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Centro de Estudios Superiores y

Ciencias Jurídicas y Criminológicas.

Alumno:
Guillermo Reyes Norianueva.

Profesor:
Dr. José Luis Ramírez Gonzáles

Ensayo:
“Control difuso”

Materia:
DERECHO INTERNACIONAL
PUBLICO
El control difuso de convencionalidad en el Estado constitucional.

Introducción

Durante la lectura de Ferrer (2010), podemos hacer un recuento de algunos casos


que propiciaron lo que ahora conocemos como principio de supremacía
constitucional, principio que ha resultado y en su momento resulto también benéfico
para muchos de los involucrados en diversos casos.

Creo importante mencionar en un principio el que a mi consideración es la clave de


toda la lectura, y es, el caso Thomas Bonham, el cual se suscitó hace ya poco más
de 400 años, mismo que tal como lo menciona el autor fue el que sin en ese
momento considerarlo así, representó posteriormente un gran avance en la solución
de diversas problemáticas que ponen en juego algunos de los derechos humanos
de los individuos.

Dicho caso que ya nos ha sido explicado por Ferrer(2010), consiste en una
demanda hacia el Dr. Thomas Bonham por practicar su carrera de medicina en un
lugar distinto al que le habían otorgado su licencia, argumentando que lo hacía de
manera ilícita. Alrededor de este planteamiento a lo largo de algún tiempo, incluso
hasta la actualidad este caso ha sido mencionado y desde entonces ha implicado la
expresión de diversas opiniones.

Desde mi perspectiva lo que en esa época ocurría era algo muy injusto y pensándolo
y tratando de plantearlo e imaginarlo en la actualidad, de seguir así sería una
situación muy compleja, considerando que si ya de por si es complicado para los
individuos ejercer la profesión que han estudiado por la cantidad de profesionales y
las escasas oportunidades laborales, el hecho de considerar que una persona
busque una oportunidad en un lugar diferente al que obtuvo sus conocimientos
como un delito o una práctica ilícita, haría mucho más difícil la inserción al mundo
laboral, impactando por ende a la vida personal y social.

Desarrollo

Como lo mencioné anteriormente, la lectura muestra algunos casos importantes


para el tema central, sin embargo mi objetivo en el presente ensayo no es hacer un
recuento de lo que ya está escrito, aunque consideré importante resaltar el caso de
Bonham por ser el desencadenante del tema, caso con el que se inicia y se concluye
la lectura, y que para mí merece mención.

Mi intención es más bien dar mi punto de vista acerca de los puntos tan importantes
que se mencionan y que desde mi perspectiva son de vital importancia para resaltar
la defensa a los derechos humanos, la búsqueda de la igualdad y el respeto a la
dignidad humana.

El principio de supremacía constitucional se refiere a considerar a la constitución


como la Ley suprema, misma que debe ser considerada por encima de cualquier
ordenamiento jurídico. Evidentemente ese principio requiere de supervisión para
poder verificar que se cumpla con lo establecido, para ello existe lo que se conoce
como control judicial de la constitución, el cual supervisa que quienes aplican las
leyes cumplan ante cualquier situación con lo que dicta la constitución y en caso de
no realizarse así cualquier estipulación o norma será invalidada.

Así como existe el principio de supremacía constitucional, existen muchos decretos


y obligaciones del Estado para cumplir cabalmente con los derechos humanos y
garantizar que todos los individuos tengamos acceso a ellos y por ende a una vida
digna.

Cuando hablamos de la situación actual del constitucionalismo, es decir del principio


de supremacía, como lo menciona Ferrer, tiene dos columnas “la garantía de los
derechos y la separación de poderes” (p.157), es decir, por un lado el hecho, como
ya lo he mencionado, de supervisar y lograr que se cumpla con los derechos
humanos y por el otro, el manejo y la aplicación de los poderes ejecutivo, legislativo
y judicial por organismos distintos e independientes.

Con lo anterior resulta o debería ser, más sencillo para quienes aplican las leyes y
velan por los derechos el lograr que se cumplan, considerando los decretos y todas
las estipulaciones que existen en torno al tema, desafortunadamente a pesar del
transcurso de los años y de las modificaciones con aporte positivo a las leyes, aún
existen casos, de la misma forma que hace ya tantos años, que son claro ejemplo
de que todavía hay mucho por trabajar para poder mejorar la situación actual de
nuestra sociedad.

Como bien sabemos existe también el derecho internacional de los derechos


humanos, que surgió con “La Declaración Universal de Derechos Humanos
aprobada en París por la Asamblea General de Naciones Unidas”. (Ferrer, 2010,
p.160)

Declaración que implica entre varias cuestiones las obligaciones de todo tipo que
deben ser cumplidas por las autoridades a fin de velar por el cumplimiento y la
promoción de los derechos humanos a los que todos los individuos miembros de la
sociedad tenemos acceso sin importar ningún tipo de condición.

