesta abajo, más que dividir artificialmente a la sociedad,
pobreza argumental e intensa emocionalidad. es un modo de articular una amplia hegemonía inter-
clasista que limite el sobre-poder económico que los
Es de apreciar el esfuerzo que se hace al recorrer la
mercados financieros han ampliado e intensificado
geografía de los populismos, si bien el estilo de flashes
sobre los Estados democráticos. Preguntas todas
analíticos no hace justicia a casos como el español. Así,
ellas que no se plantean en el libro en cuestión.
la experiencia del 15-M y de Podemos se despachan
en seis escasas páginas, además de analizarla junto al Con base en este esquema doctrinal, los auto-
fenómeno del gilismo (capítulo 18). Lo mismo sucede res recomiendan tratar los populismos como una
con el capítulo 19 sobre nacionalismo y populismo. En epidemia política a combatir en el plano ideológico.
la parte II no se hace mención alguna del populismo de En este sentido, enfatizan que el populismo, como
Costa, como populismo originario sin base social. el liberalismo u otras opciones políticas, se basa en
ideas y valores que deben ser combatidos. No es
El texto define el populismo, a modo de metáfora
sólo un estilo de acción política, es una concepción
sanitaria, como una patología, como un fenómeno
de la política.
que “hablando la lengua de la democracia intenta
acaba con ella”. Como patología “endémica” se re- El texto de Lassalle es más un ensayo de debate
conoce su permanencia, abierta o latente, en el seno político que una investigación stricto sensu. A pesar
de los sistemas democráticos. En este punto vienen de su declarada militancia antipopulista, no deja de
a coincidir, desde enfoque extremos, con los plan- ser un texto con fundamento teórico e ideológico. Se
teamientos de Laclau y Mouffe (1987), para quienes posiciona contra el populismo como un fenómeno
el populismo tiene mayor probabilidad de aparecer que representa un totalitarismo de tipo posmoderno,
en contextos donde la lógica institucional democrá- que opera como un exterior amenazante de la demo-
tica no es capaz de satisfacer una amplia hetero- cracia. Coincide con Rivero, Zarzalejos y del Palacio
geneidad de demandas sociales. Por tanto, es una en que el populismo es la causa por excelencia de la
posibilidad siempre abierta y presente. La diferencia crisis de la democracia. Es un fenómeno recurrente
estriba en que, para los primeros, el populismo es que apela a la demagogia como forma de corrupción
una anomalía institucional y, para los segundos, una del pueblo. La equivalencia indiscutible entre popu-
realidad política intrínseca a la democracia. lismo y demagogia se da por descontada, no nece-
sita justificación.
El populismo, para Rivero, Zarzalejos y del
Palacio, es una ideología con entidad propia. Ni es El populismo vendría a ser, según Lassalle, un
un conglomerado ideológico ni es sólo una “lógica proto-totalitarismo tardo-moderno. Es más que un
de acción política”, tal como sostienen Vallespín y momento iliberal: es un fenómeno antiilustrado, ra-
Martínez-Bascuñán2. Para los autores, la ideolo- dicalmente contrario a los fundamentos materiales y
gía no puede estar nunca ausente de un fenómeno espirituales de la modernidad ilustrada. El populis-
como el del populismo, por muy confusa y pobre que mo ha venido a enterrar la Ilustración y su pilar: la
se considere su argumentación. razón ilustrada, a la que opone la pasión populista.
Una diferenciación que no parece tener en cuenta
Con base en esta caracterización general, los au-
las consideraciones de otros teóricos del populismo
tores definen el populismo o los populismos por ras-
que sostienen que “la razón es un bien escaso” en
gos como los siguientes: la visión de un pueblo virtuo-
política (Villacañas 2015).
so, orgánico, con voluntad única; su consideración
como movimientos en contra del sistema representa- La calificación de la razón populista como razón
tivo liberal; el supuesto de que todo populismo, en su pasional también permea paradójicamente su texto,
construcción de la política en el eje arriba/abajo, con- al provocar el miedo con el supuesto de que “repta
dena a las sociedades a un enfrentamiento fratricida silenciosa y oculta a los ojos de la opinión pública la
que termina finalmente apelando a la aniquilación de serpiente de un populismo que puede convertirse en la
“los enemigos del pueblo”; la inevitabilidad de un lí- columna vertebral de un nuevo leviatán totalitario”. Para
der carismático autoritario trascendiendo la historia, Lasalle, la causa del populismo no reside en la corrup-
o la necesidad de un enemigo permanente (política ción institucional o en la gestión neoliberal de la gran
de enemistad al decir de Marzolf y Ganuza, [2016]). depresión de 2008, estos son sólo sus catalizadores.
