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Las personas manipuladoras tienen estos

5 rasgos en común
¿Cómo podemos protegernos de ser manipulados por alguien?

Con seguridad, en alguna ocasión, te habrás encontrado con una persona que te ha
convencido de lo que a ti te conviene, de manera oportuna resulta que aquello que
según ellos te conviene a ellos les va como anillo al dedo y al final caes en la cuenta que
lo que estás haciendo no es tu deseo.

Individuos manipuladores y sus vicios


Estos individuos no tienen reparos en el momento de solicitar que dejes a un lado tus
necesidades por el bien de todos. Son personas que, al obtener lo que querían de ti, no te
dan ni las gracias.

A estos individuos suelen ganarse la etiqueta de manipuladores, y


desafortunadamente la sociedad está repleta de ellos. Son muy hábiles haciendo que
dudes de tus capacidades sintiéndote vulnerable o por debajo de los demás. La
capacidad que tienen para distorsionar las creencias ajenas les fortalece en el momento
de atraerte hacia su campo de juego, convenciéndote de que no puedes hacer algo o que
lo deberías hacer a su manera puesto que es él quien sabe cómo van las cosas.

Su fortaleza radica en la explotación emocional (y en el chantaje emocional); esto es,


manejan tus emociones produciéndote un sentimiento de culpabilidad, una culpa
del todo infundada, y que da pie a que termines cediendo a sus deseos.

¿Cómo son los manipuladores?


Así que de esta forma los manipuladores consiguen hacerse con el control hallando
recompensa de su presa y además de manera calculada. En el artículo de hoy
trataremos de identificar las actitudes manipuladoras para ponerles freno.

1. Están especializados en detectar las debilidades ajenas

Absolutamente todos tenemos debilidades, y son el instrumento que utilizan para


herirte, puesto que si titubeas en lo que crees, hay algo que te produce vergüenza y
deseas ocultar, la persona manipuladora tratará de averiguarlo y, si se da la ocasión,
podrá usarlo en tu contra.

2. No se detendrán hasta conseguir lo que desean

Muestran pocos reparos a la hora de pisar a quien sea, para ellos el fin justifica los
medios. Cuando van a actuar no les tiembla el pulso para hacer lo necesario con el
propósito de alcanzar sus objetivos, con todo ello sus conductas suelen pasar
desapercibidas ya que son buenos actores.
3. Son insaciables

La manipulación les hace sentir poderosos y, como suele ocurrir con el poder,
siempre desean más. Sus principios morales están algo dañados, al ser conscientes que
por sí mismos son incapaces de alcanzar un objetivo, pero que su capacidad
manipuladora puede proporcionarles llegar a su meta haciendo uso de los méritos
ajenos, a espaldas de los demás. Les colma la ambición, unas ansias que al igual que la
droga les produce una especie de adicción.

4. Necesitan el control

El manipulador suele padecer el conocido como complejo de superioridad; suelen ser


personas con rasgos cercanos al egocentrismo y al narcisismo. Les gusta superarse a sí
mismas y superar el nivel alcanzado anteriormente, en busca de retos cada vez mayores.

No obstante, las personas que sienten la necesidad de considerarse superiores a los


demás, incluso seres perfectos, medrando a través de los méritos ajenos, denotan una
cierta inseguridad la cual revisten con la apariencia de poder, pero que en el fondo
ocultan un miedo apabullante a mostrarse débiles.

¿Son iguales todos los manipuladores?


Dado que la manipulación es un arte, podemos decir que el don de manipular consta
de diferentes capacidades y habilidades, se pueden reconocer distintos tipos de
manipuladores dentro de esta categoría. Los conocemos a continuación.

1. El incitador

Un caso típico, en este caso opuesto a los dos anteriores citados. Hace alarde de
fuerza, y no solo, sino además de cierta agresividad. En este caso si eres una persona
pasiva cederás para ahorrar tener que enfrentarte a él. De tal manera que “ad baculum”
el manipulador consigue mediante la coacción lo que quiere, es el caso de
las personalidades de tipo antisocial.

2. El desprestigiador

El narcisismo de este sujeto es especialmente marcado. Simplemente se siente perfecto,


es un mirlo blanco, jamás ha roto un plato. Él es la medida de las cosas, su regla es la
única que vale. Este “don perfecto” hará hincapié en que estas equivocado cada vez
que digas algo, cuando tenga la oportunidad pondrá de relieve tus defectos y te
ridiculizará con su sarcasmo. Son personas que se dedican a juzgar a las demás pero que
no suelen mirarse en el espejo si no es para alabarse a sí mismos.

3. El interpretador

Este tipo en concreto es de especial nocividad cuando de un grupo de personas se trata,


ya pueda ser el trabajo o la familia, tiene una personalidad maquiavélica y retorcida,
actúa extrayendo tus palabras y cambiarles su sentido, un sentido intencionadamente
diferente al mensaje que tu querías comunicar.

Con este ardid conseguirá que desees haberte tragado tus palabras, que estas no eran
apropiadas, que te has pasado de la raya o que no has pensado lo que decías hiriendo así
a otra persona. Metamorfoseando de esta manera tus palabras, comunicándolas a la
persona que más le conviene y modificando su intención, por lo que puedes acabar
siendo el malo de la película.

4. La víctima

A este sujeto el mundo le ha hecho daño, no cesa de lamentarse que todo lo malo le pasa
a él y de preguntarse a sí mismo “¿por qué a mi?”. Se centra mucho en su propio dolor,
escudando sus actitudes y conductas reprobables bajo el victimismo, Siempre es el más
desafortunado, muy por encima de los demás.Este tipo de cuadro conductual suele
conocerse como el síndrome de Job.

Además, induce a pensar que son los otros los que abusan de él, reclama justicia y se
tiene a sí mismo como a un inocente maltratado, de esta manera crea un discurso para
que tú te sientas culpable de su infortunio y lo injusto que es el mundo con él. Entonces,
suelen aprovechar ese discurso para que bajes la defensa y te obligarte a acceder a lo
que te pida por lástima o por culpa. Más tarde te embargará la decepción, porque no es
lo tú realmente querías, pero ya ha conseguido su objetivo mediante su lloriqueo.

5. La rémora

Esta clase de manipulador se vale de tu propio ego. Es capaz de hacerte sentir


superior, a tu lado él es menos que nada, un ser débil y torpe, y está claro, incapaz de
hacer nada mientras que tú sí, de este modo acabarás haciendo lo que él no puede.

La conmiseración que te produce y tu propio ego de fortaleza harán que te obligues,


inconscientemente, a realizar aquello que el manipulador no desea hacer. De esta forma
tuyas serán las consecuencias de tal ejercicio sin obtener más recompensa que la vacua
sensación de capacidad lo que más tarde se convertirá en un derroche de esfuerzo por el
cual no ha valido la pena además del consiguiente agotamiento.

