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EL SELF DESDE D.W.

WINNICOTT HASTA CHRISTOPHER BOLLAS

Aura Sylvia Lorenzo

Introducción

El interés en este trabajo surgió al cuestionarme cuál es la parte más


verdadera, que realmente pueda definirnos, preguntarme cual es la esencia, lo
más puro que nos da la sensación de ser nosotros mismos, y que en nuestro
trabajo como psicoanalistas nos aporte el conocimiento para ayudar al paciente
a encontrar su verdad, su esencia, el que se pueda conocer a sí mismo, para
que internamente se sienta libre y espontáneo. Desde mi punto de vista el
concepto más cercano podría ser el de self.

1. El Self

La traducción en español para self es “sí mismo”, sin embargo el uso del
término en inglés “self”, se ha extendido y la mayoría de los colegas utilizan el
término anglosajón. El concepto de self, está ligado a la conciencia de ser
nosotros mismos, a la sensación de existir, de vivenciar, experienciar, tener un
lugar en el tiempo y el espacio.

Cuando surge en lo académico el término self una de los cuestionamientos que


nos hacemos es qué tiene que ver el self con el yo. Freud utilizó la palabra Ich,
tanto para el “yo” en español, para designar a la estructura mental, pero
también utilizó Ich, para el self, como para designar el sentimiento o la
experiencia de uno mismo. “Normalmente no tenemos más certeza que el
sentimiento de nuestro sí mismo, de nuestro yo propio” (Freud, 1930).

Varios autores han ubicado al self dentro del yo, los orígenes del self en el ello,
o al self dentro del superyó. Para ello han planteado propuestas para explicar el
origen self (sí mismo) las cuales van de la mano con el desarrollo infantil. Uno
de los más destacados es D. W. Winnicott

2. D. W. Winnicott: Self Verdadero y Self Falso

Winnicott, cuyos principales aportes al psicoanálisis son destacar la


importancia del ambiente facilitador para los procesos de maduración en el
niño, el concepto de Holding, el objeto transicional, espacio transicional, etc.
También proporciona el concepto de self falso y el del self verdadero.

Winnicott no diferencia con exactitud el yo del self. En su escrito: “La


integración del yo en el desarrollo del niño” (1962, pag. 73), menciona que si
existiera realmente un yo en el cerebro, éste organizaría e integraría tanto los
instintos como las funciones, pero si no hay un aparato eléctrico o un cerebro,
no hay experiencia y por lo tanto no hay yo. Sin embargo si nos vamos al
modelo teórico dice: “no tiene sentido utilizar la palabra ello para designar
fenómenos que no son abarcados, catalogados, experimentados y finalmente
interpretados por el funcionamiento del yo. De modo que en las etapas muy
tempranas del desarrollo del niño, el funcionamiento del yo debe considerarse
un concepto inseparable de la existencia del infante como persona. La vida
instintiva que exista al margen del funcionamiento del yo puede ignorarse,
porque el infante no es todavía una entidad que tenga experiencias. No hay
ningún ello antes del yo. Solo a partir de esta premisa se justifica el estudio del
yo. La palabra self llega después de que el niño ha comenzado a utilizar el
intelecto para mirar lo que los otros ven, sienten u oyen, y lo que conciben ante
su propio cuerpo infantil. ¿Existe un yo desde el principio? La respuesta está
en que el principio está en el momento en que empieza el yo (el principio es
una suma de principios)”.

Por lo que se observa el yo está ligado a la experiencia y a la presencia del


otro; el self surge cuando el niño se da cuenta de sí mismo a través de la
mirada del otro; Winnicott también incluye la necesidad del intelecto, el pensar,
desde mi punto de vista, la conciencia. Parece que el self estaría ligado a una
conciencia de ser, a una representación de uno mismo. Este autor también
hace una división del self en verdadero y falso.

Winnicott definió el self verdadero como “el potencial heredado que


experimenta una continuidad de existir, y que a su modo y a su ritmo adquiere
una realidad psíquica personal y un esquema corporal personal” (1960, pág.
46). El self falso fue descrito como originado en la sumisión y con la capacidad
de tener una función defensiva que protege al self verdadero (Winnicott, 1965
p. 173).

Winnicott dio una explicación de la etiología de estos selfs, en la cual destaca


la relación infante-madre, así como las relacionales objetales producto de esta
interacción, como esenciales para la manifestación tanto del self verdadero
como del self falso.

