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INSTITUTO FILOSÓFICO-TEOLÓGICO
SECCIÓN: FILOSOFÍA
En este trabajo, pues, se pretende analizar cómo y en que consiste el derecho natural
en Spinoza desde el tratado teológico político para darle sentido a la libertad del hombre. Un
enfoque que permita entender plenamente la posición de Spinoza ante el problema del
derecho y, específicamente, ante el problema del derecho natural. El derecho natural será,
entonces, el concepto central que articule esta presentación.
Será necesario hacer la distinción de lo que es el derecho natural del derecho del
Estado (derecho civil). El primero le permite al hombre conocer y gozar de todo en la
naturaleza porque es parte de la misma. Lo segundo va encaminado a las normas que los
hombres establecen para ser regidos mediante la misma; para el perfecto funcionamiento de
la existencia y relación con la naturaleza que se ve afectado por los deseos y pasiones que
provoca el cuerpo. Del mismo modo, cabe resaltar la importancia de la libertad en el hombre,
de donde se resalta la importancia del derecho natural que es inmanente y tiene como algo
propio por el poder de Dios.
1
B. SPINOZA, Del derecho natural, Tratado teológico político, Madrid 1985, 84.
Todas las cosas tienen su esencia y existencia. Ahora bien, el que tiene el poder de
todo es Dios y no hay otro superior a él. Esto sucede así, porque no puede haber o existir
ningún otro ser superior a Dios, porque si esto no fuera así sería una contradicción. Pues,
decir que hay dos seres superiores es afirmar que se pueden sostener cada uno
independientemente del otro, lo cual resulta imposible en Spinoza. Para comprender mejor
este punto podemos decir que, el ser de las cosas naturales es temporal (se encuentra sólo en
el tiempo) y el ser de Dios es intemporal (está fuera del tiempo). Con este argumento queda
claro la omnipotencia de Dios sobre la naturaleza entera.
De ahí que, el hombre tiene derecho natural y derecho divino. Lo primero lo hace en
virtud de las cosas naturales y necesarias para subsistir: comer, dormir, beber etc. Lo segundo
se da por el poder de Dios que lo conserva y le permite seguir existiendo. En efecto, el hombre
necesita de Dios para existir, pues por sí mismo no le es posible esto. Este poder de Dios
sobre todas las cosas naturales es el mismísimo derecho natural.
Dios tiene derecho a todo y este derecho se encuentra en su mismo poder. De ahí que,
las cosas naturales que gozan de este poder de Dios tienen “por naturaleza tanto derecho
como poder para existir y para actuar”2. Este poder de Dios por el que actúan todas las cosas
es absolutamente libre.
Así, pues, el derecho natural está en todas las cosas. Este derecho se extiende en la
naturaleza y sobre toda la humanidad. Por ello, todo hombre tiene derecho a gozar libremente
de la naturaleza porque es parte de ella por el poder que se manifiesta en cada ser.
2
Id. 85.
los deseos los que lo dominan, así es como se pierde y es menester controlarlo. El deseo es
la tendencia por la que los hombres se determinan a obrar y se esfuerzan en auto conservarse.
Sin embargo, muchos de los efectos de la naturaleza explican cómo se debe mantener el ser.
En tanto que la naturaleza busca auto conservarse de acuerdo a la razón, pero el hombre no
siempre se guía por esta razón, sino por sus deseos.
Los efectos de la razón y los deseos provienen de la naturaleza, pero los hombres
sabios y también los ignorantes deben actuar “en conformidad con las leyes o reglas de esta
naturaleza en virtud del derecho natural”3. No siempre sucede de esta manera, por eso el
hombre se ve arrastrado por sus propios placeres que tienen sus raíces en los deseos
desordenados. “Pero, que el hombre se esfuerce cuanto pueda en conservar su ser, nadie lo
puede negar”4.
3
Id. 86.
4
Id. 88.
Los hombres por sí solos pueden tener derecho sobre la naturaleza, mas si unen sus
fuerzas con las de otros pueden obtener más poder sobre la misma. Esta unión o ayuda mutua,
que se llega por un acuerdo, es con la que los hombres pueden sustentar su vida y cultivar su
mente. “Cuantos más sean los que así se unen, más derecho tienen todos juntos”5. Sin
embargo, todo esto puede ser posible si es que el hombre quiere, por su libertad, congratularse
con los demás para hacer de ese derecho particular uno común.
Conclusión.
El hombre puede conocer sus alcances y limitaciones en la naturaleza porque siendo
libre no se ve privado de las cosas, sino, solamente, limitado a ellas. Ahora bien, el derecho
natural del que está relacionado bajo el poder de Dios que lo ha creado le debe bastar para
existir y no buscar más de lo que no puede poseer. De ahí que, se pueda decir que el orden
natural que viene de Dios, por su poder, es lo que hace al hombre capaz de auto conservarse
por el derecho natural.
También podemos concluir diciendo que, las cosas en la naturaleza no son propias de
nadie, pues no fueron creadas para la exclusividad de algo o de alguien, sino que el hombre,
por ser también parte de la creación, es común a todas las cosas. Todo en la naturaleza debe
estar interrelacionado, de manera que, nada pueda ser reclamado como propio por ningún ser
existente. Empero, existe el derecho civil o del Estado que, sí hace distinción de todas estas
cosas, a saber: que una cosa pertenece a éste o aquel y que esto o aquello es justo o injusto.
La concepción de lo que es el derecho natural de Spinoza se define como el punto
clave y fundamental para comprender sus planteamientos y cómo es que la libertad opera
sobre la voluntad del hombre. En Spinoza esta propuesto un fin, la felicidad del hombre que
se guía por la razón, siempre en eterna lucha con el deseo y las pasiones.
Bibliografía.
SPINOZA, B., Del derecho natural, Tratado teológico político, Madrid 1985, [Edit. Siglo
XXI].
5
Id. 92.