¿Cómo protegernos de este tipo de personas?


Existen distintos tipos de manipuladores, como hemos podido ver. Ahora bien, ¿qué
precauciones podemos tomar para evitar caer en sus juegos psicológicos?

1. Ser conscientes

Lo primero que debemos hacer es tomar consciencia de la manipulación. Hay derechos


que son inviolables y que no se pueden traspasar, esos derechos son los siguientes:

 A ser tratado con respeto.


 A establecer tus propias prioridades.
 A expresar tu opinión y como te sientes.
 A defenderte física o emocionalmente.
 A decir "no" sin sentir culpa.

Si te relacionas con alguien y sientes que tus derechos están siendo menoscabados,
considera que puede que estés siendo víctima de un manipulador.

2. Guarda la distancia de seguridad

Mantén la distancia emocionalmente, al igual que cuando se conduce mantenemos la


distancia de seguridad para no topar con el otro vehículo y ahorrarnos un accidente. No
permitas que nadie invada tu espacio ni te aproximes a su tela de araña para evitar ser
cazado. Nadie podrá herirte sin tu consentimiento.

3. Tú no tienes culpa

Si contestas no a alguna pregunta de las que hemos citado con anterioridad, considera
que puede que tú seas la víctima y no al revés. Hay ciertos aspectos de la realidad que te
circunda sobre los cuales puedes ejercer un control, sin embargo, la mayoría de las
cosas no están en nuestra manos, así pues, no tienes la culpa de lo que sucede a tu
alrededor, de manera que si empiezas a sentirte de dicha manera, procura averiguar lo
que pasa.

Cuestiona:

 ¿Te parece que lo que pides es razonable?


 ¿En tu opinión qué debería decirte?
 ¿Estás pidiéndomelo o me lo dices?

Cuestiones como estas harán considerar al sujeto manipulador que ha sido delatado y
probablemente busque a otra persona a la que embaucar.

4. Tómate tu tiempo

No respondas a sus demandas inmediatamente, antes debes reflexionar. Los


manipuladores, frecuentemente, ejercen presión sobre sus víctimas de manera que estas
no se demoren en el momento de acceder a sus demandas.

5. No dudes

No vaciles en tus convicciones y mantente firme en tus afirmaciones. Los


manipuladores son muy hábiles a la hora de interpretar tu comunicación no verbal, si
dudas se percatarán de ello y ejercerán más presión hasta hacer que finalmente cedas.

En conclusión, si te topas con una persona que actúe así es necesario que
logres desenmascararla. Si es posible, debes intentar ayudar a ese individuo para que
vaya siendo consciente de que su conducta afecta negativamente a los demás y, sobre
todo, a sí misma. En cualquier caso, no vaciles y utiliza todas estas herramientas que
ahora ya conoces para evitar ser víctima de su manipulación.

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Psicología social y relaciones personales

Los 8 tipos de manipuladores: ¿cómo


actúa cada uno?
Individuos que usan sofisticadas técnicas para engañarte. ¿Cómo lo
consiguen?

Una de las características de las personas manipuladoras es, justamente, actuar de tal
manera que no pueden ser reconocidas como tales.

Uno de los factores que sirven para entender cómo pueden llegar a pasar desapercibidas
de esa manera es que, en vez de existir un patrón de comportamiento típico de la
manipulación, existen diferentes tipos de personas manipuladoras, o de estrategias
de manipulación a seguir. Esto hace que no siempre resulte fácil reconocer cuándo se
está engañando a alguien para el propio beneficio.

 Artículo recomendado: "6 estrategias de manipulación que usan los


maltratadores"

Los principales tipos de personas manipuladoras


A pesar de todas las dificultades, no resulta imposible detectar estos casos de engaño
continuado.

A continuación describo las principales estrategias de manipulación que adoptan


las personas manipuladoras según su personalidad o el contexto en el que tratan de
engañar a alguien.

1. Falsas víctimas

Algunas personas manipuladoras se escudan en una situación desfavorecida que en


muchos casos es ficticia y que, si es real, siempre tratan de exagerar. El objetivo es
claro: dar lástima.

Esta es una estrategia que apela a las partes del cerebro más relacionadas con el sistema
límbico y la memoria emocional y que tiene un potente efecto sobre la conducta de los
demás. De hecho, algunas personas no pueden evitar ceder en todo aquello que piden
directa o indirectamente estos tipos de manipuladores a pesar de intuir que están siendo
engañadas.

2. Buscadores de atención

En ciertas personas con rasgos narcisistas la atención es un recurso tan preciado que
están dispuestas a elaborar estrategias cuya finalidad última es conseguir este elemento.
Y, en muchos casos, estas estrategias incluyen una parte de engaño y manipulación.
Por ejemplo, es lo que ocurre en gente que finge tener un poder que no tiene solo para
tener una manera de destacar sin hacer demasiado, o que simula interés por otras
personas solo para hacer que este interés nazca hacia uno mismo por parte del otro.

Además, este tipo de personas manipuladoras saben que para los demás sería tan
extraño suponer que todo lo hacen por la atención que ni se lo plantean, y por lo tanto es
poco probable que sean descubiertas.

3. Autoridades en la materia

Esta clase de manipuladores hacen suya la falacia ad verecundiam para ejercer


control sobre los demás. La idea, simplemente, es que ellos saben mucho de un tema
en concreto, y por lo tanto deben ser los líderes y los que tengan la última palabra al
respecto de un tema determinado.

Por supuesto, la posición moral sobre la que deciden qué deben hacer los demás es
simplemente una fachada que cumple su función: engañar a los demás.

4. Manipuladores de cámara de ecos

Se trata de personas que quieren medrar social o económicamente dando la razón


a una figura de autoridad, es decir, absteniéndose de ofrecer su punto de vista a
cambio de reforzar decisiones de alguien poderoso.

Esto perjudica tanto a los demás, que ven cómo hay un desequilibrio de poder muy
claro (una persona que ya de por sí es importante cuenta con la ayuda incondicional de
otra persona) como a la persona que ejerce de líder, ya que no puede llegar a estar
informada de cuándo sus decisiones y opiniones tienen defectos.

5. Desprestigiadores

Si los dos tipos de personas manipuladoras anteriores se fundamentan en la autoridad,


con esta clase pasa lo contrario: se intenta dañar la posición de alguien para no tener
competencia.

Para ello, estas personas pueden posicionarse sistemáticamente en contra de lo que hace
esta persona seleccionada, y frecuentemente hablarán mal de ella a sus espaldas. No se
manipula a quien se quiere perjudicar directamente, sino a su entorno.