Esta caracterización del populismo deja sin res- En sus propias palabras: “para entender el proce-
ponder preguntas cruciales como son: si existen o so populista hay que hurgar en la estructura emocio-

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nal de las sociedades occidentales y en el colapso ción e interdependencia institucional y económica.


de la ilustración”. El 11-S y la gran depresión ace- Quiere alejarse de miradas nostálgicas e insulares y,
leran este proceso mediante el retorno del miedo y en su crítica a esa pulsión matricial, al placer conso-
la inseguridad que provoca “la resaca emocional de lador de lo pretérito que muestran diferentes popu-
saberse desposeído de las conquistas del bienestar lismos, opone una solución que acepte el presente
y de derechos”. En este punto converge con aque- (principio de realidad) en toda su complejidad para
llos análisis que interpretan que las consecuencias poder seguir transitando hacia un futuro democrático
de la crisis financiera han abonado el campo para abierto y plural.
el momento populista, caso de Vallespín y Martínez- Sin embargo, el hecho de compartir con los auto-
Bascuñán (2017). Para Lassalle, el populismo es el res anteriores un profundo recelo sobre la naturaleza
retorno a una “modernidad regresiva” a la que es ne- y fines del populismo no les convierte en lo mismo.
cesario combatir. Hay, invirtiendo una máxima de Heidegger, “distan-
En el análisis de Lassalle están ausentes la dimen- cia en la proximidad”. La más notable es, sin duda,
sión del poder económico, los efectos de la nueva su análisis de las causas del populismo: el porqué,
fase de la mundialización, los propios límites de los aunque también existen diferencias en el qué.
sistemas democráticos liberales para conciliar legiti- Los autores sostienen que el populismo debe ser
midad y satisfacción de demandas ciudadanas y, no concebido como un síntoma o síndrome. No es una
menos importante, la crisis de representatividad po- patología de la democracia sino un fenómeno que
lítica, lo que contrasta con su visión elitista de la de- nos revela dramáticamente una realidad social en
mocracia cuando afirma que debemos “prevenirnos tensión. En este punto, se aproximan a la interpre-
frente a los riesgos que aloja la arquitectura igualita- tación del fenómeno populista como reacción social
ria y masiva de la democracia”. El autor no discrimina frente a los profundos cambios que tienen lugar en el
entre populismos ya que todos ellos, de derechas o actual proceso de modernización capitalista a nivel
de izquierdas, pluralistas o no, se reducen a la mis- mundial y nacional.
ma esencia: constituyen un peligro totalitario.
Hoy, como señalan Vallespín y Martínez-
“Populismos”, de Vallespín y Martínez-Bascuñán Bascuñán, el principal problema es la descompen-
(2017), es un trabajo realizado desde la perspectiva sación que tiene lugar en la relación entre los re-
de la ciencia política que sigue el proceso canónico querimientos de eficiencia del capital y las deman-
de la investigación social. das de justicia social. El mercado, la oligarquía de
Esta investigación tiene una relativa relación de las finanzas, ha roto el pacto social que vertebraba
vecindad con los anteriores trabajos en cuanto a que el consenso europeo desde la posguerra (en línea
el populismo constituye una amenaza política para con lo afirmado por Streeck [2017]). A diferencia de
los sistemas liberal-parlamentarios. El populismo es, Rivero, Zarzalejos y del Palacio, y de Lassalle, los
también aquí, un fenómeno preocupante: el afuera autores consideran que nos encontramos ante un
constitutivo3 de la democracia liberal. Los autores, poder económico sin constricciones, que coloniza el
parafraseando a Marx, lo describen como el “espec- poder político, que desatiende las demandas socia-
tro que recorre la democracia”. les de igualdad. Acompañando a este proceso, no
como relación causa-efecto, sino correlacionado con
La relación de complementariedad entre demo- el mismo, aparecen otros factores no menos impor-
cracia y populismo no parece posible para estos tantes como son: la crisis de representación política
autores. En la senda de Müller (2016), consideran y la preeminencia de gobiernos técnicos o tecnócra-
que existe una relación antagónica entre ambos4. tas; las dificultades de crear espacios de consenso
Aquellos enfoques teóricos que inician su reflexión en un mundo de comunicación fragmentada, y, no
desde premisas basadas en el pluralismo de valo- menos importante, la crisis cultural como pérdida de
res y la división de poderes (quintaesencia del libe- referentes que favorecen los nacionalismos y la ano-
ralismo) no están reñidos con la posibilidad de rea- mia individualista.
