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TEMA 25

LA EUCARISTIA LA EUCARISTIA
CULTO
EUCARISTICO
FUERA DE MISA

"No deseo nada ni me siento apegada a nada más que a Jesús Sacramentado. Pensar que el
Señor se quedó con nosotros me infunde un deseo de no separarme de El en la vida, si ser
pudiera; y de que todos lo conociesen y amasen. Seamos locos de amor divino y no hay
nada que temer". »

(Santa María Micaela del Santísimo Sacramento)

La eucaristia culto
LA EUCARISTIA eucaristico fuera de misa

Imporancia de al visita
al santisimo

DESARROLLO:
I. CULTO DE LA EUCARISTIA
(CIC 138)En la liturgia de la misa expresamos nuestra fe en la
presencia real de Cristo bajo las especies de pan y de vino, entre otras
maneras, arrodillándonos o inclinándonos profundamente en señal de
adoración al Señor. "La Iglesia católica ha dado y continua dando este
culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no
solamente durante la misa, sino también fuera de su celebración:
conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas,
presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad,
llevándolas en procesión en medio de la alegría del pueblo" (MF 56).

(CIC 1379 )El sagrario (tabernáculo) estaba primeramente destinado a guardar dignamente la Eucaristía para
que pudiera ser llevada a los enfermos y ausentes fuera de la misa. Por la profundización de la fe en la presencia
real de Cristo en su Eucaristía, la Iglesia tomó conciencia del sentido de la adoración silenciosa del Señor
presente bajo las especies eucarísticas. Por eso, el sagrario debe estar colocado en un lugar particularmente
digno de la iglesia; debe estar construido de tal forma que subraye y manifieste la verdad de la presencia real
de Cristo en el santísimo sacramento.
«La Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad
del culto eucarístico. Jesús nos espera en este
sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir
a encontrarlo en la adoración, en la contemplación
llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y
delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración»
(Juan Pablo II, Carta Dominicae Cenae, 3).

a. OTRAS FORMAS DE CULTO A LA EUCARISTIA

Exposición de la santísima Eucaristía


“La exposición de la Santísima Eucaristía, sea en el copón, sea en la
III. custodia,
Ofensas a la
lleva verdad
a los fieles a reconocer en ella la maravillosa presencia de
Cristo y les invita a la unión del corazón con él que culmina en la comunión
sacramental. Así promueve adecuadamente el culto en espíritu y en verdad
que le es debido” (RC 82).

Templos expiatorios
I
Son templos en los que permanentemente se tiene la exposición del
Santísimo.

Oración ante el Sagrario


Aunque podamos orar en todas partes, hay lugares especiales que impulsan
y sostienen mejor la oración; uno de ellos es la cercanía física a la Sagrada
Eucaristía reservada en el Sagrario. Ahí se pueden hacer las “visitas al
santísimo Sacramento”.

La bendición con el Santísimo


Desde hace tiempo se acostumbraba bendecir a los fieles, trazando la señal
de la cruz, con reliquias de los santos y con mayor razón con el Santísimo
Sacramento. Esto conjunta la bendición “ascendente” de alabanza,
adoración y acción de gracias con la bendición “descendente” de súplica.

Procesiones eucarísticas
“El pueblo cristiano da testimonio público de fe y piedad religiosa hacia el
Santísimo Sacramento con las procesiones en que se lleva la Eucaristía por
las calles con solemnidad” (RC 101).
La finalidad de las procesiones eucarísticas es prolongar y hacer accesible
al mayor número de fieles la veneración al Santísimo Sacramento. Por eso
hay “Estaciones” o “Paradas”, donde se hace un alto especial para alabarlo
y donde se puede dar la bendición con el Santísimo.

Congresos eucarísticos
Son una manifestación especial del culto Eucarístico y un signo eclesial de
fe y caridad. Los Congresos Eucarísticos se realizan a distintos niveles:
internacionales, nacionales, diocesanos y parroquiales.

