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INTRODUCCIÓN
La política educativa es parte del conjunto de las políticas públicas (no es solo una
cuestión sectorial). Esto implica poner en diálogo: el Estado, el régimen político, el régimen
económico, las relaciones sociales entre los diferentes sectores/grupos/clases, las formas de
entender la cultura.
Las articulaciones dan cuenta d las luchas por el poder entre los diferentes actores
sociales y políticos por dar direccionalidad al sistema educativo. En los diferentes
momentos históricos estas articulaciones han ido variando, y el sistema educativo fue recogiendo
el impacto d ellas en términos d diferentes cristalizaciones pedagógico-políticas.
En el estudio d la política educacional debe haber múltiples enfoques disciplinarios q
permiten enriquecer la comprensión d los fenómenos político-educativos (pedagogía, ciencia
política, economía, la historia, el derecho, la filosofía y la sociología de la educación, etc.)
Paviglianiti, la política educativa como disciplina: “estudia el conjunto d fuerzas
sociales q son las encargadas d dar direccionalidad al proceso educativo. Estudia las
relaciones q s dan dentro del Estado por la configuración y control d la práctica institucionalizada
d la educación, dentro d una formación social históricamente determinada acotada en
determinada sociedad nacional.”
Margaret Archer, considera q la política educativa: “estudia los esfuerzos d los
grupos sociales por influir en los elementos básicos, en los procesos, productos o
resultados d la educación, ya sea mediante la legislación, las actividades d los grupos d
presión y los sindicatos, los movimientos experimentales, tradicionales o regionales, la inversión
privada y colectiva, la propaganda o los debates públicos.”
Nos dedicaremos a explorar la política educativa como política pública,
introduciéndonos en los diferentes modos d conceptualizar las políticas públicas y las formas en
q s construyen las mismas.
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individuos fueron considerados ciudadanos, la educación en sus diferentes niveles no fue un
derecho del q gozaban todos los individuos.
Diferentes momentos históricos s definió el alcance d la ciudadanía y q papel jugó la
educación como derecho.
El concepto de ciudadanía tuvo una primera acepción en el habitante d la ciudad, d
acuerdo a la antigua idea de polis griega. La polis fue una forma d organización
social y política q s dio en la Grecia d la antigüedad entre los siglos VIII y III a.C. La
forma d traducir la idea d polis en términos actuales es entenderla como una ciudad-
estado.
El ciudadano era portador d los derechos políticos d participar en la “cosa pública” en
tanto fuera portador d determinados requisitos (ser varón, mayor de edad, propietario y,
fundamentalmente, nacido en Grecia).
El régimen político d la polis se era una democracia directa, todos los ciudadanos
participaban d la discusión d las cuestiones que involucraban al grupo social y se
definían como d interés general. La educación (aún no institucionalizada como sistema)
s impartía a todos los ciudadanos con el objetivo d instruirlos en las artes d la dialéctica y
retórica, a los efectos d entrenarlos en el debate, la argumentación y la discusión,
habilidades q luego desarrollarían en el campo d la política.
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El derecho a la educación y la libertad d enseñanza constituyó un reclamo y una
conquista porq había sido monopolio d la Iglesia. Con la Revolución Francesa y el ascenso d
la democracia liberal a fines del siglo XVIII, la ciudadanía se amplía a la participación d la
cultura letrada, y el contenido central del sistema educativo pasa a ser la educación del
ciudadano. La educación s convierte en un derecho d todos y en un deber del Estado el
proveer ese bien.
La constitución d los derechos del hombre no s definió de una vez y para siempre con la
conformación del Estado Moderno, sino q s fueron ampliando paulatinamente en virtud d las
diversas luchas por la defensa de nuevas libertades contra viejos poderes:
La libertad religiosa es efecto de las luchas de religión
las libertades civiles son efectos d la lucha d los parlamentos contra los soberanos
absolutos
libertades sociales son efectos del nacimiento, crecimiento y madurez d los movimientos
d trabajadores asalariados, d los campesinos con pocas posesiones, y d los pobres q
exigen no sólo libertades personales, sino protección al trabajo, educación, seguridad
frente a la vejez e invalidez (todas cuestiones que los sectores acomodados satisfacían
por sí mismos).
Los derechos d ciudadanía son producto d un proceso d expansión registrado en las sociedades
democráticas. Los derechos d ciudadanía dividirse en:
Los derechos civiles son la libertad individual -incluidos la libertad d la persona, la
libertad d palabra y conciencia-, los derechos d propiedad, el derecho d trabar contratos
y la igualdad ante la ley.
