¿Cuáles de estas palabras contienen prefijos?
LOS PREFIJOS DEL ESPAÑOL (subasta de afirmaciones)
acallar, apuñalar, biosanitario, fotovoltaico, gerontofilia, desnudo,
circuito, geoestratégico, litoral, metrosexual, morfología, filántropo,
preocupado, necroscópico, sofreír, neuronal, obnubilar, enfermo,
bizcocho, repetición, dimorfo, tecnocracia, sobreactuar, invento,
tópico, retrógrado, videoconferencia, microorganismo, contento,
térmico, maxifalda, xenofobia, yuxtalineal, zoomorfo, pretensión,
encallar, desencallar, pseudociencia, megalomanía, emberracarse,
endémico
Consideraciones acerca de los prefijos tomadas de Almela Pérez (1999):
a. Sólo pueden ocupar la posición inicial de la palabra.
b. Poseen una alta productividad. Pueden añadirse fácilmente a
numerosas palabras.
c. No pueden aparecer como formas libres.
d. Proceden, en su mayoría, de preposiciones griegas y latinas. Pueden
proceder también de sustantivos, adjetivos y adverbios pero, en esos
casos, sus semas tienden a la inespecificidad (escaso significado
conceptual).
e. No podemos formar palabras basadas en la combinación de dos
prefijos.
f. No pueden recibir afijos directamente.
g. Guardan una relación semántica con la base a la que modifican.
1. Los prefijos no existen porque poseen un valor bien prepositivo (ej.
amoral, antesala, convenir, enmarcar, sinsentido, etc.), bien adverbial
(ej. malquerida, tardofranquismo, bienpensante, etc.). Y muchas formas
prefijales de las que hoy no funcionan en español como adverbios o
como preposiciones proceden de preposiciones o adverbios latinos o
griegos (inútil, pervivir, perímetro, anacrónico, etc.). Las preposiciones y
los adverbios pueden actuar tanto en el ámbito sintáctico (miró por la
decencia) como en el ámbito morfológico (le ilusionaba procrear). En
definitiva, lo que muchos gramáticos denominan “prefijación” no es más
que una mera distribución de adverbios y preposiciones.
2. La prefijación es un tipo de composición (no derivación). La gran
mayoría de los prefijos son preposiciones y adverbios, al contrario de los
sufijos (siempre formas ligadas). Por otro lado, el papel de los sufijos se
limita ordinariamente a matizar el sentido previo de la palabra mientras
que las formas prefijadas suponen muchas veces un cambio profundo de
sentido.
3. Los prefijos tienen un estatus independiente a los procesos de
derivación y composición. Por un lado, los prefijos no poseen la
capacidad transcategorizadora de muchos sufijos, y por otro, no
constituyen una asociación de formas libres.
4. Consideramos prefijo a la unidad lingüística que está disponible para los
hablantes como elemento susceptible de ser colocado al inicio de una
palabra. Siguiendo este criterio, no incluimos entre los prefijos estas
formas: auto, fono, logos, neo, pseudo, deca, hecto y mili ya que serían
más bien, miembros de composición. En cambio, sí incluimos los prefijos
que proceden de preposiciones griegas y latinas (hiper, meta, ante,
extra, pre, etc.) y aquellos cuyos semas son más pronominales
(genéricos) que simbólicos (específicos): micro, mini, multi, pluri, uni,
bien, mal…