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SEGUNDO PARCIAL DE LENGUA

II

Grupo: 2°D
Alumna: Nahtaly Molins

Fecha: 09/10/17
Lectura
La lectura es un procedimiento complejo a través del cual se accede al
significado que el autor le ha asignado al texto. Este constituye una unidad de
sentido y brinda a los lectores un conjunto de pistas morfológicas, sintácticas,
semánticas, estilísticas, textuales y pragmáticas que permiten su interpretación.
M. Peronard y L. Gómez Macker afirman que se puede hablar de un texto
externo, resultado de la elaboración del autor, y un texto interno, construido por
el lector. La comprensión entonces, es el resultado de un complejo proceso de
colaboración entre el autor y el lector.
El concepto de lectura como “proceso transaccional” surge a partir de L.
Rosenblatt (Rosenblatt, L. 1985), quien concibe que la misma implica una
“transacción”; indicando una relación doble, recíproca, entre el lector y el texto.
Se toma en cuenta, además, el momento y las circunstancias particulares en
las que ocurre la lectura. Este modelo propone que el lector y el texto surgen a
partir del acto de lectura, y se transforman mutuamente. El texto se concibe
como un “sistema abierto”: posee un significado potencial que es actualizado
por el lector a través de la construcción de un texto paralelo, estrechamente
relacionado con el editado, pero no idéntico. Esto se debe a que el lector
construye el significado del texto en base a sus inferencias y referencias,
atribuyéndole un sentido personal. Existen, pues, infinitas lecturas posibles
para un mismo texto. El lector puede asumir dos tipos de posturas frente a un
texto:
- la estética: el lector permanece absorto en lo que piensa y siente durante el
acto de lectura;

- la eferente: la atención del lector está centrada en lo que puede extraer o


retener después del acto de lectura.
En el modelo transaccional estos dos tipos de lecturas son coordinadas, es
decir, paralelas. En la medida en que el lector comienza a transactuar con el
texto se produce la adopción de uno de los dos tipos de lectura. La segunda
comprensión, por lo tanto, va a surgir de la compenetración del lector en el
texto.

La enseñanza de la lectura requiere la planificación de variadas


situaciones, donde los alumnos puedan leer orientados por distintos propósitos,
con niveles progresivos de autonomía y criticidad. Para ello, adquieren
fundamental importancia las instancias de reflexión para que puedan
apropiarse de las estrategias discursivas.

Leer es un proceso cognitivo, y una actividad fuertemente imbuida de las


interacciones entre el maestro, el alumno y los compañeros de la clase.

Diferentes niveles de lectura:

Lectura lineal o literal: en este primer nivel sólo se realiza una lectura
“obligada”, ordenada por el autor, secuenciada por los requerimientos de la
lengua escrita: por el orden de los capítulos.
Lectura inferencial: o deductiva: se basa en la literal, pero se deben efectuar
ciertos ajustes orientados a la detección de aquellas ideas que no están
incluidas de forma explícita. Esto puede lograrse a través de las ideas que
aluden a ellas por medio de alguna reacción de analogía, de causa-efecto,
efecto-causa.
Lectura crítica: es un acto de lectura que demuestra una actitud interrogadora,
de análisis lógico para juzgar el valor de lo que se lee de acuerdo a un estándar
establecido.

¿Cómo leen los niños que “todavía no saben leer”?


Los alumnos que “todavía no saben leer” pueden hacerlo a través de
los adultos o de algún otro niño que ya sepa leer convencionalmente o por sí
mismo mediante estrategias que también utilizan los lectores expertos (Lerner,
1996; Kaufman, 1998; Castedo, Siro y Molinari, 1999).