Los derechos políticos s refieren a esos derechos q crean la posibilidad d participar en
el ejercicio del poder político como integrante d un cuerpo investido d autoridad pública,
o como elector d los miembros d ese cuerpo.
Los derechos sociales incluyen una amplia gama d derechos, desde el derecho a un
mínimo d seguridad y bienestar económicos hasta el de llevar a cabo la vida d un ser
civilizado conforme a las normas d la sociedad
La incorporación d los tres grupos d derechos fue realizada en numerosos países en tres
siglos sucesivos: los derechos civiles aparecen en el siglo XVIII, los políticos en el siglo
XIX, y los sociales en el siglo XX. S consideran como derechos d 1era generación a los
derechos civiles y políticos, d 2da generación a los sociales y d 3era generación a un conjunto
difuso d derechos como los d protección del medio ambiente y los de acceso a la información por
parte d los consumidores. Actualmente s habla d derechos d 4ta generación, comprendiendo
aquellos q provienen d la manipulación genética.
La ciudadanía s cristaliza en la definición d una marco normativo d derechos y deberes
para el conjunto d los individuos q componen una determinada nación, definida territorial e
históricamente. El marco normativo lo constituyen la Constitución Nacional y las leyes q
reglamentarán esos derechos. La fundamentación d los derechos d los gobernados es lo q
permite su incorporación como tales en las constituciones, leyes e instituciones.
La 1era fundamentación surge d las teorías iusnaturalistas o contractualitas durante
la Modernidad. Según estas teorías el individuo es portador d un conjunto d derechos naturales
desde antes d la conformación del Estado. El derecho positivo (las leyes y normas escritas q
emanan del Estado soberano) nunca puede contradecir u omitir esos derechos naturales.
Actualmente, no hay necesidad d fundamentar los derechos d los ciudadanos pues hay
una gran aceptación y reconocimiento d los mismos; el problema q s suscita gira en torno del
efectivo cumplimiento d los derechos. la existencia d un derecho es posible en la medida en q
s garantiza su traducción concreta en las prácticas cotidianas, por acción el Estado.
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S retoma la idea d q la distribución democrática d conocimientos d calidad a
través d las instituciones educativas es una herramienta para la consolidación d una
ciudadanía plena y el crecimiento económico. Sin embargo, el aumento persistente d las
desigualdades, es una muestra del incumplimiento del derecho a la educación para las grandes
mayorías. el reconocimiento jurídico del derecho a la educación no es condición suficiente para
su pleno ejercicio.
En la Argentina, el derecho a la educación fue considerado desde los inicios d los
intentos d organización institucional del Estado nacional; s incluyó en la Constitución d la
Nación Argentina d 1853-60 como un derecho d los habitantes y s estableció en el art. 14
bajo la fórmula d derecho “d enseñar y aprender”, norma q permanece sin alteraciones
hasta la actualidad. La Reforma Constitucional 1994 incorporó nuevos derechos
relacionados con el d educación e incorporó declaraciones, pactos y tratados internacionales q
refuerzan los alcances del derecho a la educación.
Los textos jurídicos pueden resultar ambiguos en los términos en q regulan las diferentes
cuestiones, por ello es q en ocasiones al momento d reglamentarlos, de tornar operativo su
contenido, su ambigüedad puede conducir a diferentes interpretaciones. En el caso del
derecho de enseñar y aprender las posibles interpretaciones giraron en torno d dos posiciones
contrapuestas:
algunos ponían el acento en el derecho a enseñar
otro grupo de actores enfatizaban el derecho de aprender.
Las dos posiciones representaban intereses contrapuestos, y propugnaban definiciones
opuestas sobre cuál debe ser el rol del Estado en materia educativa.
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sobrenatural, es perfecta, universal, y suprema; y su fin es la salvación d los hombres.
Por estos atributos concedidos por Dios, la Iglesia propugna q la educación le pertenece
d un modo supereminente, dado q cualquier título natural q pudiera tener la familia y la
sociedad civil es inferior.
La Iglesia define el principio d subsidiariedad del Estado manifestando q este
principio defiende a las personas d una acción monopolizadora del Estado, y
agrega q el mismo no debe encargarse d las tareas q los individuos pueden realizar por
sí mismos.