lizar un análisis sobre el populismo. Sin embargo, a
Siguiendo la senda del libro El gran retroceso
la hora de responder sobre la relación entre ambos
(Nachtwey 2017), los autores consideran que es-
fenómenos, dichas premisas ético-liberales condu-
tamos en un fin de época ante la que el populismo
cen a que ineluctablemente la balanza valorativa se
emerge como reacción nostálgica. Es la entrada en
incline por contemplar (siempre) el populismo como
la sociedad del descenso la que trae consigo una
un problema.
parálisis de la movilidad social ascendente y el ac-
Esta obra no es una excepción. Lanza una adver- ceso a una nueva fase histórica de insatisfacción de
tencia sobre los peligros del populismo. Pero, ade- las demandas sociales por el sistema democrático.
más, plantea como solución a la crisis de la demo- Demandas que se ven bloqueadas por la descom-
cracia, una salida en clave cosmopolita que aboga pensación que se ha producido entre mercado y de-
por generar una mejor gobernanza supra-nacional mocracia y por la incapacidad creciente de media-
con capacidad para regular los procesos de integra- ción del Estado.

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Los autores marcan con claridad la diferencia entre sus bases sociales, sus estrategias políticas y sus
su enfoque y los de naturaleza neoliberal y populista. retóricas ideológicas (Moffit 2016) y, por tanto, sus
Para ellos, los partidos del establishment o sistémicos salidas políticas concretas y sus consecuencias ins-
han adoptado una posición tecnocrática, afín a la hi- titucionales, tanto para el liberalismo democrático en
pótesis de la post-política (Zizek 2010), en la cual la particular, como para la democracia en general.
dominación neoliberal es interiorizada como principio
Podemos definir tentativamente el populismo o
de realidad y los imperativos del mercado se viven
populismos como: fenómenos socio-políticos reacti-
como destino ineludible. Por otro lado, el populismo
vos a situaciones sociales y políticas de alta incerti-
reacciona prometeicamente, ignorando u obviando
dumbre, de relativa amplia base social, fundados en
los constreñimientos macro-estructurales de econo-
torno a referentes simbólicos; cuyas demandas, tan
mías y sistemas cada vez más interdependientes.
amplias como difusas, son canalizadas a través de
La definición de qué sea populismo conduce a partidos u organizaciones, con mayor o menor den-
denominarlo como un ejemplo de síndrome de ce- sidad carismática, a través de los cuales se cons-
nicienta (Berlín 1969), como metáfora de la tensión truyen discursos, identidades y retóricas dirigidas a
no resuelta entre definiciones que basculan entre el la defensa de un statu quo social o nacional que se
extremo genérico y el esencialismo. Por ello, los au- considera perdido, así como al rechazo antagonista
tores señalan que es posible esbozar tres vías de de aquellas elites o grupos, nacionales y/o extranje-
acceso al concepto de populismo: definirlo a partir ros, a los que se considera enemigos de un pueblo o
de un tipo ideal, al modo weberiano; asumir una am- comunidad nacional.
plia heterogeneidad sin un criterio conceptual que lo
Definida la naturaleza del populismo como pa-
discrimine, o, con base en una definición minimalista
tología política (Rivero, Zarzalejo y del Palacio),
fundada en unos pocos axiomas, en línea con los au-
como totalitarismo anti-ilustrado de baja intensidad
tores del denominado “enfoque ideacional” (Hawkins
(Lassalle) o como lógica de acción política iliberal
y Rovira Kaltwasser 2017).
