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1. INTRODUCCIÓN
BRASIL, AÑO 2004 Ocurrió en una ciudad llamada “Londrina”, un caso que llamó mucho la atención de
los Bomberos. A principios de septiembre del 2004, una joven de 19 años que había comenzado a beber y
usar drogas, salió para una de “esas noches” con 4 jóvenes. Entre ellos un menor de 13 años de edad.
Ellos la pasaron a buscar a su casa y ya estaban ebrios, con el sonido del automóvil a todo dar. La mamá
de la chica la acompañó desesperada hasta el automóvil y dijo lo siguiente: “Dios los acompañe”...
Enseguida se escuchó una carcajada muy fuerte desde dentro del auto, la chica dijo a su madre: “Solo si
va en el maletero, porque aquí dentro ya está lleno” ... No demoró mucho para que la alta velocidad
hiciera que el chofer perdiera el control del vehículo y todos los que estaban dentro fallecieron,
chocando contra un poste de alumbrado público... ¡El auto quedó destrozado! Había drogas y bebidas
alcohólicas. Cuando parecía que todo estaba dentro de lo normal, en el peritaje técnico los Bomberos se
percataron de un detalle que los sorprendió: El automóvil estaba totalmente destruido, pero el maletero
estaba intacto. Cuando los bomberos abrieron el maletero se asustaron grandemente por que vieron una
bandeja que contenía 33 huevos y ¡Ninguno de ellos se había roto!
QUE HABRÁ BURLADORES NO DEBE SORPRENDERNOS. POR CIERTO, DIOS NOS DICE QUE LOS HABRÁ:
Cuando los hombres siguen sus propios deseos ilícitos, despreciarán cualquier cosa o a quien sea que se
coloque en su camino (2 Pedro 2:9-10).
Despreciarán a Dios y se burlarán de El. Lo desafían: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento?” (2
Pedro 3:4).
Este desafío nos recuerda de algunos de los israelitas en los días de Isaías. Dice de ellos y los describe de
que ellos traen su propio pecado y que “…a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz
tinieblas, y de las tinieblas luz…”, además de ser sabios en sus propios ojos y creer ser prudentes delante
de sí mismos (Isaías 5-18-21).
¿No oímos lo mismo hoy día? Los burladores justifican su injusticia y condenan al justo que se opone a su
conducta pecaminosa.
Cada vez cuando el tiempo mismo parece reivindicar su burla, el Señor viene en juicio inesperado, porque
“… el día del Señor vendrá como ladrón en la noche…” (2 Pedro 3:10) y ese tiempo solamente lo sabe
nuestro Padre Celestial (San Marcos 13:32).
Los burladores serán detenidos y toda rodilla se doblará y toda lengua confesará (Filipenses 2:9-11).
Ciertamente habrá un día de lloro y crujir de dientes cuando los hombres clamarán por ser liberados de la
presencia de Dios. “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:31).
Las personas necesitan ser advertidas de que los placeres del pecado son sino por un tiempo, pero el
lamento y la tristeza son por la eternidad “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los
hombres” (2 Corintios 5:11).
Todos tenemos una elección: gozar de los “deleites del pecado” por un breve tiempo o servir a Dios y
disfrutar de la eternidad.
Moisés rehusó llamarse hijo de la hija del Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de
Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado, teniendo una mayor riqueza el vituperio de Cristo
que los tesoros de los Egipcios porque tenía puesta la mirada en el galardón y por su fe dejó a Egipto
(Hebreos 11:24-27).
Antes éramos insensatos (no aplicar la mente - dementes), rebeldes, extraviados, esclavos de
concupiscencias y de deleites diversos y viviendo en malicia y pecado (Tito 3:3).
Por esta razón Pablo determinó: “sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que
habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Corintios 9:27).
El pecado tiene su placer “temporal” (proskairos), eso es, transitorio, efímero. “... Porque ¿qué es
vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”
(Santiago 4:14).
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Aún en esta vida, la ocasión del placer pecaminoso a menudo se torna en amargura y resentimiento (CASO
TAXISTA QUE NOS LLEVÓ AL PTOR. RAMÓN A LA TERMINAL).
Cuando uno empieza a recoger la cosecha del pecado, la ocasión para pecar ya no es más atractiva. El
gozo se torna en tristeza; el contentamiento en terror.
La lección que debería ser aprendida por todos: No se dejen engañar por el pecado. “7No os engañéis;
Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el
que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del
Espíritu segará vida eterna.” (Gálatas 6:7-8).
Porque la paga del pecado es muerte, ‘m;as la dádiva de Dios es vida eterna (Romanos 6:23).
El engaño del pecado, y la agonía que sigue al placer, ha sido demostrado en las vidas de muchos. Vidas
registradas en la Biblia para decirnos la triste historia, y sirven como advertencia.
DAVID: Su pecado con Betsabé (2 Samuel 11:2-5); Mandó a matar a Urias esposo de Betsabé (2 Samuel
11:27); Natán el profeta de Dios le cuenta la historia de un hombre rico y pobre y le dice a David que el
hombre rico era el (2 Samuel 12:5-9); Como consecuencia Dios declaró: no se iba apartar la espada de la
casa de David (2 Samuel 12:10), levantar el mal sobre su misma casa tomando sus mujeres delante del
pueblo de Israel (2 Samuel 12:11-12), el hijo que le nació del pecado moriría (2 Samuel 12:14, 18).
ESAÚ: Por un plato de lentejas vendió su primogenitura a Jacob y fue desechado y no hubo la oportunidad
para el arrepentimiento aun que lo procuró con lágrimas (Génesis 25:34; Hebreos 12:14-17).
JUDAS: Entregó a Cristo por 30 piezas de plata (San Mateo 26:14-16) y después de entregarlo devolvió
las piezas de plata y se ahorcó (San Mateo 27:3-5).
GIEZI: El siervo de Eliseo, codició la riqueza de Naamán después de que Dios le sanara de su lepra,
Naamán le entregó dos talentos de plata y dos vestidos nuevos (2 Reyes 5:22-23) y trató de engañar
(ocultar) a Eliseo lo que había hecho (2 Reyes 5:25-26), más Eliseo declaró a Giezi que la lepra se le iba a
pegar a el y a su descendencia por siempre y salió de delante de Eliseo leproso, blanco como la nieve (2
Reyes 5: 27).
Los ejemplos hasta acá muestran la insensatez del pecado como una cosecha que es recogida en esta vida.
Aún más triste es la cosecha en la eternidad.
EL RICO Y LÁZARO: Mirando más allá de la vida aquí, tenemos el ejemplo del rico, que se halló a sí mismo
en sufrimiento intolerable estando el en el hades clamaba por ayuda (San Lucas 16:23-26), tan
insoportable era su estado que quiso advertirles a sus hermanos (San Lucas 16:2-27-28).
Por tan poco tiempo, aún por toda la vida, el vivir suntuoso no significa nada a medida que enfrenta la
eternidad. Que los demás puedan aprender que cualquier “placer del pecado”, no es nada cuando uno pierda
su alma, cuando es rechazado eternamente por Dios.
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa
dará el hombre por su alma?” (San Mateo 16:26).
2. CONCLUSIÓN
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(Isaías 62:8)