6. Manipuladores de falso premio

Este tipo de personas manipuladoras se caracterizan por ofrecer una recompensa


a largo plazo a cambio de seguir un plan. Por supuesto, cuando llegue el momento de
dar la recompensa, desaparecerán. Se trata de un estilo de manipulación que está
vinculado a un objeto en concreto y a una tarea en concreto.
7. Aduladores

Estos manipuladores se desviven en hablar bien de alguien para que ese alguien crea
que está en deuda con ellos y acceda a hacer lo que piden. Tal y como ocurre con las
falsas víctimas, es posible caer en su trampa a pesar de ser parcialmente conscientes de
que se está siendo manipulado.

8. Trileros argumentativos

Se trata de personas que, para manipular, optan por una estrategia basada e un juego
verbal: realizan afirmaciones que pasado un tiempo manipulan para que parezca
que estaban diciendo otra cosa, y hacen lo mismo con los discursos de los demás con
tal de que parezca que han dicho otra cosa.

Esto ocurre mucho en discusiones, para ganarse la opinión pública. Por ejemplo, si
alguien afirma que un candidato a alcalde no tiene estudios y otra persona señala que sí
que tiene una licenciatura, el manipulador responderá a esto que sugerir que un título
universitario es determinante para ser un buen alcalde es ridículo. En este caso se juega
con las distracciones y con la memoria de la audiencia para manipularla hablando a
posteriori de cosas que no han ocurrido.
7 tipos de personas manipuladoras que pueden
arruinarte la vida sin que te des cuenta

Personas manipuladoras podemos encontrarlas por doquier. De hecho, incluso es


probable que nosotros mismos en alguna que otra ocasión hayamos recurrido a tácticas
de manipulación emocional, de manera consciente o sin darnos cuenta. Sin embargo, las
personas manipuladoras convierten este “juego emocional” en su forma habitual de
relacionarse con los demás, para sacar provecho constantemente a costa del equilibrio
psicológico de sus víctimas.

La manipulación emocional consiste en controlar a alguien jugando con sus sentimientos


y emociones, generalmente dañando su autoestima y autoconfianza. La táctica común de
las personas manipuladoras consiste en hacer que su víctima dude de sí misma, para tomar
el control y sacarle provecho a la situación.

Sin embargo, resulta difícil reconocer a las personas manipuladoras porque generalmente
se trata de seres queridos con quienes mantenemos un profundo vínculo afectivo. Por otra
parte, a menudo usan técnicas de manipulación emocional muy sofisticadas y sutiles que
nos hacen dudar de nosotros mismos e incluso pueden hacer que pensemos que somos el
"malo de la película".

Personas manipuladoras con las que debes tener mucho cuidado

1. El fanfarrón encubierto

La táctica de esta persona manipuladora consiste en hacernos sentir mal o inferiores de


manera encubierta. Esta persona comprende que está mal visto vanagloriarse de sus
logros porque los demás le tacharán inmediatamente de engreído. Entonces adopta una
estrategia más sutil: se lamenta por sus logros, haciéndonos sentir mal porque estamos
muy por debajo de su nivel.

El fanfarrón encubierto jamás nos dirá directamente que tenemos algunos kilos de más,
pero se quejará de que no puede entrar en la talla “M” cuando nosotros usamos una “L”
o incluso una “XL”. Es la persona que se lamenta porque no puede correr más de 30
kilómetros cuando sabe perfectamente que solo podemos correr 5 kilómetros antes de
quedarnos exhaustos.

El fanfarrón encubierto usará su técnica en todas las esferas de la vida, se comparará


sutilmente con nosotros para hacer patente que no estamos a su altura y que debemos
sentirnos muy mal por ello. De esta forma también se erige como una especie de ídolo a
seguir, para que nos pongamos a su disposición y satisfagamos sus deseos.

2. El plantador de ideas
Estas personas manipuladoras usan una táctica muy sutil: nos presionan con ideas
socialmente aceptadas y bien vistas para que estemos de acuerdo con sus puntos de vista
y decisiones.
Generalmente su discurso comienza con frases como: "Estoy seguro de que estarás de
acuerdo con..." o "No puedes negar que...". Por ejemplo, pueden decir: “Estarás de
acuerdo con que un buen hijo cuida de su madre”. Se trata de generalizaciones que
reflejan valores positivos pero que, sin duda alguna, tienen muchos matices y pueden
variar de un caso a otro. Sin embargo, al presentarlas de esta forma nos ponen en una
situación difícil ya que tendríamos que decir: “no, no estoy de acuerdo con lo que dices”.

De hecho, su táctica de manipulación consiste en presentar esas ideas como valores


aceptados socialmente, de manera que si no los compartimos, nos convertimos
automáticamente en malas personas, y ni siquiera nos darán tiempo para argumentar
nuestra opinión. Así no solo logran que nos sintamos mal sino que también nos manipulan
si no encontramos la fuerza para negar sus afirmaciones.

3. El decepcionado permanente

Cuando queremos a una persona, nos sentiremos mejor si hacemos algo que la enoja que
si la decepcionamos. La decepción es un peso difícil de cargar, nos sentimos muy mal
cuando sabemos que hemos decepcionado a alguien importante para nosotros y asumimos
que somos malas personas por ello.

Este tipo de persona manipuladora lo sabe y juega esa carta a su favor. Por eso, la
encontraremos permanentemente decepcionada. Cada vez que hacemos algo que le
desagrada o que no satisfacemos sus demandas, esa persona nos hará saber cuán
decepcionada está. El problema es que la sensación de culpa que experimentamos es tan
grande que le damos la razón y nos ponemos a su merced.

No nos damos cuenta de que decepcionar a alguien solo significa que no hemos estado a
la altura de las expectativas que esa persona tiene para nuestra vida. Decepcionar a
alguien significa que esa persona trazó un camino en nuestro lugar y no lo seguimos. en
realidad, tenemos todo el derecho del mundo de seguir el camino que elijamos y no
debemos sentirnos mal por ello.

4. El victimista crónico

Este tipo de persona manipuladora nos hace sentir en deuda con ella. Nunca se cansa de
resaltar todas las desgracias que ha sufrido a lo largo de la vida, por lo que sentimos que
por alguna extraña razón que ni siquiera llegamos a entender, le debemos algo.

Dado que cada vez que la encontramos tiene una desgracia nueva que añadir a su
larguísimo elenco, no nos sentimos con fuerzas para convertirnos en el “monstruo” que
va a añadir un nuevo problema a su vida mientras está pasando por ese mal momento.

El problema es que esa persona aprovechará esa sensación para pedirnos un gran favor y
hacer que satisfagamos sus necesidades, incluso a costa de las nuestras. Sin embargo, si
nos ponemos a sus pies, no dudará en pasar por encima nuestro para seguirle contando
sus desgracias a otros, dejándonos con nuestros propios problemas sin resolver.
5. El oyente selectivo

Cuando estamos inmersos en una discusión, podemos perder la paciencia y decir cosas
que no sentimos realmente o de las que nos arrepentimos. Sin embargo, este tipo de
persona manipuladora se quedará aferrada a esa frase o actitud, y nos vapuleará con ella
hasta el fin de los tiempos.