(Vallespín y Martínez Bascuñán), el resultado es
Los autores optan por el primer enfoque, siguien- que, con importantes variantes, todos ellos mues-
do el trabajo clásico de Ionescu y Gellner (1969) o tran limitaciones metodológicas para una adecuada
el más reciente de Moffit (2016), contemplando dife- comprensión del populismo. Todos estos trabajos
rentes niveles de análisis como son ideología, estra- tienen su déficit en el análisis de la dimensión so-
tegia, retórica y lógica de acción política. Este último cio-histórica del populismo y en un excesivo énfasis
nivel o rasgo es el que mejor define la naturaleza del en el análisis de impacto en el sistema democrático.
populismo, un fenómeno sin ideología representati- Sólo el texto de Vallespín y Martínez-Bascuñán se
va o no identificable, o débil. El populismo responde, aproxima con una visión amplia a la comprensión
sobre todo, a una lógica política de calculada ambi- de la naturaleza del fenómeno y a sus complejas
güedad instrumental. No es un proyecto ideológico raíces socioculturales y económicas.
sino una técnica de acceso al poder. Su ideología es
Los tres textos aquí resumidos son una muestra,
débil o dispersa.
ciertamente limitada, de que las aporías del populis-
A partir de estos supuestos, el populismo es una mo y sus ambivalencias políticas nos indican, de en-
reacción que, bajo la forma retórica del desasosiego, trada, la enorme dificultad para alcanzar consensos
apela a soldar una comunidad sacrificando el plura- metodológicos que favorezcan un análisis fructífero.
lismo político. No queda claro en el texto por qué el
La génesis socio-histórica5 de los populismos o, si
populismo se puede reducir a una lógica de acceso
se prefiere, sus fundamentos sociales, son quizás la
al poder basada en la simplificación retórica de men-
sajes, ni por qué no puede también ser una posible mayor debilidad de los trabajos analizados. El análi-
condensación de diferentes enfoques teóricos, por sis social requiere la consideración de tres procesos
muy confusos y fragmentados que se presenten. de cambio que están en la base de los populismos.
Si bien no son procesos que actúen automáticamen-
Finalmente, el populismo entrañaría para los au- te, sí operan como condición de posibilidad de los
tores una guerra de representaciones, más que de mismos6: los procesos de “dualización” y desigual-
ideologías, que tiende a minar el pluralismo político dad social provocados por el cambio socio-técnico;
debido a su simplificación argumental y a su estrate- el retroceso, cuando no regresión, del estado de
gia de polarización política. bienestar como institución de mediación entre mer-
cado y democracia, necesaria para la creación de
La complejidad analítica del cohesión social y espacial y, por tanto, la falta de
capacidad para moderar dichos procesos de “dua-
fenómeno populista lización”, y, finalmente, la percepción ciudadana de
Los populismos constituyen un fenómeno global, que los sistemas democráticos no pueden satisfacer
pero experimentado en los espacios nacionales, lo buena parte de su propia oferta, la canalizada a tra-
cual modula de manera particular la constitución de vés del sistema de partidos en competencia.

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La preferencia por el análisis del posible impacto Es necesario analizar la expresión ideológica con-
corrosivo del populismo en los sistemas de democra- creta del populismo, aunque sea confusa y contra-
cia liberal representativa sitúa, de antemano, el aná- dictoria, como se corresponde con reacciones socia-
lisis en una dimensión moral que puede hacer perder les de protesta naturaleza interclasista. Más que de
de vista una pregunta decisiva, aquella que interroga ideología débil o simplificada, cabe calificarla de con-
por las causas estructurales de fondo que están en glomerado ideológico; un entreverado que se corres-
el origen del conflicto que constituye la fuente de la ponde tanto con la construcción de una cosmovisión
situación populista. anti-oligárquica de amplia base social como de una
Entendemos que esto reduce el curso de un aná- semántica comunitarista. Lo que Ortí (1988) denomi-
lisis que demanda diferenciar varios planos o niveles na discurso populista básico.
