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LAS EMOCIONES DE BAJA FRECUENCIA

El miedo, la tristeza, la culpa, la ira, la soledad, la angustia, la ansiedad, el sufrimiento, todas


las emociones que bajan nuestra vibración abren conexiones con los seres que nos han
interferido a través de ellas, cada una de las veces que nos hemos sentido así hemos abierto la
puerta a una entidad que se alimentaba de cada una de estas emociones y ellos se han
encargado de que sigamos proporcionándoles su alimento de muchas maneras diferentes,
colocándonos dispositivos tecnológicos en el cuerpo astral que nos hacen resonar con las
frecuencias bajas que ellos necesitan, manipulando a la gente de nuestro entorno para que
nos haga entrar en ese ambiente de baja frecuencia, procurándonos malestares que producen
un sentimiento de frustración y rabia, alterando nuestros pensamientos, alterando nuestros
sueños para llevarnos a estados de miedo, rabia, etc.., así pues, para desconectarse de estas
entidades lo primero que necesitamos es desprendernos de la carga emocional de baja
frecuencia que ya llevamos en nuestro cuerpo astral.

Para ello vamos a identificar cada una de estas emociones y vamos a sentir en que parte de
nuestro cuerpo las percibimos. (por ejemplo; Terapeuta: ¿dónde sientes tu tristeza? Paciente:
en el corazón, T: ¿obsérvala, como es? P: Es una bola roja, T: con tus manos etéricas sujétala y
dime cuando la tengas bien sujeta. P: Ya. T: abro una puerta a otra dimensión frente a ti, a la
cuenta de tres lanzas esa tristeza por esta puerta tan fuerte como puedas, 1, ¡2 y 3!). Y con
este método vamos a ir eliminando del campo etérico toda energía de baja frecuencia.

SUBIR LA VIBRACIÓN DE NUESTRA FRECUENCIA

Ahora liberados de las energías de baja frecuencia tenemos que elevar nuestra vibración, si es
posible sustentarla con la evocación de sentimientos de amor incondicional, enaltecer la
compasión, el perdón, la alegría, el amor, la hermandad con toda la especie animal, humana y
sensación de ser parte integrante de nuestra naturaleza, plantas, bosques, ríos, mares.

Podríamos sugerir a la persona:

“Estas sintiendo como el amor nace desde el centro de tu ser y se expande llenándote de la
radiación luminosa de tu propia luz, con cada respiración que haces tú energía vibra a una
frecuencia cada vez más y más alta, preguntar “Dime un valor numérico que te venga para
determinar cuál es tu vibración actual” (cuando estamos sujetos al miedo, frustración etc.
suele ser muy bajo, la persona dirá 4.. 5 ó 9) entonces vamos a sugerir que la frecuencia
comienza a elevarse a 20…50..100.. 200…300..500..1000… 2000…3000… 5000… 10.000…
20.000.. 40.000…60.000…80.000…100.000… y preguntamos a la persona como se siente a esa
frecuencia, probablemente nos va a decir que se siente muy fuerte, muy tranquilo, muy
seguro..

Entonces cuando la frecuencia vibracional del ser se eleva es el momento de examinarse


detenidamente, la persona va a mirar su cuerpo etérico escrupulosamente desde la cabeza
hasta los pies y va a buscar elementos que parezcan extraños, que no pertenecen a su
naturaleza energética, las personas suelen ver placas metálicas, cableados que recorren partes
del cuerpo, cascos, gafas, guantes, chalecos, aparatos metálicos de forma cuadrangular,
esférica, gemas, u otra variedad de objetos extraños anclados a sus órganos o miembros de su
cuerpo energético o etérico.
Desde nuestro origen físico como el ser humano que somos ahora fuimos manipulados
genéticamente para mantener las percepciones dormidas, existen unos códigos añadidos a
nuestro ADN que fueron puestos para facilitar nuestra manipulación y encarcelamiento en
esta dimensión física.

El código que mantiene el ADN en estado de percepción distorsionada se rompe con las altas
vibraciones, energías como el AMOR descomponen esa estructura y libera nuestro verdadero
ADN.

Repetir varias veces:

“Estoy rompiendo el código de esta ilusión y escojo ver lo que está delante de mí”

“Revelo la identidad de este ser delante que está de mí, que su encubrimiento se desmorone y
se muestre tal y como es”

“No estoy de acuerdo con esta ilusión”

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