Justamente a partir de lo anterior y con la finalidad de cumplir cada vez más y de


manera correcta con lo establecido surge el control de convencionalidad, que hace
referencia a la obligación de garantizar los derechos humanos de manera interna.

El control de convencionalidad tiene dos manifestaciones: una de carácter


“concentrada” por parte de la Corte Interamericana, en sede internacional; y otra de
carácter “difusa” por los jueces nacionales, en sede interna. (Ferrer, 2010 p.173)

Manifestaciones a partir de las cuales busca lograr que todos los implicados en
algún caso resulten protegidos de la mejor manera y que se valgan los derechos y/o
sanciones que de ello se desprendan.
Es importante mencionar que el control de convencionalidad es aplicado en nuestro
país, como menciona Ferrer, a partir del año 2009.

Así como existen principios y obligaciones dentro del derecho internacional de los
derechos humanos, también existen principios que respaldan el control de
convencionalidad, esto con la finalidad de garantizar que lo que se espera está
totalmente claro para los implicados, logrando de esa manera mejores resultados
para todos y eliminando la idea de que las leyes no se llevan a cabo o de que
solamente favorecen a ciertos sectores de la población.

Dentro de dichos principios se encuentra el de legalidad, que implica justamente


que las leyes sean sometidas a la Constitución, de este principio se desprende con
estrecha relación el de convencionalidad mediante el cual el Estado se compromete
a respetar los derechos humanos.

Durante la lectura de Ferrer también tenemos la oportunidad de recordar algunas


de las leyes, normas, modificaciones y evoluciones que han existido en materia de
derechos humanos y todo lo que ellos implican.

Sin duda alguna han sido innumerables los cambios que se han dado a lo largo de
409 años, desde que como lo he comentado se dio el primer caso que puso de
manifiesto la necesidad por considerar a la constitución como la Ley suprema.

Lo anterior se aplica evidentemente, más allá de lo que se pueda tener establecido


en algún lugar donde se aplican las leyes, sabiendo que dentro de la constitución
se encuentran todos los derechos a los que tenemos acceso y que nos respaldan
ante cualquier situación, teniendo en cuenta también que es un proceso que
conlleva diversos planteamientos, pero con la total seguridad de que existen
autoridades que procuraran en todo momento que el caso que se esté tratando sea
resuelto de la mejor manera.

Conclusión
El hablar acerca del caso de Bonham y de los demás que se mencionan en la
lectura, nos ayuda a tener un claro panorama de la historia de la supremacía
constitucional y del control difuso de convencionalidad, además de ayudar a darnos
cuenta de que todos esos planteamientos tienen la finalidad de llegar a un mismo
punto y es justamente la defensa y promoción de los derechos humanos, así como
el respeto a la dignidad y a la libertad de los individuos.

Hace poco leía justamente acerca del derecho internacional de los derechos
humanos, y analizaba los principios que de ello se desprenden, me resultaba
bastante interesante el hablar acerca del derecho de los derechos, y aunque es bien
sabido que de todo derecho se desprenden también obligaciones a las que somos
acreedores en el momento en que tenemos acceso a nuestros derechos humanos,
el hecho de saber que tus derechos tienen también derechos propicia que exista
dentro de las ideas mayormente negativas que tenemos como ciudadanos acerca
del tema, una manera de mostrar que si son bien aplicadas, respetadas y
supervisadas las leyes, derechos y obligaciones todos podemos resultar bastante
beneficiados y gozar plenamente de nuestra libertad humana.

Considero que el hecho de leer e informarnos acerca de lo que sucede en nuestro


alrededor y conocer nuestros derechos es una de las obligaciones que tenemos
como individuos parte de una sociedad, erróneamente vivimos con la idea de que
no necesitaremos en ningún momento de esa información y le restamos la
importancia que tiene. Si todos los ciudadanos conociéramos lo que nos respalda
la resolución de muchos problemas cotidianos, desde los más sencillos hasta los
más complejos, resultaría más sencilla y menos desgastante para los involucrados.

Creo que la solución se encuentra en algo que desde mi punto de vista es sencillo
y es que cada uno de nosotros como individuos aprendamos de nuestros derechos,
cumplamos con nuestras obligaciones y comencemos a tener un papel activo en
nuestra sociedad y en las decisiones que implican ser parte de ella. No basta con
exigir al Gobierno y a las autoridades que cumplan con su parte, si bien, es
fundamental que ellos hagan lo que les corresponde respetando, promoviendo y
haciendo cumplir los derechos humanos para todos, también es importante
implicarnos en los asuntos que si nos conciernen y nos impactan como sociedad
para de esa manera tener la plena seguridad de que tendremos acceso a nuestros
derechos y por ende a una vida libre y digna.

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