analíticos. Por una parte, todo análisis de los populis- Los tres trabajos analizados ponen el énfasis en la
mos tiene que tomar en consideración los fundamen- retórica del populismo, en su discurso, al que de ma-
tos sociales, políticos y económicos, tal y como plan- nera conjunta caracterizan de simplificador. La retóri-
tea Judis (2016). Se trata de pensar las condiciones ca populista sería simple ambigüedad calculada. Un
estructurales de posibilidad de emergencia del suje- mecanismo instrumental de seducción demagógica
to populista, es decir, aquellas condiciones que, sin y maniquea de las masas. Sin embargo, esta aproxi-
determinar, favorecen la posibilidad del populismo. mación plantea algunos problemas. En primer lugar,
Como sugiere E. Laclau (2016), estos efectos “dislo- el discurso simplificador no es un rasgo exclusivo de
catorios” en el nivel de la estructura tienen siempre los populismos, sino que es una realidad que atra-
como efecto la quiebra del imaginario simbólico don- viesa a la totalidad del conjunto de fuerzas políticas,
de descansa el orden social o, lo que es lo mismo, máxime en un contexto político donde las estructuras
una crisis de legitimidad aguda, condición necesaria, de oportunidad comunicativas favorecen estilos sim-
aunque no suficiente, para el retorno del populismo. plificados y emocionales.
Una segunda dimensión analítica consiste en pen- Por otro lado, la retórica no puede reducirse úni-
sar los propios actores populistas. Esto es, el tipo de
camente a un juego semántico de apariencias, sino
revueltas, movimientos sociales o partidos que son ex-
que, como plantea Laclau (2016), el discurso es on-
presiones populistas, de tal forma que se pueda brindar
tológicamente constitutivo de lo social. Es decir, des-
una explicación no sólo sobre sus distintas tipologías o
de este enfoque constructivista se afirmaría que el
fisonomías, sino por qué, cómo y cuándo se forman,
populismo es un nominalismo o, lo que es lo mismo,
así como los factores que explican por qué pueden di-
que el pueblo es una construcción nominativa.
luirse. Entendiendo que la excepcionalidad, o tiempo
límite, es el contexto en que aparecen, la clausura o Por último, como modo de evitar la reducción de
cierre de esa herida social puede socavar el núcleo los populismos a retórica política, los discursos po-
traumático de emergencia. Es decir, si parte de las de- pulistas serían el instrumento de comunicación que
mandas sociales son satisfechas institucionalmente, el enlaza, mejor o peor, la base social con los refe-
populismo pierde el malestar social, difuso y heterogé- rentes simbólicos y la ideología. Pero, con carácter
neo, que le abrió la ventana de oportunidad. previo, es exigible el análisis de su base social y su
Por último, es necesario analizar su despliegue ideología difusa constitutiva.
real en la arena política, es decir, analizar sus accio- La construcción social y política de los populis-
nes en su más amplio sentido. Nos referimos de for- mos no anuncia una alternativa única. Un problema
ma concreta al análisis del discurso, el estilo político a discernir es si las reacciones populistas, en el caso
y el tipo de liderazgo. europeo, lo son contra las políticas neoliberales pre-
Cabe destacar, por su importancia, algunas li- dominantes en las últimas décadas o contra el pro-
mitaciones vinculadas al tercer nivel analítico. Nos pio sistema democrático. Los textos analizados se
referimos a la cuestión de la ideología, punto ciego sitúan, más bien, en esta última posición y no pare-
del populismo. Es posible preguntarse si el popu- cen contemplar que los populismos reactivos pueden
lismo, en sus distintas manifestaciones históricas acabar en formas de reintegración política democrá-
y espaciales, posee una ideología identificable. La tica, bajo formas de recentralización del poder exis-
respuesta depende en gran medida de la definición tente, o, simplemente, diluyéndose.