No importa lo que dijimos antes o después. Tampoco importa el contexto en el que lo


dijimos o si intentamos disculparnos y reparar el daño, esa persona utilizará nuestro error
para someternos a su voluntad, haciéndonos ver cuánto nos equivocamos y cuán malos
somos.

Su estrategia consiste en esperar a que cometamos un error, sacarlo completamente de


contexto y usarlo para manipularnos emocionalmente. Esta persona solo se centrará en
nuestras equivocaciones porque son las que le permiten alcanzar su objetivo, y todo lo
bueno que hagamos simplemente lo borrará.

6. El mártir

Se trata de uno de los peores tipos de personas manipuladoras porque justifican sus malas
acciones y su egoísmo con alguna causa superior. Podría tratarse de una causa religiosa
o de algo más terrenal como ser un buen padre o una buena madre.

Su frase preferida es: “lo hago por tu bien” o “solo estoy intentando ayudarte”, cuando
sabemos perfectamente que no es así y que los principales beneficiados serán ellos
mismos.

Sin embargo, si se lo hacemos notar, estas personas afirman que no encuentran ningún
placer en su comportamiento, pero lo hacen porque es lo correcto. De hecho, pueden
llegar a decirnos que esa decisión les duele y les hace sufrir, de ahí que asuman el rol de
mártires. Y lo peor de todo es que nos hacen sentir personas horribles porque no somos
capaces de apreciar su “sacrificio”.

7. El inquisidor

Esta persona manipuladora utiliza la crítica directa como su arma principal. Su táctica es
hacernos sentir que no somos capaces de llevar las riendas de nuestra vida, que no estamos
a la altura de la situación y que necesitamos confiar en ella para que todo finalmente se
encauce.

Las críticas al inicio son sutiles e indirectas pero con el tiempo serán cada vez más ácidas,
socavando profundamente nuestra autoestima. De esta forma va imponiendo su visión de
la realidad, sus reglas y sus valores, hasta el punto que terminamos viéndonos a través de
sus ojos.

El inquisidor es un auténtico maestro de la manipulación emocional y absolutamente todo


lo que hagamos o digamos será usado en nuestra contra porque lo usará para juzgarnos y
hacer que quedemos mal parados.
De cualquier manera, no permitas que tomen el control de tu vida. No dejes que te hagan
sentir culpable o que juzguen tus decisiones basándose en su propia vara de medir. En
¡Cuidado! Manipulador a la vista, podrás hallar tácticas y estrategias para salir de las
redes de la manipulación emocional.
14 tacticas de las personas manipuladoras
Mentiras y manipulación > Propaganda, manipulación y desinformación

A las personas manipuladoras las encontramos en distintas circunstancias de


nuestras vidas. Hay manipuladores en nuestro trabajo, jefes o compañeros de
oficina, en nuestras amistades y sobre todo en nuestra familia.

No es fácil descubrir cuáles son las características de las personas


manipuladoras, pero la mayoría de nosotros hemos sentido y vivenciado estas
relaciones que nos confunden profundamente, porque no estamos seguros que
está sucediendo. Nos sentimos culpables y al mismo tiempo víctimas.

Comienza un circulo vicioso donde muchas veces hemos sido heridos o dañados por
una persona manipuladora, donde hacemos un gran esfuerzo por mantenernos alejados,
pero a la vez nos sentimos incómodos por la presión y volvemos a intentarlo, volvemos
a depositar la confianza, pero sin resultados positivos. Al final relacionarnos con
personas manipuladoras nos puede conducir a tomar malas decisiones, y sentirnos muy
confundidos e inseguros con respecto a nosotros mismos.

Características de las Personas Manipuladoras

Personalidad agresiva encubierta

Hay dos tipos básicos de agresión: la agresión directa y la agresión encubierta. Cuando
usted está determinado para obtener algo y es abierto, directo y obvio en su manera de
enfrentamientos, su comportamiento es etiquetado como abiertamente agresivo. Cuando
usted debe "ganar", dominar o controlar, pero en forma sutil, secreta o bastante
engañosa para esconder sus intenciones verdaderas, su comportamiento es más
apropiadamente etiquetado como encubiertamente agresivo. Ahora, evitar cualquier
demostración abierta de la agresión y simultáneamente intimidando a otros para que le
den lo que usted quiere, es una maniobra poderosamente manipuladora. Por eso la
agresión encubierta es el vehículo para la manipulación interpersonal usado más a
menudo.

EL PROCESO DE VICTIMIZACIÓN

Durante mucho tiempo, me pregunté por qué las víctimas de manipulación les cuesta
tanto ver lo que sucede en interacciones manipuladoras. Al principio, estuve tentado de
criticarlos. Pero he aprendido que son engañados por algunas muy buenas razones:

1. La agresión de un manipulador no es obvia. Nuestra intuición puede decirnos que


ellos luchan por algo, luchan para vencernos, ganar poder, o hacer las cosas a su
manera, y nos encontramos inconscientemente a la defensiva. Pero porque no podemos
señalar pruebas objetivas y claras de que nos atacan, no podemos validar fácilmente
nuestros sentimientos.

2. Las tácticas usadas por los manipuladores pueden hacerlo parecer que están dolidos,
se preocupan, defendiéndose..., casi todo menos que están peleando. Esta táctica es
difícil de reconocer simplemente como estrategia inteligente. Ellos siempre hacen lo
suficiente para que la persona dude de su comprensión natural e intuitiva de que está
siendo víctima de abuso o toma de ventajas.

Además, la táctica no sólo dificulta que consciente y objetivamente vea que un


manipulador lucha, sino que simultáneamente le mantienen a la defensiva. Estos rasgos
son armas psicológicas muy eficaces a las cuales cualquiera puede ser vulnerable. Es
difícil pensar con claridad cuando alguien le tiene huyendo emocionalmente.

3. Todos nosotros tenemos debilidades e inseguridades que un manipulador inteligente


podría explotar. A veces, somos conscientes de estas debilidades y de cómo alguien
podría usarlos para aprovecharse de nosotros. Por ejemplo, oímos que padres dicen
cosas como: "sí, sé que tengo un botón de culpa bien grande." - Pero cuando su niño
manipulador empuja afanosamente aquel botón, ellos pueden olvidar fácilmente lo que
realmente sucede. Además, a veces somos inconscientes de nuestras vulnerabilidades
más grandes. Los manipuladores a menudo nos conocen mejor que nosotros mismos.
Ellos saben qué botones presionar, cuando y con qué fuerza. Nuestra carencia del
conocimiento de sí mismos nos pone en una situación de desventaja para ser explotados.

