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EL ESPIRITU SANTO, SEÑOR Y DADOR DE VIDA (1°-parte)

CREO EN EL ESPÍRITU SANTO


¿Quién es el Espíritu Santo?
El término "Espíritu" traduce el término hebreo Ruah, que en su primera acepción significa soplo, aire, viento. Jesús utiliza precisamente la imagen sensible del viento para
sugerir a Nicodemo la novedad transcendente del que es personalmente el Soplo de Dios, el Espíritu divino (Jn 3, 5-8). Por otra parte, Espíritu y Santo son atributos divinos
comunes a las Tres Personas divinas. Pero, uniendo ambos términos, la Escritura, la liturgia y el lenguaje teológico designan la persona inefable del Espíritu Santo, sin
equívoco posible con los demás empleos de los términos "espíritu" y "santo".
El Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva. Él es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el
"último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.
Los apelativos del Espíritu Santo
Jesús, cuando anuncia y promete la Venida del Espíritu Santo, le llama el "Paráclito", literalmente "aquel que es llamado junto a uno", advocatus (Jn 14, 16. 26; 15, 26; 16, 7).
"Paráclito" se traduce habitualmente por "Consolador", siendo Jesús el primer consolador (Jn 2, 1). El mismo Señor llama al Espíritu Santo "Espíritu de Verdad" (Jn 16, 13).
Además de su nombre propio, que es el más empleado en el libro de los Hechos y en las cartas de los Apóstoles, en San Pablo se encuentran los siguientes apelativos: el
Espíritu de la promesa (Ga 3, 14; Ef 1, 13), el Espíritu de adopción (Rm 8, 15; Ga 4, 6), el Espíritu de Cristo (Rm 8, 11), el Espíritu del Señor (2 Co 3, 17), el Espíritu de Dios (Rm
8, 9.14; 15, 19;1 Co 6, 11; 7, 40), y en San Pedro, el Espíritu de gloria (1P 4, 14).
La Iglesia, comunión viviente en la fe de los Apóstoles que ella transmite, es el lugar de nuestro conocimiento del Espíritu Santo:
– en las Escrituras que Él ha inspirado;
– en la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son testigos siempre actuales;
– en el Magisterio de la Iglesia, al que Él asiste;
– en la liturgia sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos, en donde el Espíritu Santo nos pone en comunión con Cristo;
– en la oración en la cual Él intercede por nosotros;
– en los carismas y ministerios mediante los que se edifica la Iglesia;
– en los signos de vida apostólica y misionera;
– en el testimonio de los santos, donde Él manifiesta su santidad y continúa la obra de la salvación.

AGUA: Es significativo
de la acción del
Espíritu Santo en el
PALOMA:En el Bautismo, ya que el
Bautismo de Jesús, agua se convierte en
el Espíritu Santo UNCIÓN:Simboliza
el signo sacramental
aparece en forma del nuevo la fuerza. La unción
de paloma y se nacimiento. con el óleo es
posa sobre Él. sinónima del
Espíritu Santo.

DEDO:"Por el dedo de SÍMBOLOS FUEGO:Simboliza la


Dios expulso yo [Jesús]
los demonios" (Lc 11,
DEL energía
transformadora de
20). Si la Ley de Dios ha ESPIRITU los actos del Espíritu.
sido escrita en tablas
de piedra "por el dedo SANTO
de Dios" (Ex 31, 18) NUBE Y LUZ:Símbolos
inseparables Así desciende
sobre la Virgen María para
SELLO:Es un símbolo "cubrirla con su sombra".
cercano al de la En el Monte Tabor, en la
unción. Indica el Transfiguración, el día de la
MANO:Mediante la carácter indeleble Ascensión; aparece una
imposición de manos de la unción del sombra y una nube.
los Apóstoles y ahora Espíritu en los
los Obispos, trasmiten sacramentos
el "don del Espíritu".

La Obra del Espíritu Santo en la vida y Ministerio de Jesús


El nacimiento de Cristo
“…Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo... y he aquí un ángel del Señor le
apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es”, Mt.
1:18-20.
El nacimiento de Jesús fue un acontecimiento sobrenatural. El Señor Jesús fue concebido en la matriz de María, por el poder del Espíritu Santo (la concepción de un hijo es
una maravilla por diseño de Dios), podemos decir a la luz de éste acontecimiento que el Espíritu Santo da vida, genera vida. Él nos lleva a una nueva vida en Jesús y es quién
sostiene esa nueva vida. Por tanto es vital la comunión con el Espíritu Santo.