que utilicemos. En todo caso, sin poder reducir el fe-
nómeno a una sola ideología concreta, como sos-
tienen acertadamente Laclau (2016), Vallespín y
Conclusiones
Martínez-Bascuñán (2017) o Moffit (2016), o a unos Esta nota de investigación analiza tres trabajos de
pocos axiomas, como plantean Rivero, Zarzalejos y análisis y debate sobre los populismos que fundan
del Palacio (2017), no podemos decir que el populis- su esencia en ser, respectivamente, una epidemia
mo sea un fenómeno sin ideología, es decir, sin prin- política (Rivero, Zarzalejos y del Palacio), una ame-
cipios, valores y objetivos7, por más que acontezcan naza para el porvenir de la ilustración (Lassalle) o
de forma difusa, ambigua y heterogénea. una lógica de acción política que puede hacer pe-

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https://doi.org/10.3989/ris.2018.76.4.18.076
EL POPULISMO: DE INTRUSO A PROBLEMA RELEVANTE PARA LA CIENCIA SOCIAL . 7

ligrar el sistema democrático (Vallespín y Martínez- la naturaleza de los actuales procesos de moderniza-
Bascuñán). En síntesis, el populismo se define como ción económica y socio-técnica en el marco de la glo-
una amenaza a los regímenes demo-liberales. balización neoliberal, la crisis del Estado de Bienestar
y el bloqueo de la satisfacción de derechos sociales
En el primer caso, el populismo es algo intrínseco
y expectativas de participación política; así como, no
a la democracia, un fenómeno que habita en latencia
menos importante, la crisis cultural e ideológica provo-
y que retorna bajo determinadas condiciones. Para
cada por el choque de valores e ideas entre un campo
Lassalle, un celo liberal-elitista le invita a pensarlo
en retroceso que defiende modos de cohesión social
como una amenaza interna propia de la lógica igua-
y otro dominante de individualismo posesivo.
litaria de la democracia de masas. En cambio, para
Vallespín y Martínez-Bascuñán, responde más bien El análisis de los populismos exige ir más allá de
a una mutación económica, social, política y cultural su reducción a la demagogia y a vacíos constructos
de las democracias avanzadas que provoca una ló- retóricos para, con mayor rigor y, sin duda, incerti-
gica de acción política que puede hacer peligrar el dumbre, articular los diferentes y necesarios planos
curso del desarrollo democrático. de análisis antes mencionados. Es decir, la consi-
deración de aquellos cambios socio-económicos
De este análisis, necesariamente sintético, plan-
profundos que engendran una crisis de legitimidad
teamos la necesidad de abordar el análisis de los
en una sociedad, que se expresan en momentos
populismos no como intrusos de la democracia sino
populistas de desafección política, temor y extensa
como un problema social relevante, que es tanto sín-
incertidumbre. También es conveniente considerar
toma de crisis sociales profundas como un reto de
las condiciones políticas y culturales que canalizan
profundización de la democracia.
la desafección por los más variados cauces que, en
Si este planteamiento es correcto será necesario general, suelen ser reactivos, identitarios o de replie-
abordar de manera integrada todos los niveles y facto- gue (los más) y defensivos, integradores y cosmopo-
res que exige un análisis tan complejo. Es decir, el de litas (la excepción).

Notas
1. La idea de límite está tomada del filósofo Eugenio Trías 5. Entendemos por análisis socio-histórico aquel método
(2006). que analiza el presente a partir de ese pasado que le pre-
2. F. Vallespín y M. M. Bascuñán toman el concepto de lógi- cede y que lo preforma y sienta las condiciones de su
ca de acción política de E. Laclau (2016). desarrollo ulterior.
3. Término que toma Laclau (2016) de J. Lacan. 6. Nos referimos fundamentalmente al contexto europeo.
4. Moffit (2016) señala tres formas de concebir la relación 7. En un libro reciente, Sánchez-Cuenca (2018), plantea estos
o impacto del populismo sobre la democracia: negativa- tres criterios para definir qué es una ideología frente a expli-
mente, positivamente o de forma agnóstica. caciones funcionalistas o basadas en la formación de ideas.

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8 . ARTURO RODRÍGUEZ SÁEZ

ARTURO RODRÍGUEZ SÁEZ. Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la UCM (2012) y máster en Democracia
y Gobierno por la UAM (2014), actualmente es doctorando en el Programa de Doctorado de Sociología y Antropología
de la Universidad Complutense de Madrid y realiza su tesis doctoral sobre el populismo de izquierdas en España. Ha
colaborado en diferentes proyectos de investigación. Sus áreas de investigación e interés se centran en los movimientos
sociales, el uso político de los nuevos medios de comunicación, las políticas sociales, el populismo y la teoría política.

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