4. Lo que nuestra intuición nos dice cómo es un manipulador, desafía todo que nos han
enseñado creer sobre la naturaleza humana. Hemos sido inundados de una psicología
que nos tiene viendo a todos, al menos hasta algún grado, como miedosos, inseguros o
"colgados". De este modo, mientras nuestro instinto nos dice que tratamos con un
manipulador despiadado, nuestra cabeza nos dice que ellos realmente deben ser
personas asustadas o heridas "por dentro". Lo que es más, la mayor parte de nosotros
generalmente odia pensar en sí misma como gente insensible y cruel. Vacilamos en
hacer juicios duros o aparentemente negativos sobre otros. Queremos darles el beneficio
de la duda y asumir que ellos realmente no abrigan las intenciones malévolas que
sospechamos. Tenemos más tendencia a dudar y culparnos por atrevernos a creer lo que
nuestro instinto nos dice sobre el carácter de nuestro manipulador. [...]

Mientras, desde cierta perspectiva podríamos decir que alguien con este
comportamiento defiende su ego de cualquier sentido de vergüenza o culpa, es
importante darse cuenta que al tiempo que el agresor expone estos comportamientos, él
no está principalmente defendiendo (es decir intenta impedir que ocurra algún
acontecimiento internamente doloroso), sino que pelea para mantener una posición,
ganar poder y quitar cualquier obstáculo (tanto interno como externo) en el camino de
obtener lo que él quiere.

Ver al agresor a la defensiva en cualquier sentido es una trampa para victimizar.

El reconocimiento de que ellos están principalmente a la ofensiva, prepara mentalmente


a una persona para la acción decisiva que deben tomar a fin de evitar ser atropellados.

Por lo tanto, creemos que es lo mejor comprender muchos de los comportamientos


mentales (no importa cuán "automáticos" o "inconscientes" pueden parecer) que a
menudo observamos como mecanismos de defensa, como tácticas de poder ofensivas,
porque las personalidades agresivas los emplean principalmente para manipular,
controlar y conseguir el dominio sobre otros.

Más que tratar de prevenir que suceda algo emocionalmente doloroso o terrible,
cualquiera que use estas tácticas está tratando principalmente de asegurar que algo que
ellos quieren que pase, suceda. [...]

14 TACTICAS DE LAS PERSONAS MANIPULADORAS

Tácticas del manipulador

1. Negación

Esto es cuando el agresor rechaza confesar que ellos han hecho algo dañino o hiriente
cuando claramente lo hicieron. Es una manera de mentir (a ellos, así como a otros)
sobre sus intenciones agresivas. Esta táctica del "¿Quien?... ¿Yo?" es una forma de
"jugar al inocente", e invita a la víctima a sentirse injustificada al encarar al agresor
sobre su comportamiento inadecuado. Esta es también la forma en que el agresor se da
el permiso de tener la razón en hacer lo que ellos quieren hacer. Esta negación no es de
la misma clase de la negación de una persona que acaba de perder a un ser amado y que
no puede aceptar completamente el dolor y la realidad de la pérdida. Aquel tipo de
negación es principalmente una "defensa" contra una ansiedad y daño insoportable.
Entonces, la negación anterior no es principalmente una "defensa", sino que una
maniobra que usa el agresor para conseguir que otros se echen para atrás, descolgarse o
sentirse tal vez hasta culpable por insinuar que él hace algo incorrecto. [...]

2. Falta de atención Selectiva

Esta táctica es similar y a veces confundida con la negación. Ocurre cuando el agresor
"juega al tonto", o actúa como olvidadizo. Al usar esta táctica el agresor activamente no
hace caso de las advertencias, súplicas o deseos de otros, y en general, rechaza prestar
atención a todo lo que podría distraerlo de perseguir sus propios objetivos. A menudo,
el agresor sabe muy bien lo que usted quiere de él cuándo comienza a exponer este
comportamiento de "¡no quiero oírlo!". Usando esta táctica, el agresor activamente se
resiste a las tareas de prestar atención...

3. Racionalización

Una racionalización es la excusa que un agresor trata de ofrecer para involucrarse en un


comportamiento inadecuado o dañino. Ésta puede ser una táctica eficaz, sobre todo
cuando la explicación o justificación del agresor tiene el suficiente sentido como para
que cualquier persona razonablemente consciente la compre totalmente. Es una táctica
poderosa porque no sólo sirve para quitar cualquier resistencia interna que el agresor
podría tener sobre hacer lo que él quiere hacer (calmando cualquier náusea de la
conciencia) sino que también le saca a otros de encima. Si el agresor puede convencerle
que lo que hace es justificado, entonces él queda más libre para perseguir sus objetivos
sin interferencias. [...]

4. Desviación

Un objetivo móvil es difícil de golpear. Cuando tratamos de sujetar a un manipulador o


tratamos de tener una discusión enfocada en una sola cuestión o comportamiento que no
nos gusta, él es el experto en saber como cambiar el tema, esquivar la cuestión o de
algún modo nos lanzan una curva. Los manipuladores usan distracción y técnicas de
desviación para mantener el foco lejos de su comportamiento, alejarnos de la pista, y
quedar libre para sus propios fines egoístas y ocultos. [...]

5. Mentira

Es a menudo difícil saber cuándo una persona miente mientras lo hace. Por suerte, hay
momentos en que la verdad sale a flote porque las circunstancias no confirman la
historia de alguien. Pero también hay momentos cuando usted no sabe que ha sido
engañado hasta que es demasiado tarde. Un modo de minimizar las posibilidades de que
alguien lo pisotee es recordar que puesto que las personalidades agresivas de todos los
tipos generalmente no se detendrán ante nada para conseguir lo que ellos quieren, usted
puede esperar que ellos mientan y hagan trampas.

Otra cosa a recordar es que los manipuladores -siendo personalidades encubiertas


agresivas- son propensos a mentir de modos sutiles y encubiertos. Los tribunales están
bien conscientes de las muchas formas en que la gente miente, aún cuando ellos
requieren en los juramentos de tribunal que los testigos digan "la verdad, sólo la verdad,
y nada más que la verdad". Los manipuladores a menudo mienten reteniendo una
cantidad significativa de la verdad o deformándola. Son expertos en ser vagos cuando
usted les hace preguntas directas. Es un modo hábil de mentir por omisión. Tenga esto
en mente cuando trate con un sospechoso de ser lobo vestido de oveja. [...]

6. Intimidación Encubierta

Los Agresores con frecuencia amenazan a sus víctimas con mantenerlos ansiosos,
aprensivos y en una posición baja. Los agresivos encubiertos intimidan a sus víctimas
haciendo veladas (sutil, indirectas e implícitas) amenazas. Causar culpa y vergüenza son
dos de las armas favoritas de los agresivos encubiertos. Ambas son tácticas especiales
de intimidación.