“El culto a la Eucaristía fuera de la Misa nos


ayuda a darnos cuenta de que el mismo Señor
II. IMPORTANCIA DE LA VISITA AL SANTISIMO

La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza y


de amistad con Dios. En esos ratos de oración ante el Santísimo, ante
Jesús Sacramentado, recordamos que su presencia es fruto del amor
que nos tiene. Es un momento oportuno para renovar nuestro propósito
de ser santos y de responder generosamente al amor de Dios. En la
adoración a Cristo Jesús también podemos pedir perdón por nuestras
faltas y pecados, reconociendo así, con humildad, que sólo Él tiene el
poder para perdonarnos y que lo ejerce por medio de sus sacerdotes en
el confesionario, renovando nuestra confianza en su misericordia.

¿Qué le decimos al Señor Jesús Sacramentado?


¡Todo aquello que anida en nuestro corazón! La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza y
de amistad con Dios. En esos ratos de oración ante el Santísimo, ante Jesús Sacramentado, recordamos que su
presencia es fruto del amor que nos tiene. Es un momento oportuno
para renovar nuestro propósito de ser santos y de responder
generosamente al amor de Dios. En la adoración a Cristo Jesús
también podemos pedir perdón por nuestras faltas y pecados,
reconociendo así, con humildad, que sólo Él tiene el poder para
perdonarnos, renovando nuestra confianza en su misericordia.
Podemos rezar por los demás, por nuestros familiares, los amigos, por
los necesitados, los sufrientes, los enfermos. También por la iglesia, el
Santo Padre y sus desvalidos, por los que necesitan de la fe y se creen
abandonados de Dios. En fin, en cada uno de nosotros anidan diversas
intenciones y necesidades que podemos presentar con fe y confianza
al Señor Jesús.

¿Cómo visitar al Señor presente en el Santísimo Sacramento?


Para empezar necesitamos silencio interior y recogimiento para visitar al Señor Sacramentado. «El silencio
-indicaba Benedicto XVI- es capaz de abrir un espacio interior en lo más íntimo de nosotros mismos, para
hacer que allí habite Dios, para que su Palabra permanezca en nosotros, para que el amor a Él arraigue en
nuestra mente y en nuestro corazón y anime nuestra vida». Cuando nos encontramos en precencia de Jesús
Sacramentado lo primero es hacer un acto de fe y tomar consciencia de que Dios está ahí realmente
presente.
Muchas veces visitaremos el Santísimo Sacramento de modo espontáneo. No siempre hallamos una capilla
cerca de donde vivimos o trabajamos, pero a veces tenemos la oportunidad de hacerlo y la aprovechamos.
¿A quién no le gusta recibir la visita sorpresa de un amigo cercano? El Señor se alegrará también cuando
lo visitemos así. Sin embargo, si podemos
hacer de la visita al Santísimo un hábito
que tendrá muchos frutos en nuestra vida
espiritual. Quizás podamos visitarlo unos
minutos al día, o dos o tres veces por
semana. Podemos hacerlo solos, en la
compañía de alguien, o también en familia.
Invitar a alguien a visitar al Señor presente
en el Santísimo Sacramento es una
excelente oportunidad para hacer
apostolado y dar ocasión para que otras
personas que quizás estén un poco alejadas
del Señor vuelvan a encontrarse con Él en
la intimidad de la oración.
CUESTIONARIO:
-¿Conoces algunas formas de la presencia de Cristo en la Iglesia?

- ¿Cuál de estas presencias conocías más?

- ¿Cuáles no conocías?

- ¿Has participado en una exposición del Santísimo Sacramento o en una Procesión Eucarística?

- ¿Qué recuerdas de esos momentos?

Con la persona que está a tu derecha comenta las siguientes preguntas para llegar a un compromiso
concreto:

1. ¿Qué hacer para dar a conocer el tema de hoy en la familia, en el ambiente donde trabajo?

2. ¿Cómo fomentar el culto a la Eucaristía en sus diversas formas en la comunidad parroquial?

¿Qué tan importante es en mi vida espiritual la adoración Eucarística?

¿Qué obstáculos veo en mi vida para crecer en mi devoción a Jesús sacramentado?

¿Qué medios puedo poner para que mis visitas al Santísimo sean una experiencia cada vez más profunda
de encuentro con el Señor Jesús?

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