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todos los niveles y para orientar la programación del desarrollo general (público y privado) d los
sistemas educativos en todos sus tipos y modalidades” (Paviglianiti)
Hacia las últimas décadas del siglo XX, la crisis económica puso en jaque la estructura
estatal q había crecido en los años anteriores. S propugnaban políticas d ajuste económico y
s criticaba la intervención del Estado en materia económica. Durante este período s
configuró el Estado Neoliberal. Es un Estado mínimo, en el q los sectores q detentan su poder
s orientaron a reducir el gasto público y a desarmar la regulación política anterior, defendiendo el
automatismo económico y desmantelando las prestaciones sociales q antes ofrecía el Estado.
En este marco desaparece el ciudadano portador d derechos y s convierte en usuario d
servicios. El resultado en materia educativa fue conceptualizar el derecho a la educación d
una forma diferente: “el sistema educativo debe funcionar como elemento diferenciador y
selector d las individuos más capaces porq los individuos son por naturaleza desiguales,
las familias o los individuos deben hacerse cargo d los costos de su educación”
(Paviglianiti)
El rol del Estado s torna subsidiario y s vuelve a la responsabilidad originaria d los
individuos y d las instituciones privadas, religiosas o comerciales en la provisión d la
educación.
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Llevado al terreno educativo, la doctrina igualitarista se emparenta con aquellas
propuestas universalistas en las q s promueve q todos los individuos reciban la misma
educación y sean tratados por igual, independientemente d su talento o su riqueza;
Doctrina liberal, tb aboga por la igualdad d los hombres, pero parte d la idea d q la vida
social es una competencia en la q los hombres luchan por la adquisición d bienes q son
escasos, y sólo vencerán los más capaces. Las desigualdades son valoradas. El criterio
d justicia para la distribución d los bienes es la capacidad de los hombres. la
doctrina liberal se preocupa por la igualdad en el punto de partida
Llevado al terreno educativo la doctrina liberal s vincula con la idea meritocrática q
supone q sólo el talento puede definir el éxito en la carrera escolar, por lo q el origen
social no puede ser un impedimento para el acceso a la educación.
Bolivar (2005) el autor señala 2 modos adicionales d entender la igualdad d oportunidades:
el sistema de libertad natural; s opone a cualquier intervención redistributiva por parte
del Estado, por lo q se considera como la negación misma d la igualdad d
oportunidades.
la igualdad de oportunidades compensatoria, postura según la cual s despliegan
acciones directas adicionales para atender a los grupos más desfavorecidos y q no sean
excluidos por su situación d desventaja.
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distintos. El contenido simbólico d las políticas, así como su evaluación, requieren la
construcción d criterios e indicadores específicos. El análisis d las políticas públicas,
precisa incluir instrumentos q nos permitan circunscribir el análisis en el campo educativo.
Podemos distinguir 4 instrumentos d análisis: las posiciones y discursos hegemónicos, la
legislación, los indicadores educativos y los aspectos económico-financieros.
La legislación.
El marco normativo es la expresión formal d la regulación q ejerce el Estado, y la política
emanada d él, sobre un determinado campo social. Las normas son reglas imperativas
abstractas dictadas a los efectos d producir un ordenamiento determinado.
El objetivo q persigue el Estado a través del acto d legislar es el de regular su
propia actividad y la d los particulares; y ajustar conductas a los objetivos d una política.
Este conjunto d instrumentos está compuesto por: Constitución Nacional, Leyes
Nacionales, Constituciones Provinciales, Leyes Provinciales, Decretos, Resoluciones,
Ordenanzas, Decisiones Administrativas, Tratados Internacionales, Estatutos,
Reglamentos. Las normas se enmarcan dentro d un orden jurídico y tienen un alcance
diferenciado d acuerdo al lugar q ocupan dentro d ese ordenamiento.
Aspectos económico-financieros.
Los presupuestos públicos constituyen, una herramienta d análisis d políticas. A través d
los mismos es posible visualizar la orientación d las políticas del gobierno y las prioridades
q s establecen. El presupuesto público es un instrumento de planificación, por el cual se
asignan recursos y se determinan gastos, a los efectos de cubrir los objetivos trazados en los
planes de desarrollo económico y social en un período dado.
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Es un instrumento gestión d las finanzas públicas, refleja los procesos d
planificación y d ejecución sobre la entrega d bienes y servicios públicos.
El presupuesto se caracteriza por administrar bienes escasos por lo q su función s
concentra en distribuir bienes y servicios a una parte d la población y excluir d bienes y servicios
a otra parte d la población, y disminuir los ingresos d un grupo d habitantes por medio de
impuestos (función redistributiva).