Cuando el maestro lee a los niños en voz alta, ellos no sólo están
escuchando: están participando activamente en la construcción del significado
del texto que escuchan.
La lectura en voz alta del maestro es fundamental, porque el
docente no sólo les está brindando la oportunidad de construir el significado de
un texto al cual no hubiesen podido acceder por sus propios medios, sino que
también está poniendo a sus alumnos, en contacto directo con el lenguaje
escrito.
Veamos ahora la alternativa de que los niños pequeños lean por
sí mismos. ¿Cómo, si todavía no pueden hacerlo convencionalmente? Pues
usando las mismas estrategias básicas que los lectores expertos: anticipando
significados posibles en función de la coordinación inteligente de datos del
texto con datos del contexto.
Cuando los niños leen por sí mismos, no sólo se vinculan con el lenguaje
escrito, también comienzan a explorar el sistema de escritura, integrado por
letras, espacios y signos que se combinan de diferentes maneras para
representar el lenguaje.

En esta primera etapa de su aprendizaje, el niño anticipa el


significado de los textos o de las palabras que están acompañadas por
imágenes o incluidos en objetos que tienen escrituras como, por ejemplo, los
envases. Al comienzo los niños centran su atención en la imagen y no toman
en consideración las características de las escrituras para anticipar qué podrían
ser.

También pueden leer por sí mismos textos breves, aunque no


tengan imágenes, si el maestro proporciona información acerca del contenido
total de lo que dice. Los niños, gradualmente, van identificando palabras o
fragmentos de esos textos tomando como indicadores algunas letras conocidas
y, también, la longitud de las escrituras. (Leer y escribir: el día a día en las
aulas: Ana María Kaufman).

Claudia Molinari, en un artículo denominado “ La intervención docente en la


alfabetización inicial”, plantea lo siguiente: “ Las situaciones didácticas donde
los pequeños lectores deben interpretar un texto por sí mismos se caracterizan
por presentar la escritura de manera contextuada, es decir, siempre
acompañada de un contexto material y/o contexto verbal”. (Molinari, 2003:64).

Como dicho anteriormente, en los primeros años de su escolaridad el niño


realiza frecuentemente anticipaciones lectoras, pero no se preocupan en
realizar tanto en la verificación de sus hipótesis. Es entonces que se hace
necesario un docente que no sólo acerque al niño a la lengua escrita, sino que
la problematice y la explique cuando sea necesario. Recordamos, en este
punto, las estrategias lectoras propuestas por K. Goodman (Goodman, K.
1986):

- Anticipación: Es anterior a la lectura e implica la activación de los


conocimientos sobre un tema para poder relacionarlos con el contenido del
texto.
- Predicción: Implica la formulación de hipótesis en el comienzo del acto de
leer, y durante toda la lectura.
- Inferencia: Suposiciones y deducciones lógicas que el lector realiza a partir de
datos concretos.

- Verificación de hipótesis: Automonitoreo que el lector realiza acerca de sus


predicciones e inferencias. Por ejemplo, se pueden verificar las predicciones
realizadas acerca de lo que estaba escrito, en la medida en que avanza la
lectura.
- Corrección: Incluye reestructuraciones en la información ya procesada debido
a que se toman en cuenta un mayor número de datos o se elaboran nuevas
predicciones e inferencias, mejorando, pues, la comprensión.

Inferencias lectoras
Se entiende por inferencia un proceso mental que permite la comprensión del
texto, junto con otros procesos como la memorización y la generalización. Al
inferir el niño completa el mensaje leído tomando en cuenta elementos
semánticos no explícitos pero coherentes con el texto. Destacamos las
diversas inferencias, que abordan los distintos niveles de organización textual :
- Inferencias genéricas:
• Identificación del género discursivo al que pertenece el texto. De acuerdo con
el propósito de la lectura los niños van a ir, gradualmente, aprendiendo a
identificar los géneros discursivos (según M. Bajtín serían tipos de enunciados
relativamente estables). La modalidad de lectura en el aula se relaciona con el
género discursivo que se aborde.
- Inferencias enunciativas: Abarcan la identificación de:
• la imagen del enunciador,
• la imagen del enunciatario,
• los puntos de vista (posicionamiento) del enunciador,
• la ubicación espacial de la enunciación, y
• la ubicación temporal de la enunciación.
Es que el escritor (enunciador) ha producido un texto escrito en base a sus
ideas, determinado por su contexto histórico, geográfico, cultural.
- Inferencias organizacionales:
• inferencias sobre la relación lógica entre las ideas. Alude al tipo de secuencia
textual o plano de organización de la textualidad: narrativa, expositiva,
explicativa, argumentativa.