7. Crear culpa

Una cosa que las personalidades agresivas saben bien es que otros tipos de personas
tienen conciencias muy diferentes a las de ellos. Los manipuladores son a menudo
expertos en utilizar la mayor conciencia de sus víctimas para mantenerlos en la duda de
sí mismos, ansiosos y sumisos. A más conciencia tiene la víctima potencial, la culpa es
más eficaz como arma.

Las personalidades agresivas de todos los tipos usan la creación de culpa como táctica
manipuladora en forma tan frecuente y con tanta eficacia, que demuestra cuan
esencialmente diferentes de carácter son al compararlos con otras personalidades (sobre
todo neurótica). Todo lo que un manipulador tiene que hacer es sugerir a la persona
consciente que ellos no se preocupan bastante, son demasiado egoístas, etc. Y aquella
persona inmediatamente comenzará a sentirse mal. Por el contrario, una persona
consciente podría intentar que un manipulador (o cualquier otra personalidad agresiva)
se sienta mal por su comportamiento hiriente, reconocer su responsabilidad, o admitir la
maldad, sin lograr absolutamente nada.
8. Avergonzar

Esta es la técnica de usar sarcasmo sutil y observaciones ofensivas como un medio de


miedo creciente y duda de sí mismo en otros. Los agresivos encubiertos usan esta
táctica para hacer que otros se sientan inadecuados o indignos, y por lo tanto, sean
deferente con ellos. Esto es un modo eficaz de crear un sentido contínuo de
insuficiencia personal en la parte más débil, permitiendo así a un agresor mantener una
posición de dominio. [...]

9. Desempeñar el Papel de Víctima

Esta táctica implica retratarse como una víctima inocente de circunstancias o


comportamiento de alguien más a fin de ganar la compasión, evocar la compasión y así
conseguir algo del otro. Una cosa con la que cuentan las personalidades agresivas
encubiertas es el hecho que las personalidades menos hostiles y crueles por lo general
no pueden soportar el ver a alguien sufrir. Por lo tanto, la táctica es simple. Convenza a
su víctima que usted sufre de algún modo, y ellos tratarán de aliviar su angustia. [...]

10. Vilipendiando a la Víctima

Esta táctica es con frecuencia usada junto con la táctica de desempeñar el papel de
víctima. El agresor usa esta táctica para hacerlo parecer que él sólo responde (es decir se
defiende contra) la agresión de parte de la víctima. Esto permite al agresor poner mejor
a la víctima a la defensiva. [...]

11. Desempeñar el Papel de Criado

Los agresivos encubiertos usan esta táctica para encubrir sus agendas egoístas bajo el
aspecto de servicio a una causa más noble. Esto es una táctica común, pero difícil de
reconocer. Pretendiendo trabajar mucho en el nombre de alguien más, los agresivos
encubiertos ocultan su propia ambición, deseo de poder, y búsqueda de una posición de
dominio sobre otros. [...]

Un escándalo reciente que envuelve a un tele-evangelista causó que su iglesia lo


censurara por un año. Pero él dijo a sus fieles que no podía detener su ministerio porque
él debía ser fiel a la voluntad del Señor (Dios supuestamente se dirigió a él y le dijo que
no se marchase). Este ministro era claramente desafiante de las autoridades establecidas
de su iglesia. Aún así, se presentó como una persona humildemente sumisa a las
autoridades "más altas". Un sello característico de las personalidades encubiertas
agresivas es que profesa en voz alta el servilismo, al tiempo que luchan por el dominio.

12. Seducción

Las personalidades encubiertas agresivas son expertas en encantar, alabar, adular o de


apoyar abiertamente a otros a fin de conseguir bajar su defensa y rendir su confianza y
lealtad. Los agresivos encubiertos son también en particular conscientes de que la gente
que es hasta cierto punto emocionalmente necesitada y dependiente (y esto incluye a la
mayor parte de personas que no tienen desórdenes de personalidad) quiere la
aprobación, tranquilidad, y más que nada, un sentido de ser valorado y necesitado.
Aparentar ser atento a estas necesidades, puede ser el boleto de un manipulador para
obtener un poder increíble sobre otros. [...]

13. Proyectando la culpa (culpando a otros)

Las personalidades Agresivas siempre buscan un modo de cambiar la culpa por su


comportamiento agresivo. los agresivos encubiertos no son sólo expertos encontrando
cabezas de turco, son expertos en hacerlo en forma sutil, difícil de detectar.

14. Minimización

Esta táctica es una clase única de negación conectado con la racionalización. Usando
esta maniobra, el agresor intenta afirmar que su comportamiento abusivo no es
realmente tan dañino o irresponsable como alguien podría reclamar. Esto es la tentativa
del agresor de hacer convertir una montaña en un hoyo de topo.

Resumen

He presentado las principales tácticas que usa los agresivos encubiertos para manipular
y controlar a otros. No son siempre fáciles de reconocer. Aunque todas las
personalidades agresivas tiendan a usar estas tácticas, los agresivos encubiertos
generalmente los usan hábilmente, de manera sutil. Alguien tratando con una persona
encubiertamente agresiva tendrá que aumentar la sensibilidad de nivel visceral frente al
uso de esta táctica si quieren evitar ser sus víctimas.
El Poder De Las Personas
Manipuladoras
El gaslighting es una forma de poder sobre abuso mental mucho más común de lo que
podríamos pensar, sobre todo en las relaciones de pareja o entre padres e hijos.
Básicamente, ocurre cada vez que alguien nos miente deliberadamente con el objetivo
de alterar nuestra percepción de las circunstancias y sacar provecho de ello, aunque
saben de sobra que tenemos razón.

Sin embargo, el gaslighting suele ser difícil de detectar porque casi nunca implica el uso
de la violencia. De hecho, esa persona suele comportarse de manera muy amable e
incluso pone a su víctima en un pedestal, para que no ponga en duda sus intenciones. En
muchos casos, el manipulador se autoproclama como defensor de la víctima, cuando en
realidad lo que intenta es someterla.

Es fácil pensar que nunca caeríamos en una manipulación tan “burda”, pero cuando las
emociones entran en juego, lo improbable se vuelve probable. De hecho, el gaslighting
es un complejo mecanismo de proyección e introyección de los conflictos psíquicos en
el que intervienen dos personas:

– Manipulador: Por una parte, hallamos a la persona manipuladora, que proyecta sus
conflictos sobre su víctima, para mantener incólume su propia identidad y sentir que
tiene el control.

– Víctima: Por otra parte, hallamos a la víctima, que normalmente es una persona que
tiene una relación afectiva con el manipulador y que acepta como propios los conflictos
de este.