El concepto del self verdadero para Winnicott está ligado más tarde con la
capacidad de simbolización. Al principio, el bebé expresa una serie de
elementos sensoriales motores. Estos gestos del bebé espontáneos son el
indicio del self verdadero. Para que este self se mantenga como tal, requiere
que la madre permita al hijo el sentimiento de omnipotencia, a través de la
satisfacción de las necesidades del bebé, al mismo tiempo que les da sentido
(traduce y digiere para el bebé). La madre suficientemente buena lleva a cabo
repetidamente esta labor. Parece que para Winnicott, el self verdadero estaría
ligado al ello en cuanto manifestar impulsos y provenir de elementos
sensoriales motrices, sin embargo también al yo, en cuanto a poder descifrar
estas experiencias y ser consciente de las mismas, gracias al ambiente
facilitador, y a la introyección de esta función.

“Empieza a tener vida el self verdadero, gracias a la fuerza que le cede al yo


débil del infante, la instrumentación por la madre de las expresiones
omnipotentes de este último. La madre que no es suficientemente buena no es
capaz de instrumentar la omnipotencia del infante, de modo que repetidamente
falla en dar satisfacción al gesto de la criatura. En lugar de ello lo reemplaza
con su propio gesto, que adquirirá sentido por la sumisión del infante. Esta
sumisión del infante es la etapa más temprana del self falso, y corresponde a la
ineptitud de la madre para sentir las necesidades de su bebé” (Winnicott, 1965,
p. 89).

De acuerdo a Winnicott, “el self verdadero sólo adquiere un mínimo de realidad


como resultado del éxito repetido de la madre en dar satisfacción al gesto
espontáneo o a la alucinación sensorial del infante”.

A partir de esto el bebé es capaz de disfrutar el imaginar, tener una ilusión de


creación y control omnipotente, lo que le permitirá más tarde reconocer esta
parte de imaginación y llevarla a un espacio transicional de juego, lo cual sería
la manifestación de que el niño ya es capaz de simbolizar, manifestando la
espontaneidad, catectizando al objeto externo.

“Entre el infante y el objeto hay alguna cosa, o alguna actividad o sensación.


En la medida en que ello una al infante con el objeto (es decir, con el objeto
parcial materno), esa es la base de la simbolización. Por otra parte, en la
medida en que ese algo separa en lugar de unir, queda bloqueada su función
de conducir a la formación del símbolo” (Winnicott, 1965, p. 190).

En el caso de la formación del self falso, éste estaría relacionado con la falta de
contención de la madre, tanto de las alucinaciones del bebé como de la
respuesta adecuada a estos impulsos o gestos espontáneos.

El proceso que lleva a la capacidad para el uso de símbolos no se inicia (o bien


se interrumpe con el consiguiente repliegue de las ventajas adquiridas)
(Winnicott, 1965 p.190).

El infante podría morir porque no se inicia la catexia hacia los objetos externos.
Sin embargo empieza a crearse un self falso, para proteger a este self
verdadero. Se caracteriza porque el bebé empieza a vivir una existencia falsa,
y por necesidad de sobrevivir, accede a ser sumiso, y se vuelve complaciente a
las exigencias ambientales.

El gesto espontáneo del bebé es sustituido por el gesto de la madre, del otro,
del ambiente. Cuando el self falso es explotado y tratado como real, surge en el
individuo una sensación creciente de futilidad y desesperación.

Sin embargo según Winnicott, existen varios grados de ser falso, uno de los
cuales permite al niño ser social y adaptable, debido a que puede hacer una
transacción, porque sí hay lugar para el self verdadero al cual se le ha
permitido convertirse en una realidad viva.

El self falso va desde un aspecto cortés y saludable del self hasta un falso self
sumiso que se toma como un self total.

Para Winnicott existe un núcleo de la personalidad que corresponde al self


verdadero y nunca se comunica con la realidad externa ni es influida por ella.
Este núcleo es el que nunca debe ser tocado y para protegerlo se despliegan
todas las defensas como el self falso.
Me pregunto qué tanto este núcleo sí es tocado en la regresión al servicio del
yo, término creado por Kris para explicar los procesos creativos, ¿realmente
dicho núcleo no se comunica?