Estrategias de lectura.
Las estrategias de lectura son aquellos recursos de los que un
lector se vale para mejorar su comprensión lectora y para adquirir el sentido
global un texto. Dependiendo del momento en que se haga uso de estos
recursos, las estrategias están divididas en:

Muestreo: es una técnica que consiste en tomar y / o apartar palabras,


imágenes o frases significativas del texto para, posteriormente, poder recordar
los principales temas o ideas que aborda el escrito con facilidad. Este recurso
también es usado para predecir los contenidos que vendrán más adelante en la
lectura.

Predicción: La predicción es aquella estrategia que permite anticiparse a lo


que sucederá al final de un texto, el conocimiento del mundo o los
conocimientos previos que posea el lector son los que le permiten hacer
predicciones frente a lo que pasa o a lo que se lee.

Inferencias: esta estrategia es usada para derivar o comprender algo del


texto que no está explícito en él. Es decir, al leer un párrafo por ejemplo, se
puede deducir información que no está literalmente escrita pero a su vez dicha
información se puede tener en cuenta o inferir gracias al conocimiento del
mundo por parte del lector. Si se observa con atención la imagen dispuesta
para este término, se puede notar que Calvin dedujo acontecimientos que iban
a suceder tan sólo mirando los movimientos de su madre, ella en ningún
momento le hizo explícitos sus planes, por ejemplo.

Subrayado: esta estrategia consiste en marcar con trazos o líneas la


información más importante y significativa de un texto, también sirve para
marcar la idea principal de un párrafo. El fin de esta estrategia es resaltar
dichas ideas para que el lector pueda recordar en la posteridad el texto sin
necesidad de leerlo todo de nuevo y además, permite fijar mejor en la memoria
la información adquirida después de la lectura.

Confirmación y Autocorrección: Las predicciones y anticipaciones que


hace un lector, generalmente son acertadas y coinciden con lo que realmente
aparece en el texto. Es decir, el lector las confirma al leer. Sin embargo, hay
ocasiones en que las predicciones o anticipaciones son incorrectas. Aquí es
donde interviene la confirmación y autocorrección.
Las sugerencias para favorecer esta estrategia en los niños a quienes leemos
son:

Pedirles que hagan predicciones y anticipaciones para después confirmarlas en


la lectura.
Preguntarles qué diferencias hay entre lo que ellos creían que pasaría y lo que
pasó.
Monitoreo: Consiste en evaluar la comprensión que se va alcanzando
durante la lectura, lo que conduce a detenerse y volver a leer o a continuar
encontrando las relaciones de ideas necesarias para la creación de
significados.
Para favorecer el uso de esta estrategia se pueden realizar actividades,
durante y después de la lectura, que nos permitan determinar:
*La atención que se ha prestado a la lectura.

*Las ideas que se formularon a partir del texto.

*La comprensión de la secuencia de hechos.

*El recuerdo de los detalles.

Lectura expresiva
La lectura expresiva es una actividad lingüística que posee
muchas de las características de la comunicación oral ya que este tipo de lector
utiliza una serie de recursos prosódicos o paralingüísticos semejantes al emisor
del circuito de la comunicación humana.
El lector tiene que pensar y reproducir el texto oralmente como si fuera un
hablante: entonación de voz, presencia de pausas, mayor o menor rapidez,…
Leer en voz alta se convierte en un magnifico ejercicio de comunicación oral.

Aportes pedagógicos
En la escuela utilizaría esta disciplina Lectura mediante una
actividad para cuarto año. La cual seleccionaría un texto narrativo “La
Caperucita roja” para que identifiquen las voces de los personajes y del
narrador.

Comenzaría la actividad registrando en el pizarrón el titulo del


cuento con el propósito de anticipar el texto mediante el titulo realizando
interrogantes.
Luego entregaría un texto de a cada niño para que realicen la lectura silenciosa
e interrogar sobre lo que leyeron, provocando la inferencia en el texto.
Después entregar una consigna de trabajo para que identifiquen marcando con
colores el narrador y los personajes primarios, secundarios y antagónicos.

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