El resultado del nacimiento virginal


El resultado del nacimiento virginal fue la encarnación. Lo que se engendró fue la naturaleza humana, no la persona, porque la segunda persona de la Trinidad siempre
existió. Con la concepción de la naturaleza humana se dio existencia al Dios-hombre, y la humanidad que adquirió fue perfecta. Esto significa que si bien estaban presentes
los componentes de la humanidad, se trataba de una naturaleza humana sin pecado, y no meramente una naturaleza humana santificada. El efecto de esta intervención
Divina va a ser visto en su perfección moral, su completa consagración, y ese conocimiento interior ininterrumpido, o conciencia de la Paternidad de DIOS. El poder del
pecado fue quebrantado al fin y aquel nacido de mujer era Santo y el Hijo de DIOS, aun en su calidad de Hombre.
Bautismo en el Espíritu Santo.
En el bautismo de Jesús vemos la manifestación gloriosa del Espíritu Santo (“… también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él
en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”, Lc. 3:21-22).En el bautismo de Jesús vemos la
manifestación gloriosa del Espíritu Santo (“… también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma,
y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”, Lc. 3:21-22). El bautismo en el Espíritu Santo.
En éste momento el Señor Jesús es ungido por el Espíritu Santo (símbolo de consagración; en el A.T. los reyes, profetas, y sacerdotes eran ungidos, esto indicaba
equipamiento sobrenatural para la obra, y separación para Dios). Este acontecimiento marcaba el inicio del ministerio sobrenatural del Señor Jesús, comienzo confirmado
por Dios mismo.
El Espíritu Santo vino “como paloma” Las características de la paloma son: gentil, tierna, graciosa, inocente, suave, pacífica, pura, paciente, fácilmente contristada o asustada
y fiel (las palomas se aparean con la pareja que eligen para toda su vida). El hecho de que el Espíritu Santo es representado como una paloma indica que Él nunca demanda ni
obliga a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas o persuasiones, y precede la voz del Padre (afirmando la identidad del Hijo), esto nos enseña que será más fácil oír
al Padre en la medida de la comunión con el Espíritu, y esto afirmará nuestra identidad como hijos de Dios.
En su ministerio el Señor Jesús recurrió a los dones y poder del Espíritu Santo (“el Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para…” Lc. 4:16-19). El Señor
Jesús inicia su ministerio después de haber sido ungido por el Espíritu Santo, viene de derrotar al tentador en el desierto (así pues aprendemos que para desarrollar un
ministerio eficaz requerimos la unción del Espíritu Santo, y que es él quien nos fortalece y capacita para la batalla).
Cristo fue sellado con el Espíritu
Cristo mismo declaró esto, como puede verse en Juan 6:27 Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que dura para vida eterna, el que os dará el Hijo del
hombre; pues a éste le selló el Padre, Dios. (VM). El sello era la marca de su origen celestial y la prueba de su carácter de Hijo de Dios.
Cristo fue guiado por el Espíritu
Después de su bautismo, Cristo fue guiado por el Espíritu al desierto para enfrentar la tentación de Satanás (Lc. 4:1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue
llevado por el Espíritu al desierto). Su invariable obediencia a la dirección del Espíritu le permitió hacer siempre lo que agradaba al Padre (Jn. 8:29 Porque el que me envió,
conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.)
Cristo se regocijó en el Espíritu
En Lucas 10:21 En aquella misma hora, Jesús regocijase sobre manera en el Espíritu Santo, y dijo: ¡Gracias te doy, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños! ¡Sí, Padre, gracias te doy; porque así pareció bueno a tu vista! Vemos la declaración que Cristo
se regocijó en el Espíritu Santo (el texto griego agrega la palabra "Santo". Véase la VM). Esto constituía parte del fruto del Espíritu que abundaba en él.
Cristo recibió poder por el Espíritu
En la controversia con los fariseos, que los llevó a cometer el pecado imperdonable, Cristo dijo claramente que El echaba fuera los demonios por el poder del Espíritu (Mt.
12:28 Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.)
¿Dependía Cristo del poder del Espíritu para realizar sus milagros durante su Ministerio terrenal? Además del caso mencionado en Mateo 12, lo que escribe Lucas en 4:14-15
Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. 4:15 Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos; y
18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar
libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos.Muestra también, que el poder que tenía para dar vista a los ciegos y libertad a los oprimidos
era el poder del Espíritu. Esto indicaría que realizó numerosos milagros en el poder del Espíritu.
La crucifixión y muerte de Cristo
El mismo Espíritu que le condujo al desierto y lo sostuvo allí, le dio también fuerzas para consumar su Ministerio sobre la cruz, donde "por el espíritu eterno, se ofreció a sí
mismo sin mancha a DIOS." Hebreos 9:14.Jesús fue a la cruz con la unción que reposaba aun sobre ÉL. El Espíritu mantuvo vivas ante sus ojos las inflexibles demandas de
DIOS y le inflo de amor hacia el hombre pecador y celo hacia DIOS, para ir hacia adelante a pesar de los obstáculos, dolores y dificultades, y así consumar la redención del
mundo. El Espíritu Santo lleno su mente de un ardor, celo y amor constante, que lo condujeron a un completo sacrificio. El Espíritu Santo había penetrado en el Espíritu
humano y lo había elevado de tal manera, que ese Espíritu humano vivía en lo eterno e invisible, y pudo capacitarlo para sufrir la cruz, menospreciando la vergüenza.
La resurrección de Cristo
El Espíritu Santo fue el agente vivificante en al resurrección de Cristo. Rom. 1:4 que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de
entre los muertos, 8:11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros
cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Algunos días después de este acontecimiento, Cristo se apareció a sus discípulos, soplo en ellos y le dijo: "tomad el
Espíritu Santo" Jn. 20:22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. Hch. 1:2 Hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado
mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido. Esto quiere decir que los Apóstoles eran investidos de aquel poder que Jesús, después de su
ascensión, les dijo que esperaran.

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