Finalmente antes de terminar de hablar de Winnicott quiero mencionar una


crítica que Bollas le hace:

“Winnicott se equivocó en mi opinión, cuando relacionó al propio ser genuino


con el ello, y al yo, con el propio ser falso. Intentaba destacar que el propio ser
genuino representaba la vida instintual, pero obrando así, omitía comunicar la
organización de la persona que es el carácter del propio ser genuino. Si el
propio ser genuino es el idioma de personalidad, es por lo tanto el origen del
yo, al que toca procesar vida. Naturalmente los instintos son parte del yo, y, sin
excavar en la metapsicología psicoanalítica, solo añadiré que no existe razón
en la teoría freudiana, que nos impida sostener que la energía de los instintos
sea intrínseca a la economía de la vida yoica e inseparable de ésta. Lo cierto
es que los impulsos son siempre organizados por el yo porque este propio ser
genuino que nos soporta es una estructura profunda que inicialmente procesa
instintos y objetos con arreglo a su idioma. (Bollas, 1989)

Desde mi punto de vista Bollas, no le da crédito a Winnicott sobre su


concepción organizativa del yo, aunque Winnicott, no delimita el yo del self
claramente. Sin embargo si parece que Winnicott piensa que cuando menos
una parte del self verdadero no se comunica, pero nunca dice que se encuentra
en el ello, más bien estaría en el inconsciente, puede ser en la parte del yo
inconsciente.

Ahora pasaré a exponer lo que Christopher Bollas dice sobre el self.

3. Christopher Bollas: El Ser Genuino

En los libros “La sombra del Objeto” y “Fuerzas del Destino”, de Bollas, el
concepto de true self es traducido como ser genuino.

Para Bollas (1989), Winnicott descubrió las primeras manifestaciones del self
verdadero en el erotismo muscular del feto. El propio self genuino era
sensitividad como tal, y aunque lo discernió como un potencial heredado,
piensa que Winnicott no se esforzó en ampliar esta inteligencia del concepto
(Bollas, 1989). Bollas amplía el concepto de self verdadero de Winnicott;
considerándolo el propio self nuclear:

“Es la presencia singular de existir de cada uno de nosotros es; el idioma de


nuestra personalidad. Como conjunto de disposiciones orientadas
genéticamente, el propio-ser existe antes del allegamiento de objeto. Sin
embargo, es sólo un potencial porque depende del cuidado materno para su
evolución. Dado que sus expresiones gestuales y sus reclamos intersubjetivos
nunca son independientes de la interpretación del otro, su evolución dependerá
de las facilitaciones del padre y de la madre. Pero ningún ser humano es sólo
propio-ser genuino. Cada disposición heredada es cruzada por el mundo real y
uno de los resultados de esta dialéctica entre idioma de personalidad y cultura
humana es la vida psíquica. (Bollas, 1989)

Podríamos preguntarnos ¿Cómo nos damos cuenta de que estamos ante la


manifestación del self genuino o del idioma?

Para ello Bollas menciona: “El idioma que somos encuentra su expresión en las
elecciones y usos de objetos que a él se ofrecen disponibles en el medio. Si la
madre conoce a su infante, si capta sus intenciones figurales, sus gestos
expresivos de carencia y de deseo, proveerá objetos (incluida ella misma) que
sirvan como elaboradores vivenciales del potencial de personalidad de él. De
este modo, ella presta asistencia a la lucha por el establecerse (Bollas, 1989)”.
Es decir que aquí para que el self genuino se manifieste, necesita poder usar
los objetos, elegir los que le permitan el sentimiento de existir, de estar vivo.
Por ello el concepto de “Lo sabido no pensado” (Bollas, 1987), del conocido del
autor, enriquece el entendimiento del self genuino: “ese conjunto de
disposiciones heredadas que constituye el propio–ser es una forma de saber
que no ha sido ciertamente pensado aunque esté ahí ya operante en la vida del
neonato que aporta ese saber con ocasión de percibir, organizar, recordar y
usar su mundo de objetos, es el saber disposicional del propio ser genuino”.

Los padres a través de la intuición deben ser sensibles al idioma del bebé, para
poder presentarle objetos para que los use y al traducirle el mundo (al
representarlo), pueda experimentar el mundo de objetos como un mundo
facilitador de la expresión del self genuino.

“Si esto ocurre tendremos niños que gusten de representarse ellos mismos,
que celebren las artes de transformación porque han experimentado un
cuidado materno y paterno transformador y que por imperio de su vivencia
interna conozcan que a un saber latente se lo puede abrir para que viva”.
(Bollas, 1989)

Podemos regresar un poco y darnos cuenta que parte del self genuino descrito
por Bollas, está constituido por disposiciones heredadas. Para el autor el
término self genuino sería semejante al concepto de Freud “inconsciente
reprimido primario”:

“En “Lo inconsciente”, Freud, escribió: El contenido del inconsciente puede ser
comparado con una población psíquica primitiva. Si hay en el hombre unas
formaciones psíquicas heredadas, algo análogo al instinto de los animales, eso
es lo que constituye el núcleo del inconsciente (1915, pág. 195) estas
formaciones psíquicas heredadas que constituyen el núcleo de lo inconsciente
–el inconsciente reprimido primario- bien pueden ser equivalentes al idioma del
propio ser-genuino. Laplanche y Pontalis (1973) entienden de este modo el
intento de Freud de conceptualizar esquemas heredados: las fantasías típicas
descubiertas por el psicoanálisis llevaron a Freud a postular la existencia de
esquemas inconscientes que trascienden la vivencia individual y que
presuntamente se trasmitían por herencia; los denominó fantasías primordiales
(Bollas, 1989)”.
Sin embargo aclara que también la experiencia en el útero, la experiencia del
nacimiento, así como la experiencia del vivir tendrá un impacto sobre el idioma.
Es decir que no toma la parte de herencia como que se hereden características
tal cual, sino como un potencial de la personalidad.