La víctima no confía en sus propios juicios, idealiza al manipulador y asume su sentido


de la realidad. Normalmente se trata de una persona insegura, que necesita la
aprobación externa. Aunque en algunos casos, cuando el gaslighting se extiende a lo
largo de los años, la seguridad y autoconfianza de una persona pueden comenzar a
tambalearse, de forma que esta llega a aceptar la realidad que le impone el otro, sobre
todo si confía en esa persona.

Obviamente, una forma tan refinada de manipulación emocional no ocurre de la noche a


la mañana.

Fase 1: En la primera etapa, cuando alguien intenta imponerte otra realidad, lo normal
es que presentes resistencia y la rebatas. Puedes discutir durante horas sobre el
argumento, hasta que llegas a sentirte francamente ridículo, pero no logras llegar a
ningún acuerdo porque la otra persona no da su brazo a torcer. De hecho, es probable
que discutas sobre cosas que no deberían ser motivo de discusión, como tus
sentimientos u opiniones. Sin embargo, discutes porque alguien está intentando decirte
cómo debes sentirte o pensar. En esta etapa, todavía crees en ti, pero comienzas a poner
en duda tus creencias.
Fase 2: En la segunda etapa comienzas a considerar el punto de vista de la otra persona
e incluso lo entiendes, así que te esfuerzas porque comprenda a su vez tu perspectiva.
No obstante, te asusta lo que su punto de vista desvela sobre ti, lo que crees que dice
sobre tus creencias y valores. En este punto, el objetivo de la discusión ya no es ganar y
demostrar que tienes razón, sino tan solo probar que eres una buena persona, que eres
valioso. Se trata de un cambio de objetivo importante porque demuestra que has dejado
de creer en tus argumentos y que estás luchando solo por demostrar tu valía.

Fase 3: En la tercera etapa comienzas a dudar seriamente de ti y te preguntas “¿qué hay


de malo en mí?” Comienzas a considerar que su punto de vista es normal y que el tuyo
es erróneo, pierdes la habilidad para juzgar tus propios pensamientos y sentimientos
porque usas el rasero de otra persona. En este momento, has abrazado por completo la
perspectiva del manipulador, dudas de ti y comienzas a temerle a sus críticas, hasta tal
punto que puedes obsesionarte por no cometer un error. En esta fase, ya no crees que
eres una persona valiosa, has entregado tu capacidad de decisión y autoestima.

¿Por qué una persona cae en esta trampa?


Existen tres características que hacen que una persona sea más proclive a ser víctima del
gaslighting:

Necesidad de tener la razón. Una persona que siempre quiere tener la razón, es más
propensa a sufrir este tipo de manipulación porque también suele enzarzarse en
discusiones que se desvirtúan del tema principal y entran en el peligroso terreno de la
subjetividad. Además, el deseo de tener razón también implica una visión en blanco y
negro del mundo, por lo que cuando sus argumentos pierden solidez, tendrá la tendencia
a asumir los de la otra persona, sin darse cuenta de que ambos argumentos son
simplemente perspectivas diferentes.

Necesidad de aprobación. La necesidad constante de aprobación desvela a una persona


insegura, una persona que se pliega con facilidad ante los deseos de los demás solo para
obtener su beneplácito. Obviamente, el manipulador aprovecha esta debilidad a su
favor. Una persona que necesita la aprobación de los demás estará sometida a estos, por
lo que será muy vulnerable a la manipulación.

Necesidad de afecto. El gaslighting suele ocurrir entre personas que mantienen una
estrecha relación afectiva. De hecho, a menudo la víctima idealiza al manipulador, a
quien lo ve como un “salvador” o “defensor”. Obviamente, si no existiese ese vínculo
emocional, sería mucho más fácil romper la relación o detener la manipulación antes de
que esta adquiriera proporciones mayores.

¿Cómo enfrentar el gaslighting?


La mejor solución para no caer en este tipo de manipulación es aprender a detectarla a
tiempo. Es importante que seas capaz de identificar a este tipo de personas. De hecho,
cuando alguien te hace sentir mal continuamente, te hace dudar de ti mismo y
disminuye tu autoconfianza, haciendo tambalear tu seguridad, es porque se trata de una
persona tóxica y debes mantenerte con todos los sentidos alertas cuando te relacionas
con ella.

También debes ser consciente de que una persona puede no compartir tus sentimientos e
ideas, puede no estar de acuerdo con ellos e incluso puede que no los entienda, pero no
debe dudar de su existencia, después de todo, no está dentro de ti para afirmarlo o
negarlo con certeza. Por tanto, si una persona pone en duda tus sentimientos e ideas con
frecuencia, es probable que lo haga solo para minar tu autoestima y manipularte. No
dejes que nadie ponga en duda lo que sientes o piensas.

Por último, considera que con estas personas, es mejor no discutir, porque su objetivo
no es comprenderte sino manipularte. La persona que recurre al gaslighting no necesita
tener razón, tan solo necesita que tú creas que la tiene. Por eso, hará todo lo posible por
manipular tu percepción de los hechos. La clave radica en impedírselo y, para ello, es
conveniente que no te involucres en discusiones que no son objetivas.
ENTERATE PORQUE UN
MANIPULADOR NARCISISTA
NUNCA SE DISCULPA
manipulador narcisista

Por qué un manipulador narcisista perverso nunca se disculpa. Algunas personas


simplemente no pueden lidiar con la realidad.

Si alguna vez has tenido que lidiar con un manipulador o un pervertido narcisista,
probablemente hayas notado algo muy confuso con ellos. Aunque solo pueden ver el
daño que se hacen el uno al otro, nunca se ven a sí mismos como agresores.
Independientemente de la evidencia de su mala conducta que los traiga, muchos
agresores argumentarán que “esto ha sido merecido”. O cualquier otra justificación
ridícula. Hasta el momento de su muerte.

Uno puede preguntarse cómo es posible que un ser humano abusivo y horrible no pueda
darse cuenta del daño que está haciendo a su alrededor. Como era de esperar, realmente
hay una razón psicológica para ello.

Nadie quiere considerarse una mala persona.


La razón más simple de este estado de cosas es que nadie quiere considerarse una mala
persona. Tampoco dicen que está haciendo cosas malas. Es por eso que todos podemos
justificar nuestras malas acciones a los que nos juzgan.

Los manipuladores perversos narcisistas también quieren verse a sí mismos como


buenas personas. Tienen una propensión a considerarse a sí mismos también como
víctimas porque su autoimagen actual no puede manejar lo contrario.

Una negación de la realidad.


Además, admitir que hicieron algo malo equivaldría a admitir un fracaso o una
renuncia. Esto es algo que los atacantes nunca harán. En sus mentes hay un choque
fuerte entre el desorden de personalidad, una necesidad de control y el ciclo de abuso
por el otro.

Luego se vuelven delirantes al tratar de justificar sus acciones. O finge que estás
equivocado. Esto les permitirá sentirse en paz con los actos malvados que han cometido.
Al hacer esto, salen de la realidad que sería insoportable para ellos. Crean su propia
realidad.

Piénsalo por un momento. Su manipulador pervertido narcisista ciertamente ya le ha


presentado excusas descabelladas para su comportamiento. Es posible que haya
escuchado que él minimiza lo que hizo, inventa cosas que hizo para justificarse a sí
mismo, o incluso dice que “se lo merecía” porque hizo algo que él no hizo. no me gustó
Todas estas cosas son las llamadas aberraciones con el fin de seguir considerándose a sí
mismas como una buena persona.

Es por eso que es tan difícil hacer que un manipulador narcisista perverso admita que
está haciendo cosas incorrectas, incluso si hay evidencia. Si hay daños visibles y
pruebas serias, pueden admitir que han estado equivocados durante un corto período de
tiempo. Pero cuando desaparece la evidencia, será culpa tuya nuevamente.

Al arruinar su reputación y preocuparse por la de ellos, se aseguran de que otros les


aseguren su derecho.
Es por eso que nunca debes esperar que un abusador admita sus errores a la larga. Y
nadie puede cambiar sin reconocer sus errores y errores.

Esta es también la razón por la cual no debes tratar de cambiar un manipulador perverso
narcisista. Ni para obligarlo a admitir los hechos. Si estás con un manipulador perverso
narcisista, la mejor solución para ti es irte y desconectarte de él, tan pronto como notes
comportamientos de negación.
8 Sencillas reglas para comunicarte con
un manipulador
Cómo tratar a un manipulador de la manera más
inteligente
Las personas manipuladoras, son aquellas que de manera muy inteligente llegan a
inculcar en nosotros sentimientos de culpa, mediante el chantaje y otro tipo de
herraminetas psicológicas poco saludables. Este tipo de personas siempre consiguen de
una manera u otra, que los demás terminen haciéndo lo que ellos desean. Hoy queremos
brindarte una serie de consejos para que puedas saber cómo tratar a un manipulador,
para así evitar ser tu el perjudicado ante su poco saludable sistema de dominio mental.

¿Quieres saber cómo tratar a un manipulador si caer en su juego? A continuación te


brindamos 8 sencillas reglas para que puedas lograrlo.

Cómo tratar a un manipulador con estas 8 reglas de oro


1. Recuerda siempre tus derechos inalienables

Al momento de saber cómo tratar a un manipulador, es necesario que primero que


nada tengas muy presente cuales son tus derechos como persona dentro de la sociedad.

 Tienes el derecho a ser respetado por las demás personas


 Tienes el derecho a expresar tus opiniones, deseos y sentimientos ante los demás
 Tienes derecho a establecer cuales son tus prioridades
 Tienes derecho a decir “no”, sin sentir culpa por ello
 Tienes derecho a recibir aquello por lo que has pagado
 Tienes derecho a expresar tus propios puntos de vista aunque estos no
concuerden con los de los demás
 Tienes derecho a protegerte bajo distintos tipos de amenazas morales, mentales
y físicas
 Tienes derecho a construir tu propia vida y realidad en base a tu propio concepto
de felicidad

Recuerda siempre que las personas manipuladoras son expertas en entrar más allá de
nuestro límite personal, por lo que al estar frente a una de ellas, tendrás que tener muy
en claro cuales son tus derechos personales.

2. Guarda la distancia

Por lo general, las personas manipuladoras suelen ir cambiando su comportamiento en


base a la persona que tienen en frente; más amables y dolidarios con unas, más
violentos con otras. Esto es debido a que una persona manipuladora siempre estará
dispuesto a cambiar su manera de ser en base a sus propios deseos. Son personas a las
que lo único que les importa es que se haga lo que ellas desean, por lo que recurrirán a
cualquier tipo de herramienta o estrategia para lograrlo, aunque esto tenga que ser una
personalidad falsa.

Si reconoces personas a tu alrededor que se comportan de esta manera, lo mejor que


podrás hacer es alejarte de ellas lo más que puedas.

3. No te lo tomes tan a pecho

Recuerda siempre que una persona manipuladora siempre intentará jugar con tu lado
más débil, por lo que podrá jugar un poco con tus sentimientos y emociones.

Para hacerle frente a esta clase de personas, es necesario estar muy bien centrado en
cuanto a lo racional, y reconocer siempre que el problema no está en nosotros, sino en el
manipulador.

No dejes que te hagan sentir de determinada manera; sé consciente de la situación.

4. Formula preguntas a modo de prueba

Si quieres saber cómo tratar a un manipulador, puedes optar por realizarle a dicha
persona ciertas preguntas para identificar si tiene al menor algún grado de verguenza o
autocrítica, y entra en razón, o al menos entiende que estás en alerta a su condición de
manipulador.

 “¿Realmente consideras que lo que me pides es algo justo?“


 ”¿Te parece que esto es justo conmigo?“
 “¿Puedo yo tener mi propia opinion con respecto a este tema?”
 ”¿Me lo estás preguntando o afirmando?“
 ”¿Qué recibo yo a cambio de esto?“
 “¿Realmente crees que yo …..( reformula la petición del manipulador)..?”

Es necesario que tengas en cuenta que existen personas tan manipuladoras, que ni
siqueira se tomarán el tiempo de atender a tus preguntas, y seguirán insistiéndo en su
petición.

5. ¡No te apresures!

Los manipuladores pueden llegar a presionarte hasta tal punto de que terminas haciéndo
todo lo que ellos quieren sin tan si quiera darte cuenta de ello.

No te apresures, tómate tu tiempo y no dejes que nadie altere tu orden mental.

Si necesitas tiempo para tomar una decisión, tómatelo. Recuerda que estás en todo tu
derecho de reflexionar sobre tus propias decisiones sin que nadie interfiera en ellas.

6. Aprende a decir “no”

Esta es otra de las claves fundamentales al momento de saber cómo tratar a un


manipulador.
Recuerda siempre que tienes todo el derecho de establecer tus prioridades antes que las
de los demás.

Tienes derecho a hacer valer tu posición sin sentir ningún tipo de culpa por ello.

7. Cuéntale acerca de las consecuencias de sus actos

Si el manipulador quiere jugar, ¡házlo por ese lado!

Hazle saber muy bien a la otra persona cuales serán las severas consecuencias de su acto
de manipulación.

Asegúrate de que la otra persona tenga muy en claro que tu sabes que está intentando
manipularte.

8. Defiéndete de las burlas y ofensas

Los manipuladors toman mucho mayor poder ante sujetos activos y obedientes, los
cuales resultan ser muy fáciles de ofender y anular.

Muéstrate siempre seguro de ti mismo y con una personalidad tal que nadie pueda
humillarte ni pasarte por encima.

Ahora que tu ya saber cómo tratar a un manipulador, ¡comparte con todos estos 8
saludables consejos!

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