Siguiendo la línea de Winnicott, sobre el self verdadero y falso también Bollas,


explica a través del término hado, como puede instalarse un self falso; el hado
es algo que el sujeto sufre y puede especificar y tiene en su vida poder
suficiente para estropear su capacidad de trabajar de hallar placer o de forjar
relaciones íntimas. Por este hado la persona no experimentaba como propio su
espacio psíquico interior, por ejemplo cuando alguien tiene que pensar en las
necesidades de su madre, antes que en las propias.

La contraparte del Hado es el Impulso de destino. “Denota la apetencia que


anima a cada persona de formular y elaborar su idioma a través de la selección
y el uso de objetos. Es una forma del instinto de vida en que el sujeto busca
entrar en su propio genuino existir a través de un experimentar que libere ese
potencial”.

Es decir que Bollas basado en Winnicott y a través de la teoría de relaciones


objetales, logra profundizar desde mi punto de vista el concepto del self y
llevarlo a otro nivel de entendimiento, donde de todas formas se queda algo
que no puede ser nombrado o definido de forma concreta, al igual que
Winnicott, mantiene una parte del self verdadero, un núcleo que no puede ser
definido totalmente.

Finalmente Bollas menciona en la introducción de “La sombra del objeto”:

“El self de la persona es la historia de muchas relaciones internas. Cada


infante, niño, adolescente y adulto (a lo largo del ciclo de vida) experimenta las
partes –en teoría son infinitas- del self articuladas por el juego de mudanzas de
realidad interna y externa. Tan pronto como una de esas partes es objetivada
(en el pensamiento o el sentimiento), en ese mismo acto adviene la existencia.
No hay un fenómeno unificado al que podamos denominar self…..” (1987, p.
24)

Conclusiones

1. Cuando se habla se self, me parece que tanto el concepto del ello como del
yo se funden. No alcanza esta delimitación para explicar al self, tal como lo dice
Bollas. Es un concepto tan dinámico que da la sensación que no puede ser
representado totalmente por palabras, tal cual es su vivencia.

2. Me parece que Bollas enriquece los aportes de Winnicott y nos da en


palabras una visión más clara de lo que podría ser el self. Su uso poético de las
palabras transmite una unidad dinámica del concepto, lo cual podría ser
contradictorio, porque las palabras limitan, pero a la vez en la poesía permiten
la libertad del concepto. Como lo sabido no pensado, el concepto de self tendrá
que seguirse pensando, incluyendo tal vez nuevas teorías como la de selfs
múltiples de otros autores.
3. Lo que importa en nuestro trabajo clínico es ayudar a nuestros pacientes a
experienciar este self genuino para sentirse vivos a través del allegamiento de
objeto (que nos usen) y a la vez podernos sentir vivos nosotros a través de la
manifestación de nuestro self genuino en la labor como psicoanalistas.

4. Tal vez el debate sería si existe una unidad del sí mismo, como tal o no.

BIBLIOGRAFÍA

Bollas, C. (1987). La sombra del objeto: Psicoanálisis de lo sabido no pensado. Amorrortu:


Buenos Aires.
Bollas, C. (1989). Fuerzas del destino: Psicoanálisis e idioma humano. Amorrortu: Buenos
Aires.
Freud, S. (1930). El Malestar en la Cultura. En Obras Completas de Freud, Ed. Amorrortu:
Argentina 1976.Tomo XXI, pag. 66.
Winnicott, D. W. (1993/1965). La integración del yo en el desarrollo del niño. En: “Los procesos
de maduración y el ambiente facilitador: Estudios para una teoría del desarrollo emocional” pp.
73 a 82. Paidós: Argentina
Winnicott, D. W. (1993/1965). La distorsión del yo en términos del self verdadero y self falso,
pp. 182 a199, En “Los procesos de maduración y el ambiente facilitador: Estudios para una
teoría del desarrollo emocional”. Paidós: Argentina

Sociedad Psicoanalítica de Mexico


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octubre 22, 2012 Posted by SPM-SPP

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